‘Haciendo discípulos’ a pasos agigantados en el Brasil
CADA hora, como promedio, alguien del Brasil llega a ser un testigo bautizado de Jehová. En los diez meses que terminaron el 30 de junio de 1970, 7.170 nuevos estudiantes de la Biblia se ofrecieron para el bautismo en evidencia de su dedicación a Dios. ¡Esto significa que, como promedio, casi 24 personas se están bautizando cada día del año, en comparación con las 17 del año 1969!
Allá en 1945 el trabajo de hacer discípulos verdaderos de Jesucristo apenas había comenzado en el Brasil. Solo había 344 ministros activos de los testigos de Jehová. Actualmente hay más de 64.000. Están organizados en 1.117 congregaciones y unos 250 grupos aislados. Verdaderamente la obra de hacer discípulos y bautizarlos, como mandó Jesús, está prosiguiendo a pasos agigantados en el Brasil.—Mat. 28:19.
GENTE QUE NECESITA AYUDA
¡Qué oportuna es esta campaña de hacer discípulos! En el Brasil muchas personas están penosamente desorientadas en cuanto a asuntos religiosos. La gente de mayor edad dice: “Antes, todo era pecado. Ahora, nada es pecado. Nadie sabe qué hacer.” También es muy común oír decir a católicos: “Creo en Dios, pero no me caen bien los sacerdotes.” Una señora, al aceptar literatura bíblica, declaró: “Desde que comenzó este asunto de la misa de ‘rock ‘n’ roll,’ ya no voy a la iglesia. Hago mis oraciones en casa.”
El paso tardío que han dado algunos sacerdotes para extirpar la adoración de imágenes, más la acción del papa de degradar a varios “santos” de la iglesia están teniendo repercusiones. En Rio de Janeiro dijo una católica: “El papa puede impugnar a quien quiera. En cuanto a mí, conservaré mis santitos.” Y se oyó que un agricultor de Campo Alegre, Santa Catarina, lanzó la siguiente amenaza: “Nuestro sacerdote está tratando de quitar todas las imágenes de nuestra iglesia. ¡Y eso es lo único que nos queda! El día que eso suceda, vamos a atacar la iglesia, le vamos a quitar a él su túnica y lo vamos a echar de nuestra ciudad.”
En Rio de Janeiro, una joven metodista dijo: ‘En mi iglesia la gente habla mucho acerca de moralidad y amor, pero eso no es lo que practican.’ Una señora bautista de edad madura afirmó: ‘La única ocasión en que habló con entusiasmo nuestro predicador fue cuando llamó “ladrones” a los que no pagaban sus diezmos.’ Cansada de pagar por nada, aceptó un estudio bíblico de casa gratis de parte de los testigos de Jehová.
En Rio Branco, en lo profundo de la selva del Amazonas, una señora de edad avanzada, que aborrecía a los Testigos y siempre los insultaba, vio por casualidad a su sacerdote echando las imágenes de la iglesia en el bote de la basura. Cuando la visitó el siguiente Testigo, de buena gana aceptó la provisión de un estudio bíblico en su casa. Cuando fue invitada al Salón del Reino, dijo: “¿Cómo puedo ir a ese lugar, después de insultarlos de cuanta manera hay?” Sin embargo, fue y se le recibió como a una antigua amiga. Desde entonces no ha faltado a una sola reunión.
AYUDANDO A LA GENTE
Particularmente en las ciudades, la obra de hacer discípulos progresa aceleradamente. São Paulo, por ejemplo, tiene 130 congregaciones, un Testigo por aproximadamente cada 500 personas de su población de seis millones. No obstante, todavía hay muchas personas en regiones aisladas que necesitan ayuda para aprender ‘todas las cosas que mandó Jesús.’ (Mat. 28:20) Tal como sucedió en el primer siglo de nuestra era común, fuertes congregaciones cristianas están enviando trabajadores para predicar en campos más lejanos. Una congregación de Salvador, Bahía, hasta alquiló y con el tiempo compró una casa en Irará, a unos ciento sesenta kilómetros de distancia. Amueblaron una habitación grande con sesenta sillas, y colocaron diez camas y treinta colchones de paja en otras habitaciones. Cada semana viaja un grupo de Testigos a Irará a conducir estudios bíblicos y reuniones para las personas que muestran interés; y de vez en cuando toda la congregación lo hace. En una de sus más recientes reuniones públicas hubo 110 personas presentes. Ahora tienen once personas, algunas ya bautizadas, que comparten con otros las buenas nuevas. Algunos caminan gozosamente veinte kilómetros o más para asistir a estas reuniones.
En un mes, abril de 1970, los Testigos emplearon 961.819 horas ayudando a otros a aprender y observar los mandatos del Señor Jesús. Muchas de estas horas se emplearon conduciendo 53.591 estudios bíblicos con las personas que mostraron interés. También colocaron 632.650 ejemplares de las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, las cuales ayudan mucho a la gente a estar conscientes de sus necesidades espirituales.
Discerniendo la necesidad urgente de ayudar a otros a aprender los mandatos de Cristo, muchos Testigos han aumentado el tiempo que emplean en la obra de hacer discípulos. Por ejemplo, de los 62.740 que participaron en el ministerio público en abril de 1970, casi el 6 por ciento participó como trabajadores de tiempo cabal. Los misioneros y los precursores especiales, que forman un total de 829, dedican 150 horas por mes a hacer discípulos. Y 1.635 Testigos dedicaron entre 75 y 100 horas a la enseñanza pública de la Biblia durante abril; otros 1.200, como ministros precursores regulares, emplearon 100 horas o más en el ministerio.
Los esfuerzos combinados de todos los Testigos en el Brasil resultaron en una vasta distribución de literatura bíblica durante los pasados diez meses... 350.000 Biblias y ayudas encuadernadas para el estudio de la Biblia y más de 40.000 nuevas suscripciones a las revistas La Atalaya y ¡Despertad!
HACIENDO DISCÍPULOS DE GENTE DE TODA CLASE
Se están haciendo discípulos de gente de gran variedad. Una joven de Campo Alegre, Santa Catarina, que por diez años fue el “brazo derecho” del sacerdote local, mostró interés en el mensaje del Reino. En su lecho de muerte el sacerdote le confesó lo siguiente: “Sabemos que estamos equivocados, pero ya es demasiado tarde para cambiarlo todo.” Ahora ella es una Testigo entusiástica.
Muchos están buscando la organización verdadera de los seguidores de Cristo. Un señor hizo un largo viaje desde Indaiatuba, São Paulo, con el propósito de hallar la sucursal de la Sociedad Watch Tower en Rio de Janeiro, solo para enterarse de que había sido mudada. Mientras tanto, seguía buscando un número reciente de la revista ¡Despertad! en el cual, como él esperaba ansiosamente, hallaría la nueva dirección. Cuando finalmente visitó la sucursal para obtener literatura se le olvidó pedir la dirección de un Salón del Reino en su propio vecindario. En vano preguntó a la policía, a sus compañeros de trabajo y a otros. Al fin, obtuvo la dirección por medio de la compañía de teléfonos. Cuando llegó al Salón, sucedió que el letrero grande había sido quitado temporalmente para ser reparado. Sin embargo, esperó de todas maneras, hasta que llegaron algunos Testigos. Desde entonces ha sido un asistente constante, y después de tres semanas hasta comenzó a participar en hacer discípulos de otros.
En Cabedelo, Paraíba, un Testigo, en el ministerio de casa en casa, encontró a un hombre que practicaba el vuduismo. El Testigo vio imágenes espiritistas de toda clase en los muros de la casa de este hombre, y también había un altar grande lleno de imágenes de la misma clase. Se inició un estudio bíblico, y se consideró el tema “Adorando a Dios ‘con espíritu y con verdad.’” Después del estudio, el hombre dijo que iba a seguir las enseñanzas de la Biblia. Destruyó una imagen, como él dijo, ‘para ver lo que sucedería.’ A la siguiente semana consideraron el asunto “Manténgase libre de toda forma de espiritismo.” Después, el hombre dijo que destruiría todas sus imágenes en el siguiente estudio, con la ayuda del Testigo. Sin embargo, para cuando llegó el Testigo la semana después, ya aquel trabajo estaba todo hecho. Ahora el hombre está asistiendo a todas las reuniones de los Testigos locales.
A una joven Testigo que participaba en la predicación de tiempo cabal le rehusaron permiso para visitar a los inquilinos de un edificio de apartamientos. Evidentemente molesto, el portero ni si quiera le permitió dejar revistas para los inquilinos. Cuando ella le preguntó qué tenía contra los Testigos, él contestó: “Usted no me entendió, señorita. Ustedes tienen la verdad. Todo lo que dicen las revistas está bien. Simplemente son demasiado buenas para estas personas. La última vez que usted dejó revistas, las recogí todas de los botes de basura y las guardé en mi casa.” De buena gana concordó en que se condujera un estudio bíblico en su casa.
Se está haciendo discípulos de gente de todo ramo de actividad en el Brasil. La mayoría de ellos son personas comunes, pero habían sido la flor y nata de todas las religiones falsas. (1 Cor. 1:26-29) En la reciente Asamblea de Distrito “Paz en la Tierra” en Fortaleza, Ceará, por ejemplo, entre los candidatos para la inmersión hubo muchas amas de casa, un pescador, un tejedor, un mecánico, un zapatero, un oficinista, un radiotelegrafista, un ex-marinero, un maestro, un estudiante y un químico.
SE APRECIAN LAS REUNIONES DE LOS TESTIGOS
Apreciando la necesidad de reunirse para estudiar la Palabra de Dios, los Testigos del Brasil no se ahorran ningún esfuerzo en cuanto a suministrar lugares adecuados donde reunirse. En Salvador, Bahía, dos congregaciones estaban utilizando el mismo salón, y era bastante inadecuado. Hombres responsables de las congregaciones instaron a los Testigos a mancomunar sus recursos, vendiendo todo lo superfluo. Artículos de toda clase salieron de baúles y otros lugares de almacenamiento. Entre los artículos había trajes nupciales, vestidos, trajes de hombre, hierro viejo, figurillas antiguas, etc. Con el producto construyeron un excelente Salón del Reino.
A menudo a las reuniones de los Salones del Reino en el Brasil acude una concurrencia que es 100 por ciento mayor que el número de Testigos locales. En dieciséis asambleas de distrito de 1969 hubo una asistencia combinada de 114.927 personas. La celebración anual de la Cena del Señor, también, es sobresaliente por su excelente asistencia. El año pasado una congregación de Fortaleza, que consta de 85 Testigos, tuvo una concurrencia de 285 personas. En el extremo sur, en Rio Grande, una congregación de 110 Testigos tuvo una asistencia de 345 personas; otra congregación, de 45 Testigos, tuvo 195 concurrentes. La asistencia total a la Cena del Señor ascendió a 164.436... ¡casi dos visitantes por cada Testigo presente!
Tomando en cuenta todo esto, la revista Realidade, en un informe de ocho páginas en su número de junio de 1970, se vio impelida a hacer la siguiente exclamación acerca de la organización de los testigos de Jehová y su obra de hacer discípulos: “Son una organización perfecta . . . no son egoístas: saben que el mundo se va a acabar y quieren que todos se salven”... por lo menos todos los que amen al Dios verdadero y busquen Su justicia. Verdaderamente, la obra de hacer discípulos en el Brasil progresa a pasos agigantados.