-
Lo que los “platillos” resultaron ser¡Despertad! 1970 | 22 de mayo
-
-
profecías bíblicas, indicando que estamos en los “últimos días” de este sistema de cosas, y que se aproximan tremendos cambios.—Mat. 24:3-21; 2 Tim. 3:1-5.
Esto no es invención de la imaginación humana. Toda la creación da testimonio de la existencia de un Creador que tiene un propósito determinado. Y su Palabra, la Biblia, da testimonio de su propósito de acabar para siempre con la iniquidad e introducir un nuevo orden justo. (2 Ped. 3:13; Jud. 14, 15) La profecía bíblica no es algo que haya de desecharse a la ligera como rumor o imaginación; jamás ha fallado. ¿No sería proceder sabiamente el investigar con interés este asunto que afecta tan directamente su vida y esperanza de felicidad eterna? Los testigos de Jehová con gusto le ayudarán a efectuar esta investigación personal.
-
-
Viviendo a base de píldoras¡Despertad! 1970 | 22 de mayo
-
-
Viviendo a base de píldoras
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en las Islas Británicas
“PÍLDORAS PARA ADELGAZAR MATAN A INFANTES.”
“PÍLDORA PARA EL CONTROL DE LA NATALIDAD MATA A MADRE DE CUATRO.”
Aquí en la Gran Bretaña nos encaramos a titulares claros como ésos de vez en cuando en nuestros diarios. En un país donde disfrutamos de los beneficios de un Servicio Nacional de Salud “gratuito” y donde muchas personas viven a base de píldoras, esas tragedias son recordatorios crasos de los peligros de las drogas.
Una encuesta reciente que llevó a cabo la popular revista para automovilistas Drive reveló que un automovilista británico de cada siete maneja bajo la influencia de drogas. Los datos publicados por la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica demuestran que en 1967 los doctores de familia de Inglaterra y Gales expidieron un total de 271 millones de recetas de drogas. Y aparte de las recetas de los doctores, casi toda persona obtiene fácilmente preparados médicos que se usan comúnmente, como la aspirina.
Los informes indican que no solo en Inglaterra, sino en el continente europeo, en los Estados Unidos y en otras partes del mundo un número cada vez más grande de personas están recurriendo a utilizar drogas. Lo están haciendo a tal grado que las drogas han llegado a ser una parte acepta de su rutina cotidiana. Comentando sobre la situación en los Estados Unidos, el Dr. M. M. Wintrobe, profesor de medicina del Colegio de Medicina de la Universidad de Utah, dijo esto: “Algunos miembros de nuestra sociedad moderna se comportan como si la vida fuese un proceso de existencia que difícilmente se pudiera mantener o aguantar sin tomar una serie continua de drogas maravillosas.”
Se reconoce sin reservas que en los Estados Unidos y en la Gran Bretaña algunos doctores se inclinan a recetar en demasía. En un discurso sobre el “Uso y abuso de las drogas” sir Derrick Dunlop comentó sobre tres de las causas del recetar en demasía: “Hay las demandas insistentes del público . . . En segundo lugar, hay insuficientes doctores para el aumento de población: es consumidor de tiempo el llevar una historia clínica cuidadosa, el llevar a cabo un examen cabal y dar consejo prudente, pero solo se requiere un instante para escribir una receta para un remedio sintomático, y esto a menudo satisface al paciente . . . En tercer lugar, hay la formidable y hábil promoción de drogas de parte de los establecimientos farmacéuticos, algunos de los cuales merecen crítica justificada al violar la verdad y el buen gusto.” (Bastardillas nuestras.)
Factores semejantes aplican en cuanto a la automedicación. Algunos individuos tienen un deseo insaciable de píldoras. Les parece más fácil, más rápido y más barato ir a la farmacia que determinar la causa de su problema y abordarlo. En otros sin duda los anuncios de la radio, la televisión y las revistas que recomiendan remedios para todo mal ejercen influencia.
Quizás uno de los más importantes factores que contribuyen al consumo aumentado de píldoras en la actualidad es el tremendo aumento del número de drogas que ahora están disponibles para el tratamiento de las enfermedades. Algunas de éstas en realidad han sido provechosas. Sin embargo, al mismo tiempo, el gran aumento en la cantidad de drogas —lo que se ha descrito como la “explosión terapéutica”— ha producido sus propios peligros.
Peligros de las drogas modernas
Nunca antes ha estado tan consciente la profesión médica de los peligros concomitantes al uso de las drogas modernas como lo está actualmente. Grandemente responsable de esto fue el desastre de a principios de los años 60 que acarreó la muerte o crasa deformidad a millares de nenes que les nacieron a madres que habían tomado lo que había parecido ser una pastilla segura para dormir que contenía talidomida.
Aparte de los efectos teratogénicos (o que causan deformidad), las drogas modernas que recetan los doctores pueden producir, directa o indirectamente, un extenso espectro de reacciones y enfermedades adversas, incluso salpullidos, derrame de sangre en la piel, derrames de sangre en el estómago o los intestinos, hemorragias en el cerebro, infecciones de varias clases, perturbaciones endocrinas como diabetes, hiper-tiroidismo e hipo-tiroidismo, úlceras gástricas y duodenales, enfermedad del hígado, enfermedad de los riñones, enfermedades de los huesos y el tuétano, afición a las drogas, enfermedad mental y hasta pérdida del juicio. ¡Una lista verdaderamente formidable!
Durante un simposio sobre el tema de las enfermedades que inducen las drogas, el Dr. Louis Lasagna, de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, dijo: “No solo es evidente que existe un problema, sino también que, a pesar de la frecuencia más o menos elevada de las dificultades que se informan a causa de las drogas, los casos publicados solo constituyen la punta flotante de un témpano de hielo, quedando oculta bajo la superficie de nuestro conocimiento gran parte de la dificultad.”
Al considerar los efectos tóxicos de las drogas, sir Derrick Dunlop dio alguna idea de la magnitud del problema en la Gran Bretaña cuando dijo: “Se ha calculado que de 10 a 15% de los pacientes de nuestros hospitales generales sufren a un grado mayor o menor a causa de nuestros esfuerzos por administrarles tratamiento... por enfermedades iatrogénicas como se llaman [es decir, causadas por el médico], o, con más optimismo, por enfermedades que se deben al progreso médico.”
Tomando en cuenta los peligros de la moderna terapia de drogas se comprende por qué muchos países ahora han establecido organizaciones gubernamentales que superentienden la introducción y el uso de las drogas y también publican advertencias y recomiendan que se retire una droga cuando es necesario.
Pero, ¿qué hay de las píldoras que la gente está tomando diariamente sin daño manifiesto, píldoras que algunos médicos se inclinan a recetar en demasía o que se pueden comprar fácilmente sin receta del químico o farmacéutico local? ¿Han de clasificarse junto con las drogas que pueden inducir enfermedad? ¿Cuál sería el
-