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  • El abuso del alcohol... ¿hasta qué grado una amenaza?
    ¡Despertad! 1978 | 22 de mayo
    • El abuso del alcohol... ¿hasta qué grado una amenaza?

      Hoy más personas que nunca tienen problemas con las bebidas alcohólicas. Por todo el mundo hay decenas de millones de personas que dependen del alcohol a tal grado que están dañándose la salud. Pero el abuso del alcohol no solo amenaza el bienestar de estos individuos, sino que también afecta a millones de otras personas para quienes el beber no es un problema.

      LA PALABRA “abuso” quiere decir el mal uso o uso indebido o excesivo de algo que puede tener un lugar apropiado en la vida de la gente. Pero el hecho de que algo se usa mal no quiere decir necesariamente que hay que condenarlo para todos.

      Los que desean usar bebidas alcohólicas pueden, por lo general, disfrutar de ellas, en moderación y bajo control, sin efectos malos. Pero cuando se usan en demasía, entonces esto se torna en un abuso del alcohol, que es dañino, aun mortífero, tanto a los que abusan de él como a otros también.

      La Biblia nos deja ver que no es necesario condenar las bebidas alcohólicas. En ella se nos dice que Dios ha arreglado un tiempo futuro de felicidad para la humanidad en que, entre otras cosas, él proveerá “un banquete de platos con mucho aceite, un banquete de vino.” (Isa. 25:6) Ciertamente el Creador no usaría el vino como símbolo de la felicidad si fuera un artículo prohibido a la humanidad. Además, Jesucristo hizo “vino excelente” en una celebración de bodas, lo cual indica que puede tener su lugar apropiado.—Juan 2:1-10.

      ¿Quiénes son los alcohólicos?

      Es común la idea de que el alcohólico es un borracho perdido echado en la acera. Pero tal descripción es la excepción, no la regla.

      Se calcula que alrededor del 95 por ciento de las personas que tienen un problema grave con el beber no son borrachos habituales, desesperanzados. Tampoco pertenecen a cierta clase en particular. Forman un grupo compuesto de personas que se hallan en cualquier vecindad, individuos que están empleados, que cuidan de sus casas, que crían sus familias.

      Se hallan personas de toda edad entre los que abusan del alcohol. Sin embargo, hoy el aumento más rápido ocurre entre los más jóvenes y las mujeres. Triste es decirlo, pero muchos más niños de menos de trece años de edad están empezando a abusar del alcohol.

      Por supuesto, el que bebe inmoderadamente de vez en cuando no es necesariamente un alcohólico. Por ejemplo, tal vez en alguna ocasión se descuide, beba demasiado y pierda el control de sus sentidos. Pero después de eso puede que domine muy bien su beber y no repita su indiscreción.

      Sin embargo, las personas para quienes el beber definitivamente es un problema tienen esto en común: a un grado menor o mayor dependen del alcohol. No quieren estar, bueno, les parece que no pueden estar, sin él.

      Hay otra cosa que tienen en común: el tener que depender del alcohol daña su vida de algún modo... emocional, física, económica o socialmente.

      Una amenaza creciente

      La revista World Health declara: “En cualquier avalúo que se hiciera, las inhabilidades relacionadas con el beber serían clasificadas entre las mayores amalgamas de los problemas de salud del mundo.” Esta publicación también hizo notar: “En casi toda parte del mundo se nota su aumento, a veces con una velocidad espectacular.”

      En los Estados Unidos, se calcula que actualmente hay 10 millones de personas que dependen del alcohol, un aumento de varios millones en años recientes. Otros millones de personas están adquiriendo hábitos necios de beber que pudieran llevarlos al alcoholismo.

      La amenaza que el abuso de las bebidas alcohólicas presenta a la vida y felicidad es muy real; no es broma. Por ejemplo, el conductor de un vehículo que ha estado bebiendo es una verdadera amenaza a la vida. Cada año, en tan solo los Estados Unidos, se calcula que 25.000 personas mueren en accidentes de tránsito relacionados con el alcohol. Eso es más o menos la mitad de las muertes que ocurren en las carreteras. Y los conductores ebrios lesionan a unas 500.000 personas. La mayoría de los conductores que habían estado bebiendo no eran simplemente ‘bebedores de tertulia,’ sino bebedores que tienen un problema, bebedores que dependen del alcohol.

      En California, en un estudio que se hizo de 1.000 conductores que fueron lesionados fatalmente, el 65 por ciento de los que cargaban con la responsabilidad de los accidentes estaban bajo la influencia del alcohol.

      Además, en los Estados Unidos cada año hay aproximadamente 20.000 muertes que resultan de accidentes relacionados con el alcohol, aparte de los accidentes que ocurren en las carreteras. Casi dos terceras partes de los asesinatos y casi la tercera parte de los suicidios están relacionados con el alcohol, y también lo están la mitad de las muertes causadas por incendios y ahogamientos. Miles de personas mueren de enfermedades relacionadas con el alcohol.

      De hecho, en los Estados Unidos, muchas más personas mueren o son lesionadas cada año debido al abuso de las bebidas alcohólicas que las que murieron o fueron lesionadas durante cualquier año de la guerra de Vietnam. Además, los informes de la Oficina Federal de Investigación indican que más del 40 por ciento de todos los arrestos envuelven casos relacionados con el alcohol.

      El beber se ha hecho tan general y tan molesto que aproximadamente un estadounidense de cada cinco abarcados en una encuesta dice que está causando graves dificultades en su familia. Estas dificultades tienen a algunos tan agitados que alrededor del 20 por ciento actualmente favorecen un regreso a la prohibición legal de la manufactura y venta de bebidas alcohólicas.

      Hay otra manera en que el abuso de las bebidas alcohólicas amenaza a personas inocentes. El Dr. Fritz Henn, profesor de siquiatría en la Universidad de la Escuela Médica de Iowa, dice: “En nuestros estudios y en otros, parece que el alcohol está implicado en una gran cantidad de violaciones y abusos sexuales de niños. Probablemente es el rasgo singular que encontramos con más frecuencia en cualquiera de estas ofensas.”

      Aproximadamente uno de cada 10 obreros en los Estados Unidos depende de las bebidas alcohólicas hasta cierto grado. Esto resulta en una pérdida para la economía de unos 25 mil millones de dólares anuales debido a enfermedad, absentismo, ineficacia y accidentes. U.S. News & World Report declara: “El beber en exceso le ocasiona más pérdida a la industria que todas las otras enfermedades en conjunto.”

      En la Unión Soviética, la prensa recuerda de continuo a sus lectores que una gran porción de los delitos, accidentes de tráfico, divorcios, absentismo de los trabajos, delincuencia juvenil y ahogamientos se debe al abuso del alcohol. El gobierno ha subido el precio de las bebidas alcohólicas en su esfuerzo por detener la marea creciente del alcoholismo.

      Francia considera el alcoholismo como su mayor problema doméstico. Un juez de la ciudad de Lila dijo que la queja más común entre las mujeres que procuran divorciarse es el hecho de que sus esposos beben. En Brest, un jefe de policía declaró: “He visto tanto alcoholismo que me ha causado traumatismo... y no puedo evitar pensar en todos los casos que se nos eluden.” El 60 por ciento de los accidentes industriales del país se atribuyeron al abuso del alcohol.

      En un país sudamericano, un oficial encumbrado llamó el abuso de las bebidas alcohólicas la “enfermedad social más grave” de su país. De nación tras nación, vienen informes similares.

      Por lo tanto, no hay duda de que una plaga del abuso del alcohol —de grandes proporciones— se extiende sobre muchas partes del mundo. Pero, ¿cómo y por qué se desarrolla el alcoholismo en una persona? ¿Cómo se puede saber si alguien está en camino a depender del alcohol, o ya depende de él? ¿Cómo se les puede prestar ayuda a los que tienen graves problemas con el beber?

  • ¿Qué los lleva a depender del alcohol?
    ¡Despertad! 1978 | 22 de mayo
    • ¿Qué los lleva a depender del alcohol?

      ¿POR qué llega la gente a depender del alcohol? ¿Hay señales tempranas que advierten a uno del peligro de hacerse alcohólico?

      Por supuesto, la causa inmediata del alcoholismo es el alcohol. Si la gente no tomara bebidas alcohólicas no llegarían a depender de ellas.

      Sin embargo, hoy día se pueden conseguir bebidas alcohólicas en casi todo lugar, y esa situación no cambiará. Además, la gente generalmente desea la libertad de decidir por sí misma si beberá o no. Y en muchas sociedades, no es probable que desaparecieran los problemas si se proscribieran las bebidas alcohólicas. Eso se hizo patente durante la época de la prohibición legal de la manufactura y venta de bebidas alcohólicas en los Estados Unidos.

      Lo que se necesita es que uno domine bien su beber. No obstante, son muy pocas las personas para quienes el alcohol presenta problemas graves que pensaron que su beber se propasaría. En realidad, una gran proporción de los que ya dependen del alcohol no creen que dependen de él, o no quieren confesarlo.

      Señales tempranas

      Es obvio que el borracho habitual depende del alcohol, y eso es fácil de reconocer. Pero en el caso de muchos otros, especialmente en las etapas más tempranas, es posible que su alcoholismo no sea tan obvio, ni siquiera a ellos mismos.

      Pero hay señales claras que indican el posible abuso del alcohol o el verdadero abuso. Por ejemplo, si uno honradamente se hace varias preguntas, a menudo puede determinar rápidamente si él o alguien que él conoce está encaminado a la dependencia del alcohol, o ya depende de él.

      Ha sido la experiencia de organizaciones como Alcohólicos Anónimos que si una persona responde “Sí” aunque solo sea a tres de las siguientes preguntas, puede estar razonablemente seguro de que el alcohol se ha tornado en un problema.

      1. ¿Bebe usted más a menudo que antes, y toma bebidas más fuertes?

      2. ¿Toma usted varias bebidas todos los días, o aun varios días de la semana?

      3. ¿Ha afectado su reputación el beber?

      4. ¿Se resiente cuando otros le previenen acerca de su beber?

      5. ¿Bebe usted para escaparse de preocupaciones o dificultades?

      6. ¿A veces se traga las bebidas en vez de sorberlas?

      7. ¿Tiene, a veces, un deseo vehemente de una bebida alcohólica?

      8. ¿Bebe solo a menudo?

      9. ¿Ha causado problemas su beber, como resentimiento por parte de los miembros de su familia?

      10. ¿Defiende usted su beber porque le parece que pudiera desistir en cualquier momento, pero no desiste?

      11. Si ha tratado de dejar de beber por cierto período, digamos un mes, ¿dejó de llegar a su meta?

      12. ¿Descuida usted su apariencia, como por ejemplo, el engrosar demasiado debido a beber, pero no obstante sigue bebiendo?

      13. ¿Lo ha hecho su beber descuidado acerca de su salud, trabajo, hábitos de gastar dinero o bienestar de su familia?

      14. ¿Busca, o arregla, ocasiones, tales como tertulias, como excusas para beber?

      15. ¿Tiene usted una botella de bebidas alcohólicas escondida en algún sitio para beber cuando otros no estén mirando?

      El que uno responda “Sí” a solo unas cuantas de estas preguntas puede indicar dificultad. El que responda “Sí” a muchas mostraría que cierto grado de alcoholismo ya está bien establecido.

      Pero, ¿por qué desarrolla la gente problemas con el alcohol en primer lugar? ¿Qué factores entran en juego?

      Muchos factores

      Es difícil designar cierta condición o actitud en particular como la que lleva a una persona a depender del alcohol. El cuerpo, mente y emociones humanos son muy complejos. Y el modo de ser mental, emocional y físico difiere mucho entre la gente.

      Hasta el tamaño del cuerpo tiene que ver con ello. Las personas más grandes tienen más agua en su cuerpo que las personas pequeñas. El agua diluye el alcohol. Por lo tanto, si toda otra cosa está a la par, la misma cantidad de alcohol por lo general afectará más rápidamente a la persona más pequeña que a la más grande.

      Además, cuando todos los factores, como el tamaño del cuerpo, antecedentes, problemas y presiones, y hábitos de beber, parecen ser similares, una persona que empieza a beber llegará, con el tiempo, a habituarse mientras que otra en las mismas circunstancias no lo hará. Por eso no se puede decir que cierto problema, disposición emocional, experiencia de la niñez o ambiente cultural automáticamente produce un alcohólico.

      No obstante, hay factores que producen mayores proporciones de alcoholismo. Por ejemplo, cuando una sociedad está orientada hacia el alcohol debido a promoverlo y darle publicidad y mostrarlo como lo común en las funciones sociales y lugares de comer, entonces se inducirá a más personas a beber. Y cuando el beber en exceso o la embriaguez se representan no solo como lo común, sino a veces hasta chistoso, entonces disminuye el estigma contra el alcoholismo.

      En semejante ambiente, especialmente en las reuniones sociales, si uno no bebe se le hace sentir incómodo, como si no perteneciera al grupo. Los que tratan de abstenerse del alcohol por tener problemas con él, posiblemente se hallen continuamente apremiados a obrar en conformidad.

      Los factores económicos también contribuyen su parte. Hay mucho abuso del alcohol entre algunos pobres, especialmente en las ciudades grandes de las sociedades industriales. La pobreza puede producir el sentimiento de desesperanza, y el alcohol con su cualidad de sedante disimula temporáneamente el dolor de la realidad.

      Por otra parte, en algunos países las riquezas han sido acompañadas por un aumento en el beber de los grupos de ingresos medianos y superiores. Además, las presiones del empleo y sociales resultan en que se beba más. Un estudio de los hábitos de beber de 8.000 ejecutivos estadounidenses reveló que el 27 por ciento bebían como promedio 170 o más gramos de alcohol al día, siete días a la semana. Se informa que en el Japón, alrededor del 60 por ciento de las personas en puestos de supervisión tienen problemas con el beber. Y en las naciones más acaudaladas, más amas de casa se están haciendo alcohólicas.

      A menudo los problemas maritales y familiares hacen que un cónyuge, o ambos, recurran al alcohol en un esfuerzo por hallar alivio de la infelicidad. La soledad también puede dar por resultado el beber en exceso, como también lo pueden hacer la desilusión, el temor del futuro, falta de confianza, o hasta una tragedia como la muerte de una persona amada.

      Pero los que beben con exceso en un esfuerzo por aminorar los problemas, ansiedad o depresión, siempre descubren que al fin tienen mayores problemas, ansiedad y depresión. Estas son las consecuencias inevitables del alcoholismo.

      El beber de los jóvenes

      Un grupo de médicos, al escribir al Times de Nueva York, declaró: “Algo que causa preocupación especialmente profunda en nuestro tiempo es el alarmante aumento en el beber de los adolescentes acompañado del aumento dramático en la frecuencia del abuso de las bebidas alcohólicas en general, el alcoholismo y la afición múltiple.”

      El alcoholismo es el principal problema de salud entre los jóvenes de los Estados Unidos. Se le clasifica como una amenaza mucho más grave que la afición a las drogas “violentas,” tales como la heroína. Un funcionario gubernamental lo llama un “problema devastador . . . de proporciones epidémicas.”

      Una encuesta reveló que en los EE. UU. aproximadamente la tercera parte de los estudiantes de escuela secundaria tienen problemas con el beber. Y se ha hallado que hoy hasta niños más jóvenes, que ni siquiera están en la escuela secundaria, dependen del alcohol.

      En Alemania, los investigadores de la Universidad de Kiel declaran que “el alcoholismo amenaza a la sexta parte de los jóvenes de Alemania que tienen entre 10 y 18 años de edad. Otros países donde el alcoholismo por lo general está aumentando también hallan que sus jóvenes están más envueltos en él.

      El Sunday Globe de Boston hace notar un resultado inmediato, al decir: “Desde que bajaron la edad a la que se permite comprar bebidas alcohólicas, las muertes en accidentes de tráfico en que están envueltos conductores adolescentes [han] aumentado tres veces.”

      Pero, ¿a qué se debe que más jóvenes beban? Una razón es ‘la presión de sus iguales,’ la influencia de amigos. “Todos mis amigos beben,” dijo un joven en una declaración típica. Otro declaró: “No quería parecer ‘inadaptado,’ de modo que empecé a beber.”

      Como en el caso de los adultos, muchos jóvenes beben porque, como dijo uno: “El beber me hace sentir feliz y me ayuda a divertirme.” Otras razones que los jóvenes dan incluyen: están aburridos con la vida; tienen problemas en casa o en la escuela; o temen el futuro en un mundo de aspereza e incertidumbre.

      Pero la razón a la que los jóvenes atribuyen sus hábitos de beber con más frecuencia es la influencia de sus padres y la sociedad adulta en general. En el libro Teen-Age Alcoholism se declara: “En el asunto de beber, aunque es importante la influencia de su grupo de iguales, los padres ejercen la mayor influencia.” En Alemania, se descubrió que en los casos en que el padre bebe mucho, con más frecuencia sus hijos lo hacen también.

      Pero muchos padres no abusan del alcohol. E insisten en que sus hijos no beban a grado regular hasta que tengan suficiente edad para hacerlo con responsabilidad. Los estudios han revelado que en comparación con las familias que hacen eso, las familias cuyos padres beben en exceso tienen dos veces más jóvenes con dificultades con el alcohol.

      En una sociedad en que se acostumbra ver a los adultos beber, muchos jóvenes imitan lo que ven hacer a las personas de más edad. Como ejemplo se cita a un joven que veía las películas de vaqueros en la televisión y dijo: “Los hombres en esas películas bebían whisky. Comencé a beber whisky porque quería ser valiente como ellos.”

      Se siega lo que se siembra. En una sociedad en que se aprueba el beber en exceso, y donde millones de adultos dependen del alcohol, más jóvenes llegarán a depender de él también.

      Sin embargo, aunque hay muchos factores que pueden llevar al alcoholismo, ¿qué le pasa al sistema de uno que lo haga depender del alcohol? ¿Con qué resultados?

      [Comentario de la página 6]

      Una gran porción de los que ya dependen del alcohol no creen que dependen de él, o no quieren confesarlo

      [Comentario de la página 8]

      En una sociedad en que se aprueba el beber en exceso, y donde millones de adultos dependen del alcohol, más jóvenes llegarán a depender de él también

      [Ilustración de la página 7]

      Los que beben con exceso en un esfuerzo por aminorar los problemas, ansiedad o depresión, siempre descubren que al fin tienen mayores problemas, ansiedad y depresión

  • Lo que resulta de depender del alcohol
    ¡Despertad! 1978 | 22 de mayo
    • Lo que resulta de depender del alcohol

      EL QUE solo bebe de vez en cuando, y parcamente, rara vez llega a depender del alcohol. Solo un porcentaje muy pequeño de personas carecen de tolerancia por completo.

      La gran mayoría de los que se hacen alcohólicos llegan a serlo porque beben demasiado durante un período largo. No cabe duda de que mientras más beba una persona, más peligro hay de que llegue a depender del alcohol.

      Clases de dependencia

      El depender del alcohol quiere decir enviciarse con él. Una clase de esta dependencia, o afición, es sicológica. Esta es una dependencia mental o emocional.

      En la dependencia sicológica, la persona siente una necesidad apremiante de alcohol para aliviar sus malestares emocionales. No quiere enfrentarse a la vida y sus problemas sin el alcohol de muleta. Sin embargo, todavía no está físicamente aficionado a él.

      Sin embargo, la dependencia sicológica a menudo se torna en verdadera afición física. Entonces, no solo la mente y las emociones demandan el alcohol, sino que también lo hace el cuerpo.

      El abuso prolongado del alcohol ocasiona cambios químicos en el cuerpo. Las células y los tejidos literalmente llegan a depender del alcohol y con el tiempo no funcionan bien sin él. Estos cambios corporales le impiden al individuo tener dominio de sí mismo, de modo que desea el alcohol con aún más vehemencia.

      Aunque él cree que por medio de beber excesivamente está aliviando las necesidades de su cuerpo, realmente está preparando el escenario para un colapso. Tarde o temprano, si su afición continúa, el resultado será severo daño a los órganos de su cuerpo y el acortamiento de la duración de su vida.

      No se han establecido positivamente las razones por las cuales el cuerpo se aficiona físicamente. Algunas de las teorías incluyen: alergia al alcohol; metabolismo anormal del azúcar; deficiencia hormonal de las glándulas tiroides, pituitaria o suprarrenales; una deficiencia dietética o metabólica de vitaminas, minerales, enzimas y otros nutrientes; funcionamiento deteriorado o anormal del hígado; y un hipotálamo defectuoso, que causa una sed irrefrenable de alcohol.

      Cuando una persona empieza a beber demasiado, ¿cuánto tarda en aficionarse físicamente al alcohol? Para la mayoría de la gente, esto requiere varios años. Algunas beben excesivamente por 20 ó 30 años antes de aficionarse; otros por diez años; otros entre tres y cinco años, y un número muy pequeño experimenta casi inmediata afición.

      Especialmente en las primeras etapas de la dependencia física, la vida del alcohólico se ve afectada cada vez más. Su eficacia empieza a disminuir, y otros notan esto en su trabajo. A esto siguen más días ausente del trabajo debido a “enfermedad.” Su amor propio sufre, y también sus relaciones con otros.

      Tal vez trate de compensar por esto siendo demasiado generoso, gastando dinero libremente, hasta endeudándose mucho. Pero su aislamiento social crece a medida que él se va haciendo de mal genio e intratable.

      Al fin, puede que pierda su trabajo, amigos y familia. El beber se le hace más importante que cualquier otra cosa, incluso el comer. Descuida su apariencia, salud y responsabilidades.

      La revista World Health declara: “El bebedor habitual que sigue bebiendo acumula más y más inhabilidades . . . y el promedio de su vida ciertamente será acortado.”

      Daño al cuerpo

      El alcohol no contiene vitaminas, minerales ni proteínas, aunque sí contiene calorías. Así, los que beben mucho pueden sentirse llenos y engordar, pero no se están nutriendo. Y puesto que el alcohólico a menudo pierde su deseo de comer, hay más posibilidad de que su cuerpo sucumba a la enfermedad debido a estar mal alimentado.

      El uso excesivo de las bebidas alcohólicas puede dañar el revestimiento del estómago y del intestino delgado, y causar inflamación y úlceras. Los músculos del estómago pueden perder su tono, se impide la digestión y pueden ocurrir náuseas.

      En las Bahamas, donde, según informa el Physician’s Alcohol Newsletter, “el alcoholismo es el problema de salud número uno,” muchos tienen una condición que se llama “pie alcohólico.” Esta es la ulceración crónica y gangrena del pie que a veces exige la amputación.

      Una condición especialmente dañina que resulta del beber en exceso es la cirrosis del hígado. Esta enfermedad se cuenta entre las principales causas de la muerte entre adultos jóvenes y de edad madura. En Francia, según las cifras gubernamentales, más de 22.000 individuos murieron de cirrosis del hígado en tan solo un año. En los Estados Unidos, en un decenio reciente, dos veces más personas murieron de esta enfermedad que en el decenio previo, y esto se debió principalmente al aumento del beber entre la población. En Dinamarca, las muertes causadas por la cirrosis aumentaron un 40 por ciento en tres años, debido a que la gente bebe más. En Italia, estas muertes aumentaron al doble en once años.

      El Dr. Frank A. Seixas, director médico del Consejo Nacional sobre el Alcoholismo en América del Norte dice: “Por primera vez, estamos obteniendo evidencia médica que corrobora las observaciones que los médicos han hecho —y eludido— por años: el alcoholismo y la cirrosis están muy estrechamente enlazados.”

      En un experimento, el Dr. Charles Lieber de la Escuela de Medicina Mt. Sinai de Nueva York dio a un grupo de voluntarios una dieta de nutrición superior por 18 días. Durante este período cada uno ingirió seis bebidas durante el día, un total de 283,5 gramos diarios de whisky que contenía 43 por ciento de alcohol. Aunque se podía ver que estaban bajo la influencia del alcohol, ninguno se embriagó a tal grado que perdiera el dominio completo de sus facultades. No obstante, en todos se veía claramente la evidencia del comienzo de cambios dañinos en el hígado después de solo unos cuantos días.

      El crónico beber en exceso también contribuye a una variedad de enfermedades cardiacas, la principal causa de la muerte en algunos países. De hecho, las cantidades excesivas de alcohol pueden causar el paro del corazón por medio de paralizar los nervios cardiacos. También puede paralizar el centro respiratorio del cerebro y hacer que la respiración vaya más despacio y posiblemente se detenga por completo.

      Daño cerebral

      El seguir bebiendo en exceso por largo tiempo destruye las células cerebrales. Y el cuerpo no puede reemplazar éstas de la manera que reemplaza otras células del cuerpo.

      Las autopsias de alcohólicos crónicos han revelado destrucción extensa de las células cerebrales. Este daño cerebral puede ocasionar o agravar varios desórdenes mentales, incluso la paranoia, una forma de demencia caracterizada por un complejo de persecución; y la esquizofrenia, una “disociación” de la personalidad. Por ejemplo, se informa que en los hospitales siquiátricos de Francia, cada tercera cama está ocupada por una víctima del alcohol.

      En las etapas finales del alcoholismo, puede ocurrir delirium tremens. Esto sucede cuando de repente no se puede conseguir el alcohol, o solo puede conseguirse en cantidades muy pequeñas. También puede ocurrir después de un ataque largo de borrachera. Primero hay temblores, todo el cuerpo se estremece. Se pierde el apetito y empiezan las náuseas. La víctima se pone calenturienta y se mueve sin orden y concierto. Luego vienen las alucinaciones. Se ven cosas que no están allí, como arañas, ratas y moscas que salen de las paredes y piso.

      El terror de este delirio, o “demencia,” puede llevar la víctima a suicidarse. También puede causar debilidad mental permanente... o la muerte, pues se dice que en 20 por ciento de los casos esta condición resulta en muerte.

      Si una persona que está en la etapa adelantada del alcoholismo ha de escapar la muerte, tiene que someterse a la “desintoxicación.” Tiene que dejar de beber por un período suficientemente largo como para que su cuerpo elimine todo vestigio del alcohol y se restaure a un nivel más normal. Pero puede que se requiera semanas o meses para lograr eso. Y en algunos casos el daño, como el daño al hígado o cerebro, puede ser irreversible.

      El daño a la salud puede ocurrir más rápidamente en los jóvenes. Sus cuerpos no están maduros, son más pequeños, y por lo tanto no pueden encargarse del alcohol tan bien como un cuerpo adulto.

      Víctimas inocentes

      Entre las víctimas más inocentes del alcoholismo están los bebés. El que una madre beba excesivamente durante su preñez puede dar por resultado un bebé que nazca mentalmente retardado o físicamente defectuoso... o las dos cosas.

      El Dr. Jaime Frias, director de un centro de defectos natales en la Universidad de Florida, declara: “De los datos clínicos ya reunidos, puede declararse acertadamente que la mujer que bebe alcohol crónicamente durante su preñez tiene una probabilidad de 50 por ciento de tener un niño con algún grado de retardación mental y una probabilidad de 30 por ciento de tener un niño con otras malformaciones físicas múltiples.

      El Dr. David W. Smith, profesor de pediatría en la Escuela de Medicina en la Universidad de Washington, dice: “Hoy la principal causa de los defectos físicos en los embriones humanos en desarrollo es el alcohol.”

      Los investigadores han informado que han nacido bebés “embriagados.” El contenido de alcohol en su sangre era superior a lo que en muchas zonas se considera como prueba de embriaguez legal. Hasta se han notado síntomas de abstinencia en algunas criaturas recién nacidas.

      En cuanto al daño que reciben los bebés, el News de Detroit informa: “Los facultativos convienen en que los efectos del síndrome son irreversibles y que muchas víctimas requieren cuidado especial durante toda su vida, ya sea en casa o en instituciones.”

      ¿Qué se considera como “beber mucho” o “en exceso” en el caso de una preñada? Las opiniones varían. El Dr. Smith dice que cinco bebidas al día constituyen beber en exceso. Y una definición de una bebida es un “cóctel hecho de 28 gramos de whisky que contenga un 50 por ciento de alcohol.” El Dr. Smith advierte que el consumir grandes cantidades de cerveza o vino durante la preñez puede dar los mismos resultados.

      Sin embargo, recientemente el Medical World News declaró: “El Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo, alarmado por la rápida acumulación de evidencia de que aun la ingestión moderada de alcohol puede dañar al feto en desarrollo, está instando con vigor que el gobierno advierta a todas la preñadas contra el tomar más de dos bebidas al día.” Añadió que la evidencia es “muy convincente y que causa gran preocupación.”

      Se ve pues que de todas maneras es enorme el precio que se paga por el abuso del alcohol. Y el problema empeora ya que cada vez más personas están bebiendo en exceso.

      Pero, ¿qué se puede hacer para evitar el llegar a depender del alcohol? ¿Cómo se le puede ayudar al que ya depende del alcohol?

      [Ilustración de la página 11]

      Si una mujer persiste en beber en exceso durante se preñez, puede dañar gravemente a su niño

  • Enfrentándose a la amenaza del abuso del alcohol
    ¡Despertad! 1978 | 22 de mayo
    • Enfrentándose a la amenaza del abuso del alcohol

      EN LO que respecta al abuso del alcohol, “más vale precaver que tener que lamentar.” Es muchísimo mejor no llegar a depender del alcohol que hacerlo y entonces tener que enfrentarse a las consecuencias.

      Ese “precaver” debe empezar en la niñez. Los jóvenes deben aprender de sus padres el modo correcto de ver el alcohol. Los padres ejercen tremenda influencia en su prole por lo que dicen y hacen. Cuando mantienen su propio beber bien dentro de los límites de la moderación, sus hijos no crecen pensando que el beber habitual y excesivo es cosa normal para los adultos.

      Cuando —y si— los padres deciden que un hijo o hija es de edad suficiente para tomar una bebida alcohólica de vez en cuando (teniendo en cuenta las leyes locales), entonces se les debe explicar detenidamente por qué es necesario ejercer cuidado. La persona joven es muy inexperta, su cuerpo es más pequeño y no está acostumbrado al alcohol, de modo que no le es tan fácil beber sin malos efectos.

      La prevención para los adultos

      La prevención es el proceder más sagaz para los adultos, también. Deben reconocer el alcohol por lo que es: una bebida que puede añadir cierta cantidad de gozo, pero cuando se abusa de ella, puede convertirse en una amenaza mortífera.

      Si usted es anfitrión en una reunión social, no hay por qué pensar que las bebidas alcohólicas tienen que ofrecerse sin límite. Deben ofrecerse con moderación, si es que opta por ofrecerlas. Ofrezca también algunas bebidas no alcohólicas, y no haga que un invitado se sienta incómodo si escoge una de estas bebidas. Y si un convidado toma una bebida o dos, el anfitrión prudente tendrá cuidado de no seguir ofreciendo bebidas indefinidamente. No trate de obligar a los convidados a beber, como, por ejemplo, llenando sus vasos sea que quieran otra bebida o no.

      Cuando usted es el convidado, no piense que tiene que seguir bebiendo simplemente porque sigan sirviendo bebidas alcohólicas. Si el anfitrión insiste en ofrecerle bebidas, usted puede rehusarlas cortésmente y decir algo como: “He llegado a mi límite,” o: “Nada más esta vez.” Si, a pesar de haber dicho eso, el anfitrión le sirve la bebida de todos modos, usted no está obligado a beberla. Deje que su “No” signifique “No.” El buen anfitrión debe reconocer esto.

      Especialmente debe ejercer cuidado el anfitrión más tarde por la noche cuando los invitados tienen que ir a casa en automóvil. El seguir ofreciendo bebidas muy de noche, o el dar a un invitado “un trago más antes que te vayas,” no es un acto de bondad. Puede costarle la vida... y la vida de víctimas inocentes.

      La cantidad de personas que conducen automóviles bajo la influencia de alcohol aumenta muy de noche. Por eso, si usted conduce durante esas horas, proceda con gran cuidado. Esto es especialmente cierto durante los fines de semana o días de fiesta, cuando la gente tiende a beber más de lo debido.

      Además, cuando conduzca, no insista en que usted técnicamente “tiene el derecho de paso.” A menudo la gente que está bajo la influencia del alcohol pasa por alto las reglas de los caminos. Tenga presente que aproximadamente la mitad de las personas que han muerto en accidentes automovilísticos tenían “el derecho.” No eran la persona culpable del accidente. Pero de todos modos murieron.

      En cuanto a la prevención, el año pasado el general comandante de las tropas estadounidenses en Europa adoptó un ejemplo de ella en grande escala. Notificó a sus oficiales: “Están bien enterados de que en el ejército de los EE. UU. aquí en Europa el abuso del alcohol ha alcanzado tales proporciones que hay que unir fuerzas y atacar este problema directamente.” A fin de ‘despojar el uso del alcohol del énfasis y glorificación que se le da,’ el general ordenó la abolición de la “Hora feliz” que se observaba en los clubes militares por toda Europa. Este era un período de aproximadamente dos horas temprano por la noche, un día a la semana, cuando se vendían las bebidas a mitad de precio. Hizo la cancelación con la mira de desanimar el abuso del alcohol.

      Cómo ayudar al cuerpo

      También es útil saber lo que el cuerpo hace con el alcohol. Así la persona que bebe podrá entender mejor cómo evitar el abusar de su cuerpo.

      En el cuerpo las bebidas alcohólicas no son sometidas a precisamente la misma elaboración que la mayoría de los alimentos. Casi todos los alimentos son oxidados en diferentes etapas, primero en el estómago y en el intestino delgado. Esto permite que la corriente sanguínea absorba las sustancias nutrientes del alimento y las distribuya a todas partes del cuerpo. Pero el estómago y el intestino delgado absorben el alcohol sin hacerle casi ningún cambio a su forma. Entonces la sangre lo transporta al hígado.

      El hígado oxida el alcohol a un paso fijo. Cuando recibe más del que puede atender, envía el sobrante a la corriente sanguínea sin haber sido oxidado. La sangre lo transporta al corazón que lo impulsa a través del sistema circulatorio y así llega a otras partes del cuerpo. Con el tiempo vuelve al hígado, que acepta otra porción y la oxida, despachando el resto. Sigue este procedimiento hasta que todo queda completamente oxidado.

      Cuando en vez de “tragarse” las bebidas, se sorben lentamente, sean éstas de alto contenido alcohólico, cerveza o vino, entonces se le hace más fácil al hígado tratar con el alcohol. Lo está recibiendo en cantidades de las que se puede encargar. Solo devolverá una cantidad relativamente pequeña a la corriente sanguínea sin ser oxidada.

      No hay manera en que el bebedor de término medio pueda acelerar el proceso de oxidación del hígado. El beber café negro, tomar duchas frías, o respirar profundamente aire fresco no aceleran el proceso. La mejor manera de ayudar al cuerpo es tomar solo unas cuantas bebidas, tomarlas lentamente y espaciarlas a través de un período. Esto es cierto no solo del whisky, sino de otras bebidas, ya que una lata de cerveza o un vaso de vino contienen más o menos la misma cantidad de alcohol que un trago de whisky.

      Los que tienen problema con el beber

      Pero, ¿qué hay si el beber ya se ha convertido en un problema grave? ¿Qué puede hacer una persona para ayudarse? ¿Qué pueden hacer otros?

      La persona que tiene un problema con el beber debe encararse con la realidad de que ha dejado que el alcohol lo meta en dificultad. No debe engañarse pensando que puede dejar de beber en cualquier momento que opte por hacerlo. En el caso de demasiados alcohólicos esta ilusión persiste a la vez que continúan bebiendo hasta que dañan su salud, sufren alteración mental, o mueren de su beber.

      El primer paso que debe dar el que tiene un problema con el beber es confesar que tiene dicho problema para que se le pueda ayudar. Si no hace eso, hay poca probabilidad de que trate con el problema a tiempo. Pero en la mayoría de los casos, los alcohólicos rehúsan reconocer o confesar su alcoholismo. El proceso mental que los llevó a hacerse alcohólicos impide que hagan algo acerca de ello. Por eso las familias y amigos del que se halla en esta situación deben tratar de ayudarlo.

      ¿Se puede contar con las agencias oficiales para que se encarguen del problema? Por supuesto, hay una variedad de organismos en diferentes países que pueden prestar ayuda. Pero note lo que dice World Health: “Hasta la fecha han sido pocos los países que han dado pasos para responder adecuadamente a los problemas relacionados con el abuso del alcohol. Se consideraría tristemente censurable el que hubiese semejante inacción en el caso de una enfermedad infecciosa que causara tan tremendos estragos, y cualquier problema de ‘drogas’ de dimensiones parecidas ciertamente causaría alarma.”

      ¿A qué se debe esto? El World Health contesta: “Para muchísimos países [el alcohol] es la droga acepta, acariciada, y literalmente reverenciada, la predilecta de la sociedad. . . . El alcohol es diversión, hospitalidad, amistad, fiesta, un tónico instantáneo para los nervios, virilidad, aventura, celebración, la bebida que cierra el trato favorable, risa, esnobismo y sacramento. ¿Qué haríamos sin él? ¿Cómo puede realmente amenazar nuestra salud? A cualquiera que exprese un punto de vista contrario se le considera como un aguafiestas.”

      No obstante, como esta publicación explica, el abuso del alcohol amenaza en gran manera la salud, felicidad y la vida misma. Pero no se debe dar por sentado que alguna agencia va a encargarse del problema.

      Tampoco debe pensar uno que se puede permitir que el alcoholismo se desarrolle y luego sanarlo por algún tratamiento médico. No hay “cura” médica para el alcoholismo. Aunque varias cosas pueden ser provechosas, como el mejorar la dieta y la nutrición, el corregir la poca cantidad de azúcar en la sangre, medicación y hospitalización, se necesita más. El problema básico todavía está en la mente y corazón del individuo.

      El alcohólico que solo ha tenido tratamiento “clínico” y en cuyo caso la motivación y otros factores similares no han recibido la debida atención, casi siempre vuelve al alcoholismo. Los principales factores en el recobro son: tratamiento temprano, el sincero deseo y determinación del paciente de mejorar, y la ayuda de sus allegados.

      Aunque algunos siquíatras creen que el considerar los problemas del alcohólico con él o ella y explicarle lo que el alcohol está haciendo a su cuerpo ayudará a convencer a la persona de que debe dejar de beber, el Dr. Benjamin Kissin de Nueva York declara: “No lo he hallado muy satisfactorio aquí en la clínica. No es suficiente.” Añade: “Tratamos de cambiar el patrón de la vida.”

      No hay duda de que es esencial cambiar el patrón de la vida. También lo es el descontinuar las asociaciones insalubres, abandonando a los que realmente no son amigos sino que contribuyen a su alcoholismo. Pero, ¿de dónde puede venir motivación tan poderosa para ayudar a uno a cambiar por completo el patrón de su vida?

      La ayuda más poderosa

      Se ha demostrado que hay una fuente de ayuda que es más poderosa que todas las otras. Ha ayudado a muchos a conseguir la motivación correcta, la correcta actitud de mente y corazón. Es la fuente más poderosa de todo el universo, el Dios Todopoderoso mismo.

      Jehová Dios creó al hombre. Él sabe la mejor manera en que el hombre puede resolver sus problemas, y cómo puede habérselas mejor con sus presiones y emociones. Por eso, cuando uno acude a esa fuente en busca de ayuda, se pone en vías de recibir absolutamente la mejor ayuda posible.

      Una manera en que esta ayuda viene es por medio del excelente consejo que se halla en el libro del cual Dios es el autor y que él dio como guía para la humanidad, es decir, su Palabra, la Santa Biblia. La Biblia nos explica por qué la vida está tan llena de problemas y también nos informa acerca de la maravillosa solución que Dios nos ha prometido. Nos dice que Dios se propone poner fin al actual mundo insatisfactorio y lleno de dificultades. Lo reemplazará con un justo nuevo orden, un paraíso en la Tierra, libre de todas las cosas malas que hoy son tan comunes. (Luc. 23:43; Rev. 21:4, 5) De modo que el aprender acerca del propósito de la vida y lo que el futuro encierra sirve de incentivo verdaderamente poderoso para ‘cambiar el patrón de la vida.’

      La Biblia muestra que individuos que habían sido borrachos abandonaron la práctica cuando adquirieron un conocimiento exacto de los propósitos de Dios. Menciona a borrachos junto con fornicadores, idólatras, ladrones y otros, y entonces dice: “Sin embargo eso es lo que algunos de ustedes eran. Mas ustedes han sido lavados, mas ustedes han sido santificados, mas ustedes han sido declarados justos.”—1 Cor. 6:9-11.

      Puesto que es definitivamente posible vencer el alcoholismo, la Biblia aconseja: “Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad, que va haciéndose nueva en conocimiento exacto según la imagen de Aquel que la creó.” (Col. 3:9, 10) Ese conocimiento exacto contenido en la Palabra de Dios puede proveer la motivación necesaria para cambiar el patrón de la vida.

      Hay otra cosa. Cuando es sincero el deseo de vencer el abuso del alcohol, se puede acudir a Dios y pedir como ayuda una medida de Su poder. La poderosa fuerza activa de Dios, su espíritu santo, se le facilitará sin más que pedirla. Jesucristo dijo: “Sigan pidiendo, y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá. . . . ¡[así] dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!”—Luc. 11:1-13.

      De los muchos ejemplos que hay se presenta solamente éste acerca de un hombre de un país sudamericano que estaba arruinando su vida con el alcoholismo. Se emborrachaba con frecuencia, perdía buenos empleos, despilfarraba su dinero y había empobrecido a su familia. A menudo se emborrachaba y pasaba varios días “de jarana” y venía a parar en la cárcel. Vez tras vez amenazaba a su esposa con violencia. Y ella se desquitaba de varias maneras, entre ellas el amenazar con abandonarlo y llevarse a sus tres hijos.

      Pero entonces la esposa empezó a estudiar la Biblia con un testigo de Jehová. En la Palabra de Dios aprendió la mejor manera en que una esposa puede comportarse con su marido, aunque éste sea alcohólico. Empezó a tratarlo mejor. Con el tiempo, él notó esto y quiso saber qué pudo efectuar tan excelentes mejoras en ella. De modo que él también empezó a estudiar la Biblia. A medida que aprendía más, dependía cada vez menos de su beber.

      Entonces convino en someterse a tratamiento médico por su alcoholismo. Pero no terminó el tratamiento. ¿Por qué? Dijo que debido a lo que había aprendido, ya tenía suficiente fuerza de voluntad para dejar de beber. Y es verdad que la tenía, pues abandonó el hábito por completo. También cambió su asociación al dejar de participar en las tertulias de beber que sus anteriores amigos todavía celebraban.

      Como resultado, toda su vida mejoró. Su vida de familia se hizo mucho más feliz, disfrutó de mejores relaciones con otros, pudo mantener su empleo y tuvo con qué conseguir mejor alojamiento. Lo que es de verdadero interés en este caso es que él no atribuyó su recobro al tratamiento médico, sino a la determinación que pudo conseguir con la ayuda de la Biblia, la oración, y el apoyo de su esposa y asociados edificantes.

      Y éste no es un caso aislado. Muchos han tenido experiencias parecidas en diferentes partes del mundo que muestran que sí se puede vencer el alcoholismo.

      Sin embargo, una vez que el individuo haya vencido su hábito y ya no dependa del alcohol, tiene que ejercer mucho cuidado. Para la mayoría de los que han sido alcohólicos, el mejor consejo respecto a las bebidas alcohólicas es: ¡No tome! Casi todas las autoridades convienen en que el mejor proceder para los ex alcohólicos es el abstenerse por completo del alcohol. Es relativamente pequeño el porcentaje que puede recobrar dominio de sí mismo a tal grado que pueda beber moderadamente y no volver al abuso del alcohol. Pero la mayoría de los demás no pueden hacerlo.

      Se ve, pues, que aunque las bebidas alcohólicas pueden añadir cierto placer a la vida, deberían manejarse como se maneja un explosivo: con tremendo cuidado. De otro modo, la “explosión” creará problemas tan severos que hasta la vida puede ser destruida.

      [Ilustración de la página 15]

      Conozca su límite; si el anfitrión insiste en ofrecerle bebidas, rehúse cortésmente

  • La “doble aprobación”
    ¡Despertad! 1978 | 22 de mayo
    • La “doble aprobación”

      Al tratar sobre los efectos de la televisión en personas muy jóvenes, el Dr. Thomas Harris les da a los padres mucho en que pensar. Después de explicar que la mente joven funciona como un magnetófono, declara: “Un niño de tres años de edad que pasa muchas horas al día ante un televisor está grabando lo que ve. Los programas que ve son un concepto de la vida que se le ha ‘enseñado.’ Si ve programas relacionados con la violencia, creo que graba la violencia. . . . Esta conclusión es segura si sus padres no expresan su oposición por medio de cambiar el canal. Si ellos disfrutan de programas en que se exhibe la violencia, entonces el jovencito recibe doble aprobación —el televisor y los padres— y da por sentado que tiene permiso para ser violento con tal que junte la cantidad de injusticias que se requiere.”

      Sí, no basta con que nosotros personalmente evitemos demostraciones de violencia en nuestro hogar. La pregunta que debemos contestar es: ¿“Aprobamos” la violencia a los ojos de nuestros hijos por nuestros hábitos de entretenimiento?

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