-
Los juegos olímpicos... ¿son realmente “para la gloria del deporte”?¡Despertad! 1984 | 8 de agosto
-
-
vida lo más importante no es el triunfo, sino la lucha. Lo esencial no es haber conquistado, sino haber peleado bien”. A principios de los juegos un atleta repite el Juramento, o Promesa, Olímpico en nombre de los demás. Fue formulado por Coubertin, y declara: “En el nombre de todos los competidores prometo que participaré en estos juegos olímpicos, respetando y obedeciendo las reglas que los rigen, en el verdadero espíritu de la deportividad, para la gloria del deporte y la honra de nuestros equipos”.
Ciertamente todo esto suena muy noble, pero tiene el tono de otra época. ¿Cuál es la realidad hoy? ¿Se reflejaron realmente dichos ideales en Los Ángeles, California, donde miles de atletas compitieron por unos centenares de medallas de oro? ¿Compitieron de acuerdo con los ideales originales de Coubertin? ¿Cuál es la verdadera fuerza motivadora detrás de los juegos olímpicos? ¿Se trata de la deportividad y el jugar limpio? ¿Promueven los juegos la paz internacional y la amistad de manera significativa? ¿O son otro campo de batalla donde hay una lucha de rivalidades políticas?
-
-
Los ideales olímpicos en peligro¡Despertad! 1984 | 8 de agosto
-
-
Los ideales olímpicos en peligro
UNA de las reglas de los juegos olímpicos es que solo atletas aficionados pueden competir. Hasta hace poco, se descalificaba a cualquier atleta que hubiera ganado más de $50 debido a su habilidad atlética.
¡Si esta regla se aplicara a los atletas del día actual, los juegos olímpicos tendrían que ser cancelados! Esta definición anticuada de un aficionado es un remanente de los días en que los juegos atléticos eran el pasatiempo de las personas ricas e independientes.
De acuerdo con cierto informe reciente, Phil Mahre, ganador de una medalla de oro en los juegos olímpicos invernales, dijo que la condición de aficionado “sencillamente no existe en los altos niveles de los deportes”. Como muchos atletas arguyen, ¿quién hoy día puede dedicar la mayor parte de su tiempo a esforzarse por cumplir con las normas olímpicas sin recibir alguna clase de ayuda financiera? Por eso, atletas “aficionados” reciben dinero mediante conductos laberínticos que evitan el supuesto estigma del profesionalismo.
¿Deportividad, o nacionalismo?
Otro ideal olímpico es que la deportividad debería prevalecer sobre el nacionalismo. Se supone que los juegos representen a personas, no a naciones, compitiendo individualmente unas contra otras. Por eso, el Comité Olímpico no designa ninguna “liga” nacional. Pero la prensa y la televisión pronto compensan por tal deficiencia al publicar listas de medallas ganadas por ligas de naciones que los mismísimos medios publicitarios han formado. Como resultado, los juegos quedan impregnados de la política. La prensa los ha convertido en una competencia entre las llamadas naciones capitalistas y las naciones comunistas. Harold
-