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¿Está usted desplegando interés?La Atalaya 1981 | 15 de agosto
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Tenemos la seguridad de que Jehová moverá el corazón de sus adoradores leales a desplegar el mismo interés durante este año. Cualquier contribución para la obra de Jehová debe enviarse a la oficina local de la sucursal de la Sociedad Watch Tower de su país. Para los que viven en los Estados Unidos, las contribuciones o los préstamos pueden enviarse a 25 Columbia Heights, Brooklyn, Nueva York, 11201. La Sociedad acusará recibo de cada donativo que reciba.
Los que honran a Jehová y ‘se interesan’ profundamente en los asuntos relacionados con sus “obras maravillosas” disfrutan de gran deleite y satisfacción. ¿Está usted ‘interesándose’ así? Esperamos que sí, pues por ello disfrutará de bendiciones espirituales muy satisfacientes de la mano de Jehová.—Sal. 145:15, 16.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1981 | 15 de agosto
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Preguntas de los lectores
● Puesto que la palabra “organización” no aparece en la Biblia, ni siquiera en los idiomas originales en que ésta se escribió, ¿con qué derecho podemos decir que Dios tenga una organización, o hablar de la organización de Dios?
Una palabra hebrea moderna para “organización” es el sustantivo irgún. Se deriva del verbo hebreo erag, que significa tanto “arreglar en fila” como “seguir.” Correspondientemente, una organización es un arreglo de cosas. (Como ejemplo de esto, uno pudiera remitirse a ‘Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta,’ capítulo 17, párrafo 28, en su edición hebrea.)
El idioma hebreo tiene otra palabra que es equivalente a “organización,” a saber, histadruth. Esta palabra se funda en una palabra que se encuentra en las Escrituras Hebreas originales. Las letras básicas o claves de la palabra histadruth son s, d y r. Con estas tres consonantes se forma el verbo hebreo sadar, que significa, básicamente, “arreglar en orden,” produciendo, por lo tanto, un arreglo. La forma reflexiva del verbo sadar sirve como base para el sustantivo histadruth, que significa “organización.”
Aunque no encontramos esta palabra en las Escrituras Hebreas inspiradas, sí encontramos el sustantivo hebreo relacionado, seder, en Job 10:22. Allí ese sustantivo se usa en plural, y se escribe s’darim. La Versión Moderna traduce Job 10:22 de esta manera: “Tierra de lobreguez, como las tinieblas espesas; lugar de sombra de muerte, sin orden [s’darim] alguno, y cuya luz es como las densas tinieblas.” (También, Versión Valera; Straubinger.) La Traducción del Nuevo Mundo lo vierte así: “A la tierra de lobreguez parecida a tinieblas, de sombra profunda y desorden [lo s’darim], donde no resplandece a mayor grado que las tinieblas.” (Vea también La Biblia de Jerusalén.) Aquí, desorden, sin orden alguno, significaría falta de arreglo, desorganización.
Hasta este día los judíos usan la palabra seder. Un seder es parte de la Mishna judía. Bajo la palabra “Mishna,” la Cyclopœdia de M’Clintock y Strong dice: “La Mishna está dividida en seis partes (. . . , Sedarim, arreglos), que contienen 62 tratados . . . y 514 capítulos . . . Estos últimos, a su vez, están divididos en secciones numeradas.”
De modo que en la Biblia Hebrea original se puede encontrar la palabra para “orden” o “arreglo.” Al enfatizar lo necesarios que son el orden y el arreglo en la congregación cristiana, el apóstol Pablo escribió a los cristianos de Corinto: “Porque Dios no es Dios de confusión, sino de paz, como sucede en todas las iglesias de los santos. Mas háganse todas las cosas decorosamente y con orden [en traducciones hebreas: s’darim n’khonim].” (1 Cor. 14:33, 40, Versión Moderna; Versión Valera, 1977) Este consejo apostólico del primer siglo aplica con el mismo vigor hoy en todas las congregaciones de los testigos cristianos de Jehová. El apóstol Pablo escribió en el griego común de su día, y la palabra griega para “organización” es orgánosis. La raíz de esta palabra es ergon, una palabra que significa “trabajo” y que aparece repetidamente en las Escrituras Griegas Cristianas.
Habiendo considerado todo esto a la luz de las Escrituras, sería forzar las cosas el alegar que Dios no tiene una organización en vista de que las palabras originales que significan “organización” en idiomas antiguos no aparecen en las Escrituras Hebreas y Griegas inspiradas. En todo lo que hace Dios demuestra que puede organizar. ¿Qué pasaría si él no organizara a sus criaturas obedientes? Como estructura una organización es un cuerpo de personas inteligentes a quienes se reúne y arregla para que trabajen juntas pacífica y armoniosamente en llevar a cabo un propósito común, el propósito del organizador.
En armonía con este hecho, a Dios se le llama reiteradamente “Jehová de los ejércitos.” Un ejército es un cuerpo organizado de tropas. Por eso, en apoyo a la verdad de que Dios tiene una organización, leemos la siguiente exhortación dirigida a su organización: “Bendigan a Jehová, oh ángeles suyos, poderosos en potencia, que llevan a cabo su palabra, escuchando la voz de su palabra. Bendigan a Jehová, todos los ejércitos suyos, ministros suyos, que hacen su voluntad. Bendigan a Jehová, todas las obras suyas, en todos los lugares de su dominación.” (Sal. 103:20-22) Jehová tenía una organización de criaturas espirituales celestiales aun antes de que creara nuestra Tierra y pusiera al hombre sobre ella.
Ante diferentes circunstancias Dios usa lenguaje figurativo para referirse a su organización. El primer caso de esto se encuentra en Génesis 3:15, donde Dios se refiere a su organización espiritual celestial como “la mujer,” en oposición a “la serpiente,” que en sentido figurado denota a Satanás el Diablo. (Compare con Génesis 3:14; Revelación 12:9.) Este rebelde en oposición a Dios ha imitado a Dios y ha formado una organización en contra de la organización de Dios, la figurativa “mujer” de Dios.
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Reunión anual, 1 de octubre de 1981La Atalaya 1981 | 15 de agosto
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Reunión anual, 1 de octubre de 1981
La reunión anual de los miembros de la Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania el 1 de octubre de 1981 se celebrará en la siguiente dirección: Jehovah’s Witnesses Assembly Hall, 44-17 Greenpoint Avenue, en el municipio de Queens, en la ciudad de Nueva York. La reunión se efectuará a las diez de la mañana el jueves 1 de octubre de 1981.
Se apreciará el que los miembros de la corporación se encarguen ahora de que la Oficina del Secretario tenga su dirección actual para que las cartas normales de notificación y los poderes les puedan llegar poco después del 1 de septiembre.
Los poderes, que se enviarán a los miembros junto con la notificación de la reunión anual, deben devolverse de modo que lleguen a la Oficina del Secretario de la Sociedad a más tardar el 15 de septiembre. Como cada miembro sabe, debe llenar y devolver su poder prontamente, sea que vaya a estar presente personalmente en la reunión o no. La información que se dé en cada poder debe ser definitiva en cuanto a este punto, puesto que se contará con ello al determinar de antemano quiénes de hecho estarán presentes personalmente
Se espera que toda la sesión, incluso la reunión formal de negocios y cualesquiera declaraciones por miembros u oficiales, termine a las 12 del mediodía o poco después. No habrá sesión en la tarde. No se harán arreglos para conectar la reunión anual por línea telefónica con otros lugares.
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El cumplimiento de la Palabra de Dios es seguroLa Atalaya 1981 | 15 de agosto
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El cumplimiento de la Palabra de Dios es seguro
Jehová Dios dijo a Abrahán: “Tocante a Ismael te he oído. ¡Mira! Ciertamente lo bendeciré y lo haré fructífero y lo multiplicaré muchísimo. Ciertamente producirá él doce principales, y de veras haré que llegue a ser una nación grande.” (Gén. 17:20) En aquel entonces el hijo de Abrahán, Ismael, tenía unos 13 años de edad. (Gén. 16:16; 17:1) Ningún hombre podría haber predicho que aquel joven soltero habría de llegar a ser padre de doce jefes o principales. Pero el Creador que todo lo sabe pudo hacerlo. El cumplimiento de la revelación divina está registrado en dos fuentes históricas, las cuales mencionan a los siguientes doce principales: Nebayot, Quedar, Adbeel, Mibsam, Misma, Duma, Masa, Hadad, Tema, Jetur, Nafís y Quedema. (Gén. 25:13-15; 1 Cró. 1:29-31) ¡Cuán poderosamente ilustra esto la certeza del cumplimiento de la palabra profética de Dios!
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