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La obediencia conduce a la vidaLa Atalaya 1953 | 1 de febrero
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También recordemos que para efectuar este servicio de predicación mundial se necesita mucho equipo. Por ejemplo, se usa literatura y toda forma de publicidad, lo cual significa rotativas y otra maquinaria que la produzca. Una organización creada para operar en todas partes del mundo superentiende y dirige la obra del Señor que ahora se está efectuando por cientos de miles de personas cristianas que se han escapado de este inicuo sistema de cosas destinado a la destrucción, y quienes ahora forman una gran congregación unificada. Por eso algunos son invitados a participar en trabajos tales como servir mesas, limpiar pisos, ventanas o ropa, o manejar máquinas, empacar literatura para ser enviada a otras partes del campo, conservación general, o trabajo en haciendas del Reino. Todo esto es necesario porque estos fieles esclavos del Señor tienen que ser alimentados, hospedados, vestidos, preparados para otros deberes y hechos responsables para los servicios que han de ser desempeñados en el campo. A veces la utilidad de una persona puede ser estorbada por su propia actitud hacia el trabajo del Señor confiado a él. Quizás haya dejado que su asignación venga a ser común, como cualquier otro trabajo que una persona pudiera obtener en el mundo. Perdiendo de vista el grandioso privilegio que tiene de demostrar su amor a Jehová mediante servicio anuente y gozoso, quizás se incline a murmurar y quejarse, o a empezar a pensar que nadie más trabaja tan diligentemente o tiene tan poco tiempo para sí mismo como él. Quizás sería bueno que tal individuo se examinara. ¿Por qué debería compadecerse a sí mismo? ¿No dedicó todo lo que él tenía a Jehová? ¿No está contento entonces con que su vida esté llena de privilegios de servicio a Jehová? Después de consideración sobria, estará agradecido porque tiene mucho que hacer. ¿No es mejor de esa manera que tener muy poco? ¡Naturalmente que sí! Que venga más, porque todo lo que queremos hacer es servir a Jehová y no dejar que incomodidades o inconveniencias personales se interpongan. Sólo entonces podemos decir Sí a la pregunta de: ¿Estoy obedeciendo gozosamente los mandatos de Jehová?
11. Cuando se nos asignan más servicios, ¿cómo debemos considerarlos? y ¿cómo nos expresamos a Jehová debido a ellos?
11 Quizás usted esté sirviendo como uno de los siervos en una congregación y se le hayan dado más privilegios de servicio en provecho del pueblo de Jehová. ¿Cómo los considera usted? ¿Los llama usted “cargas adicionales”? Y ¿está usted siendo agobiado con esas “cargas”? Es posible que usted piense: “Si algunos de los otros siervos hicieran más, entonces mi ‘carga’ sería más fácil,” y usted siente que tiene muchísimo que hacer, ¿verdad? Parece que los otros dejan que usted lo haga todo, y usted se pone a pensar que eso no está bien. Usted no debería tener tanto, mientras que otros aparentemente tienen tan poco. ¿Por qué no se pregunta usted primero: ¿Qué son estas “cargas”? ¿No son los muy preciados privilegios de servicio del Reino que son entregados a su cuidado en este ministerio grandioso y glorioso? ¿No es realmente cierto que en verdad en su corazón usted aprecia estos servicios concedidos a usted mediante la administración del “esclavo fiel y discreto”, y que usted verdaderamente quiere rendir obediencia gozosa y anuente? Cuando usted considera sus privilegios a la luz correcta, entonces realmente no son “cargas”, sino privilegios, y Jehová nos está probando mediante la manera en que los aceptamos y desempeñamos. Si usted lo entiende de esta manera, entonces ¿cómo puede usted hacer otra cosa que dar gracias al Señor por todo lo que él le da a hacer, y rendir obediencia anuente y gozosa con gratitud?
12. ¿Por qué es necesario obtener una perspectiva clara concerniente a pruebas domésticas?
12 Quizás usted no esté rindiendo obediencia anuente y gozosa en el servicio debido a problemas domésticos. Es posible que su cónyuge no esté de acuerdo con usted en cuanto a la verdad, y se está manifestando mucho desacuerdo. Posiblemente se haya pasado de esta etapa y en la casa usted esté sufriendo oposición, celos debido a su devoción a la verdad, amenazas vulgares, lenguaje obsceno, habla de deshacer el hogar, hasta brutalidad mental y física. Es posible que usted haya concluído que es imposible rendir obediencia gozosa y anuente a Jehová en vista de estas cosas. Sin embargo, es posible, y aun más que eso, es absolutamente necesario que los que están pasando por tal opresión y prueba logren una perspectiva clara de su posición. De otra manera no podrán servir a Jehová apropiadamente.
13. ¿Cómo es posible sufrir por causa de Cristo en nuestra propia casa?
13 Cierto es que usted no puede estar contento con la conducta de los que le ofenden. Tampoco puede usted estar gozoso por el daño verdadero que recibe. Pero ¿a qué se debe? ¿Puede haber razón alguna para tales experiencias? Penetremos a las inmediatas dificultades presentes y tratemos de determinar la razón, y cuál será el resultado. Supóngase que usted fuera a recibir esta persecución férrea y cruel de alguno del mundo mientras usted estuviera participando en el servicio de predicación. ¿Cuál sería su reacción? Sin duda usted determinaría que éstas eran las persecuciones que el Señor Jesús dijo que usted tendría, y se sentiría agradecido de que usted hubiera sido considerado digno de llevar estos reproches, “porque a ustedes se les dió el privilegio a favor de Cristo, no sólo de poner su fe en él, sino también de sufrir a favor de él.”—Fili. 1:29, NM.
14. Para ser obedientes ¿por qué es tan importante tener una base cristiana bíblica para nuestras acciones?
14 Entonces si esta persecución injustificable le sobreviene, es necesario tener una mente clara, balanceada, dirigida por el espíritu del Señor; de otra manera quizás se tome alguna acción impetuosa o insensata que después se lamente profundamente por no haber estado de acuerdo con la voluntad expresa de Jehová para sus hijos. Una persona espiritualmente inmatura pudiera concluir que no se debiera aguantar persecución de su propio cónyuge, y eso sería justificación para salirse de la situación. Sería bueno que esas personas volvieran a considerar el asunto, y trataran de obtener el punto de vista cristiano. (Mat. 19:9; 1 Cor. 7:10-13) Puede haber alguna razón justificable para la separación, tal como el divorcio por causa de adulterio, o que el que no está en la verdad abandone al que sí está. ¿Qué curso debe seguirse entonces? El Señor Jesús dijo: “Felices son los que han sido perseguidos por causa de la justicia, puesto que el reino de los cielos les pertenece a ellos. Felices son ustedes cuando la gente los vitupera y los persigue . . . porque de esa manera persiguieron a los profetas antes de ustedes.” (Mat. 5:10-12, NM) No se trata de quiénes son los que le hacen esto a usted, sea en su casa o afuera en el mundo, sino más bien por qué lo hacen, y cómo usted los trata a ellos y a la persecución.
15. ¿Cómo aprendemos la obediencia mediante el sufrimiento? ¿Por qué es esto necesario?
15 Si Jehová Dios le está probando, ¿cómo podría usted ser probado plenamente a menos que permaneciera en la experiencia y aprendiera la obediencia sufriendo de la misma manera que nuestro Gran Maestro y Señor? La regla bíblica es que cuando somos perseguidos no podemos perseguir en cambio. Quienquiera que nos ofenda no debe ser ofendido por nosotros en represalia. Cuando palabras malas y embusteras son expresadas contra nosotros no debemos pagar en la misma moneda. ¿Por qué no? Porque la actitud mental que debemos tener en tales circunstancias se nos describe de esta manera por Pablo: “Cuando se nos está persiguiendo, lo soportamos; cuando se nos está calumniando, rogamos.” Además, Pedro aconsejó: “De hecho, ustedes fueron llamados a este curso, porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles un modelo para que siguieran cuidadosamente sus pisadas. Él no cometió pecado, ni engaño se halló en su boca. Cuando él estuvo siendo vilipendiado, él no recurrió a vilipendiar a su vez. Cuando él estuvo sufriendo, él no recurrió a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga justamente.” Pablo también dijo: “Sigan bendiciendo a los que les persiguen; estén bendiciendo y no maldiciendo.”—1 Cor. 4:12, 13; 1 Ped. 2:21-23; Rom. 12:14, NM.
16. ¿Cuál fué el curso que Jesucristo adoptó cuando estuvo sufriendo? y ¿qué seguridad se nos da a nosotros?
16 No puede haber ninguna duda en cuanto al significado de estos textos y el curso de conducta que debe seguirse. Entonces si ‘continuamos amando a nuestros enemigos y orando por los que nos persiguen; para que probemos que somos hijos de nuestro Padre’, ¿cómo podemos quejarnos y derramar nuestras dificultades en el oído oyente más cercano? ¿No había usted pensado en soportar la prueba usted mismo? ¿Ha leído usted alguna vez acerca de Cristo Jesús quejándose a sus compañeros más íntimos acerca de las pruebas que su Padre había permitido que le sobrevinieran? O ¿demostró desagrado y fastidio contra la voluntad de Dios? No, ¡nunca lo hizo! Y ¿por qué no? Porque él “siguió encomendándose al que juzga justamente”. Por lo tanto todo el pueblo de Jehová tiene que reconocer que nuestro servicio requiere aguante paciente, y paciencia significa constancia alegre. A veces las pruebas que usted tiene parecerán demasiado duras para soportarlas; pero tenga confianza, porque no lo serán si usted obedientemente sigue adelante y sigue encomendándose al que juzga justamente. Pablo sabía lo que eso quería decir y él consoló a sus hermanos con estas preciosas palabras: “Ninguna tentación les ha sobrevenido a ustedes que no sea común al hombre. Pero Dios es fiel y él no permitirá que sean tentados más allá de lo que puedan soportar, sino que junto con la tentación él también abrirá el camino de salida para que puedan soportarla.” (1 Cor. 10:13, NM) Note claramente que Pablo no dice que se proporcionará una manera para que usted se salga de sus pruebas, sino más bien para que las aguante. Por lo tanto, no huya de estas experiencias, o trate de saltarlas. Más bien tenga paciencia para aguantar.
17. Si las pruebas se aguantan apropiadamente, ¿qué se produce, y qué enseñan Santiago, Pedro y Pablo concerniente a ellas?
17 Los que pertenecen a este sistema de cosas inicuo no pueden entender esta actitud, porque para ellos es una actitud débil. Ellos dirían, “¡Combátanla!” o “¡Sálganse de la situación!” No, el mundo jamás comprenderá lo que usted verdaderamente hace, pero usted lo sabe. Usted aprecia cómo esto lo prueba y que si no fuera por su amor a Jehová y Cristo Jesús y su pueblo usted no tendría estas persecuciones, y es el entender esto lo que le trae dulce consuelo, feliz descanso y tranquila seguridad. El Señor Jesús expresó las promesas de Dios de que ‘ellos heredarán la tierra’, ‘ellos verán a Dios,’ ‘serán llamados los hijos de Dios y grande será la recompensa.’ Pero el sufrimiento y la prueba tienen que venir primero y la disciplina tiene que aguantarse. Pablo dice: “Consideren atentamente a aquel que ha aguantado tal habla contraria de pecadores en contra de los intereses de ellos mismos, para que no se vayan a cansar y se rindan en su alma. Pero ustedes se han olvidado por completo de la exhortación que se dirige a ustedes como a hijos: ‘Hijo mío, no tengas en poco la disciplina de Jehová, ni desfallezcas cuando seas corregido por él; porque a quien ama Jehová él disciplina, de hecho él azota a todo el que recibe como hijo.’”—Heb. 12:3, 5, 6, NM; vea también Hebreos 12:11, 1 Pedro 1:6, 7, y Santiago 1:2-4.
18. ¿Cómo están relacionados estos sufrimientos y pruebas a la obediencia y la vida? y ¿cómo es Jesús un modelo?
18 Entonces ¿qué haremos cuando nos enfrentemos a las muchas pruebas hoy, ante tal amonestación bíblica? ¿Nos atreveremos a quejarnos? ¿Debemos tratar de huir de estos problemas y persecuciones, o dirigirnos a nuestros hermanos y seguir diciéndoles qué vida tan dura llevamos? Seguramente que no. Recuerde la palabra dada por medio de Pedro: “Por lo tanto, humíllense bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte al tiempo debido, mientras arrojan toda su ansiedad sobre él, porque él los cuida.” (1 Ped. 5:6, 7, NM) Todos deben tener esa profunda satisfacción consciente de que se está haciendo la voluntad de Jehová, y que hay sumisión completa a la voluntad de Dios en el corazón. Posiblemente haya ocasiones cuando debido a las pruebas tendrá lágrimas en los ojos, pero en lo íntimo de su corazón usted está agradecido y hasta en medio del sufrimiento no pediría que fuera diferente. Esté anuente y gozoso en su obediencia completa a los propósitos de Jehová. Cuando el Señor Jesús estaba sufriendo tan cruelmente delante de Herodes y los romanos no tendría una sonrisa en el rostro, porque estaba siendo lastimado, pero él sabía que estaba bebiendo la copa que su Padre se propuso que él bebiera, y por eso “como cordero fué llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”. (Isa. 53:7, Va) Ninguna murmuración, ninguna queja, obediente hasta la muerte; y la obediencia condujo a la vida. Él es nuestro modelo.
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Lealtad es la pruebaLa Atalaya 1953 | 1 de febrero
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Lealtad es la prueba
1, 2. ¿Qué significa lealtad, cómo se ejemplifica en Cristo Jesús, y a quiénes confía Jehová los intereses del Reino?
LA PALABRA “lealtad” no aparece en la versión del rey Jaime o la Americana Normal. Empero hay muchas palabras en la Biblia que tienen exactamente el mismo significado. Se usa en el Deuteronomio 13:4, traducción de Móffatt, vertida de la palabra hebrea dabaq, que significa “apegarse o adherirse, pegarse, asirse”. Es una palabra francesa del latín legalis, que significa “legal”, que en francés antiguo es loial; de ahí nuestra palabra española “leal”, de la raíz “ley”. En su uso aceptado esta palabra se refiere a ser fiel en el amor o en el deber, a cumplir uno con su palabra, o a permanecer fiel en tiempos de sublevación a lo que se ha jurado lealtad. Significa lo que se hace en estricta conformidad con la ley de Dios. Una persona leal es alguien que es confiable, aplicado, fiel en el desempeño del deber y que está en armonía de corazón con los arreglos de Dios. Esto se ejemplifica en Cristo Jesús. Está escrito de él: “Un oído abierto me diste; yo contesté, ‘Aquí vengo a cumplir tu mandato en el Libro; agradarte y servirte es mi gozo, tu ley yace muy dentro de mi corazón.’” (Sal. 40:6-8, Mo) Él se adhirió estricta y firmemente a la ley de Dios a todo tiempo, como si él fuera la ley, sin jamás desviarse. “Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y eternamente.” (Heb. 13:8, NM) Jehová Dios siempre es consistente, nunca descuida sus propias leyes y principios. “Con él no hay la variación del cambio de la sombra.”—Sant. 1:17, NM.
2 Jehová todavía está educando a sus fieles para su servicio presente y futuro, y nadie es capaz de ejercer autoridad hasta que haya aprendido a obedecer y ser leal a la autoridad. Algunos de los siervos de Dios no han sido hombres
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