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Se clama por ley y orden¡Despertad! 1970 | 8 de abril
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Se clama por ley y orden
¿LE PARECE a usted que su seguridad está en más peligro ahora que hace veinte años, o que hace aun cinco años? ¿Se siente usted más intranquilo en cuanto a andar por una calle después del anochecer? ¿Le preocupa más que antes la seguridad de sus hijos? ¿Está usted más consciente de que las puertas y las ventanas de su casa necesitan cerraduras?
Si usted es como la mayoría de la gente en el mundo, su respuesta a estas preguntas será afirmativa. Debido al aumento en el crimen y la violencia, en todas partes aumenta la inquietud en cuanto a la seguridad personal.
Es verdad, quizás nadie jamás haya asaltado personalmente, ni atracado con violencia, ni agredido sexualmente al lector, ni haya alguien robado en su casa. Pero va aumentando el número de personas a quienes les están pasando estas cosas.
Esto sucede especialmente en las ciudades. La revista Time declaró: “Casi no hay una sola ciudad grande en la cual el individuo se sienta completamente seguro en las calles de noche.” Una persona que escribió al Times de Nueva York, el 20 de mayo de 1969, lo expresó así:
“El comprender que todos los días en nuestra ciudad se están efectuando atracos violentos por centenares y millares hace que me duela intensamente la situación en que nos encontramos yo mismo y mis conciudadanos neoyorquinos. . . .
“Cualquiera que haya visto la punta fría de una hoja de acero a unos centímetros de su cara, como la he visto yo dos veces, jamás puede mirar de nuevo a un hombre que no conoce con siquiera la más fundamental confianza humana. Adondequiera que vaya uno de noche y a menudo de día en esta ciudad, debe estar en guardia con el temor de un soldado que se ha perdido detrás de las líneas enemigas.”
Si agregamos a esto los motines y el desasosiego estudiantil, podemos ver por qué, en una encuesta reciente, el 81 por ciento de los entrevistados concordó con la expresión: “Ha habido un derrumbe en la ley y el orden.” Aun en poblaciones pequeñas se está viendo este derrumbe. Y está llegando a ser muy semejante en todo país de la Tierra. El presidente de la Columbia Broadcasting System dijo:
“La disciplina se está derrumbando. . . . Esta tumultuosa agitación es trágica. Pero también es, como escribió James Reston, ‘lo más grande de que se puede hablar en el mundo hoy día.’”
Hizo notar que todo el asunto se resumía en la “cuestión engañosamente sencilla de ley y orden.”
LEY Y ORDEN. Es por eso que tanto se clama en estos días. Pero, ¿exactamente qué significa? Para muchos, quizás para usted mismo, significa el poder andar por las calles sin temor a atracadores, ladrones y violadores. Significa el que no le roben en su hogar ni en su negocio.
Pero, ¿significa eso para todo el mundo?
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Cómo otros consideran la ley y el orden¡Despertad! 1970 | 8 de abril
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Cómo otros consideran la ley y el orden
HOY día hay muchos a quienes les parece que la ley y el orden actuales realmente están contra ellos. Desean más que simplemente calles y hogares seguros.
Por ejemplo, el Chronicle de Houston informó: “Algunos jóvenes se están resintiendo de que se usen los vocablos ley y orden.” Muchos jóvenes están amargados con el mundo que sus mayores han hecho para ellos. El U.S. News & World Report llamó atención a una sola de las muchas razones de su amargura:
“Aproximadamente la mitad de los muertos [en batalla] eran demasiado jóvenes para votar en casi todos los Estados. Más fueron muertos a la edad de 20 años que a cualquier otra edad. . . . La gran mayoría de estos jóvenes no se componía de militares profesionales, sino de jóvenes que habían llevado el uniforme solo por un año o dos.”
Un número cada vez mayor de jóvenes se siente frustrado por leyes que exigen que maten o sean muertos, pero que ellos no hicieron ni aprobaron. Alegan que estas leyes son injustas.
Miembros de grupos minoritarios también quizás adopten un punto de vista diferente en cuanto a la ley y el orden actuales. El Times de Nueva York dijo de muchas personas de color estadounidenses: “Ellos consideran que el nuevo énfasis que se da a la ley y el orden en los EE. UU. se da a costa del negro.” Claman por ley y orden que les suministre justicia social y oportunidad igual.
Personas de ciertas zonas pobres de la Tierra opinan que las leyes que existen las mantienen reprimidas, restringidas a pequeños terrenos que no son productivos, que las mantienen en una condición de esclavitud económica.
Otros, aunque no se encuentran en pobreza, también opinan que ciertas leyes son injustas. Por ejemplo, quizás paguen impuestos sobre la renta considerablemente altos, pero ven que algunas personas acaudaladas pagan pocos o ningunos impuestos porque su dinero está en inversiones que disfrutan de exención de impuestos. O posiblemente se trate de personas a quienes se multe por estacionar su auto en el lado incorrecto de la calle. Pero posiblemente ése haya sido el único espacio disponible, puesto que quizás no haya habido suficiente lugar de estacionamiento. Muchas de estas cosas se combinan para producir gigantescas frustraciones que producen en la gente una disposición a la rebeldía.
Claramente, hay algo malo en la manera en que van las cosas. Va aumentando el descontento con las condiciones que existen en todas partes. ¿Cuál es la respuesta? ¿Suprimir toda ley y orden? ¿Qué todo el mundo actúe como guste? Esto resultaría en anarquía, en caos total. Casi nadie quiere esta condición. Tiene que haber alguna clase de ley; tiene que haber alguna clase de orden.
Pero la pregunta importante es: ¿La ley de quién y el orden de quién? ¿Hay algún sistema que pueda producir ley y orden junto con justicia e igualdad verdaderas para todos? Bueno, ¿qué se ha probado? ¿Han tenido buen éxito los diferentes sistemas que el hombre ha originado? ¿Tienen los hombres la respuesta? Si no, ¿quién la tiene? ¿Cuál es la respuesta?
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¿Tienen las respuestas?¡Despertad! 1970 | 8 de abril
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¿Tienen las respuestas?
¿QUÉ respuestas se están ofreciendo para el desafuero cada vez mayor de hoy día?
Una de las soluciones que a menudo se propone es ésta: ÚSESE MÁS FUERZA. Este es el clamor: “¡Más policías!” “¡Más fuertes condenas de cárcel!”
Nadie puede negar correctamente que un criminal debe ser castigado por su crimen. La Biblia declara que Dios le dio a su nación del Israel de la antigüedad leyes que disponían castigo para los malhechores, hasta incluso la pena de muerte. (Núm. 35:31; Éxo. 22:1-6) Tampoco puede alguien negar que el debilitar los arreglos para hacer cumplir la ley solo podría resultar en condiciones mucho peores.
La pregunta, entonces, es: ¿Puede un fortalecimiento de los sistemas presentes que hacen cumplir la ley de la sociedad humana detener eficazmente la ola aumentante de delincuencia y crimen?
¿Pueden las agencias locales que hacen cumplir la ley resolver el problema?
Para enfrentarse a una delincuencia que crece, en muchos lugares se están aumentando las fuerzas policíacas. Pero la prevención policíaca del crimen depende a gran grado de la cooperación del público. Hoy en muchas zonas la cooperación con la policía está en un nivel bajo sin precedente. Los mismos agentes de la policía podrían sucumbir a las ofertas tentadoras de hombres que se esfuerzan por corromperlos.
¿A qué grado puede un aumento de las fuerzas policíacas garantizar seguridad hoy día? Usted se interesará en leer lo que el Times del 3 de junio de 1969 dijo acerca de la ciudad de Nueva York:
“Costaría 25.000 millones de dólares al año —un tercio del presupuesto anual total del Departamento de la Defensa [de los Estados Unidos]— tener a un patrullero las veinticuatro horas del día en cada una de las manzanas de la ciudad.
“Y aunque fuera posible esto, los agentes de la policía dicen que eso no detendría la delincuencia, puesto que más de la mitad de ésta se comete en zonas que no patrullan... hogares, restaurantes, pasillos y ascensores.”
Reconociendo lo difícil que es el problema, James Vorenberg, ex-director de la Comisión Nacional sobre la Delincuencia en los Estados Unidos, declaró: “A un grado considerable los arreglos para hacer cumplir la ley no pueden abordar el comportamiento criminal.” ¿Por qué no?
Porque en sí mismo el imponer el cumplimiento de la ley no cambia los deseos incorrectos ni los odios que hay dentro de la gente. No moldea las actitudes fundamentales. Donde el modo de pensar básico es incorrecto, el imponer el cumplimiento de la ley en sí mismo no lo corrige.
Tampoco elimina por sí mismo la injusticia, el prejuicio y la pobreza ese cumplimiento impuesto de la ley. No hace generosos a los hombres codiciosos, ni humildes a los hombres arrogantes. No suprime las condiciones que a menudo engendran frustración y crimen.
¿Qué pueden hacer los gobiernos?
¿Pueden resolver el problema los gobiernos nacionales, puesto que tienen mucho más poder que los funcionarios municipales? ¿Qué registro tienen?
¿Han podido, por ejemplo, mantener paz entre ellos mismos, zanjar sus diferencias de manera ordenada, basándose en leyes justas? Usted sabe la respuesta. Desde 1914 los gobiernos nacionales han sido atrapados en las guerras más destructivas de la historia. ¡Más de 100 millones de personas han sido muertas o heridas! El daño a los hogares y la propiedad ha sido enorme. Se han promovido odios intensos. ¿Qué influencia ha tenido esto en las actitudes dentro de las naciones? ¿Ha inspirado respeto y lealtad hacia la ley y el orden existentes? La revista Look da esta respuesta:
“En naciones de todo el mundo, tanto el público en general como sus líderes siempre parecen poder justificar cualquier violencia que perpetran contra su semejante. . . . Ciertamente, la existencia de la violencia sancionada desgasta [o corroe] el concepto de ley y orden.”
Sobre la Organización de las Naciones Unidas, el número de mayo de 1969 de World Union, de Holanda, dijo:
“La Organización de las Naciones Unidas . . . no ha podido establecer ninguna clase de orden internacional. Desde que se formó hemos presenciado la más enloquecida carrera de armamentos de la historia y hemos vivido bajo la amenaza constante de una tercera guerra mundial.”
Esta carrera de armamentos cuesta miles de millones de dólares anualmente.
Claramente, los gobiernos no están resolviendo el problema. Prescindiendo de la sinceridad de los individuos dentro de ellos, resultan ineficaces en cuanto a producir ley y orden verdaderos.
¿Qué hay de los sistemas económicos?
¿Reduciría el desafuero la garantía de una prosperidad económica mejorada? De ninguna manera. ¡Es paradójico el hecho de que las naciones más ricas del mundo tienen la proporción más alta de crímenes! Y el aumento de la delincuencia entre los hijos de personas ricas ha aturdido a los oficiales. La Monthly Letter del Banco Real del Canadá de marzo de 1969 admitió lo siguiente:
“El aumento de la criminalidad en medio de la prosperidad dentro de la nación le presenta graves cuestiones problemáticas a la gente del Canadá. Afrontan el punto difícil de reconocer de que tienen que revisar la hipótesis acostumbrada de que la pobreza causa el crimen; tienen que admitir la posibilidad de que la opulencia, también, engendra actos criminales.”
Los sistemas económicos del mundo no están disminuyendo las frustraciones que pueden engendrar actos criminales. Si usted ha ido de compras recientemente bien sabe del aumento constante en los precios. Los impuestos, también, se llevan una porción cada vez más grande de los ingresos. Este apretón económico contribuye al aumento del descontento. Algunos reaccionan a ese apretón de maneras criminales, como se ve en el aumento fantástico de la ratería en las tiendas y en el número de personas que defraudan en los impuestos sobre la renta.
¿Es práctico acudir a los sistemas económicos del mundo por ayuda cuando ellos mismos casi están en un constante estado de crisis? Después de una de las muchas recientes crisis internacionales, Newsweek dijo: “De nuevo, la delicada estructura monetaria del mundo estuvo vacilando al borde del caos.” L. Albert Hahn, autoridad en finanzas, dijo acerca del sistema económico del mundo: “Sin duda, algún día este sistema se va a derrumbar.” ¿Puede ser ésa la base para una sociedad estable?
¿Qué hay de las religiones del mundo?
Bueno, entonces, ¿están por lo menos las organizaciones religiosas del mundo llevando la delantera hacia la ley y el orden verdaderos?
¿Qué encontramos entre las iglesias de la cristiandad? Hoy leemos que continuamente más clérigos justifican o hasta excusan la violencia, el meterse en la política, las relaciones sexuales premaritales, hasta el adulterio y la homosexualidad. Las iglesias mismas a menudo están desgarradas por disputas y rebelión.
Además, como dijo Martin Marty en The Search for a Usable Future: “Los que llevan a cabo encuestas encuentran diferencias poco significantes entre los cristianos y los no cristianos en lo que respecta a cualquier punto en cuestión humano o ético significativo.” En consecuencia, las iglesias de la cristiandad no han resultado mejores que los sistemas que ellas llaman “paganos.”
Señalando a una de las causas de la disminución de la influencia de las iglesias de la cristiandad, U.S. News & World Report hizo este comentario:
“El prestigio de la cristiandad en el mundo ha sufrido mucho debido a la frecuencia con que las llamadas naciones cristianas han usado la violencia como método para cambios internacionales.”
Pero no son solo los miembros de las iglesias de la cristiandad quienes han peleado unos contra otros en los campos de batalla, en motines o revueltas. Miembros de religiones que no alegan ser cristianas han hecho lo mismo.
La ley y el orden tienen que brotar del corazón para que sean eficaces. Las religiones del mundo afirman ser las instructoras de los corazones de los hombres. En consecuencia, la responsabilidad principal por el derrumbe de la ley y el orden tiene que colocarse a los pies de esas organizaciones religiosas.
¿Es la ciencia la respuesta?
¿Suministrará la ciencia la base para una sociedad ordenada?
La tecnología científica ha producido muchas máquinas y productos de que la gente disfruta. Pero junto con esto han venido las grandes ciudades, y éstas no han tenido buen éxito; han llegado a ser focos principales de dificultades. La ciencia también ha producido transporte rápido. Pero ahora los problemas aumentan a medida que el tránsito por aire y por tierra se enmaraña, y decenas de millares de personas mueren en accidentes cada año.
También, ¿de dónde vinieron las máquinas y los materiales que contaminan cada vez más el agua y el aire, hasta el alimento que comemos? ¿De dónde vinieron las armas devastadoras que han destruido a decenas de millones de personas en esta generación? De la ciencia.
La ciencia ha hecho posible enviar hombres a la Luna, pero el costo es gigantesco. Al mismo tiempo millares de personas mueren de inanición todos los días, las ciudades se deterioran y la delincuencia y el crimen se elevan estratosféricamente.
¿Diría usted que la ciencia está resolviendo los problemas verdaderamente importantes y sumamente urgentes de la humanidad? La verdad es como la expresó el profesor H. S. Commager de Amherst, en Saturday Review: “Al fin de una generación de adelanto sin paralelo en ciencia y tecnología, la humanidad halló que el hambre estaba más extendida, la violencia era más cruel, y la vida estaba más insegura que en cualquier otro tiempo en el siglo.”
También, el Herald de Melbourne, Australia, informó lo siguiente en cuanto a la dirección en que llevan a la humanidad los adelantos científicos: “El vicealmirante Hyman Rickover, cuya obra de fomento lo dio a conocer como el padre del submarino nuclear de los EE. UU., le advirtió al hombre . . . que el uso desenfrenado de la tecnología ‘puede llegar a ser el Frankenstein que destruya a su creador.’”
De modo que ése es el registro desagradable e insatisfactorio del hombre. Después de todos estos muchos siglos de oportunidad, simplemente no ha podido traer ley y orden con justicia e igualdad. No tiene las respuestas.
¿Por qué no? ¿Por qué continúan fallando los planes humanos? ¿Qué significa en realidad el derrumbe de hoy?
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¿Qué significa el derrumbe?¡Despertad! 1970 | 8 de abril
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¿Qué significa el derrumbe?
ES VERDAD que ha habido otros períodos en la historia en que ha habido un derrumbe de la ley y el orden. El Imperio Romano en su fin vio esto en una escala grande. Es por eso que algunas personas consideran el crimen y la violencia de hoy como ‘normales,’ simplemente como que ‘la historia se repite.’
Pero el derrumbe actual significa mucho más que eso. Envuelve a mucho más que un solo país. Ahora las autoridades comprenden que nunca antes han experimentado derrumbe tan severo al mismo tiempo todos los elementos de la sociedad en todos los países sobre la Tierra.
Sin embargo, algunos dicen que esto se puede explicar por el aumento en la población y porque hay mejores maneras de informar la delincuencia y los crímenes. ¿Es verdad eso?
¿Solo aumento de población y mejores maneras de informar?
Si el derrumbe solo es asunto de aumento en la población, entonces deberíamos hallar que el aumento en la delincuencia va aproximadamente a la misma proporción que el aumento en la población. ¿Es eso lo que sucede?
En Francia, Le Figaro declara: “La delincuencia juvenil se ha cuadruplicado desde 1955.” Pero la población juvenil no. En Suecia, la delincuencia ha aumentado doce veces más rápidamente que la población; en Alemania, diez veces; en los Estados Unidos de 1960 a 1968, once veces... ¡y el año antepasado, 1968, la delincuencia aumentó diecisiete veces más rápidamente que la población!
¡Considere, también, que los funcionarios de la policía dicen que gran parte de la delincuencia, si es que no la mayor parte de ella, no se informa! En algunos lugares hay robos con escalo aproximadamente tres veces más a menudo de lo que se informa, y violaciones aun más a menudo. ¡En algunas ciudades solo se informa una décima parte de ciertos delitos graves!
El hecho de que el aumento en la población y los mejores métodos de informar no explican lo que sucede se puede notar por el siguiente informe de Prensa Asociada:
“J. Edgar Hoover, director de la FBI, atacó hoy a los que tratan de restar importancia al problema de delincuencia de la nación por medio de culpar al gran aumento en la población joven y a las clasificaciones en tablas más completas por la policía. . . . Dijo que los que tratan de ‘eliminar con explicaciones la sacudidora verdad que hay detrás de las estadísticas de la delincuencia’ no pueden menos que fracasar.”
¿Solo el ‘elemento criminal’?
Tampoco debe uno pensar que solo es el ‘elemento criminal’ el que está envuelto en este derrumbe. El Sunday Bulletin de Filadelfia dijo: “La mayor parte de los delitos los cometen personas que se ponen camisas bonitas y limpias para trabajar todos los días y que se reúnen para almorzar en las cafeterías de las compañías o en los restaurantes del centro comercial para condenar la manera en que la ley y el orden han degenerado.”
La misma fuente de información mostró que las llamadas personas ‘decentes’ roban muchas veces más mercancía y dinero de las compañías para las cuales trabajan que los asaltantes. ¡En los Estados Unidos, obtienen más de setenta veces en comparación con ellos, 4.000.000.000 de dólares en comparación con 53.000.000 de dólares!
De modo que no son simplemente los criminales empedernidos los que están envueltos en el problema. La actitud de hurtar, defraudar y acudir a la violencia está saturando a gran parte de la familia humana.
Un significado claro
Un significado de este enorme derrumbe queda claro. Lo hizo notar el escritor de editoriales David Lawrence: “Mientras más buscamos una coartada, más descubrimos que la infelicidad en la Tierra es hechura del hombre. Nuestra debilidad clave es que no hemos resuelto el problema de gobernarnos a nosotros mismos.” ¡Los hombres no han podido gobernarse con buen éxito!
Es cierto que el hombre tiene gran capacidad mental. Inventa máquinas asombrosas. Explora las profundidades de los océanos. Va en cohete a la Luna. Pero, por su propia sabiduría y juicio todavía no puede controlar sus relaciones con otros humanos.
Nadie puede decir que el hombre no lo ha intentado, a menudo sinceramente. La historia muestra que por miles de años se ha experimentado con todo lo concebible en lo que se refiere a régimen humano. De modo que no se puede presentar el argumento de que se necesita más tiempo. Y si alguna era debería haber esperado buen éxito, es ésta. En cambio, ha visto el más peligroso derrumbe de todos.
Adónde acudir
¿Tiene sentido el seguir acudiendo a fracasos probados para obtener soluciones? No, tenemos que dirigirnos en otra dirección.
Pero, ¿adónde? ¿Por qué no acudir al Hacedor del hombre para obtener las respuestas a los problemas de la humanidad? Ninguno de nosotros los de la actualidad vivíamos al principio cuando comenzaron los problemas del hombre. Pero el Creador sí. Él ha visto todos los desenvolvimientos que han llevado a la crisis actual. Ciertamente el Creador del hombre sabe mejor que nosotros por qué la sociedad humana se está desintegrando. Él sabe cuál es el remedio.
Tampoco tenemos que preguntarnos cuáles son las respuestas. Dios ha hecho disponible esta información vital a cualquier persona sincera que la quiera. Estas respuestas satisfactorias, convincentes y veraces se encuentran en la comunicación que Dios inspiró como guía para la familia humana... la Biblia: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para . . . rectificar las cosas.”—2 Tim. 3:16.
Por qué falla el hombre
La Biblia muestra claramente que Dios no creó a los hombres ni con el derecho ni con la habilidad para gobernarse ellos mismos con buen éxito separados de su Creador. Jeremías 10:23 dice: “Al hombre terrestre no le pertenece su camino. No le pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso.”
Pudiéramos ilustrar esto haciendo referencia a nuestra necesidad de alimento. Dios nos creó con la necesidad absoluta de comer alimento para permanecer vivos. No es algo de lo que podamos prescindir. Si dejamos de comer, nuestro cuerpo experimenta derrumbe.
De la misma manera, Dios creó al hombre con la necesidad absoluta del alimento mental correcto. Este alimento mental es información y guía de parte de Dios. No es algo de lo que los humanos puedan prescindir. (Mat. 4:4) Si renunciaran a esta guía, sus asuntos se derrumbarían tan ciertamente como su cuerpo si dejaran de comer o tuviesen una dieta deficiente. Es por eso que Proverbios 3:5 aconseja: ‘Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento.”
Aquí vemos el problema básico: La humanidad por lo general ha desatendido la sabiduría superior de Dios y se ha apoyado en su propio modo de pensar inferior. Así sucedió con nuestros primeros padres, que se rebelaron contra la dirección de Dios. (Génesis, cap. 3) Desde entonces, por casi 6.000 años, la inmensa mayoría de las personas y los gobernantes han hecho lo mismo. Puesto que el hombre fue creado con libre albedrío, Dios le ha permitido hacer esta selección. Pero el hombre tiene que aceptar las consecuencias.
Los resultados están ante sus ojos. Ha sucedido como dice la Biblia: “El hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo.” (Ecl. 8:9) El régimen humano, independiente de la dirección de Dios, ha llevado a derrumbe inevitable. Aunque Dios permitió el experimento trágico del hombre en autonomía, le impuso un límite de tiempo definido. Él no permitirá que el desafuero continúe indefinidamente.—Efe. 1:10; Rev. 11:18.
Lo que realmente significa el derrumbe de hoy
La Biblia muestra que el derrumbe global de la ley y el orden de hoy día es sumamente significativo. ¡Lo que verdaderamente significa es que este sistema de cosas alejado de Dios está llegando al fin del límite de tiempo que Dios le ha permitido! Ha llegado a su culminación.
Aun los que no basan sus conclusiones en la Biblia ven que viene una culminación. George Wald, profesor de Harvard y ganador del Premio Nobel, dijo en el Daily Times de Victoria, Canadá, del 9 de abril de 1969:
“De unos pocos años para acá he sentido con aumentante intensidad que algo está terriblemente malo... y este año mucho más que el pasado. . . . Me parece que hemos llegado a un punto de gran decisión, no solo para nuestra nación, no solo para toda la humanidad, sino para la vida sobre la Tierra.”
El profesor Fred Hoyle, de Inglaterra, advirtió que la sociedad ya “ha comenzado a desintegrarse.”—El Age de Melbourne, 4 de marzo de 1969.
Esto es exactamente lo que predijo la Biblia que ocurriría a medida que el permiso de Dios para el régimen humano se acercara a su fin. Segunda a Timoteo 3:1 dijo: “En los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar.”
Toda la evidencia en cumplimiento de la profecía bíblica muestra que los “últimos días” comenzaron en 1914. La revista Time del 30 de agosto de 1968 declaró: “Hasta la fecha, el año más sombríamente significativo del siglo veinte ha sido 1914.” El principio de la I Guerra Mundial vio a este sistema entrar en su período final de régimen humano. Comenzó el peor derrumbe desintegrador que ha conocido la historia. Desde entonces ha cobrado velocidad.
Lea usted mismo lo que dijo la Biblia que acontecerá, lo cual marcaría estos ”últimos días.” Segunda a Timoteo, capítulo 3, da muchos detalles. Mateo, capítulo 24, registra muchos que Jesús dio. Uno de éstos fue “el aumento del desafuero,” que vemos en todas partes.—Mat. 24:12.
Pero el hecho de que vivimos en los “últimos días” no significa que no hay esperanza. No significa que jamás habrá ley y orden con justicia y rectitud.
¡Significa exactamente lo contrario! ¡El derrumbe global de hoy es evidencia positiva de que las buenas condiciones que anhelan las personas honradas están muy cerca de realizarse!
[Gráfico de la página 8]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
140%————————————————————————————
120%—————————————————■——————————
100%—————————————————■——————————
80%—————————————————■——————————
CRIMEN
60%—————————————————■——————————
40%—————————————————■——————————
20%—————————————————■——————————
POBLACIÓN
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De 1960 a 1968 la población de los Estados Unidos aumentó 11%; pero el crimen aumentó 122%... ¡11 veces más rápido!
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¡Ley y orden para toda la humanidad pronto!¡Despertad! 1970 | 8 de abril
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¡Ley y orden para toda la humanidad pronto!
¿LE GUSTARÍA a usted vivir bajo un gobierno que librara a la sociedad humana de la delincuencia, la violencia, la guerra, la injusticia y la pobreza?
Un gobierno que pueda traer beneficios de esa clase jamás vendrá si seguimos rebuscando en el mismo viejo barril lleno de fracasos humanos. Solo lo puede producir Aquel que como está probado puede establecer ley y orden universales. Ese es Jehová Dios, el Creador. Lo que puede hacer se demuestra en los cielos visibles, de los cuales el científico nuclear Cecil B. Hamann dijo:
“Al levantar los ojos a los cielos, ciertamente tenemos que exclamar maravillados ante el movimiento ordenado de las estrellas. Noche tras noche, estación tras estación, año tras año, siglo tras siglo los mundos del espacio sideral han seguido su rumbo a través del cielo. Regresan tan regularmente en sus órbitas que se pueden predecir eclipses con siglos de anticipación. . . . Si no estuviesen sujetos a leyes, ¿cifrarían los hombres su fe en ellos para que los guiaran a través de los siete mares o por las sendas no marcadas del cielo?”
El Dios que estableció ley y orden tan asombrosos por todo el universo ciertamente podría establecer esas cosas en un planeta pequeñísimo, ¿verdad? ¡Y el propósito de Dios claramente expresado para nuestro día es suministrar un gobierno que haga exactamente eso! La Biblia, la Palabra de Dios, predijo:
“En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”—Dan. 2:44.
¡La profecía de Daniel muestra que todos los gobiernos de los hombres serán reemplazados por un solo gobierno de Dios! Este no tratará de remendar los sistemas de los hombres, que fracasan, sino que los aplastará para despejar el camino para un cambio muy necesitado. (Mar. 2:21, 22) Y puesto que regirá desde el cielo, los humanos jamás podrán controlarlo ni corromperlo.
¿Hay alguna posibilidad de que el reino de Dios llegue a ser opresivo? Bueno, ¿son opresivas las leyes físicas que Dios ha establecido para regular el universo? No, más bien hacen que haya orden y armonía maravillosos. De la misma manera, las leyes de Dios para gobernar las relaciones humanas contribuirán al mejor orden que puede haber y suministrarán los mayores beneficios. Solo si una persona las pasara por alto se metería en dificultades, tal como le pasaría al que pasara por alto la ley de gravedad y saltara de un edificio alto.
Podemos estar seguros de que el régimen de Dios no será opresivo ni injusto, porque su Palabra garantiza: “Se propone juzgar a la tierra habitada con justicia.” (Hech. 17:31) También, la Biblia dice: “Dios no es un hombre para que diga mentiras.” (Núm. 23:19) De modo que cuando Dios promete un nuevo orden donde la gente tendrá “que morar en un lugar de habitación pacífico y en residencias de plena confianza y en lugares de descanso sosegados,” entonces podemos creerlo.—Isa. 32:18.
Un gobierno como ése rigiendo sobre la Tierra es exactamente lo que necesita la humanidad para que haya alivio de las condiciones horribles de hoy. Pero, ¿exactamente cómo resolverá los problemas de delincuencia y crimen, violencia y guerra? ¿Qué evidencia tenemos ahora mismo de que verdaderamente tendrá buen éxito?
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Crimen, violencia y guerra eliminados... paz y seguridad en todo el mundo¡Despertad! 1970 | 8 de abril
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Crimen, violencia y guerra eliminados... paz y seguridad en todo el mundo
¿QUÉ significaría para usted el poder tirar las cerraduras y las llaves y jamás pensar en los ladrones?
¿Le gustaría poder andar por cualquier lugar, a cualquier hora y saber que toda persona que encontrara sería su amigo?
¿No sería para usted un intenso consuelo saber que la guerra hubiera llegado a ser para siempre una cosa del pasado desagradable?
Una paz y una seguridad tan genuinas no son un sueño. Ciertamente vendrán, pero solo bajo el régimen del reino de Dios.
Es verdad que quizás algunos opinen que no es positivo el creer esto. No obstante, esas personas continúan cifrando su confianza en humanos imperfectos que han prometido soluciones que jamás llegan. ¿Es eso ser positivo? No, la persona positiva es aquella que se enfrenta a los hechos y cifra su confianza, no en humanos que fallan, sino en Dios, que “no puede mentir.”—Tito 1:2.
Librándose de los malos
¿Cómo abordará Dios de modo positivo el desafuero que aumenta hoy en día? Bueno, ¿qué hace el agricultor con la mala hierba que ha cubierto un terreno que desea para sembrar? Desarraiga la mala hierba, o le mete el arado, quitándola del camino... ¡sí, por la fuerza! Proverbios 2:22 dice: “En cuanto a los inicuos, ellos serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, ellos serán arrancados de ella.”
¿Por qué debemos creer que la fuerza tendrá buen éxito en este caso cuando ha fallado bajo el régimen del hombre? Porque Dios tiene control perfecto de su fuerza. Génesis 18:25 dice: ‘Es inconcebible de [Dios] que haga morir al justo con el inicuo.’ ¡Cuán diferente de las naciones de este mundo que destruyen vidas sin distinción alguna en su guerra!
No obstante, uno no debe pensar que el cortar de la existencia a los inicuos solo envuelve a unas cuantas personas. Mucho de lo que acepta la mayoría en estos días le es detestable a Dios. Por ejemplo, muchos no creen que la fornicación, el adulterio y la homosexualidad sean cosas incorrectas. Muchos hacen una práctica del mentir, defraudar y hurtar, y quizás operen detrás de un frente que muestre legalidad. Algunos prefieren ser borrachos; otros promueven la violencia y el asesinato. Sin embargo, la Palabra de Dios advierte que a menos que las personas que practican esas cosas se vuelvan de su derrotero, serán cortadas de la existencia con este sistema inicuo.—Rev. 21:8.
El hecho de que los inicuos que habrán de ser aniquilados serán muchos se prefigura en la profecía bíblica: “Los muertos por Jehová ciertamente llegarán a estar . . . desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra.” (Jer. 25:31-33) Esto será recto y justo, porque Jehová es el juez y puede leer los corazones de los hombres.
¡En consecuencia, con un solo golpe Jehová librará a la Tierra entera de todo crimen y violencia! No obstante, ¿cómo sabemos que este desafuero no brotará de nuevo?
Gobernante justo del reino de Dios
Para preservar la justicia, se necesita un gobernante. Éste tiene que ser alguien que también guarde las normas de ley y orden de Dios.
¿Dónde puede hallarse tal administrador para nuestro planeta Tierra? ¿Quién es aquel que inmutablemente habló la verdad, sostuvo lo que era correcto, defendió la causa de los pobres y oprimidos, y tuvo tanto amor a otros que entregó su vida por ellos?
El único que reúne todos los requisitos es Jesucristo, aquel que fue “probado en todo sentido . . . pero sin pecado.”—Heb. 4:15; Juan 3:16.
Mientras estuvo en la Tierra, Jesús demostró que era fiel a las normas de verdad y justicia de Dios, aun cuando fue sometido a una muerte angustiosa. Su galardón fue que Dios lo resucitó a la vida celestial con el derecho de ser gobernante del reino de Dios. (1 Ped. 3:18; Sal. 110:1) Luego, al llegar el establecimiento de ese reino celestial en este “tiempo del fin,” Cristo comenzó a gobernar. “El reino del mundo ha llegado a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él gobernará como rey para siempre jamás.”—Rev. 11:15.
Puesto que Cristo mismo pone el mejor ejemplo de alguien que guarda la ley y el orden de Dios, sus súbditos se sienten animados a hacer lo mismo. También, las personas de corazón sincero y honrado se sienten atraídas al servicio legítimo y leal de este gobernante justo por lo considerado que es al tratar a sus súbditos. Pues él dijo: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y háganse mis discípulos, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.” (Mat. 11:28-30) ¡Sí, qué deleite obedecer a un gobernante de esa clase!
Administradores asociados
La Biblia muestra, también, que Cristo Jesús, como gobernante del gobierno celestial de Dios, tiene muchos administradores capacitados como asociados celestiales. (Rev. 20:6) Ascienden a 144.000. (Rev. 14:1) Todos ésos ciertamente bastarán para encargarse de que las normas de ley y orden de Dios se mantengan en toda la Tierra en el nuevo orden.
Estos administradores asociados tienen cualidades muy semejantes a las de Jesús. ¿Cómo lo sabemos? Porque todos habrán servido de seguidores leales suyos en la Tierra, probando su amor a la justicia al mantener lealtad a las leyes de Dios bajo persecución aun hasta la muerte. Por consiguiente, ellos también son remunerados con ser resucitados a la vida de espíritus a fin de regir con Jesús desde los cielos. (Rev. 3:21) ¿Y qué clase de actitud tienen como administradores? Jesús dijo a los primeros que iban en camino a ser de estos asociados:
“Ustedes saben que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas [las personas] y los grandes ejercen autoridad sobre ellas. No es así entre ustedes; antes el que quiera llegar a ser grande entre ustedes tiene que ser ministro de ustedes, y el que quiera ser el primero entre ustedes tiene que ser esclavo de ustedes.”—Mat. 20:25-28.
¿No desearía usted ser súbdito de gobernantes que fueran honrados, veraces y humildes, que altruistamente atendieran las necesidades de la humanidad? Cristo y sus corregentes han probado ser así. Bajo su régimen, la gente jamás tratará de librarse en desesperanza y frustración debido a parecerle que sus gobiernos no se interesan en ella o no están trabajando honradamente a favor de ella.
Estímulo adicional
Hay otros aspectos del régimen del reino de Dios que estimularán ley y orden. Por ejemplo, hoy la propaganda política y nacionalista incita a mucho odio y división. Películas, programas de televisión y materia de lectura que estimulan las emociones más bajas de la gente incitan a mucha delincuencia e inmoralidad.
Pero en el nuevo orden de Dios todo medio de comunicación se dedicará a lo que es verdadero, sano y edificante, “porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová.” (Isa. 11:9) Esto ayudará a producir un ambiente enteramente nuevo, un espíritu nuevo a través del mundo, un espíritu que estimule a la gente a hacer lo correcto.
También, algo que fuertemente disuadirá de perpetrar el mal será el hecho de que ningún infractor de la ley jamás ‘se saldrá con la suya.’ Hasta con aparatos electrónicos no es posible atrapar a algunos infractores de la ley hoy día. Pero la Biblia nos dice: “Jehová... en los cielos está su trono. Sus propios ojos contemplan, sus propios ojos radiantes examinan a los hijos de los hombres.” (Sal. 11:4) De modo que ninguna delincuencia pasará sin ser detectada por Dios y los representantes de su Reino.
A ninguna persona que obstinadamente rehúse cambiar de un derrotero incorrecto en el nuevo orden de Dios se le permitirá continuar viviendo, porque eso pondría en peligro la paz y la seguridad de otros. La regla será: “En cuanto al pecador, aunque cuente con cien años de edad se invocará el mal contra él.” (Isa. 65:20) Eso significará su destrucción. ¡Qué consuelo y protección será eso para los que desean hacer lo que es correcto!
¿Podemos tener confianza absoluta en que tal administración celestial de ley y orden realmente tenga buen éxito? ¡Sí! Y no tenemos que aguardar hasta el nuevo orden de Dios para obtener prueba. ¡Podemos examinar esa prueba hoy!
Normas de Dios en acción... ¡ahora!
Las profecías bíblicas muestran que cuando los “últimos días” comenzaron en 1914, el gobierno celestial de Dios en las manos del entronizado Hijo de Dios comenzó a regir. Un gobierno tiene súbditos sobre los cuales rige. ¿Quiénes, entonces, son los súbditos del gobierno del reino de Dios? Aquellos que reconocen esto: “Jehová es nuestro Juez, Jehová es nuestro Dador de Estatutos, Jehová es nuestro Rey.” (Isa. 33:22) Son los que adoran a Jehová Dios y dan testimonio a otros acerca de él y de su reino.—Isa. 43:10.
De modo que el gobierno celestial de Dios tiene súbditos en la Tierra hoy... testigos fieles de Jehová. Ahora más de un millón de ellos en 200 diferentes países trabaja activamente a favor de ese reino.—Mat. 24:14.
¿Qué están haciendo en cuanto a ley y orden ahora mismo? Ante todo, están obteniendo el fundamento correcto para ello. Con regularidad adquieren conocimiento de las leyes de Dios que están en su Palabra. (Juan 17:3) Hacen esto en estudio privado, en sus estudios bíblicos de familia y en sus más de 25.000 congregaciones esparcidas por todo el mundo donde todas las reuniones están dedicadas a educación bíblica y a aplicación práctica de principios bíblicos al modo de vivir cotidiano.
¡Ley y orden ahora!
¿Qué ha producido esto? Entre otras cosas, el cumplimiento de la profecía: “No alzarán espada, nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.” (Miq. 4:3) ¡Sí, entre los testigos de Jehová el problema de la guerra ya ha sido resuelto! —1 Juan 3:10-12; 4:20, 21.
Lo que es verdad acerca de la guerra también es verdad acerca de la delincuencia y la violencia. Estas cosas casi no existen entre los testigos de Jehová. Ellos han aprendido a respetar la vida, propiedad y derechos de su prójimo.—Rom. 14:19; Gál. 5:19-23.
Otros que examinan la sociedad de los testigos de Jehová que se basa en la Biblia reconocen la elevada calidad de su ley y orden.
Cuando funcionarios municipales de Pasadena, California, observaron a los testigos de Jehová durante una de sus asambleas grandes, exclamaron: “¡Asombroso!” “¡Jamás vi algo semejante en mi vida!” Una persona del ayuntamiento de aquel lugar dijo: “Es asombroso tener a más de 100.000 visitantes [testigos de Jehová] en una ciudad durante más de una semana y no informar a la policía un solo incidente del grupo.”
Fuente de su éxito
¿Cómo pueden efectuar lo que este mundo no ha efectuado? Debido a que la Biblia es su ‘constitución,’ y viven en armonía con ella. Cuando ésta les dice que sean pacíficos y observantes de la ley dondequiera que vivan, rindiendo a “César las cosas de César,” obedecen. Pero cuando les dice que rindan “a Dios las cosas de Dios,” se aseguran de hacer eso también. Y cuando hay conflicto entre Dios y “César,” ellos ‘obedecen a Dios como gobernante más bien que a los hombres.’—Mat. 22:21; Hech. 5:29.
Las leyes de Dios tienen tan buen éxito porque se basan en amor, el cual llega al corazón. Jesús dijo: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente,” y “tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.” (Mat. 22:37-39) Este amor genuino y arraigado profundamente a Dios y al prójimo, cultivado mediante educación bíblica apropiada, es lo que más fuertemente disuade de la guerra, la delincuencia y la violencia. Mueve el corazón e impele a la gente a querer hacer lo correcto.
Aun bajo la persecución más tenaz, los testigos de Jehová permanecen leales a las leyes de Dios. Por ejemplo, cuando los nazis bajo Hitler exigieron que los testigos de Jehová en Alemania quebrantaran las leyes de Dios, ellos rehusaron hacerlo. De modo que fueron enviados a campos de concentración. Un recluso de esos campos, N. Gun, más tarde escribió lo siguiente en su libro The Day of the Americans: “Los miembros de los Testigos de Jehová, debe decirse, mostraron tal ánimo, osadía, virtud y estoicismo en la adversidad que merecen un saludo especial. Fueron como rocas en un mar de lodo.”
No son los edificios gubernamentales ni los ejércitos los que muestran si un gobierno verdaderamente tiene buen éxito. Es lo que el gobierno produce y cómo lo apoyan sus súbditos. Ahora bien, ¿qué gobierno de nuestro tiempo produce tal ley y orden entre sus súbditos que no se necesiten policías ni ejércitos? ¿Qué gobierno recibe apoyo tan de todo corazón que sus súbditos como un cuerpo voluntariamente optan por sufrir y morir más bien que desobedecer sus leyes? Solo el reino de Dios que rige sobre sus súbditos está efectuando estas cosas hoy en día.
En consecuencia, cuando la Biblia habla de la ley y el orden en el nuevo sistema de Dios, no está hablando acerca de algo que quizás tenga buen éxito. Está teniendo buen éxito... ¡y ahora mismo! Y sus efectos visibles serán aun más evidentes después que los inicuos sean exterminados, eliminando su mala influencia. Entonces, “los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”—Sal. 37:11.
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Injusticia y discriminación idos para siempre... justicia y unidad para toda la humanidad¡Despertad! 1970 | 8 de abril
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Injusticia y discriminación idos para siempre... justicia y unidad para toda la humanidad
PARA que la ley y el orden sean verdaderamente eficaces, es preciso que estén acompañados de justicia e igualdad. Es preciso que se acaben el prejuicio y el odio que se basan en las diferencias raciales o nacionales.
Sin embargo, si acudimos a los hombres para que efectúen esto por su propia cuenta, la perspectiva sería muy desanimadora. La historia de la humanidad está llena de injusticia y discriminación que han sido el resultado de esos prejuicios nacionales o sociales.
Enteras naciones y razas han sido oprimidas, esclavizadas y hasta aniquiladas a causa de estos prejuicios. Hoy vemos que aumenta la hostilidad entre negros y blancos, judíos y árabes, chinos y malayos. Vemos guerra tribual suicida en África y el nacionalismo en aumento en casi todas partes.
Ideologías políticas y religiosas del mundo fallan
Hoy la situación es exactamente como la describió Ivo Duchacek en Conflict and Cooperation Among Nations cuando dijo: “El nacionalismo divide a la humanidad en unidades mutuamente intolerantes. Como resultado la gente piensa como norteamericana, rusa, china, egipcia o peruana primero y como seres humanos en segundo lugar... si acaso.”
Ni siquiera ideologías políticas poderosas como el comunismo pueden vencer esta hostilidad nacional y racial. Por ejemplo, en marzo de 1969 uno de los muchos choques armados entre las dos naciones comunistas de mayor prominencia resultó en la muerte de 31 rusos y muchos chinos.
Tampoco pueden vencer los prejuicios nacionales y raciales las religiones de este mundo. Un señor católico que había estudiado en los seminarios de Notre Dame y Cantoria en París observó como sus compañeros católicos se mataban unos a otros durante la II Guerra Mundial debido a diferencias nacionales, y declaró:
“Me escandalizaban los sermones que pronunciaba mi capellán acerca de los soldados del ‘otro lado.’ Vez tras vez, en la confesión, le preguntaba por qué el papa no prohibía que los católicos de ambos lados se mataran atrozmente unos a otros. No recibía respuesta alguna.”
Aun en la misma nación, quizás haya personas que asistan a la misma iglesia con otros de la misma raza y nacionalidad, y sin embargo los desprecian porque no son tan acaudalados o socialmente prominentes. Una persona de la Iglesia Unida del Canadá escribió:
“La iglesia era dirigida por cristianos de diez dólares a la semana. Si uno daba menos, los acomodadores no lo conducían a uno a las bancas, pero sí conducían a los grandes dadores. Los miembros acaudalados eran orgullosos, pues no hablaban a familias de la clase media.”
Es probable que usted haya notado estas cosas, porque estas experiencias de ninguna manera son raras. En todas partes existen divisiones a causa de nacionalidad, raza o posición social. Las creencias políticas o religiosas mutuas de la gente no vencen estas divisiones.
Se necesita cambio fundamental
Aunque los gobiernos políticos aprobaran leyes que proscribieran el odio y el prejuicio, que ordenaran a la gente que se amara mutuamente, ¿ayudaría eso? No, porque el modo de pensar fundamental de la gente no se puede cambiar simplemente con aprobar una ley. El amor no puede ser puesto en los corazones humanos por legislación. Como dijo el educador estadounidense Horace Mann:
“Déjese que la mente del público se corrompa una vez cabalmente, y todos los esfuerzos por asegurar la propiedad, libertad o la vida, por la simple fuerza de las leyes escritas en pergamino, serán tan en vano como el colocar avisos impresos en un huerto para impedirles la entrada a las orugas.”
Lo que se necesita es un cambio fundamental en el modo de pensar y la actitud del corazón. Pero eso solo puede producirse mediante educación de la clase correcta. Sin embargo, hoy los sistemas educativos de todas las naciones se amoldan a sus puntos de vista nacionalistas. A la gente se le educa para que compita con otros con orgullo.
Una educación de esa clase jamás puede eliminar los prejuicios nacionales, raciales o sociales. Su atractivo al modo de pensar correcto es superficial a lo más. Su efecto en los corazones humanos es igual de superficial.
Reino de Dios trae educación correcta
Solo bajo el reino de Dios vendrá un cambio fundamental. ¿Cómo? Mediante educación de la clase correcta.
Recuerde, después del fin de este inicuo sistema de cosas, el gobierno celestial de Dios tendrá el control total de la Tierra. Eso significa que tendrá el control total de toda la educación. No habrá centenares de sistemas de educación antagónicos funcionando a través del mundo en el nuevo orden de Dios como sucede ahora. No, solo habrá el único sistema que suministre Dios por medio de los representantes de su Reino en la Tierra.
El enseñarle a la gente la verdad acerca de las relaciones humanas apropiadas recibirá elevada prioridad en el nuevo orden de Dios. A toda persona se le enseñarán las normas justas de Jehová. Esa educación uniforme traerá a la atención de todos el hecho de que “Dios no es parcial.” (Hech. 10:34) Él no favorece a ninguna persona sobre otra a causa de nacionalidad, raza o antecedentes sociales. De modo enfático, la Biblia declara: “¿Hay injusticia con Dios? ¡Jamás sea cierto eso!” (Rom. 9:14) Así a cada persona se le puede asegurar justicia, trato imparcial.
En el nuevo orden de Dios todos los hombres aprenderán que de veras son “hermanos,” puesto que todos se han originado del primer hombre y de la primera mujer que Dios creó: “Hizo de un solo hombre [Adán] toda nación de hombres.” (Hech. 17:26) En vez de orgullo de raza, de nacionalidad o de posición social, los habitantes de la Tierra aprenderán a amarse y respetarse unos a otros, tratándose unos a otros con dignidad. Jesús dijo: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.”—Juan 13:34, 35.
Rehaciendo la personalidad
Pero, ¿cómo puede tener buen éxito tal mandato de amarse unos a otros cuando previamente dijimos que cualquier ley en este sentido promulgada por caudillos políticos fracasaría?
Tendrá buen éxito porque el conocimiento de Dios es lo bastante poderoso para llegar al corazón y transformar las actitudes más profundas de la persona. La Biblia dice de Jehová que su “ley es la verdad.” (Sal. 119:142) También dice: “La palabra de Dios es viva y ejerce poder y es más aguda que toda espada de dos filos.” (Heb. 4:12) De modo que las verdades de Dios pueden atravesar hasta llegar al mismísimo corazón de los hombres, impeliéndolos a romper las ataduras del prejuicio.
Siendo fortalecida toda persona de la Tierra con el alimento mental apropiado, habrá un sano rehacer de personalidades. La Biblia muestra que un cambio profundamente arraigado como ése es posible, cuando dice: “Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad, que por medio de conocimiento exacto va haciéndose nueva según la imagen de Aquel que la creó, donde no hay ni griego ni judío, . . . extranjero, escita, esclavo, libre, . . . vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unión.”—Col. 3:9-14.
De modo que en el nuevo orden de Dios todos aprenderán el punto de vista correcto... el de Dios. Con el tiempo, en el sentido más cabal será veraz que “la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas están cubriendo el mismísimo mar.” (Isa. 11:9) Por consiguiente, el principio bíblico es que, al salir los juicios de Dios, “justicia es lo que los habitantes de la tierra productiva ciertamente aprenderán.” (Isa. 26:9) En consecuencia, se dirá de la entera familia humana: “Todos ustedes son hermanos.”—Mat. 23:8.
No obstante, si usted considera a la familia humana en la actualidad, usted correctamente puede preguntarse si todo esto será posible. ¿Qué prueba hay de que personas de diferentes razas, nacionalidades y antecedentes sociales puedan llegar a ser “hermanos”?
De nuevo, usted puede examinar la evidencia ahora mismo. Si se puede demostrar que existe tal armonía bajo las condiciones presentes, entonces ciertamente en el nuevo orden de Dios habrá aun mayor armonía, puesto que las presiones de este mundo malo habrán desaparecido.
¡Justicia y unidad ahora mismo!
La profecía bíblica dice: “Tiene que suceder en la parte final de los días que . . . muchos pueblos ciertamente irán y dirán: ‘Vengan, y subamos a la montaña de Jehová, . . . y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas.’ . . . Y él ciertamente . . . enderezará los asuntos respecto a muchos pueblos.”—Isa. 2:2-4.
Note que esta profecía habla acerca de la “parte final” de los días. Esto nos hace recordar el período mencionado como los “últimos días” en Segunda a Timoteo 3:1. De modo que ahora mismo, hoy en día, usted debe esperar hallar a personas que estén aprendiendo los caminos de Jehová y estén siendo unificadas con un vínculo mundial de amor, prescindiendo de raza, nacionalidad o posición social.
¿Dónde puede usted hallar tal armonía en la Tierra hoy día? La prensa mundial reconoce que sí existe esta clase de armonía. El Times de St. Petersburg, Florida, informó después de una asamblea reciente:
“LOS TESTIGOS PRACTICAN ARMONÍA RACIAL. ‘Negros y blancos juntos.’ Los Testigos de Jehová no cantan en cuanto a ello, simplemente lo practican. No solo ha sido la asamblea un ejemplo de grandes proporciones de armonía racial en que los blancos y los negros adoran juntos, sino que ha incluido sin murmurar a unos 700 Testigos de habla hispana en sus programas.”
Después de una asamblea semejante de testigos de Jehová, un observador escribió al Citizen de Asheville, Carolina del Norte:
“Nunca se vio a un policía. No había ruidos escandalosos, perturbaciones ni altercados. . . .
“El orden era perfecto y no había gritería obscena. Recuerde que a veces había hasta siete mil personas en torno del centro de operaciones... muchísimas de ellas de color.
“NO había basura tirada. . . . Sin duda eran impelidos por el espíritu de buena voluntad para con la humanidad.”
Un ex-miembro de la Iglesia Unida de Cristo en las Filipinas contrastó a los de su iglesia con los testigos de Jehová, diciendo: “Tendíamos a mostrar frialdad para con los de diferentes dialectos; éramos regionalistas. Los Testigos no tenían esta inconveniencia.”
Una madre de color de los Estados Unidos cuenta su experiencia:
“Los testigos de Jehová vinieron a nuestra casa por lo menos dos o tres veces antes de que decidiéramos que se condujera en nuestro hogar un estudio bíblico. Junto con el hecho de que tenía prejuicios contra la gente blanca, yo me oponía mucho a que los Testigos vinieran a mi casa. Pero simplemente decidí dejar que mi esposo por sí mismo llegara a ver que yo tenía razón.
“Aproximadamente un mes después, los Testigos nos invitaron a su Salón del Reino. Bueno, ahora fue que verdaderamente pensé que mi esposo ‘vería las cosas claras.’ Sin embargo, hasta yo me sorprendí al ver a los Testigos cuando llegamos al salón. Eran del todo diferentes de lo que yo pensaba que serían. Afectuosos y amigables simplemente no son las palabras que bastan para describirlos. . . . Para ellos no había diferencia en nuestros colores. Simplemente éramos iguales a ellos. Eso me convenció. Quedé muy avergonzada de mí misma.
“De todos nuestros estudios bíblicos hemos aprendido a comportarnos bien, a amarnos unos a otros, y ahora sabemos que éste es el camino correcto por el cual ir. Esto ha cambiado nuestras relaciones de uno con el otro, nos ha hecho un matrimonio más feliz, nos ha hecho mejores padres.
“Nos ha dado algo de lo cual asirnos y nos ha mostrado lo que tenemos que hacer para obtener vida eterna. Antes de eso, pudiéramos haber ido a la iglesia durante cien años, y jamás habríamos aprendido cuál era el propósito de Jehová Dios para nosotros.”
Sin importar adónde mire usted —en África, Asia, Europa, las Américas, las islas de los mares, es igual— los testigos de Jehová han vencido las barreras del prejuicio racial, nacional y social.
¿Cómo ha sido posible esto? ¿Tienen estas personas mayor inteligencia que otras? ¿Van a las mejores escuelas de este mundo? No, se debe a que están haciendo lo que predijo la profecía de Isaías: escuchan lo que Jehová dice en su Palabra, y luego lo viven en sus vidas cotidianas.—Pro. 2:1-9.
Es un hecho que entre los más de un millón de testigos de Jehová en 203 países existe un inquebrantable vínculo de amor y unidad. Esto es prueba sólida de que la injusticia y la discriminación verdaderamente terminarán para siempre en el nuevo orden de Dios.
Sin embargo, ¿qué hay de los enormes problemas económicos de hoy? ¿Qué hay de la pobreza, el hambre y el alojamiento deficiente? ¿Cómo se abordarán estos asuntos en el nuevo orden de Dios?
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Pobreza, hambre y alojamiento malo reemplazados... condiciones decentes de vida para todos¡Despertad! 1970 | 8 de abril
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Pobreza, hambre y alojamiento malo reemplazados... condiciones decentes de vida para todos
¿ESTÁ usted comiendo bien en estos días? ¿Vive usted en un hogar cómodo? ¿Percibe usted ingresos seguros?
Si usted puede contestar “Sí” a cualquiera de esas preguntas, entonces usted es bastante diferente de la mayor parte de la gente de la Tierra.
¿Por qué? Porque aproximadamente 10.000 personas se mueren de inanición todos los días, y dos tercios de la entera familia humana están desnutridos. Y la mayor parte de la gente del mundo vive en pobreza, en alojamientos malos.
Sin embargo, ¿qué hay si simplemente una de las naciones más poderosas del mundo usara el dinero que ahora gasta en preparativos bélicos para construir casas con un costo de 10.000 dólares cada una? ¡Se podría construir anualmente un total de ocho millones de hogares particulares! ¿Y qué hay si el dinero que gastan todas las naciones en la guerra se usara de la misma manera? ¡Se podría construir un hermoso hogar para cada nueva familia que se está formando ahora por todo el mundo!
Sin embargo, no se está haciendo esto. Y no hay ninguna indicación en absoluto de que los gobiernos humanos lo harán.
Sistemas económicos no satisfacen las necesidades
El hecho penoso es que los sistemas económicos de este mundo no están satisfaciendo las necesidades fundamentales de la humanidad. Al contrario, los pobres y hambrientos del mundo están aumentando rápidamente.
Una encuesta de la Organización de las Naciones Unidas descubrió que tan solo en la América latina los desempleados habían aumentado de 18 millones a 23 millones de 1960 a 1968. Los gobiernos locales no han podido ofrecer ninguna esperanza verdadera de mejoramiento. Esto ha resultado en que se forme una disposición de ánimo cínica y encolerizada entre muchos, especialmente entre los jóvenes.
En África, la pobreza, los barrios bajos atestados y el hambre son lo que domina.
Aun los acaudalados Estados Unidos tienen millones de personas pobres. También, su ‘clase media’ está siendo apretada financieramente a medida que la inflación constante produce aumento de precios. Todo esto produjo los siguientes comentarios registrados en U.S. News & World Report del 7 de julio de 1969:
Un mecánico de Indiana: “Fijan los salarios de modo que uno solamente pueda estar con la cabeza por encima del agua. Cuando ganaba 16 dólares a la semana, ahorraba. Ahora gano 700 dólares al mes y apenas puedo pasarla.”
Un lechero de Illinois: “No se puede uno jubilar ahora. Uno casi tiene que trabajar hasta el fin de su vida. Muchas personas han ahorrado para los días difíciles y luego no tienen suficiente. El Seguro Social ya no lo abarca.”
Un pintor de California: “El hecho de que todos los impuestos suban sin que esté a la vista el fin de ello desanima. Por mucho tiempo no había visto a la gente tan frustrada.”
Estos comentarios no son raros. Son típicos. Sin embargo, estas personas viven en la nación más rica de la Tierra. ¡Imagínese lo que opina la gente de países como la India, donde tan solo en Calcuta hay 100.000 personas que viven en las calles porque no tienen hogar ni ingresos!
Sin embargo, aunque los sistemas económicos de la actualidad no satisfacen las necesidades de la humanidad, el sistema económico del nuevo orden de Dios las satisfará. Ciertamente suministrará abundancia, pues la Palabra de Dios promete: “[Dios,] estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente.”—Sal. 145:16.
No habrá desperdicio de recursos
Hoy, se gasta mucho tiempo, energía, dinero y material en producir cosas que no ayudan ni una pizca a la humanidad. Las armas de guerra se llevan una tremenda proporción de los recursos de las naciones.
En el nuevo orden de Dios, no sucederá tal desperdicio. Puesto que jamás habrá guerra o violencia, nunca se fabricarán fusiles, bombas, proyectiles u otras armas. Los muchos materiales que ahora se desperdician en estas cosas se dirigirán hacia búsquedas pacíficas. Isaías 2:4 establece la regla: “Tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas.”
Bajo la autoridad central del reino celestial de Dios, todos los abundantes recursos de la Tierra se usarán para el bien del hombre. Los que “están arruinando la tierra” habrán desaparecido.—Rev. 11:18.
La competencia egoísta reemplazada por cooperación amorosa
Tampoco habrá desperdicio que provenga de competencia económica. Hoy, individuos, negocios y naciones tratan de eclipsarse unos a otros, y hasta tratan de hacer quebrar a otros. La competencia económica ha causado gran cantidad de inquietud, odio y guerra.
Lo penoso que es esto se puede notar en un editorial intitulado “La competencia de la vida norteamericana,” que publicó el Times de Nueva York del 25 de junio de 1969. Comentando sobre lo difícil que se le hizo al presidente Nixon hallar hombres capacitados para puestos encumbrados, declaró:
“‘Jamás me había dado cuenta,’ hizo notar un miembro del Gabinete el otro día, ‘de cuán cara les ha costado la competencia feroz de la vida de los negocios y la vida profesional norteamericanos a muchos de nuestros hombres más talentosos y de más éxito. Muchos de ellos sencillamente han resultado agotados en la lucha. Muchos más tienen toda clase de problemas de familia que no pueden dejar. En muchísimos casos, se han dado a la bebida a tal grado que el riesgo es demasiado grande.’ . . .
“Mientras tanto, la competencia está comenzando más pronto y siempre está aumentando: para entrar en las mejores escuelas, para entrar en las mejores universidades y para hacer frente a las pruebas de una sociedad compulsiva e impetuosa. . . . La búsqueda [por el Sr. Nixon] de hombres de éxito está sacando a la luz algunos casos trágicos y obligando a llegar a unas conclusiones sombrías.”
Hace mucho tiempo, la Biblia registró la insensatez de tal competencia, al declarar: “Pues ¿qué llega a tener un hombre por todo su duro trabajo y por el esfuerzo de su corazón con que está trabajando duro bajo el sol? Porque todos sus días su ocupación significa dolores y vejación, también durante la noche su corazón simplemente no se acuesta.” “Toda la pericia sobresaliente en el trabajo . . . significa la rivalidad de uno para con otro; esto también es vanidad y un esforzarse tras el viento.”—Ecl. 2:22, 23; 4:4.
El régimen del reino de Dios eliminará esta competencia. Puesto que solo habrá un gobierno, lógicamente habrá un solo sistema de economía. En vez de competencia entre humanos, habrá cooperación. El amor al prójimo caracterizará todas las relaciones humanas. (Juan 13:35) Tampoco habrá algunos ricos, mientras otros sean azotados por la pobreza. Y todos participarán en trabajar para provecho de la humanidad, siendo la regla: “Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma.” (2 Tes. 3:10) Esto significa que ninguna persona perezosa vivirá a costa de otros. No, no será un ‘estado de beneficencia.’
Placer en el trabajo
El trabajo en el nuevo orden de Dios será un verdadero placer, ya que el hombre podrá ver los resultados directos de su trabajo. Pero eso no sucede con frecuencia hoy. ¿Cuántas personas disfrutan realmente de su trabajo ahora?
Millares están de pie en líneas de montaje de producción en masa, insertando una tuerca, un perno o una pequeña parte de las máquinas todo el largo día. Lo hacen simplemente para ganar dinero para pagar sus cuentas, no porque disfruten de ello. Otros se afanan bajo el caluroso Sol como agricultores migratorios en propiedad y siembras que nunca serán suyas. Su satisfacción personal a menudo es pequeña. ¿Y cuánto placer puede haber realmente al tratar de vender productos por medio de publicidad extraviadora, al tratar de hacer que la gente obtenga bajo presión cosas que realmente no necesita, o al fabricar productos que se sabe que están diseñados para acabarse pronto de modo que se puedan vender más?
El nuevo orden de Dios efectuará cambios espléndidos en este respecto. El llevar a cabo la “ley real” de ‘amar a tu prójimo como a ti mismo’ eliminará la codicia que convierte a los hombres en simples dientes de engranaje de una enorme máquina. (Sant. 2:8) También impelirá a los hombres a efectuar buen trabajo, los impelirá a producir, no productos inferiores, sino cosas excelentes para sus semejantes, excelente mano de obra en la cual se complacerán genuinamente.—Ecl. 3:12, 13.
Problemas de alojamiento resueltos
La promesa hecha hace mucho al Israel de la antigüedad se cumplirá para con todos los de la Tierra bajo el gobierno de Dios. “Ciertamente edificarán casas, y las ocuparán; y ciertamente plantarán viñas y comerán su fruto. . . . la obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal. No será para nada que se afanarán.”—Isa. 65:21-23.
Jehová no se propuso que los hombres vivieran amontonados unos encima de los otros en escuálidos barrios bajos urbanos. Eso está en contra de la mismísima naturaleza del hombre. La revista Look del 10 de junio de 1969 dice: “Entre todos los vertebrados desde los ratones hasta los hipopótamos y hasta los hombres, la única condición universal que produce la agresión descontrolada es el apiñamiento. Entre los humanos, la hostilidad estalla cuando las personas empiezan a inmiscuirse cada una en el ‘espacio personal’ de la otra.”
Cuando Jehová creó al hombre y a la mujer, los colocó en un hermoso jardín, no en un miserable barrio bajo. (Gén. 2:7, 8) Las primeras ciudades fueron edificadas por hombres que se habían alejado de Dios. (Gén. 4:17; 10:8-12) Desde entonces han acarreado toda clase de miseria, frustración y delincuencia. Pero pronto, en el nuevo orden de Dios, las ciudades de hoy con su apiñamiento de personas habrán desaparecido para siempre, y habrán sido reemplazadas por hogares decentes para todos.
La tierra produce una abundancia
En el nuevo orden de Dios, el hombre no tendrá que luchar en vano con la tierra, como a menudo lo hace ahora. Entonces, Jehová bendecirá a la humanidad con una abundancia de alimento.
El libro bíblico de Salmos describe las bendiciones de Dios, diciendo: “Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia.” “[Dios] está haciendo brotar hierba verde para las bestias, y vegetación para el servicio de la humanidad, para hacer salir alimento de la tierra.” Sí, “la tierra misma ciertamente dará su producto; Dios, nuestro Dios, nos bendecirá.”—Sal. 72:16; 104:14; 67:6.
¿Dará resultado, realmente?
Pero, ¿cómo sabemos que los humanos no crearán de nuevo terribles condiciones de vida? ¿Cómo podemos estar seguros de que no convertirán hogares decentes en barrios bajos donde reine la miseria?
Entre otras cosas, el reino de Dios estará en control total. Ninguna condición potencialmente mala pasará inadvertida o sin ser corregida. Además, todos los que vivan entonces habrán sido educados en los caminos de Dios. Habrán aprendido las normas elevadas de Dios de limpieza y orden que contribuyen a condiciones de vida decentes.
¿Vemos hoy tales normas elevadas entre los adoradores de Jehová? Después de una asamblea grande de testigos de Jehová en Winston-Salem, Carolina del Norte, el gerente del coliseo dijo: “Sin reservas, ése es el gentío más limpio y más ordenado que ha estado en el coliseo en los casi 10 años que he estado allí.” Y después de su enorme asamblea en Nueva York en 1958, a la que asistieron más de 250.000 personas, el 1959 Arena, Auditorium & Stadium Guide dijo:
“Ni siquiera podía hallarse un fósforo o envoltura de dulce desechada en los estadios y otras secciones que habían alquilado. Millares de sus miembros: hombres, mujeres y niños, formaron un comité para dejar cada metro cuadrado de superficie tan limpio, o más limpio, de lo que lo habían encontrado.”
Lo que hacen en las asambleas, aprenden a practicarlo en casa. Rehaciendo su mente según las normas de ley y orden de Dios, llegan a apreciar la nitidez y la limpieza. Aunque sus hogares solían ser desordenados, los amigos observan que comienzan a mantenerlos nítidos y limpios. Esto no requiere mucho dinero, sino disponerse a trabajar. Puesto que esto se está haciendo ahora aunque estas personas están rodeadas de vecinos a quienes a menudo no les importa la apariencia de sus casas, usted puede discernir que será mucho más fácil en el nuevo orden de Dios cuando toda persona habrá aprendido las mismas normas elevadas del buen orden.
Además, en tiempos de desastre, como inundaciones o tormentas, los testigos de Jehová ayudan a sus hermanos, suministrándoles sin reservas dinero, materiales y tiempo, dando lo que tienen. Un espíritu de altruismo como ése es el que reinará en toda la Tierra en el nuevo sistema de Dios.—2 Cor. 9:11-14.
¿No es conmovedor el considerar un nuevo orden libre de guerra, crímenes, injusticia, pobreza y hambre? ¡Qué deleite será el vivir en paz y seguridad, en unidad y amor, teniendo moradas decentes y bastante alimento nutritivo! Eso verdaderamente sería, como Jesús lo llamó, “el Paraíso.”—Luc. 23:43.
Las personas que vivan en esas condiciones ciertamente querrán seguir viviendo. No obstante, ahora reinan la enfermedad y la muerte. ¿Qué hará el régimen del reino de Dios en cuanto a estos grandes enemigos de la humanidad?
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La ley del pecado y la muerte cede... regla de salud y vida reina¡Despertad! 1970 | 8 de abril
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La ley del pecado y la muerte cede... regla de salud y vida reina
EL RÉGIMEN del reino de Dios introducirá un programa de salud mucho mayor que el que los gobiernos humanos siquiera han intentado. Esto tendrá un efecto indudable en la ley y el orden terrestres. ¿Por qué?
La manera en que uno se siente tiene mucho que ver con la manera en que actúa. Los enfermos a menudo hacen cosas que no harían si se sintieran bien. Un mal tan sencillo como un dolor de cabeza o una indigestión puede provocar palabras de irritación y acciones de mal genio, y éstas pueden causar violencia.
Una enfermedad prolongada y seria puede producir neurosis. El neurótico puede intentar suicidarse o llegar a estar mentalmente trastornado. Personas en esa situación han cometido asesinatos en masa... a veces han matado a sus propias familias. Usted ha leído de esas cosas en su periódico.
Programas de salud modernos insuficientes
La buena salud es una posesión inapreciable, un factor vital para vivir tranquilamente. Pero hoy la familia humana no está sana. Unos 700.000.000 de personas de África, Asia, América Central y América del Sur todavía padecen de paludismo. El paludismo, la elefantiasis o la anquilostomiasis quizás no presenten problema alguno en los llamados “países adelantados,” pero allí el cáncer y las enfermedades del corazón constantemente cobran más víctimas. Estos países adelantados también se enfrentan a crecientes peligros de contaminación... del aire, el agua y la tierra. Como dijo recientemente el Dr. Barry Commoner:
“El nuevo hombre tecnológico lleva estroncio 90 en sus huesos, yodo 131 en su tiroides, DDT en su grasa y asbesto en sus pulmones.”—El Times de Nueva York, 3 de mayo de 1969.
A las grandes ciudades, también, constantemente se les hace más difícil encargarse de la sanidad, las aguas de albañal y los problemas de tratar los desperdicios. Esas condiciones no contribuyen a un modo de vivir ordenado.
Contrario a lo que muchos creen, la ciencia médica en realidad no ha podido extender la duración de vida del hombre. El número de marzo de 1968 de Scientific American declaró:
“La impresión común de que la medicina moderna ha alargado la duración de la vida humana no tiene apoyo ni de las estadísticas demográficas ni de la evidencia biológica. No hay duda de que los adelantos del siglo XX en el control de las enfermedades infecciosas y de ciertas causas de muerte han mejorado la longevidad de la población humana en conjunto. Sin embargo, estos logros de la medicina y la salud pública simplemente han extendido la expectativa de vida media permitiendo que más personas lleguen al límite superior que para el género humano de término medio todavía parece ser los ochenta años bíblicos.”
Esta brevedad de la vida humana también afecta la ley y el orden. ¿Cómo?
El saber que la vida es corta suministra a algunos, aun a jóvenes, una sensación de frustración. La gente piensa que no tiene suficiente tiempo para efectuar todo lo que quiere efectuar. El impulso de llegar rápidamente a su meta a menudo impele a los hombres a actos agresivos sin considerar los intereses de otros. Esto aplica a gobernantes nacionales así como a ciudadanos comunes.
No podemos desestimar estos factores de la salud deficiente y la vida corta cuando consideramos el problema de la ley y el orden. Contribuyen al número creciente de personas que se envician con las drogas. Humanos impacientes, de vidas cortas, manchan las carreteras modernas con la sangre de millones de personas que mueren en accidentes automovilísticos. El impulso de ‘enriquecerse rápidamente,’ de ‘gozar todo lo que se pueda antes de que empiece la vejez,’ yace en la base de un sinnúmero de violaciones de la ley y actos criminales.
¿Cómo llegó a estar en esta situación el género humano? ¿Cómo puede llegar el alivio?
Fuente del problema
La humanidad ha aprendido muchas cosas valiosas acerca de la salud humana y la enfermedad humana. Pero la ciencia médica todavía no sabe la causa verdadera de la enfermedad y la muerte. Los científicos médicos saben que la enfermedad es un ‘desorden biológico,’ una condición anormal. Las células cancerosas, por ejemplo, son células que se han ‘desenfrenado,’ multiplicándose sin hacer caso de las funciones ordenadas de otras células y órganos del cuerpo. Pero, ¿qué causa estos desórdenes patógenos?
¿Gérmenes, bacterias, microbios, virus? Esta no es la respuesta final. Pues científicos médicos nos dicen que el sistema de defensa edificado en el cuerpo humano es tan complejo y tan poderoso que el hombre jamás debería enfermarse. Las personas que se nutren apropiadamente y que tienen alta resistencia a menudo no son afectadas por las bacterias que causan la muerte de otras.
Investigadores y biólogos dicen que el cuerpo humano posee “inmortalidad potencial,” que hay la posibilidad de que el cuerpo jamás muera, debido a una continua autorreparación y autorrenovación. Como hizo notar el bioquímico William Beck:
“No veo razón para que la muerte, en la naturaleza de las cosas, tenga que ser inevitable.”
De modo que no solo la enfermedad, sino también la vejez y la muerte, parecen ser anormales, fuera de orden para el cuerpo humano. ¿Por qué entonces, sufre la humanidad en esclavitud a estas cosas? Los científicos humanos solo pueden teorizar en cuanto a la respuesta. Como dice el libro The Cell, que es parte de la Colección Científica de la revista Life:
“Hay . . . varias teorías que tratan de explicar el invariable y aparentemente inevitable proceso de la vejez dentro de la célula... y por lo tanto dentro del hombre mismo. Ninguna de ellas es definitiva, ninguna se acepta generalmente.”
Solo la Biblia nos da la respuesta a nuestras preguntas. Solo ella nos dice la causa de la enfermedad y de la muerte. Y suministra seguridad de que esta condición desordenada de los cuerpos humanos será removida bajo el programa de salud y vida que llevará a cabo el gobierno justo de Dios.
Libertad de la ley del pecado y de la muerte
En la Biblia, en la carta del apóstol Pablo a los romanos, Rom. capítulo ocho, versículo dos, se habla de personas que están siendo ‘libertadas de la ley del pecado y de la muerte.’ La Biblia muestra que esa ley comenzó a aplicar cuando la primera pareja humana se rebeló contra su Creador en Edén. (Gén. 3:1-19) Por su rebelión se colocaron fuera de armonía con Dios, su ley y su orden. Perdieron su buena conciencia para con Dios y la paz mental que esto producía. Exhibieron cierto grado de enfermedad mental y esto también introdujo imperfección en su cuerpo. Como lo expresa el apóstol, llegaron a estar bajo la “ley del pecado,” llegaron a ser sus esclavos, y “el pecado gobernó como rey con la muerte” sobre ellos. Desde entonces ha gobernado sobre todos sus descendientes, incluso nosotros hoy.—Rom. 5:12, 19-21.
Pero el propósito del régimen del reino de Dios por su Hijo Jesucristo es poner a la humanidad obediente de nuevo en armonía con Jehová Dios, el Creador. El Salmo 68:20 nos dice: “A Jehová el Señor Soberano pertenecen las maneras de salir de la muerte.” Él ha provisto el medio legal que se necesita para cancelar la condición pecaminosa de todos los que le buscan y que se colocan bajo su dirección. Ese medio legal es el precio de rescate que pagó su propio Hijo, que dio su vida humana en sacrificio perfecto y así llegó a ser el “Agente Principal” del Dios de la vida y de la salvación a todos los que obedecen.—Hech. 3:15; Heb. 2:10.
Después que el gobierno celestial de Dios limpie esta Tierra de los que voluntariosamente rechazan sus provisiones para la vida, entrará en vigor un programa de mil años para llevar a todos los que vivan a una condición de perfección humana. El Hijo de Dios y los que ‘gobiernan como reyes y sacerdotes’ aplicarán los beneficios del sacrificio de Jesús a todos los obedientes. (Rev. 20:6; 22:1, 2) Con ayuda como ésa, y progresando continuamente en justicia, con el tiempo serán completamente libres de la esclavitud al pecado, la enfermedad y la muerte que han heredado de su antepasado Adán. Sí, así Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento, ni clamor, ni dolor.”—Rev. 21:4.
¿Qué hay de ahora?
Aun ahora se puede obtener provecho, no solo mentalmente, sino también físicamente, por las provisiones de Dios. ¿Cómo?
En el libro bíblico de Proverbios, capítulo cuatro, versículos 20 al 22, leemos:
“Hijo mío, de veras presta atención a mis palabras. A mis dichos inclina tu oído. No se escapen de tus ojos. Guárdalos en medio de tu corazón. Porque son vida a los que los hallan y salud a toda su carne.”
Muchos beneficios saludables les resultan a los que estudian la Palabra de Dios y aplican sus leyes y principios superiores en sus vidas. Por ejemplo, muchas naciones de la Tierra están experimentando ahora un alarmante aumento repentino en las enfermedades venéreas... sífilis y gonorrea. ¿Por qué? Una declaración del Comité de Asuntos Públicos de los Estados Unidos dice:
“La revolución de la actitud sexual de los pasados veinte años y el excesivo énfasis al sexo entre nuestras masas ha desempeñado su parte en agravar el problema de las enfermedades venéreas en nuestro país.”
Pero los que se adhieren a las excelentes leyes morales de la Biblia están salvaguardados de esas enfermedades que baldan.—Pro. 5:15-20; 7:22-27; Efe. 5:3.
Moderación es la regla que se manifiesta en la Biblia en asuntos de comer y beber. (Pro. 23:20; Luc. 21:34) A los que la siguen se les añaden años de vida mientras evitan el comer con exceso y la borrachera. Al prestar atención sincera al consejo del apóstol —“sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios”— también permanecen libres de costosa y esclavizadora inclinación a las drogas. (1 Cor. 10:31) No se arriesgan tontamente a adquirir cáncer de los pulmones u otras enfermedades por fumar.—2 Cor. 7:1.
El ejercer gobierno de uno mismo en todos estos asuntos hace que en la actualidad se disfrute de genuino respeto de la persona a sí misma. Esto contribuye a su contentamiento y salud mental. La importancia de esa salud mental se ve en esta declaración del libro Cancer, por el Dr. J. E. Hett:
“Los impulsos del sobresalto, la preocupación, el odio, la cólera, los celos, la venganza y la mala voluntad ejercen presión adicional en las glándulas endocrinas. Por medio de éstos se restringen las funciones del estómago y los intestinos. Se crean venenos que perjudican a los tejidos. Estos, a su vez, estorban la actividad apropiada de la mente. Se produce un círculo vicioso.”—Página 85.
Con buena razón dice la Biblia: “Un corazón calmado es la vida del organismo de carne, pero los celos son podredumbre a los huesos.” (Pro. 14:30) ¡Qué prudente, entonces, es seguir este consejo cristiano: “Vístanse de los tiernos cariños de compasión, de bondad, humildad de mente, apacibilidad y gran paciencia. Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó sin reserva a ustedes, así también háganlo ustedes”!—Col. 3:12, 13.
Solo la Biblia suministra el alimento espiritual que hace que las personas reemplacen las emociones negativas y perjudiciales con cualidades saludables y edificantes. El amor a Dios y el amor al prójimo que ese alimento espiritual desarrolla en la persona la protege de envolverse en disputas violentas, motines y otros estallidos de desorden. El individuo disfruta de la paz mental que solo una buena conciencia puede traer.—1 Ped. 3:16-18.
Finalmente, el conocer los propósitos que tiene Dios en cuanto al futuro, la promesa de su justo nuevo orden que abarca la Biblia, fortalece con esperanza el corazón de las personas honradas. No se enferman debido a inquietud, desesperación o frustración. Ven en las condiciones penosas que rigen actualmente en la Tierra la prueba clara de que su esperanza pronto se realizará, de que, de veras, su “liberación se acerca.” (Luc. 21:28) Verdaderamente tienen algo por lo cual vale la pena vivir.
¿Qué suministra orden a su vida, a su modo de pensar, a su actividad diaria? ¿Cuál es su propósito en la vida, la meta hacia la cual se dirige usted? Piense en estas cosas mientras considera el siguiente artículo.
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¿Realmente quiere usted ley y orden?¡Despertad! 1970 | 8 de abril
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¿Realmente quiere usted ley y orden?
¿REALMENTE quiere usted ley y orden? Y, si los quiere, ¿qué clase de ley y orden quiere usted?
¿Podría usted interesarse simplemente en la ley y el orden que le permitan a usted seguir viviendo como ha vivido, quizás esforzándose por realizar ciertas ambiciones personales libre de perturbación?
¿O se interesa usted en la clase de ley y orden que fija normas de conducta justas, basadas en altruismo, amor y respeto a los derechos de otros? En su interés por los derechos de otros, ¿entran en su consideración los derechos de Dios?
Algunas personas preferirían excluir a Dios del asunto. Pero ley y orden genuinos jamás pueden venir así. Ningún sistema de régimen diseñado por los hombres ha producido todavía ley y orden duraderos. Los sistemas antiguos declinan, nuevos sistemas surgen, duran por algún tiempo y luego ellos mismos son reemplazados por otros. Las leyes existentes por lo regular se revisan debido al descontento general con ellas o porque son ineficaces en cuanto a impedir abusos y delitos.
La lealtad a los códigos humanos constantemente se debilita en toda la Tierra. Cada vez es más grande la cantidad de las personas que solo obedecen las leyes que las favorecen o que no estorban sus miras y ambiciones. Aun militares, cuando se les captura y amenaza o se ejerce presión en ellos, violan los códigos de conducta de sus países. Algunos que resisten tales presiones, voluntariamente violan otros códigos de conducta cuando están libres.
Los humanos necesitan ley de una fuente superior a simples criaturas imperfectas como ellos mismos para dar lealtad plena y constante a esa ley. Solo la ley procedente de Dios puede atraer una lealtad de esa clase.
A todas las personas que realmente quieren esa ley y ese orden verdaderos, Dios les extiende una invitación para que disfruten de vida en la Tierra bajo su gobierno celestial. (Mat. 24:14) Pero no obliga a nadie a hacer esto. Los que optan por rechazar la ley y el orden de Dios tienen libertad para hacer eso. Sin embargo, tienen que aceptar las consecuencias de su selección.
Rechazando la ley y el orden de Dios
La Palabra de Dios muestra que cada persona tiene que aceptar la responsabilidad de su actitud para con las leyes de Dios. Dice: “Porque he llamado pero ustedes siguen rehusando, . . . cuando lo que los llena de pavor venga justamente como una tempestad, y el propio desastre de ustedes llegue aquí justamente como un viento de tempestad, cuando la angustia y los tiempos difíciles les sobrevengan a ustedes . . . seguirán llamándome, pero yo no responderé; seguirán buscándome, pero no me hallarán, por razón de que odiaron el conocimiento, y no escogieron el temor de Jehová. No consintieron en mi consejo; le mostraron falta de respeto a toda mi censura.”—Pro. 1:24-30.
Las personas que rechazan las normas elevadas de Dios no tendrán su protección cuando este sistema termine. Dios no está obligado a ayudar a esas personas. La Biblia dice: “Comerán del fruto de su camino, y se hartarán de sus propios consejos. Porque el renegar de los inexpertos es lo que los matará, y lo despacioso de los estúpidos es lo que los destruirá.”—Pro. 1:31, 32.
Hoy muchas personas están ‘renegando,’ es decir, están actuando traidoramente contra Dios y sus leyes. Jóvenes y adultos se están rebelando contra toda ley y todo orden, particularmente los de Dios. Pero a tales individuos se les llama “inexpertos.” Realmente no saben de qué hablan. Carecen de sabiduría y entendimiento.
Otros simplemente están dispuestos a flotar a la ventura y andar por el camino que menos dificultades les presente, como si las cosas fueran a disiparse y de alguna manera mejorar sin que ellos tengan que hacer nada. Pero, como muestra la Biblia, eso es estupidez. Jehová Dios ha decretado el fin de este sistema, y tanto los renegados como los que siguen por el camino de menos dificultades descenderán con éste. No tendría sentido seguir a éstos, ¿no es verdad?
Obedeciendo la ley y el orden de Dios
El derrotero razonable y sensato es acudir a Jehová, aprender cuáles son sus leyes, y luego obedecerlas. La Palabra de Dios promete a los que lo hacen: “En cuanto al que me escucha, él residirá en seguridad y estará libre del disturbio que se debe al pavor de la calamidad.”—Pro. 1:33.
Sí, el que presta atención a la sabiduría de Jehová y hace Su voluntad va a estar seguro cuando el desastre azote a este sistema. Ése es el que sobrevivirá para entrar en el nuevo orden de Dios, como dice la Biblia: “Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra, los que han practicado Su propia decisión judicial. Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente sean ocultados en el día de la cólera de Jehová.”—Sof. 2:3.
El conocimiento de la Biblia, la Palabra de Dios, es el mismísimo corazón de aprender la ley y el orden de Dios. Y no se puede aprender en una hora o dos. A algunas personas les parece que deben aprender todo acerca de los propósitos de Dios sin hacer ningún esfuerzo verdadero. Un científico en el libro Behind the Dim Unknown indicó lo irrazonable de esta actitud. Hizo notar:
“Dios ciertamente no es menos complejo y de menos facetas que Su universo. . . . nadie parece esperar saberlo todo acerca de la astronomía después de un solo curso de enseñanza superior. No obstante, continuamente me asombro de los que esperan que Dios sea algo menos intrincado e imponente que el universo y que exigen respuestas completas a todas las preguntas en cuanto a Dios durante un discurso de una hora, en el transcurso de una discusión informal de una noche, o, aun peor, de parte de su maestro de escuela dominical elemental.”
Puesto que la clave de la vida es el conocimiento de Dios, le invitamos a aprovecharse del curso especial de estudio bíblico de seis meses que los testigos de Jehová ofrecen a todas las personas que en ello se interesan, gratis. Centenares de miles de personas de todas partes de la Tierra están aprendiendo actualmente las enseñanzas verdaderas de la Biblia de esta manera. En el retiro de su propio hogar usted podrá escudriñar las Escrituras para ‘asegurarse de todas las cosas.’—1 Tes. 5:21.
Pronto los sistemas humanos actuales serán lanzados a confusión y caos en una “tribulación grande como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Mat. 24:21) Este cambio drástico viene por medio de ejecutar Dios sus juicios justos. Usted estará envuelto en ese cambio de una manera u otra, para vida o para muerte.
Si usted verdaderamente desea lo que es correcto, si desea ver ley y orden verdaderos, entonces querrá proceder como dice el Gran Juez y Dador de Vida: “No olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te serán añadidos.”—Pro. 3:1, 2.
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