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  • ¡Despertad! 1970
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  • Cáncer
  • Otros efectos secundarios
¡Despertad! 1970
g70 8/2 págs. 13-15

¿Cuán seguros son los contraceptivos orales?

A TRAVÉS del mundo aproximadamente catorce millones de mujeres están usando contraceptivos orales comúnmente llamados “la Píldora.” Estas mujeres y otras que están pensando en usar estos anticoncepcionales deben considerar cuidadosamente los posibles efectos secundarios. Recientemente ha habido un número cada vez mayor de informes que indica que los efectos no son buenos.

El público comenzó a usar los contraceptivos orales en 1960 cuando el gobierno estadounidense concedió permiso para que se vendieran en el mercado. Esto fue cuatro años después de haber iniciado pruebas en grande escala con ellos en Puerto Rico. Tan temprano como en 1961 comenzaron a salir informes que indicaban posibles efectos secundarios indeseables. Pero se han sacado conclusiones contradictorias de los estudios en cuanto a los posibles efectos secundarios de los contraceptivos orales y los médicos están claramente divididos en sus opiniones acerca de ellos.

Uno que expresa el punto de vista de los que creen que no hay razón para preocuparse angustiosamente en cuanto a usar estos anticoncepcionales es el Dr. Willard Allen, presidente del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Escuela de Medicina de la Universidad Washington en Saint Louis. Él dijo, según informó el Times de Nueva York del 9 de mayo de 1969, que hay pocos peligros, si acaso hay algunos, conectados con el uso de las hormonas cuando su uso se limita a unos cuantos años.

En armonía con esta misma manera de pensar, el Dr. Robert Hodges dijo en el International Journal of Fertility de octubre a diciembre de 1968: “Creemos que el riesgo es tan pequeño para la población en general que estas drogas deben continuar estando libremente disponibles.”

Por otra parte, hay doctores que tienen seria reserva mental en cuanto a la seguridad de estos contraceptivos. El Dr. Louis Lasagna, de la Universidad Johns Hopkins, por ejemplo, cree que los contraceptivos orales deben prescribirse solo para mujeres que no pueden o no quieren usar eficazmente técnicas anticoncepcionales mecánicas. Su conclusión es que las “Píldoras no son necesariamente la mejor o la única manera.”

Médicos de la Unión Soviética están convencidos de que los contraceptivos orales tienen efectos secundarios que son suficientemente serios como para justificar su rechazamiento. Por lo tanto, el gobierno soviético no está produciendo contraceptivos orales para el pueblo soviético. En cambio está produciendo en masa el IUD, que es una espiral o abrazadera de cierto material, como plástico, que se inserta en el útero. Por supuesto, esto, en algunos casos, puede causar problemas como perforación del útero, retortijones y enfermedad inflamatoria pélvica.

Además, un informe sobre el tema hecho por un grupo científico de la Organización de Salud Mundial (WHO) y publicado en el folleto de la WHO núm. 397 con el título “Dispositivos Intrauterinos: Aspectos Fisiológicos y Clínicos” reconoció que no se sabe exactamente cómo el IUD produce su acción antifecundadora y que posiblemente no impida en realidad la concepción. Dijo: “Se sabe bien que aproximadamente el dos por ciento por año de las mujeres que usan el anticoncepcional IUD han salido encintas con el dispositivo in situ, pero todavía no se ha establecido si se produce la fecundación en las mujeres que usan IUD que no salen encintas.”

Si es verdad que el dispositivo no impide la concepción, desde el punto de vista bíblico su uso sería comparable a aborto. Pero el que en realidad suceda esto o no, los publicadores de ¡Despertad! no están en situación de decirlo.

Cómo actúa la “Píldora”

Un contraceptivo oral por lo general contiene dos componentes químicos que se asemejan a las hormonas femeninas naturales estrógeno y progesterona, que se secretan principalmente durante la preñez. Las hormonas sintéticas de los contraceptivos impiden la ovulación. Por lo común la mujer suelta un óvulo de uno de sus ovarios cada mes salvo cuando está encinta. Si toma las hormonas sintéticas, no parece que acontezca esta liberación mensual de un óvulo. También parece que estas hormonas sintéticas hacen que el forro del útero quede inadecuado para la implantación del óvulo.

Se alega que los contraceptivos orales son casi 100 por ciento eficaces cuando se toman según las instrucciones. Entre las norteamericanas, solo aproximadamente el uno por ciento de ellas han salido encintas mientras las tomaban. Es obvio que la posibilidad de que se produzca preñez mientras la mujer está tomando la “Píldora” es muy leve, pero parece que hay riesgo de malos efectos secundarios.

Coágulos

Estudios que se efectuaron en la Gran Bretaña dan fuerte indicación de que los contraceptivos orales son un factor en la producción de coágulos indeseables en las venas. Ha habido casos en los cuales dichos coágulos se han alojado en los pulmones y el corazón, con resultados mortíferos. En otros casos se han alojado en el cerebro, causando apoplejías. Sobre la frecuencia de estos coágulos The Canadian Medical Association Journal del 1 de enero de 1969 dijo: “Se dice que la admisión al hospital por tromboembolismo venoso sucede con nueve veces mayor frecuencia en las mujeres que toman agentes contraceptivos orales que en las que no los toman.”

En un estudio británico se calculó que la mortalidad a causa de coágulos en los pulmones o el cerebro entre las mujeres que usan contraceptivos orales es siete veces la de las que no los usan. Este cálculo fue para mujeres de la Gran Bretaña. La mortalidad puede ser diferente en otros lugares.

Evidentemente coágulos pequeños producidos por “la Píldora” también han bloqueado la corriente de sangre a las arterias intestinales y a las arterias retinianas de los ojos. Una señora quedó tan convencida de que los contraceptivos orales habían hecho que se quedara casi totalmente ciega de su ojo izquierdo y recibiera daño en el ojo derecho que está demandando a la compañía que hace los contraceptivos que ella usaba.

En un artículo que se publicó en el International Journal of Fertility, número de octubre a diciembre de 1968, el Dr. Christopher Tietze reconoció que hay un vínculo entre los contraceptivos orales y los coágulos. Dijo: “La única condición importante para la cual se ha establecido una asociación con el uso de CO [contraceptivos orales] es la enfermedad tromboembólica, incluso sus resultados a veces mortíferos, como el embolismo pulmonar.” Con ello se quiso decir un coágulo mortífero en el pulmón.

Un coágulo de esa clase evidentemente causó la muerte de una inglesa de veintinueve años, según el profesor James Webster, patólogo. En la investigación declaró que se había formado un coágulo en una de las venas grandes y se había desalojado, cortando el abastecimiento de sangre a un pulmón. Ella había estado tomando un contraceptivo oral durante dos años por lo menos. El médico forense, Peter Monkman, dijo: “Es bastante claro que la Píldora fue la causa de la muerte.”

Parece que el componente estrógeno de los contraceptivos orales aumenta la cualidad coagulable de la sangre y en algunos casos produce la formación de coágulos. Este efecto secundario malo fue una de las razones que dieron los soviéticos para rechazar los contraceptivos orales. El profesor David Danforth, de la Escuela Médica de la Universidad Northwestern, dijo: “Hay evidencia creciente de que la sangre se vuelve hipercoagulable en respuesta a los contraceptivos orales.”

La Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos reconoce que hay una relación “de causa y efecto claramente definida” entre los coágulos que aparecen en algunas mujeres y su uso de contraceptivos orales, pero adopta el punto de vista de que “la Píldora” es “segura” porque solo pocas personas comparativamente mueren cada año como resultado de usarla.

Cáncer

Aunque todavía no se ha establecido prueba clara que conecte el cáncer con los contraceptivos orales, parece haber suficiente evidencia para sugerirlo. Por consiguiente los médicos no los prescriben para mujeres que experimentan algún cambio sospechoso en un pecho o tienen indicaciones de cáncer.

Se señaló en el Medical World News del 14 de febrero de 1969 que un estudio que llevó a cabo el Dr. George Wied en la Universidad de Chicago “según informes muestra un aumento séxtuplo en manchas positivas Pap [un análisis médico para cáncer del útero] entre las mujeres que han tomado contraceptivos orales.”

Se han hallado suficientes indicaciones que enlazan “la Píldora” con el cáncer como para hacer que un epidemiólogo de cáncer dijera: “Nos preocupa.” La Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos reflejó esta preocupación en su recomendación de que a las mujeres que usan contraceptivos orales les hagan un análisis de manchas Pap una vez al año como examen de cáncer cervical.

Otros efectos secundarios

El Dr. A. M. Macintosh hizo notar, en el número del 30 de noviembre de 1968 de The Medical Journal of Australia, que el uso de estos contraceptivos había resultado en aumento de la presión arterial. Dijo: “He observado subidas significativas de presión arterial que regresaron a niveles normales al dejarse de administrar la píldora . . . Los casos tabulados no prueban que la píldora produzca una subida de presión arterial. Sin embargo, hacen más que solo sugerir que sí lo hace.”

Un grupo investigador del Centro Médico de la Universidad Stanford de California también notó esta asociación. Cuando a catorce mujeres que examinaron de alta presión arterial les quitaron los contraceptivos orales, las catorce mostraron señas de mejoramiento. Es posible que una subida de presión arterial sea la razón por la cual algunas mujeres que están tomando estos anticoncepcionales se quejan de severos dolores de cabeza.

Otros efectos malos que parecen estar relacionados con ellos son: aumentos señalados de peso, acné, náuseas, vómitos, mareos, depresión, dolores pélvicos, decoloración que tira a moreno de la cara, una sensación de entumecimiento, retención de sal y agua, un trastorno en el azúcar de la sangre que se asemeja a diabetes y función anormal del hígado. La prueba clara de que todos estos problemas realmente son producidos por los contraceptivos orales no se ha establecido a satisfacción de las autoridades médicas. Sin embargo, la relación parece más que simplemente casual.

Es bueno tener presente que cuando se toma cualquier droga hay el riesgo de que se produzca un efecto secundario indeseable. Las personas reaccionan de diferentes maneras. Una vacuna, por ejemplo, quizás no produzca serios efectos secundarios en una persona, pero puede producirlos en otra. Por eso cuando alguien piensa en tomar cualquier clase de droga es bueno que considere cuidadosamente los riesgos envueltos.

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