han estado anuentes a sufrir por su adherencia fiel a las Sagradas Escrituras, convencidos de que éstas de veras son la “palabra” inspirada de Dios. (1 Tes. 2:14-16) ¿Está usted igualmente convencido? ¿Está obrando en usted esa “palabra” o mensaje? ¿Se está usted beneficiando de ella en su vida cotidiana?

Ganancia duradera de vivir en armonía con la Biblia como familia

1. ¿Qué evidencia hay de que millones de familias tienen problemas serios?

HOY podemos ver evidencia en torno de nosotros de que millones de hombres, mujeres y niños tienen problemas serios al vivir juntos como grupos de familia. En muchos países, las separaciones, los divorcios y los hogares desbaratados están aumentando a una proporción alarmante. Aunque todavía viven en la misma casa o apartamiento, hay muchos casados que apenas se toleran el uno al otro. Esposos, esposas e hijos a menudo tienen muy poco en común, pues cada miembro de la familia va por su propio camino separado. Por lo tanto, ¿no es obvio que la gente en todas partes tiene gran necesidad de una guía confiable?

2. ¿Cuál es uno de los objetivos principales de la Biblia?

² Un objetivo principal de la Biblia es el suministrar pautas para la vida que beneficien duraderamente a todos los que las siguen. No hay aspecto del vivir en el cual el consejo de la Biblia no se pueda aplicar con provecho verdadero. “Toda Escritura es . . . provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, estando completamente equipado para toda buena obra.”—2 Tim. 3:16, 17.

3. ¿Por qué podemos decir que lo que la Biblia manifiesta para nuestra guía es apegado a la realidad?

³ Lo que la Biblia manifiesta para nuestra guía es muy apegado a la realidad. No nos deja con el pensamiento de que los que tratan de seguir su admonición no tendrán problemas. No, la Biblia francamente reconoce que habrá problemas. Pero no deja los asuntos allí, simplemente recomendando que aceptemos las cosas como son y no nos preocupemos en cuanto a ellas. La Biblia muestra lo que podemos hacer de manera positiva para enfrentarnos a los problemas y disfrutar de buenas relaciones con nuestros congéneres, incluso nuestras propias familias.

LA NORMA DE LA BIBLIA PARA EL MATRIMONIO

4. ¿Quién es el originador del matrimonio, y cuál fue su propósito tocante a ese arreglo?

⁴ Del primer libro de la Biblia aprendemos que Jehová Dios es el Originador del matrimonio. (Gén. 2:22-24) Siendo un Dios de amor, se propuso que el matrimonio contribuyera a la felicidad tanto del esposo como de la esposa así como que proveyera un arreglo estable para criar a los hijos. El matrimonio habría de ser una unión permanente, como es patente de lo que Jesucristo dijo a ciertos fariseos que lo interrogaron sobre el asunto de divorcio: “¿No leyeron que el que los creó desde el principio los hizo macho y hembra y dijo: ‘Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne’? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre.” (Mat. 19:4-6) Obviamente, el respeto a esta norma original pudo haber impedido muchos de los problemas emocionales y daños que resultan de divorcios y hogares desbaratados.

5. ¿Por qué toleraba la ley que Dios dio a los israelitas la poligamia, así como el divorcio por razones aparte de la infidelidad marital?

⁵ El hecho de que Jehová Dios toleró la poligamia y el divorcio por razones aparte de la infidelidad marital entre los israelitas no quiso decir que había abandonado su norma original para el matrimonio. Para cuando la ley fue dada por medio de Moisés, la poligamia y el divorcio habían llevado a ser prácticas establecidas. Puesto que conocía las inclinaciones de los israelitas, Jehová Dios sabiamente dictó mandamientos que impedirían de la mejor manera abusos bajo las circunstancias que existían entonces. Jesucristo señaló esto cuando dijo: “Moisés, en vista de la dureza del corazón de ustedes, les hizo la concesión de que se divorciaran de sus esposas, pero tal no ha sido el caso desde el principio.”—Mat. 19:8.

6. ¿Cómo reaccionaron los discípulos de Jesús al restablecimiento de la norma original para el matrimonio, y por qué?

⁶ Sin embargo, las palabras de Jesucristo indicaron que la norma original de Dios para el matrimonio aplicaría a sus seguidores cristianos. ¿Cómo reaccionaron sus discípulos? ¿Apreciaron plenamente que éste era el mejor arreglo? Lo que dijeron indica que no tenían un punto de vista verdaderamente equilibrado del asunto. Razonaron: “Si tal es la situación del hombre con su esposa, no conviene casarse.” (Mat. 19:10) Los discípulos se dieron cuenta de los problemas en el matrimonio que podrían resultar debido a la imperfección humana. De modo que su parecer fue que la soltería sería mejor que arriesgar la posibilidad de estar permanentemente unidos el matrimonio con alguien con quien sería muy difícil llevarse bien. Sin embargo, Jesucristo, cuando recomendó la soltería, no condenó el matrimonio.—Mat. 19:11, 12.

7. ¿Por qué es correcto considerar que el matrimonio es asunto de gran seriedad?

⁷ Por supuesto, los discípulos de Jesús no estuvieron equivocados al considerar asunto de gran seriedad la norma original para el matrimonio. El matrimonio entre los humanos imperfectos tiene rasgos negativos que no se pueden pasar por alto. La Biblia francamente dice a los que se casan que tendrán “tribulación en su carne.” (1 Cor. 7:28) El matrimonio trae consigo serias responsabilidades, inquietudes y ansiedades. (1 Cor. 7:32-35) Accidentes y enfermedad, por ejemplo, pueden acarrear tremendas cargas y tensiones a una familia.

8. El que tengan un punto de vista bíblico acerca de la seriedad del matrimonio, ¿qué debe hacer posible que hagan un esposo o esposa en perspectiva, y qué tristes consecuencias se pueden evitar así?

⁸ Por lo tanto, el que es guiado por la Biblia se dará cuenta de que el matrimonio es algo para lo cual un hombre o una mujer deben estar preparados mental y emocionalmente. Los que se proponen casarse deben considerar seriamente su habilidad para ser buenos esposos y padres, y buenas esposas y madres. Deben tratar de determinar de antemano las principales debilidades de la persona con la que desean casarse y si pueden enfrentarse a éstas de manera amorosa y comprensiva por toda la vida. Deben preguntarse si en realidad están anuentes a hacer sacrificios personales y hacer todo cuanto esté dentro de su poder por contribuir a la felicidad de su cónyuge en perspectiva. Muchos hombres y mujeres pudieran haber evitado dolor y aflicción incalculables tanto para ellos mismos como para sus cónyuges si hubiesen tomado en serio lo que la Biblia dice que deben esperar los casados. En vez de apresurarse a algo para lo cual no estaban preparados, pudieran haber esperado hasta el tiempo en que estuvieran equipados para asumir responsabilidades del matrimonio y hubieran