Cultive la modestia cristiana
1. ¿Qué expresiones muestran que algunos hombres del mundo han reconocido con aprecio el valor de la modestia?
LA MODESTIA es una virtud que en un tiempo los sabios de este mundo apreciaban. Por eso se nos dice: “La persona modesta rara vez fracasa en cuanto a ganarse la buena voluntad de los que conversan con ella, pues nadie envidia a un hombre que no parezca estar satisfecho de lo que es”. Además, se ha dicho: “La modestia es una luz brillante; prepara la mente para recibir conocimiento y el corazón para la verdad”. Es poco probable que la persona que carezca de modestia esté dispuesta a razonar.
2. ¿Cómo han desplegado modestia algunos hombres conocidos?
2 Además, algunos hombres conocidos por sus descubrimientos han desplegado modestia. Por ejemplo, Alberto Einstein declaró en cierta ocasión que “se manifiesta un espíritu en las leyes del universo... espíritu enormemente superior al del hombre, y uno ante el cual nosotros, con nuestras capacidades modestas, tenemos que sentirnos humildes”. También sir Isaac Newton, considerado por muchos como el científico más sobresaliente de todos los tiempos, dijo en cierta ocasión: “Si he visto más allá de lo que han visto otros, ha sido porque me he parado en los hombros de gigantes”. Es evidente que algunos cirujanos que han efectuado operaciones en los testigos de Jehová han tenido una actitud mental parecida a ésta. Después de haber llevado a cabo con éxito intervenciones quirúrgicas muy difíciles sin hacer transfusiones de sangre, los cirujanos han dicho a los Testigos que fueron sus pacientes que el mérito pertenecía a Dios, y no a los cirujanos mismos.
Ejemplos de modestia
3. a) ¿Qué puede ayudarnos a cultivar la modestia? b) ¿Qué se puede decir en cuanto a Moisés y la modestia?
3 ¿Qué nos ayudará a cultivar la muy deseable, sí, la muy necesaria cualidad de la modestia? Obviamente, el aplicar todo lo que se ha dicho en el artículo “La modestia cristiana... prueba de sabiduría”, publicado en el número anterior de La Atalaya, nos ayudará a cultivar la modestia. Otra ayuda para cultivar la modestia es el considerar cómo Jehová usó de manera sumamente poderosa a sus siervos modestos. ¿Cómo podía Dios emplear a hombres que procuraban ser alabados y dirigían la atención hacia sí mismos en vez de dirigirla a su Hacedor? Moisés hizo esto tan solo una vez... claro, bajo gran presión y provocación. No obstante, ¡cuán caro le costó aquello! Pero el que Moisés era verdaderamente modesto puede verse por la timidez que desplegó inicialmente respecto a presentarse ante Faraón. Además, las Escrituras dicen que “Moisés era por mucho el más manso de todos los hombres que había sobre la superficie del suelo”. (Números 12:3; Éxodo 4:10-17.)
4. ¿Cómo mostraron Eliú y José debida modestia?
4 Otro excelente ejemplo de modestia fue el joven Eliú. Antes de hablar, él esperó pacientemente hasta que sus mayores, Job y sus tres compañeros, hubieron hablado. Eliú no tenía un aire de superioridad, sino que dirigió toda la alabanza a su Hacedor (Job 32:4-11, 21, 22; 36:9). José, hijo del patriarca Jacob, también demostró debida modestia cuando fue llevado ante el poderoso Faraón y se le preguntó si podía interpretar el sueño de aquel monarca. José atribuyó a Jehová el mérito de interpretar los sueños. (Génesis 40:8; compare con Daniel 2:26-30.)
5. ¿Por qué consideró importante Jehová Dios la modestia de Gedeón?
5 Considere también el caso de Gedeón. Al recibir su comisión, él, con modestia, dijo que su clan era el más pequeño de Manasés, y que él mismo era el más pequeño de la casa de su padre. Por eso era precisamente a Gedeón a quien Jehová había de usar para conquistar a los madianitas, pues Dios estaba resuelto a recibir el crédito por la victoria. Solo un hombre verdaderamente modesto podría haber servido debidamente en tal situación. (Jueces 6:14-16; 7:2-7.)
6. a) ¿Por qué le agradó a Jehová la petición del joven rey Salomón? b) ¿Qué otro joven siervo de Jehová manifestó debida modestia, y con relación a qué? c) ¿Qué efecto podría tener la actitud de los jóvenes Eliú, Salomón y Jeremías en testigos de Jehová relativamente jóvenes o menos experimentados?
6 El joven Salomón, al ser hecho rey, desplegó modestia también. Cuando Dios preguntó en un sueño a Salomón lo que quería tener, éste contestó modestamente: “No soy más que un muchachito. [...] Tienes que dar a tu siervo un corazón obediente para juzgar a tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién es capaz de juzgar a este difícil pueblo tuyo?”. A Jehová le agradó tanto la modestia de Salomón que le dio no solo la sabiduría, sino también grandes riquezas y gloria (1 Reyes 3:4-14). Debido a la modestia de Salomón, Jehová hizo de éste el más sabio de todos los gobernantes humanos. Jeremías también desplegó modestia similar, en vista de su juventud, cuando se le pidió que fuera profeta de Jehová (Jeremías 1:6-8). ¿Es usted un testigo de Jehová relativamente joven o de poca experiencia? Si lo es, usted ciertamente resultará sabio si, al igual que los jóvenes Eliú, Salomón y Jeremías, muestra la debida modestia.
7. ¿Cómo proporcionan las palabras de Pablo en 1 Corintios 2:1-5 un excelente ejemplo de modestia para los proclamadores del Reino?
7 La modestia que el apóstol Pablo desplegó fue notable también. Aunque él había sido un fariseo bien instruido, y luego Jehová Dios lo había utilizado de manera poderosa, Pablo no hacía alardes de sus ventajas. Él mismo dijo: “Así es que yo, cuando fui a ustedes, hermanos, no fui con extravagancia de habla o de sabiduría al declararles el secreto sagrado de Dios. Porque decidí no saber cosa alguna entre ustedes salvo a Jesucristo, y a él fijado en el madero. Y fui a ustedes en debilidad y en temor y con mucho temblor; y mi habla y lo que prediqué no fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con una demostración de espíritu y poder, para que la fe de ustedes no estuviese en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Corintios 2:1-5). Algunos testigos de Jehová son personas altamente instruidas. Pero, al igual que Pablo, despliegan modestia al declarar las buenas nuevas, de modo que sabiamente siguen el excelente ejemplo del apóstol.
8. ¿Cómo proporcionó Jesús el mejor y mayor ejemplo de modestia?
8 Por supuesto, el mayor y mejor ejemplo de la modestia es Jesucristo mismo. ¡Qué contraste entre el Hijo de Dios y el que se convirtió en Satanás el Diablo! Cristo nunca se ha comportado de manera inmodesta, procurando ser igual a Jehová Dios (Mateo 4:8-10; Filipenses 2:5-8). Más bien, Jesús está completamente contento con ser el asistente y portavoz de su Padre (Proverbios 8:30; Juan 1:1). Mientras estuvo en la Tierra, repetidas veces habló de su subordinación con relación a Dios (Juan 5:19, 30; 7:28; 8:28, 42). Rehusó recibir el mérito, y dirigió la atención a Jehová (Marcos 10:18). Además, cuando Jesús estuvo pasando por su mayor prueba, su actitud fue: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa. Sin embargo, no como yo quiero, sino como tú quieres” (Mateo 26:39). No cabe duda de que Jesús nos dio un excelente ejemplo respecto a ser modestos. Por eso está claro que todas las criaturas de Dios, tanto las de la región celestial como los seres humanos, deben ser modestas.
La modestia es razonable
9. De acuerdo con 1 Corintios 4:6, 7, ¿por qué es razonable que los siervos de Dios manifiesten modestia?
9 El que nosotros seamos modestos es lógico; es razonable. En primer lugar, ¿no somos todos imperfectos? ¿Quién puede negar ese hecho? (1 Reyes 8:46.) Todos erramos. Nuestra experiencia es limitada y nuestro conocimiento ciertamente no es infinito. Es más, todo lo que tenemos lo hemos recibido. Por eso el apóstol Pablo instó a sus compañeros de creencia a que no fueran más allá de las cosas escritas “a fin de que —como lo expresó él— no se hinchen individualmente a favor del uno contra el otro. Pues, ¿quién hace que tú difieras de otro? En realidad, ¿qué tienes tú que no hayas recibido? Si, pues, verdaderamente lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?” (1 Corintios 4:6, 7). Obviamente, lo que somos depende en gran medida de nuestra herencia genética, nuestro ambiente y especialmente la providencia de Dios.
10. ¿De qué depende el éxito en el servicio sagrado, y qué efecto debería tener en nosotros el estar conscientes de esto?
10 Además, ¿no es cierto que, sea cual sea el grado de éxito que logremos en nuestro servicio sagrado, todo depende de la bendición de Jehová? Por ejemplo: Por mucho que el granjero trabaje, las condiciones del tiempo son un factor muy importante en el desarrollo del cultivo. También el salmista aptamente dijo: “A menos que Jehová mismo edifique la casa, de nada vale que sus edificadores hayan trabajado duro en ella. A menos que Jehová mismo guarde la ciudad, de nada vale que el guarda se haya quedado despierto”. El apóstol Pablo hizo la misma observación respecto a la obra de los ministros cristianos, al escribir: “Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer; de modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que lo hace crecer” (Salmo 127:1; 1 Corintios 3:6, 7). Sí, después de razonar sobre el asunto, tenemos que concordar en que la modestia nos conviene a todos, sean cuales sean nuestras aptitudes, nuestros logros o nuestras posesiones.
Ayudas para cultivar la modestia
11. ¿Cómo nos ayuda el amar a Jehová Dios a ser modestos?
11 Entre las cualidades que nos ayudan a ser modestos figura el amor, amor altruista. Si apreciamos todo lo que Jehová Dios ha hecho, está haciendo y hará por nosotros, verdaderamente lo amaremos con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas (Marcos 12:30). Entonces no nos jactaremos respecto a nosotros mismos. Después de todo, la jactancia es lo opuesto de la modestia. Más bien, siempre hablaremos y obraremos con la debida modestia, a fin de dirigir la atención, no a nosotros mismos, sino a Jehová Dios, de modo que toda la gloria y honra vayan a él. En tal caso estaremos obedeciendo el siguiente consejo: “Que no se enorgullezca el sabio de ser sabio, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. Si alguien se quiere enorgullecer, que se enorgullezca de conocerme, de saber que yo soy [Jehová], que actúo en la tierra con amor, justicia y rectitud, pues eso es lo que a mí me agrada. Yo, [Jehová], lo afirmo”. (Jeremías 9:23, 24, Versión Popular.)
12. ¿Cómo puede una buena relación con Dios ayudarnos a ser modestos?
12 El cultivar una relación estrecha con Jehová también nos ayudará a ser siempre modestos. Se espera que seamos modestos al andar con nuestro Dios (Miqueas 6:8). Al grado que consideremos como una realidad al Creador, su grandeza, su majestad y sus atributos, a ese mismo grado nos comportaremos con la debida modestia. Queremos tener la misma actitud mental que tuvo Moisés, quien “continuó constante como si viera a Aquel que es invisible” (Hebreos 11:27). Somos como niñitos sujetados de la mano de nuestro Padre celestial. El que nos alimentemos con regularidad de la Palabra de Jehová y ‘persistamos en la oración’, sí, el que ‘oremos incesantemente’, nos ayudará a tener una excelente relación íntima con Dios. (Romanos 12:12; 1 Tesalonicenses 5:17.)
13. ¿De qué manera puede nuestro deseo de imitar a Jesucristo ayudarnos a ser modestos?
13 El amor y aprecio por todo lo que nuestro Maestro, Jesucristo, ha hecho por nosotros, y el saber lo que significa seguir de cerca sus pisadas, también nos ayudarán a ser modestos. ¡Qué ejemplo excelente, noble, altruista y perfecto nos ha dado Jesús! Al grado que tomemos en serio nuestra obligación de seguir de cerca sus pisadas, a ese grado nos ayudará esto a ser modestos. ¿Por qué? Porque nos daremos cuenta de lo mucho que nos falta para imitarlo a él plenamente. Puede que nos sintamos satisfechos con nosotros mismos al compararnos con otros. Pero ¿tenemos base para sentirnos igualmente satisfechos al compararnos con Jesucristo? Más bien, deberíamos sentirnos como se sintió el apóstol Pablo... tristemente conscientes del hecho de que no logramos hacer lo que realmente queremos hacer y, muy a menudo, hacemos lo que en realidad no queremos hacer. Ningún cristiano que esté profundamente consciente de lo mucho que le falta para ser imitador de Jesucristo se sentirá con el deseo de jactarse de sí mismo. (Romanos 7:15-25.)
14. ¿Por qué puede el amor fraternal ayudarnos a ser modestos?
14 También, el amor por otros testigos de Jehová y por miembros de nuestra propia familia nos ayudará a ser modestos. Uno de los cánticos del Reino lo expresa como sigue: “El amor lo bueno ve, hermandad promueve fiel”. Sí, el amor hará que apreciemos las buenas cualidades de otros. Pero ¿cómo puede esto ayudarnos a ser modestos? Bueno, la falta de modestia ofende a otros, hace que se sientan incómodos. Puesto que no queremos ofender a los que amamos, el amor fraternal genuino hará que seamos modestos. La falta de modestia provoca competición, rivalidad, o hace que otros se sientan inferiores a nosotros. Pero el amor “no se vanagloria, no se hincha”. Más bien, es modesto. (1 Corintios 13:4.)
15. ¿Cómo puede el gobierno de nosotros mismos ayudarnos a ser modestos?
15 El gobierno de nosotros mismos, fruto del espíritu santo de Dios, también nos ayuda a cultivar la modestia (Gálatas 5:22, 23). ¿Realmente existe una relación entre los dos? Ciertamente que sí. En muchos casos, la persona tiende a decir o hacer lo que favorezca sus propios intereses o lo que resulte en la adulación de sí misma, y a veces esto simplemente se debe a un impulso. Tan pronto como la persona ha dicho o hecho tal cosa, quizás reconozca su error. Esto se debe a que el corazón humano es retorcido, traicionero, engañoso (Jeremías 17:9, Biblia de Jerusalén; VP). Pero el ejercer gobierno de nosotros mismos, pausar, pensar, reflexionar sobre cómo nuestras palabras o acciones afectarán a otros, nos ayudará a mostrar la debida modestia. Por ejemplo, sin pensarlo bien, quizás tendamos a escoger el mejor y más grande pedazo de carne, bizcocho o fruta cuando se nos sirve o se nos extiende un plato en una cena. Pero el gobierno de nosotros mismos y la consideración nos permitirán resistir dicho impulso. Lo mismo aplica con relación a obrar de manera inmodesta al tomar el mejor asiento en un banquete. Como lo ilustró Jesús, quizás se nos pida pasar a un lugar menos importante. Pero un poco de reflexión y modestia nos salvará de cometer un error vergonzoso de esta índole. (Lucas 14:8-11.)
16. ¿Por qué puede la fe en Jehová ayudarnos a ser modestos?
16 Otro fruto del espíritu que nos ayudará a cultivar la modestia es la fe en Jehová, que resulta de una buena relación con él. La naturaleza humana caída tiende a despertar en nosotros el temor de perdernos las cosas buenas de la vida, ya sea con relación a lo material, lo intelectual, lo emocional o lo espiritual. Pero la fe en Jehová impedirá que avancemos de manera presuntuosa o inmodesta. Más bien, dejaremos los asuntos en manos de Jehová. Si somos modestos, podremos esperar hasta que Dios arregle los asuntos o se encargue de que recibamos reconocimiento o hagamos progreso. Antes de llegar a ser rey, David había desplegado modestia como ésa. Pudo haber manejado los asuntos a su manera, pues había sido ungido como rey. Pudo haber llegado a ser el gobernante de Israel al instante por medio de matar al rey Saúl; pero, al contrario, David desplegó modestia y esperó hasta que Jehová le concediera el puesto de rey, lo cual Jehová hizo a su debido tiempo. (1 Samuel 24:2-6; 26:10, 11.)
17. ¿De qué maneras puede la empatía ayudarnos a ser modestos?
17 Otra ayuda para cultivar la modestia es la empatía, que significa el ponerse en el lugar de la otra persona. Por ejemplo, la falta de modestia podría hacer que un anciano de congregación se pasara de tiempo repetidas veces al presentar sus partes en las reuniones de congregación. Pero si muestra empatía, podrá ponerse en el lugar de los demás ancianos, que se preocupan por tener suficiente tiempo para presentar las partes que tienen en el programa. El anciano modesto también pensará en los que son sus hermanos y hermanas en sentido espiritual a quienes no les agrada que la reunión dure más del tiempo debido sin que haya una buena razón para ello. De hecho, la empatía hará que la persona sea modesta en todas sus relaciones, no solo para con los de la congregación cristiana. La empatía hizo que el apóstol Pablo se hiciera ‘como judío a los judíos, como bajo ley a los que están bajo ley, débil a los débiles’, y así por el estilo... todo ello a favor de las buenas nuevas. Esto requería que fuera modesto, que mostrara a sus oyentes que él no se consideraba mejor que ellos. (1 Corintios 9:19-23.)
18. ¿Qué se puede decir a favor de la modestia cristiana?
18 Ciertamente son muchas las cosas que se pueden decir a favor de la modestia cristiana. ¡Cuántos estragos se han causado durante toda la historia debido a la falta de modestia! El desplegar modestia es verdaderamente razonable para el cristiano. Resulta en buenas relaciones con Dios, con nuestros compañeros testigos de Jehová, con nuestra propia familia y con otras personas. La modestia hasta nos ayuda personalmente, pues hace que nos sintamos contentos e impide que lleguemos a sentirnos frustrados. Con sabiduría, la Palabra de Dios nos ayuda muchísimo a ser modestos. Por lo tanto, demos prueba de verdadera sabiduría por medio de cultivar y desplegar la modestia cristiana.
¿Cómo contestaría usted?
◻ ¿Cómo han desplegado modestia algunos jóvenes a quienes se menciona en el registro bíblico?
◻ ¿Cómo suministró Jesucristo el mayor y mejor ejemplo de modestia?
◻ ¿De qué maneras pueden el amar a Jehová y el tener una buena relación con él ayudarnos a cultivar la modestia?
◻ ¿Cómo puede nuestro deseo de imitar a Jesucristo ayudarnos a manifestar modestia?
◻ ¿Por qué puede el amor fraternal ayudarnos a ser modestos como adoradores de Jehová?
[Ilustración en la página 20]
Eliú modestamente evitó tener un aire de superioridad, pues dirigió toda la alabanza a Jehová
[Ilustración en la página 22]
El alimentarse con regularidad de la Palabra de Dios y ‘orar incesantemente’ nos ayuda a cultivar la modestia