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Sri Lanka... a los ojos de un turista¡Despertad! 1977 | 22 de mayo
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Los techos están cubiertos de hojas de palmera. Pero, ¿qué hay del coco mismo? El líquido del coco inmaturo es una bebida limpia, refrescante y rica en contenido mineral. Además, el ‘recipiente’ no contamina las cercanías cuando lo botan. El aceite que se extrae de la pulpa blanca es bueno para cocinar. Muchos usan el aceite para el cabello, y realmente le da un brillo hermoso.
Hacen un dulce delicioso, jaggery, de la savia dulce del kitul, cocotero y palmera. El jugo del tallo floreciente de estos árboles también es el ingrediente básico de la miel de palma que tiene un sabor tan delicioso cuando se mezcla con la cuajada hecha de leche agria de búfalo. Esta savia, que se llama toddy, se fermenta rápidamente y entonces se parece a cerveza buena. Sin embargo, con mayor frecuencia la destilan para hacer arrack, una bebida que es tan fuerte como la vodka y que frecuentemente llaman ‘el aguardiente del pobre.’
Los habitantes industriosos de esta isla resplandeciente no solo hacen azúcar de la palma; también producen sal empleando métodos antiguos. Notamos que a lo largo de la costa dejan que el agua del océano fluya a charcas poco profundas. Entonces tienen pequeñas presas para obstruir la entrada de más agua. El calor solar y el viento hacen que el agua se evapore, y quedan los cristales de sal. Se repite este procedimiento hasta que la capa de sal es de suficiente grosor para recogerla.
Le parece a todo el que visita a Sri Lanka que el paraíso está más cerca que en cualquier otro tiempo. Esta verdaderamente es una isla esmeralda. Lo que el turista ve en Sri Lanka —sus playas asoleadas y praderas, sus selvas verde grisáceas y relucientes lagos artificiales, sus arrozales verde amarillentos y plantaciones de té verde aceitunado y la abundancia de animales salvajes— todo combina para hacer de ella una isla resplandeciente.
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No juzgue por la apariencia externa¡Despertad! 1977 | 22 de mayo
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No juzgue por la apariencia externa
■ La Biblia nos aconseja a no juzgar el corazón de una persona por su apariencia externa. Aunque un individuo vestido de andrajos entrara en un lugar de reunión de cristianos verdaderos, se le debería mostrar amor y consideración.—Sant. 2:1-4.
Lo que le sucedió a un joven en Malí, África, sirve para ilustrar el buen efecto que esto puede tener en el individuo. Un testigo de Jehová estaba estudiando la Biblia con este joven y vez tras vez lo invitaba a ir a las reuniones en el Salón del Reino. Aunque prometía hacerlo, el joven no iba. Por fin fue al Salón con el único motivo de evitar más invitaciones.
Fue en ropa sucia, demasiado corta para él, con parte que faltaba y parte desgarrada. Además, llevaba puesta una gorra tejida que le llegaba hasta las rodillas y terminaba en una bola de lana. Se vistió así con el propósito de que los testigos de Jehová rehusaran dejarlo entrar en su Salón del Reino. ¡Pero cuánto le sorprendió la calurosa bienvenida que recibió!
En cuanto al efecto que esto tuvo en él, el joven explica: “Nunca antes me había sentido tan avergonzado. Fui al Salón del Reino a fin de que me expulsaran, y, ¡miren, me recibieron como si fuera Testigo! Les digo la verdad, realmente deseaba que hubiese venido en ropa decorosa; todos estaban bien vestidos.” El hecho de que uno de sus amigos también estaba presente lo hizo sentirse aún más incómodo. Inmediatamente después de la reunión este amigo se dirigió a él y dijo: “Pero, ¿no te da vergüenza venir al Salón del Reino en ropa tan sucia? Realmente no esperaba eso de ti.” Desde ese tiempo en adelante, el joven empezó a tomar más en serio su estudio personal de la Biblia y su concurrencia a las reuniones. Ya está compartiendo celosamente con otros la verdad bíblica.
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