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La soltería puede ser remuneradoraLa Atalaya 1977 | 15 de septiembre
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intensamente como madres y padres, hermanos y hermanas, sí, y como hijos e hijas en vínculo natural. (Mar. 10:30) Se estremecen de emoción por esta seguridad que les da Jehová: “Ciertamente hasta les daré en mi casa y dentro de mis muros un monumento y un nombre, algo mejor que hijas e hijas. Un nombre hasta tiempo indefinido les daré, uno que no será cortado.”—Isa. 56:5.
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De los Andes encumbrados a las selvas vírgenes... enfrentándose a un desafío espiritual en BoliviaLa Atalaya 1977 | 15 de septiembre
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De los Andes encumbrados a las selvas vírgenes... enfrentándose a un desafío espiritual en Bolivia
FUE el 25 de octubre de 1945 cuando dos misioneros de los testigos de Jehová, graduados de la tercera clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, descendieron de un avión DC-3 en La Paz. Se llamaban Edward Michalec y Harold Morris. Fue desde ese tiempo que se inició con verdadera intensidad en Bolivia la obra de dar a conocer el reino de Dios. Estos misioneros estaban completamente solos en un país inmenso y desafiante, cuyo aspecto variaba desde el de los encumbrados Andes y el Altiplano desierto y estéril hasta el de remotos valles tropicales, selvas vírgenes y tierras bajas en exploración. Esta era la tierra del gigantesco cóndor y la arrogante llama.
Ahora, más de treinta años después, un máximo de 2.476 proclamadores del Reino están activos en 58 congregaciones de testigos de Jehová por toda Bolivia. Se regocijan porque se le hizo frente al desafío espiritual, y porque personas de toda clase en este país hayan sido recogidas en el paraíso espiritual de Jehová.
Debido a problemas de topografía, transportación y comunicación, a los testigos de Jehová se les ha hecho necesario atender a catorce zonas separadas con asambleas de circuito semestrales. Al principio, algunas de estas asambleas eran muy pequeñas. A una asamblea celebrada en Camiri en 1966 solo asistieron diecinueve personas. Y se produjo la situación humorística de que a las diecinueve se les pidió que participaran en un programa en la plataforma, ¡y no quedó nadie en el auditorio! Sin embargo, todos recibieron el beneficio espiritual. Hoy, a las asambleas de circuito por lo general asiste el triple de la cantidad de testigos de Jehová de la zona donde se celebran.
EN EL ALTIPLANO
Aun antes de que apareciera en la escena el poderoso Imperio de los Incas, Bolivia tenía una herencia cultural y religiosa profundamente arraigada. Posteriormente, los conquistadores españoles trajeron el catolicismo, y fue mezclado con las costumbres paganas. Como resultado de esto, la Virgen María y varios “santos” católicos llegaron a ser venerados junto con Pacha Mama, la diosa de la Tierra... honrada con sacrificios de fetos secos de llamas u ovejas, junto con bastante cerveza, chicha (bebida de maíz fermentado) o alcohol de caña de azúcar, con el acompañamiento de ritos supersticiosos y borracheras. Para los pueblos aimará y quechua de Bolivia, Pacha Mama preside todos los asuntos de la vida, entre ellos el nacimiento, el matrimonio, el beber licor y el masticar coca.
Sin embargo, a pesar de este ambiente supersticioso del Altiplano, la obra de Jehová está floreciendo entre casi veinte congregaciones de los testigos de Jehová. La grandiosidad del Altiplano elevado, desierto, estéril, barrido por el viento, se aumentada así por la presencia de afectuosos mensajeros aimarás de las buenas nuevas, ocupados en el trabajo de edificar el paraíso espiritual.
ENTRE LOS MINEROS DE LOS ANDES
La magnífica cordillera de los Andes abunda en tesoros materiales de estaño, antimonio, plomo, volframio, cinc y plata. La minería está entre las industrias principales de Bolivia, y por todos los Andes se encuentra a mineros humildes agrupados en campos mineros. Aquí, también, supersticiones tomadas de la cristiandad se han mezclado con costumbres paganas. Se dice que el tío de la mina representa al Diablo, el gobernante del mundo subterráneo. El ídolo tío se coloca en su nicho a la entrada de la mina, y se espera que cada minero, antes de entrar, apacigüe al tío ofreciéndole alcohol, cigarrillos o confeti. Así, el tío no se encolerizará y no hará que se desplome la mina.
A medida que los testigos de Jehová se ocuparon en su obra en las diversas zonas de Bolivia, la verdad barrió a un lado la superstición. Ahora se han establecido congregaciones del pueblo de Dios en dieciséis de los principales distritos mineros. En estos lugares, los testigos de Jehová han conseguido una excelente reputación en cuanto a moralidad limpia. Muchas veces se les ha recomendado para puestos de responsabilidad, como el de manejar el elevador principal, trabajar en contabilidad o en la proveeduría, porque tienen en alta estima la vida humana y la honradez general.
EN LAS ALTURAS DE POTOSÍ
Potosí es la ciudad más grande del mundo a más de 4.267 metros de altura... un complejo minero frío, algo desolado, no lejos del borde oriental del Altiplano. Fue aquí donde los conquistadores españoles descubrieron plata en 1545, y, como resultado de ello, se desarrolló esta enorme población al pie del famoso cerro rico, la rica montaña de plata. Llegó a ser una de las ciudades más grandes y más acaudaladas del mundo de aquel tiempo, pues pudo hacer alarde de 160.000 habitantes en 1650. Hoy, la industria minera sostiene una población de solo 90.000.
En el apogeo de la gloria de Potosí, no menos de ochenta iglesias florecieron entre el populacho. Hoy estas estructuras ornamentadas, todavía llenas de tesoros artísticos de otra era, solo están abiertas unas cuantas horas al día. Esto se debe a la escasez de sacerdotes y a que es necesario que alguien vigile cuando la iglesia está abierta para proteger de ladrones “cristianos” los valiosos objetos artísticos. Pero aquí en Potosí una próspera y feliz congregación de más de sesenta testigos de Jehová está activa invitando a los potosinos de corazón sincero y honrado a ponerse la “nueva personalidad” que caracteriza a los cristianos verdaderos.—Efe. 4:20-24.
En Oruro, otro centro minero principal en el Altiplano sin árboles, la famosa diablada (danza del diablo) ha dado origen a una entera industria de artesanía de indumentaria y horribles máscaras del diablo para los danzantes. En los últimos años la fiesta se ha convertido en una gran atracción turística, en correspondencia con la celebración del carnaval de la cristiandad. La entera ceremonia se dirige a la virgen del socavón. El baile de los diablos contiene ritos que se llevan a cabo en la Iglesia del Socavón, donde se rinde homenaje a María por medio de misas especiales. Pero en esta misma ciudad más de cien testigos de Jehová están resueltos a cultivar el fruto del espíritu de Dios en su vida. Acaban de terminar
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