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SalvaciónRazonamiento a partir de las Escrituras
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participando es una que Jesús asignó a sus seguidores, es decir, la de hablar a otros acerca del establecimiento de su Reino (Mat. 24:14)’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Qué es ese Reino? ¿Qué significará para el mundo el que el Reino venga? (Dan. 2:44)’. 2) ‘¿Qué condiciones habrá aquí en la Tierra bajo ese gobierno celestial? (Sal. 37:11; Rev. 21:3, 4)’.
O contestar: ‘Entonces usted comprende lo que el apóstol Pedro dice aquí en Hechos 4:12, ¿verdad?... ¿Se ha preguntado usted alguna vez por quién fue dado el nombre de Jesús para que pusiéramos fe en él?’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘Jesús mismo nos lo dice (Juan 17:3)’. 2) ‘Note que Jesús dijo que él había dado a conocer el nombre de su Padre (Juan 17:6). ¿Cuál es el nombre personal de Dios? ¿Con qué asocia usted mentalmente este nombre? (Éxo. 3:15; 34:5-7)’.
‘¿Está usted salvo?’
Usted pudiera contestar: ‘Hasta la fecha, lo estoy. Digo esto porque también reconozco que la Biblia nos aconseja que no estemos demasiado confiados en cuanto a nuestra situación. ¿Conoce usted este texto? (1 Cor. 10:12)’. Entonces pudiera añadir: ‘¿A qué se debe esto? A personas que habían nacido otra vez y que tenían la esperanza de vida celestial (Heb. 3:1), el apóstol Pablo escribió... (Heb. 3:12-14). Es mediante aumentar nuestro conocimiento de la Palabra de Dios como fortalecemos nuestra fe’.
O contestar: ‘Yo podría contestar eso diciendo simplemente que sí. Pero ¿sabe usted que la Biblia habla de más de una salvación? Por ejemplo, ¿ha considerado alguna vez el significado de Revelación 7:9, 10, 14?... Por eso habrá quienes se salvarán a través de la venidera gran tribulación, para vivir aquí mismo en la Tierra (Mat. 5:5)’.
‘¿Acepta usted a Jesús como su Salvador personal?’
Véase la página 217, en la sección titulada “Jesucristo”.
‘Ustedes dicen que solo 144.000 serán salvos’
Usted pudiera contestar: ‘Me alegro que haya hecho mención de eso, porque así puedo decirle lo que nosotros realmente creemos. La salvación está al alcance de cuantas personas demuestren verdadera fe en la provisión que Dios ha hecho mediante Jesús. Pero la Biblia dice que solo 144.000 personas irán al cielo para estar allí con Cristo. ¿Ha leído usted eso alguna vez en la Biblia?... Se encuentra aquí en Revelación 14:1, 3’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Qué harán esas personas en el cielo? (Rev. 20:6)’. 2) ‘Es obvio que estarán gobernando sobre alguien. ¿Quiénes pudieran ser estos?... (Mat. 5:5; 6:10)’.
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SangreRazonamiento a partir de las Escrituras
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Sangre
Definición: Un fluido verdaderamente maravilloso que, circulando en el sistema vascular de los seres humanos y de la mayoría de los animales multicelulares, suministra alimento y oxígeno, se lleva los desperdicios y desempeña un papel importante en proteger al cuerpo contra las infecciones. La sangre está tan íntimamente relacionada con los procesos vitales que la Biblia dice que “el alma de la carne está en la sangre” (Lev. 17:11). Jehová, como Fuente de la vida, ha dado instrucciones precisas respecto al uso que se puede dar a la sangre.
Se manda a los cristianos que se ‘abstengan de la sangre’
Hech. 15:28, 29: “Al espíritu santo y a nosotros mismos [el cuerpo gobernante de la congregación cristiana] nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas [o a las que se haya dado muerte sin escurrirles la sangre] y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!” (Ahí el comer sangre se equipara a la idolatría y la fornicación, cosas en las cuales no deberíamos querer participar.)
Se puede comer la carne animal, pero no la sangre
Gén. 9:3, 4: “Todo animal moviente que está vivo puede servirles a ustedes de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras se lo doy todo a ustedes. Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer.”
Cualquier animal que se utilice para alimento debe ser desangrado debidamente. Un animal estrangulado o uno que haya muerto en una trampa o que haya sido hallado después de haber muerto no es adecuado para alimento (Hech. 15:19, 20; compárese
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