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  • El efecto de la muerte en la vida diaria de la gente
    ¿Es esta vida todo cuanto hay?
    • La manifiesta inevitabilidad de la muerte no hace que toda persona arroje al viento los principios morales, ni produce una apatía fatalista en todas las personas. Al contrario, centenares de miles de personas hoy disfrutan de un modo de vivir saludable debido a que no les afecta adversamente la perspectiva de la muerte.

      UN MEJOR CAMINO

      Vista correctamente, la muerte nos puede enseñar algo valioso. Cuando la muerte hace víctimas, podemos beneficiarnos al pensar meditativamente en el modo en que estamos viviendo nuestra propia vida. Hace unos tres mil años un observador cuidadoso de la humanidad hizo resaltar esto, diciendo: “Mejor es un nombre que el buen aceite, y el día de la muerte que el día en que uno nace. Mejor es ir a la casa del duelo que ir a la casa del banquete, porque ése es el fin de toda la humanidad; y el que está vivo debe poner esto en su corazón. . . . El corazón de los sabios está en la casa del duelo, pero el corazón de los estúpidos está en la casa de regocijo.”—Eclesiastés 7:1-4.

      La Biblia no está recomendando aquí la tristeza como algo que se ha de preferir al regocijo. Más bien, se hace referencia al tiempo en particular en que una casa está de duelo debido a la muerte de uno de sus miembros. No es tiempo para olvidar a los dolientes y pasar al propio banquetear y divertirse de uno. Porque, tal como la muerte ha terminado todos los planes y actividades del que ha muerto, puede hacer lo mismo para los nuestros. Uno hace bien en preguntarse: ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Estoy edificando un nombre o reputación excelente? ¿Cuánto contribuyo a la felicidad y bienestar de otros?

      No es en el momento del nacimiento, sino durante el transcurso pleno de nuestra vida, que nuestro “nombre” adquiere verdadero significado, identificándonos como la clase de persona que somos. La persona cuyo corazón está, como si fuera, en una “casa del duelo” es una que considera sinceramente la manera en que está viviendo su vida, prescindiendo de lo corta que sea. La trata como algo precioso. No refleja el espíritu frívolo y atolondrado que es característico de un lugar de juerga. Más bien, se esfuerza por llevar una vida con significado y propósito y contribuye así a la felicidad y el bien de sus congéneres.

      ¿Cómo puede alguien determinar si ahora está disfrutando del mejor modo de vida que le es posible, si verdaderamente vive una vida con propósito? Ciertamente se necesita una norma que sirva para juzgar. En cantidades cada vez mayores, personas sinceras de toda la Tierra están llegando a la conclusión de que la Biblia es esa norma confiable. El examen que han hecho de la Biblia les ha permitido hallar verdadero propósito en la vida ahora y les ha dado una espléndida esperanza para el futuro, una esperanza que envuelve la vida en medio de condiciones de justicia en esta misma Tierra. Han llegado a darse cuenta de que el propósito de Dios para la humanidad no es la muerte, sino la vida.

  • El hombre fue hecho para vivir
    ¿Es esta vida todo cuanto hay?
    • Capítulo 3

      El hombre fue hecho para vivir

      DIOS hizo al hombre para vivir. Eso es lo que la Biblia indica al describir las provisiones que Dios hizo para nuestros primeros padres humanos, Adán y Eva. Nos informa que Jehová Dios los colocó en un hermoso hogar jardín, un paraíso, que ocupaba

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