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Cultiven intenso amor unos a otrosLa Atalaya 1975 | 15 de octubre
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provisionales alrededor de Pela; posiblemente establecieron alguna clase de campamento para refugiados en las montañas allí. No lo sabemos. Pero sea cual haya sido el caso, la situación era difícil para ellos. Era un tiempo de escaseces y penalidad por toda aquella zona. ¡El fin de todo aquel sistema judío estaba cerca! Por lo tanto, ¡qué apropiado este estímulo inspirado de Pedro a los lectores de su carta, que eran “residentes temporales”: “El fin de todas las cosas se ha acercado. . . . Ante todo, tengan amor intenso los unos para los otros”! (1 Ped. 1:1; 4:7, 8) Con ese amor, los cristianos no serían egoístas ni estarían exasperándose unos a otros, sino que compartirían las cosas unos con otros y se edificarían y fortalecerían para aguantar las circunstancias penosas a las que se enfrentaran.
POR QUÉ ES VITAL AHORA EL AMOR INTENSO
23. ¿Tienen significado para nosotros hoy día las advertencias bíblicas en cuanto a la proximidad del fin?
23 Sin embargo, no queremos solo mirar atrás a aquel tiempo. Pues la profecía de Jesús tocante a “la conclusión del sistema de cosas” tiene aplicación hoy día; de hecho, es ahora que tiene aplicación principal. Y también la tiene la advertencia similar de Pedro de que “el fin de todas las cosas se ha acercado.” ¡El propósito de Dios es exterminar a todo este sistema inicuo e introducir sus ‘nuevos cielos y nueva tierra’ en el futuro inmediato! (Mat. 24:3-22; 2 Ped. 3:13) ¡De modo que vivimos en un tiempo en que la horrible destrucción de Jerusalén y sus inmediaciones será insignificante en comparación con la “grande tribulación” que tan cerca está ahora! Las pruebas a que la mayor parte de los cristianos tendrán que enfrentarse durante la venidera “grande tribulación” quizás sean similares a las que se aguantaron en dos ocasiones recientes.
24, 25. (a) ¿Qué experiencia aguantaron los Testigos de Malawi, y por qué fue importante para ellos la obediencia a la amonestación de Pedro? (b) ¿Qué autoexamen sería prudente que hiciéramos?
24 La primera de éstas tuvo que ver con los testigos de Jehová de Malawi. Bajo los titulares “Testigos de Jehová... huyendo por sus vidas,” el Times de Nueva York del 22 de octubre de 1972 informó: “La semana pasada, del diminuto país de Malawi, en África Oriental, llegaron informes de hostigamiento en masa . . . la violación de miembros femeninos del grupo, la quema de hogares de los Testigos y lo que equivalió a la expulsión por la fuerza de la mayoría de los 23.000 adherentes que vivían en el país.” Debido a su fidelidad a la ley de Dios, los Testigos de Malawi se vieron echados al otro lado de la frontera y obligados a entrar en un enorme campamento para refugiados donde, al principio, hubo graves escaseces de las cosas necesarias de la vida. Muchos murieron debido a las penalidades. ¡Qué importante, en medio de esas circunstancias penosas, prestar atención al consejo inspirado: “Ante todo, tengan amor intenso los unos para los otros”!
25 La mayoría de los Testigos de Malawi salieron de su experiencia fieles a Dios y espiritualmente fuertes, y lo que ciertamente ayudó fue que obedecieron el consejo bíblico que ya hemos mencionado. Pero ¿qué hay de nosotros mismos? ¿Estamos preparándonos para las pruebas que nos esperan? ¿Estamos cultivando un sentimiento intenso de tierno cariño unos a otros, como el que José sintió para con su hermano, como el que Jonatán sintió para con David, y como el que Jehová Dios siente para con su Hijo amado Jesucristo? El ejercer esa clase de amor es verdaderamente vital en estos “últimos días.”
26, 27. (a) ¿Qué aconteció en diciembre de 1972 en Managua, Nicaragua, y de qué podría ser esto un precedente en pequeña escala? (b) ¿Cómo se mostraron los testigos de Jehová amor unos a otros durante aquel desastre de Managua?
26 Las dificultades del porvenir quizás también hayan tenido precedente en un desastre que se informó en ¡Despertad! del 8 de mayo de 1973, que decía: “El cartel todavía está en pie. En testimonio mudo declara: MANAGUA, 404.700 HABITANTES. Y en el centro de la ciudad otro centinela silente da testimonio. El reloj de la puerta principal del Palacio Nacional permanece parado a las 12:35. En esa hora temprana de la mañana del sábado, 23 de diciembre de 1972, mientras todavía estaba oscuro, la capital de Nicaragua pereció en un aterrorizador terremoto.” Sí, la ciudad simplemente cesó de funcionar... las cañerías no funcionaban, la electricidad se fue, casi todo se detuvo. Pronto esto sucederá, pero no solo a una ciudad, pues ciudad tras ciudad tras ciudad se vendrá abajo... ¡el entero sistema de cosas morirá! En medio de esas circunstancias, ¿qué es vital que ejerzamos?
27 Muchos centenares de testigos de Jehová de Nicaragua y países cercanos demostraron su amor intenso, como informó Despertad!: “Inmediatamente comenzaron a hacerse esfuerzos para cuidar de estos Testigos [afectados por el terremoto] y sus familias. El genuino amor que existe entre el pueblo de Dios ciertamente se puso de manifiesto. Para la tarde del sábado un Testigo llegó con un camión y más de 1.000 litros de agua procedente de una congregación a 26 kilómetros de distancia. . . . Entonces a las 10 de la noche los primeros dos camiones cargados de suministros llegaron, procedentes de los testigos de Jehová en Liberia, Costa Rica. Poco después, otros dos camiones llegaron procedentes de Testigos en Tegucigalpa, Honduras. ¡Así es que más o menos veinticuatro horas después del desastre había alimento, ropa, medicina, agua y gasolina a la mano!”
28. (a) ¿Qué podemos aprender de esa experiencia de Managua? (b) ¿De qué otras maneras han estado recibiendo entrenamiento los testigos de Jehová en mostrarse amor unos a otros?
28 Esa experiencia puede enseñarnos algo. Cuando en todas partes están aconteciendo grandes dificultades y desastres, lo que más necesitamos, ante todo, es amor intenso de unos a otros. Y cuando pensamos en ello, ¿no hemos estado recibiendo, como testigos de Jehová, entrenamiento para enfrentarnos a esas circunstancias? Con regularidad nos reunimos en asambleas, grandes y pequeñas, donde recibimos excelente instrucción y estímulo para amarnos unos a otros. También, hemos tenido cafeterías para alimentarnos unos a otros, y hemos suministrado hospitalariamente alojamiento para compañeros cristianos en nuestros hogares. Realmente, ¡qué excelente entrenamiento en amor y cuidado de unos a otros! Pero tenemos que continuar expresando esta maravillosas cualidad de amor con la cual Dios dotó a las criaturas humanas, pero que ha sido tan deformada y pervertida por aproximadamente 6.000 años de pecado e imperfección. Es importante que continuemos cultivando amor intenso de unos a otros ahora, porque el fin de todas las cosas se ha acercado.
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El amor cubre una multitud de pecadosLa Atalaya 1975 | 15 de octubre
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El amor cubre una multitud de pecados
“Tengan amor intenso los unos para los otros, porque el amor cubre una multitud de pecados.”—1 Ped. 4:8.
1, 2. (a) ¿Qué males cometemos todos, y por qué hasta pudiéramos cometerlos con mayor frecuencia? (b) ¿Qué nos ayudará a resolver los problemas que se presentan?
¿LE HA hablado usted alguna vez mordazmente a alguien, para inmediatamente desear no haberlo hecho? ¿O ha obrado alguna vez con falta de bondad de alguna otra manera, para luego pesarle haberlo hecho? Sin duda todos nosotros hemos hecho eso. Y a medida que aumentan las presiones y penalidades a las cuales se nos somete mientras más se acerca el fin de este sistema de cosas, es posible que las ocasiones en que nos lastimemos
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