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    La Atalaya 1963 | 1 de abril
    • LEALTAD A LA ORGANIZACIÓN

      En el primer siglo hubo “ovejas” que comenzaron a extraviarse de la organización cristiana, perdiendo de vista el hecho de que el espíritu de Dios operaba en ella. A los tales entre los gálatas el apóstol Pablo dijo: “Ustedes estaban corriendo bien. ¿Quién les estorbó para que no continuaran obedeciendo la verdad? Esta clase de persuasión no es de Aquel que los llama.” (Gál. 5:7, 8) Así, hoy puede esperarse que haya “ovejas” que se extravíen.

      Hay personas que han estado estrechamente asociadas con la organización de Jehová pero que comienzan a perderla de vista y a pensar que no la necesitan. Algunos han estado en comunicación estrecha con los superintendentes de la organización. Debido a que conocen personalmente a estos hombres y la obra que hacen en dirigir las actividades de predicación de la organización, llegan a ver tan solo a estos hombres cuando piensan de la organización en vez de ver la organización como un entero. Ellos dejan que personalidades les hagan tropezar, olvidando que es Dios quien está haciendo que la organización crezca y prospere, no los hombres que sirven en ella. Este error lo cometió la gente del pueblo de Jesús, Nazaret.

      La gente del pueblo de Nazaret no veía a Jesús como un instrumento en las manos de Dios que hacia la obra de Dios. Lo veía solamente como el hijo de José, un mero carpintero. “‘¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago y José y Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas con nosotros? ¿Dónde, entonces, adquirió este hombre todas estas cosas?’ De modo que comenzaron a tropezar a causa de él.” (Mat. 13:55-57) Hoy día uno debería tener los ojos fijos en lo que la organización de Jehová está haciendo para adelantar los intereses de Jehová más bien que en personalidades que están dando su servicio a Dios y a su organización.

      El cuidado de la organización de Dios hoy no está en las manos de hombres inspirados por Dios. Pueden cometer errores así como puede hacer cualquier hombre imperfecto. Aun el apóstol Pedro, quien indiscutiblemente tenía el espíritu de Dios, cometió errores. En cierta ocasión negó a Jesucristo. En otra tuvo que ser reprendido por Pablo por ‘no andar rectamente de acuerdo con la verdad de las buenas nuevas.’ (Gál. 2:14) El espíritu de Dios le inspiró a escribir partes de la Biblia, pero no impidió que él fuese agente de libre albedrío capaz de cometer errores cuando no estuviese bajo inspiración. Su error en el asunto de aplicar doctrina cristiana en su relación para con no judíos no arguye que él no tuviera en absoluto el espíritu de Dios. Lo mismo es verdad hoy.

      Los hombres de la organización de Jehová que preparan instrucción espiritual para las “ovejas” del Señor estudian las Escrituras diligentemente para aprender lo que Dios ha puesto allí para la instrucción y guía de su pueblo. No hacen ninguna afirmación de inspiración—solo de que son estudiantes de la Biblia. Puesto que sus comentarios sobre las Escrituras no son inspirados, pueden a veces cometer errores. ¿Hace esto que sean falsos profetas? ¡De ninguna manera! Un falso profeta no se corrige. Persiste en proclamar un punto de vista erróneo aun cuando sabe que es erróneo. Pero estos estudiantes de la Palabra de Dios corrigen entendimientos erróneos cuando los descubren. Se interesan en la verdad, no en la justificación de sí mismos. Sus equivocaciones no quieren decir que el espíritu de Dios no opera en ellos; opera, así como operaba en Pedro a pesar de sus errores.

      A través de los años el resto ungido ha publicado por medio de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract muchas cosas que ha aprendido de su escudriñamiento incesante de la Palabra de Dios. Algunas de estas cosas han hecho que los testigos de Jehová sean distintivos de las organizaciones religiosas de la cristiandad, las cuales se niegan a corregir puntos de vista erróneos, y han resultado ser verdades bíblicas básicas. Otras, mediante estudio adicional, han quedado reveladas, por estudio adicional, como conclusiones erróneas debidas a perspectivas no claras sobre ciertos pasajes. A medida que se hizo más claro el entendimiento de estos pasajes, se corrigieron los errores. Tales correcciones manifiestan su honradez y amor a la verdad.

      Este deseo sincero de escudriñar por entendimiento exacto de las cosas de la Palabra de Dios y esta voluntad de hacer cambios cuando se acumula evidencia bíblica para indicar la necesidad de ellos deberían infundir confianza en la organización. Aseguran a las “ovejas” del Señor de que la organización jamás les dará informes erróneos a sabiendas.

      El espíritu de Dios opera sobre sus siervos dedicados hoy día, no para inspirarlos, sino para moverles poco a poco hacia entendimiento aumentado. Permite que cometan errores a medida que crecen en entendimiento de la Palabra de Dios, pero con el tiempo les ayuda a ver sus errores, los cuales ellos corrigen gozosamente. De este modo progresan por el sendero de los justos, a medida que la luz del entendimiento bíblico se hace constantemente “más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido.” (Pro. 4:18) Este progreso en conocimiento bíblico pudiera asemejarse a un cielo anublado que gradualmente se despeja. A medida que se hacen más grandes las aberturas entre las nubes, más y más luz penetra a través. A veces se percibe una verdad, pero ésta es oscurecida luego por un entendimiento erróneo, así como una nube pasajera oscurece momentáneamente algunos de los rayos del sol. Más tarde esta verdad vuelve con mayor claridad cuando se remueve el entendimiento erróneo. El espíritu de Dios es evidente sobre la organización por el progreso que está logrando por el sendero de la verdad bíblica.

      La persona que permite que una semilla de descontento contra la organización de Jehová crezca hasta llegar a ser una raíz venenosa se pone en posición peligrosa. (Heb. 12:15) Si abandona el rebaño, ¿adónde podrá ir? Sabe que el mundo del Diablo y sus organizaciones religiosas no tienen palabras de vida. Sabe lo insensato de unirse a desertores que ahora luchan contra la organización. Si se va, se coloca en la posición de aquellos acerca de los cuales habló Juan cuando dijo: “Salieron de nosotros, pero no eran de nuestra suerte; porque si hubieran sido de nuestra suerte, hubieran permanecido con nosotros.”—1 Juan 2:19.

      Los que permanecen leales a la organización de Jehová adoptan el punto de vista que adoptaron los apóstoles cuando muchos de los discípulos de Jesús dejaron de seguirle. Pedro expresó los sentimientos de ellos al decir: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes dichos de vida eterna.” (Juan 6:68) Las “ovejas” leales ven que el camino a la vida es con la fiel organización de Jehová.

      Cual ovejas gregarias que permanecen juntas en un rebaño y hallan albergue y protección en un redil, los adoradores de Jehová hoy día hallan albergue, protección y un abastecimiento abundante de alimento espiritual en su organización de testigos. Bajo la dirección de ella están haciendo lo que es excelente a los ojos de Dios, y su espíritu está prosperándolos. A los tales el apóstol Pablo dijo: “No desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos rendimos de cansancio.”—Gál. 6:9.

  • Paganismo en Grecia
    La Atalaya 1963 | 1 de abril
    • Paganismo en Grecia

      ✔ “El legado precristiano, por toda Grecia, nunca está lejos de la superficie. Entre los sarakatsanos la magia sobrevive en forma aun más pronunciada. . . . Por toda Grecia, el ejército de los santos ha tomado el lugar del antiguo panteón politeísta.”—The Atlantic, junio de 1962.

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