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  • ¿Bastará con la “revolución verde”?
    ¡Despertad! 1972 | 8 de noviembre
    • Por consiguiente, cualquier éxito que puedan tener los nuevos tipos de granos será de corta vida. El actual sistema de gobierno entre las naciones no puede detener la escasez de alimentos por mucho tiempo.

      ¡Pero las escaseces de alimento serán detenidas, y pronto! Jehová Dios garantiza en su Palabra que él solucionará permanentemente los problemas del hombre, incluso el del hambre.

      Ante todo, lo que se necesita es una nueva administración para gobernar esta Tierra y sus pueblos. El nacionalismo divisivo, el comercialismo egoísta y las guerras destructivas tienen que ser eliminados para que los recursos de la Tierra puedan ser usados apropiadamente.

      ¿Cómo logrará eso Dios? Por medio de intervenir directamente en los asuntos humanos. Su Palabra promete que él removerá por la fuerza todos los arreglos gubernamentales y económicos de este actual sistema de cosas. Eso abrirá el camino para un enteramente nuevo orden aquí sobre la Tierra. Ese nuevo orden será gobernado por el gobierno celestial por el que Jesucristo enseñó a orar a sus seguidores, el reino de Dios. De hecho, ese gobierno celestial es lo que Dios usará para ‘triturar y poner fin a todos estos reinos’ que existen hoy día.—Dan. 2:44; Mat. 6:9, 10.

      Bajo el gobierno del reino de Dios se le promete a la gente que entonces viva sobre la Tierra “un banquete de platos con mucho aceite” en una era en la que “no alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.” Este gobierno celestial de Dios garantiza una distribución apropiada de las riquezas de la Tierra.—Isa. 25:6; 2:4.

      Por lo tanto, no se deje engañar por las sugerencias de que los humanos resolverán el gigantesco problema actual de la alimentación. No lo harán. No son los científicos y su “revolución verde,” sino “el Hacedor del cielo y de la tierra” El que satisfará las necesidades de toda la humanidad. (Sal. 146:6, 7) ¿Cuándo? Promete su Palabra: ¡pronto! Por cierto, dentro de esta misma generación el reino de Dios gobernará sin rival, para la bendición eterna de todo el que adora al Dios verdadero.—Mat. 24:34.

  • ¿Piensa mudarse a la América del Sur?
    ¡Despertad! 1972 | 8 de noviembre
    • ¿Piensa mudarse a la América del Sur?

      Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Ecuador

      SI USTED disfruta de un desafío, entonces a usted le va a gustar la América del Sur. Nuevos lugares que ver, gente interesante que conocer y alimentos exóticos que lo deleitarán. Todo eso está aquí. Más y más personas están descubriendo este desafío por medio de mudarse a la América del Sur.

      Entre las varias razones por las que la gente fija su residencia aquí están el traslado de empleo, el retiro y la salud. Otros vienen con un espíritu misionero cristiano. Prescindiendo del motivo, hay ciertos aspectos de este cambio que uno debe considerar.

      El desafío del idioma

      Tal vez el desafío más inmediato al que uno se enfrenta es el del idioma. Uno puede toparse cara a cara con este problema tan pronto como pasa por el puerto de entrada y se encuentra con que a duras penas entiende lo que dice el funcionario de la aduana. Esto puede ser frustrador. Es bastante humillante para un adulto que se expresa claramente el ser reducido al nivel del vocabulario de un niño de tres años. Pero en esto el adulto puede aprender una lección vital de un niño de tres años. El niño, con su mente imperturbada por el temor de lo que otros puedan pensar, imita a otros y rápidamente domina el idioma. Para ir al grano... olvídese de sí mismo.

      Uno va a cometer errores... todos los principiantes lo hacen. Estos errores tienen su manera de inculcar en uno la necesidad de tener un sentido de humor, como le sucedió al hombre que fue a la ferretería y pidió ‘un kilo de uñas.’ Aunque las palabras españolas para clavo y uñas son totalmente distintas [por su parecido en inglés], el estudiante simplemente las confundió. Así es que prepárese a cometer errores. No se tome demasiado en serio. Aunque quizás piense que otros se reirán de usted, rara vez lo hacen. La gente desea ayudar.

      Esté preparado también para desilusiones, y tal vez aun para algunas lágrimas de frustración. Todo ello es parte de la experiencia de aprender. Esté preparado a tener que trabajar duro para dominar el idioma. Pocas personas tienen el llamado don para los idiomas. La mayoría son como nosotros... corrientes. Evite el uso de la muletilla mental, “No puedo aprender,” o, “Es demasiado difícil para mí.” Algunas personas siguen diciendo eso después de veinte años.

      Esas personas han recurrido a la segregación de idioma. Resista esta tentación. En vez de siempre buscar conversación con los que hablan su idioma nativo, ponga de su parte para entablar conversaciones en el idioma local. Otros se sienten estimulados al ver su empeño en tratar.

      Es preciso dar énfasis a la necesidad de enfrentarse de lleno al desafío del idioma. Todos los otros desafíos asociados con el mudarse a la América del Sur están directamente relacionados con el aprender a comunicarse en el idioma local. El tener un buen comienzo en el idioma lo equipará mejor para resistir los otros desafíos. Si de alguna manera le es posible, haga planes para dedicar el primer mes o más a un estudio concentrado del idioma. La experiencia ha demostrado que a los estudiantes de un nuevo idioma tal estudio intensivo inicial, en algunos casos tanto como once horas al día, da resultados inmediatos y recompensadores. Al final de cuatro semanas uno se las puede arreglar para mantener conversaciones limitadas sobre varios temas.

      Así es que al mudarse, aplíquese al aprendizaje del idioma. Recuerde que esto es un desafío. ¿Lo aceptará usted?

      El desafío de la nostalgia

      El problema del aislamiento inducido por el idioma a menudo es complicado por la congoja de la nostalgia. Hay algunas personas que afirman no sufrir de nostalgia, pero tal parece que la mayoría de las personas son susceptibles a ella.

      A menudo la presencia o ausencia de la nostalgia depende de la actitud de uno. En cierta ocasión un ministro cristiano presentó este interesante punto de vista: ‘Dios le dio al hombre toda la Tierra como hogar, sin ninguna de las trabas del día moderno que lo confinan a una zona de ella en particular.’ Desde este ampliado punto de vista, el ministro había llegado a apreciar la entera Tierra como su morada, lo que resultaba en que se sintiera muy en casa en cualquier lugar.

      Los conocidos y asociados de uno desempeñan papeles importantes en hacer que uno se sienta como en casa en determinada ubicación geográfica. Por eso, ¿quiere usted sobreponerse a la nostalgia? Entonces, tan pronto como le sea posible, acostúmbrese a su nuevo ambiente. Haga amistades. Deje que le ayuden.

      No obstante, puede que haya días en los que uno sienta nostalgia. Quizás sea una sola palabra dicha, el ver a un niñito jugando con sus juguetes o quizás una tarde soleada que pone en acción las compuertas de la memoria produciendo quizás un remolino

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