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“Salgan de ella, pueblo mío”La Atalaya 1952 | 15 de octubre
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aunque permanece por un tiempo, hasta su fin consumado, así como permaneció el sistema de cosas judío. Este presente sistema satánico está en su período de juicio, y la ejecución vendrá en esta generación, en el Armagedón. Esa ejecución de juicio en contra de las naciones y los individuos será tan concluyente como fueron las ejecuciones al fin de los períodos de juicio típicos de tiempos pasados, tales como el diluvio del día de Noé, la lluvia de fuego sobre Sodoma y Gomorra, y la destrucción que le sobrevino al Israel natural en 70 d. de J.C.
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Fijando destinos en este período de juicioLa Atalaya 1952 | 15 de octubre
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Fijando destinos en este período de juicio
1. ¿Cómo ha ido en progreso el presente período de juicio?
INNEGABLEMENTE entramos a un período de juicio al sobrevenir la segunda presencia de Cristo. El juicio empezó en la casa de Dios, limpió a los del resto ungido de inmundicia babilónica, los libertó de la esclavitud babilónica, los capacitó para huir de la Babilonia mayor para que no participaran de sus plagas. Fueron libertados para predicar, para proclamar el establecimiento del reino celestial, para dar amonestación del “fin consumado” inminente: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin consumado.” (Mat. 24:14, 21, 22; 1 Ped. 4:17, NW) Este esclarecimiento trajo responsabilidad y colocó una base para juicio: “Ahora ésta es la base para el juicio, que la luz ha venido al mundo.” (Juan 3:19-21, NW) Por esto el juicio que empezó en la casa de Dios se extendió para incluir a toda persona de toda nación, como Jesús había dicho que acontecería en su segunda presencia: “Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán juntadas delante de él, y él separará a la gente una de otra, así como el pastor separa a las ovejas de las cabras. Y él pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda.” Las ovejas que mostraron bondad a los hermanos de Cristo heredan las bendiciones del nuevo mundo, pero las cabras que rehusan mostrarles bondad van “al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles”. El juicio de Cristo es: “Estos irán al arrasamiento eterno, pero los justos a la vida eterna.” Las cabras permanecen en la Babilonia mayor y participan de sus plagas; las ovejas pertenecen a Dios y viven por prestar atención al mandato: “Salgan de ella, pueblo mío.”—Mat. 25:31-46, NW.
2. ¿Qué especulación se presenta, y sobre qué base se hace ésta?
2 Este período de juicio será completado durante esta generación y cuando la ejecución del juicio empiece en el Armagedón el destino de todas las personas que entonces vivan habrá sido fijado. Algunos se perturban a causa de esto, y especulan sobre la existencia de una tercera clase a la cual no se separa en categorías de ovejas y cabras y la cual será resucitada en el milenio para su período de juicio. En esta tercera clase colocarían a todos los bebés y niños, y a todos los adultos que no son alcanzados por el mensaje del Reino para el tiempo cuando estalle el Armagedón. Tales especuladores no pueden producir ningún apoyo bíblico para su teoría. Esta parece que se debe o a sentimentalismo humano en cuanto a la salvación de criaturas o a una actitud negativa y derrotista en cuanto a una consumación satisfactoria de la obra de predicación. O a ambas cosas.
3, 4. ¿Por qué es errónea la teoría de una tercera clase?
3 La Palabra de Jehová declara que el mensaje o nuevas del Reino “se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones”. ¿Volverá a él vacía su palabra? ¿o su propósito sin cumplir? No; ¡hasta las piedras clamarían para impedir eso! (Isa. 46:11; 55:11; Luc. 19:40) A todas las naciones, por toda la tierra habitada, el testimonio que se dará será suficiente para servir el propósito de Jehová, y se acabará de dar antes de que venga el “fin consumado” o Armagedón. Este testimonio proporcionará la base para el juicio en que las personas de todas las naciones son separadas en clases de ovejas y cabras, por Cristo Jesús. ¿Hará Cristo el Juez un trabajo a medias? ¿Faltará en completar el trabajo delineado para él y dejará una tercera clase no predicha a la cual no llega a separar? O ¿completará la obra separadora que Jehová le encomendó, y dividirá a las personas de todas las naciones en sólo las dos clases predichas, para así efectuar el propósito divino y cumplir la palabra divina?
4 Este período de juicio desde 1914 hasta el Armagedón se aparta para esta obra separadora y es parte de la señal de que estamos en “el tiempo del fin”. ¿Malgastará Cristo Jesús el tiempo en la obra separadora, de modo que tenga que terminarla en un día de juicio futuro, faltando así en proveer plenamente esta parte de la señal? Algunos arguyen que la parábola de las ovejas y las cabras sigue aplicando en el milenio. Pasan por alto el hecho de que la separación queda completa antes de que las ovejas heredan las bendiciones del nuevo mundo del reino milenario, que esta separación se efectúa cuando él llega, no siglos después. Las naciones existen; no habrá ninguna división en cuanto a cosas nacionales en el nuevo mundo. La obra de juicio asignada a este período tiene que estar completa antes que empiece la ejecución en el Armagedón. El juicio en la casa de Dios fué completo, no fué hecho a medias; así será con el juicio de las naciones durante el mismo período de juicio.
5. ¿Cómo es que la profecía de Ezequiel y las palabras de Jesús no dejan lugar para una tercera clase?
5 En armonía con la ilustración de las ovejas y las cabras, Ezequiel 9:4-6 (AT) manifiesta sólo dos clases, los marcados para ser preservados y los no marcados, designados para ser destruídos. Y en este cuadro profético de la matanza del Armagedón note que las fuerzas ejecutivas no perdonan individuos sobre la base de edad o sexo: “Maten sin misericordia o lástima. A ancianos, jóvenes y doncellas, niñitos y mujeres—¡matadlos a todos! Pero no toquen a nadie en quien esté la marca.” Note que en este cuadro los preservados son los que “gimen y lloran por todas las abominaciones” hechas en la tierra que acarrean vituperio a la adoración verdadera de Jehová. En la parábola de las ovejas y las cabras los preservados mostraron favor hacia los hermanos de Cristo. En ambos casos los que fueron destruídos fueron aquellos que permanecieron indiferentes o neutrales así como también los opositores. Cristo Jesús, durante el período de juicio cuando estuvo en la tierra, dictó el principio para tales tiempos: “El que no está de parte mía está en mi contra, y el
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