La bien recibida lluvia de la verdad en Botswana

“GOROGA ka pula”—”Bienvenido con la lluvia.” Este saludo tradicional de Botswana es apropiado y a menudo va acompañado de intenso sentimiento, pues éste es un país cálido, polvoriento y semiárido en el que la lluvia es muy importante para la vida. Igualmente, personas de Botswana que tienen buena disposición para con lo que es justo reciben las lluvias refrescantes de la verdad sobre asuntos espirituales que provienen de la Palabra de Dios, la Biblia.

Botswana, que anteriormente se conocía como Bechuanalandia (cuando estaba bajo dominio de Inglaterra), está situado en el corazón del sur de África, entre África del Sur, Zimbabwe y África del Sudoeste o Namibia.

La mayoría de los ríos fluyen por solo unos días después de una riada. Pero, en muchos casos, meses después que ha dejado de fluir el río se puede hallar agua por medio de cavar hoyos en la arena del cauce seco. Aun el río Okavango, que viene trayendo aguas en abundancia desde Angola, que queda al norte, nunca llega al mar. Llega a formar un delta que abarca un área inmensa llamada los pantanos de Okavango, el cual está lleno de una gran variedad de fauna, incluso elefantes y leones. El agua de este delta se evapora en los lagos salados de Makarikari.

Sin duda, es principalmente debido al clima que la población de Botswana (718.000) es muy pequeña en comparación con la extensión del país, (561.800 kilómetros cuadrados). Abarca un área que es cuatro veces más grande que la de Inglaterra.

Por muchos años, Botswana ha gozado de condiciones relativamente estables y pacíficas. Hasta hace poco era uno de los pocos países del mundo que no tenía ejército. Los dos idiomas oficiales son el inglés y setswana.a ¡Es de mucho significado que la moneda corriente sea la pula, que significa “lluvia”!

Se vence la oposición

En 1932, dos testigos de Jehová visitaron Botswana y colocaron 1.700 publicaciones que contenían el mensaje del reino de Dios. Este fue el primer breve aguacero de la verdad sobre asuntos espirituales en este país. Pero en aquel tiempo no había nadie que continuara llevando a cabo la obra de ‘plantar y regar.’ (1 Corintios 3:5-9) Además, surgió un problema serio. En 1914, debido a la histeria de la guerra, se proscribió la literatura de los testigos de Jehová en este país, que para aquel entonces era una colonia británica. Por otra parte, un anterior jefe había decretado que solo tres religiones tenían el derecho de establecer iglesias: la Iglesia Católica Romana, la Sociedad Misional de Londres y los Adventistas del Séptimo Día.

No obstante, las aguas de la verdad se rezumaron. Durante las décadas de los cuarenta y los cincuenta algunos varones de Botswana consiguieron empleo en África del Sur, y mientras estuvieron allí, aprendieron la verdad y, al regresar a sus hogares, trajeron el mensaje del Reino a sus parientes y vecinos

Estos Testigos de poca experiencia pronto se vieron expuestos a oposición. Los jefes de las tribus azotaron a algunos por predicar y los acusaron de introducir otra religión en el país. A un superintendente visitante, Joshua Thongoana, se le arrestó dos veces y se le ordenó que saliera del país. La segunda vez que fue arrestado tuvo que comparecer ante un tribunal municipal africano. Un ministro de la Sociedad Misional de Londres estaba presente. La iglesia de éste monopolizaba el campo religioso de la región y él estaba obviamente resuelto a que las cosas continuaran así. Pero, durante la consideración del caso, Thongoana logró explicar tan bien su obra y el mensaje del Reino mediante la Biblia (el ministro ni se había ocupado en traer un ejemplar de la Biblia) que el jefe despidió el caso.

Muchos Testigos fueron arrestados durante la duración de la proscripción hasta 1959. No obstante, con la ayuda de Jehová los Testigos se mantuvieron firmes.

Librándose de prácticas incorrectas

En la mayoría de las regiones del África hay muchas costumbres y prácticas locales que están basadas en la superstición y la hechicería y que, por tal razón, desagradan al Dios Todopoderoso. Por ejemplo, cuando un africano se enferma, acostumbra consultar con un hechicero, quien “tira los huesos” y luego dice a su cliente lo que él cree que le esté causando el malestar y cuál es el remedio para éste. Es común la creencia de que los “espíritus” de los antepasados tienen que ver con el malestar y se les tiene que apaciguar. Se exhiben cuernos de animales sobre los techos de las chozas para “protegerse” contra los “espíritus.” En 1961 se resolvió hacer un esfuerzo para ayudar a los Testigos de la localidad a librarse de esas tradiciones profundamente arraigadas.

Considere el caso de una hermana joven que recibió de su padre un mensaje urgente diciéndole que volviera a su pueblo nativo. En vez de encontrarse con una emergencia, halló que la familia estaba haciendo preparativos para “bendecir” una nueva casa por medio de la hechicería. Esta ceremonia pagana exigía que cada miembro de la familia donara sangre. La hermana rehusó. La golpearon y la encerraron bajo llave en una choza. Esa noche la obligaron a dormir fuera en el frío. Sin embargo, muy temprano la mañana siguiente, antes de rayar el alba, fue silenciosamente al camino principal y allí logró conseguir a alguien que la llevara en un vehículo al pueblo. Esta hermana se siente muy feliz de haber vencido la esclavitud a la adoración falsa y es muy celosa en la predicación del Reino. También, ayuda a traducir literatura bíblica al idioma setswana.

Una publicación que ha ayudado a mucha gente, que recientemente se ha asociado con los Testigos de Botswana, a librarse del demonismo es el folleto intitulado Espíritus en invisibilidad... ¿nos ayudan, o nos perjudican? Una pareja joven pertenecía a una iglesia que les exigía llevar ropa religiosa, atarse hilos y cuerdas alrededor del cuerpo para “protección” y utilizar “agua bendita.” Pero hallaron que esos artículos les hacían tener pesadillas y estar bajo la influencia de demonios. Después de tan solo dos estudios con el folleto Espíritus en invisibilidad, la pareja destruyó todos esos artículos relacionados con el espiritismo y comenzó a asistir a las reuniones cristianas de los testigos de Jehová. Han progresado rápidamente en la verdad y ahora participan en predicar las “buenas nuevas” a otros.

Entrenando a los jóvenes

Hoy día son comunes los problemas relacionados con el criar hijos. En Botswana algunos hijos de Testigos han dejado la verdad para ir en pos de la inmoralidad o de placeres materiales que ofrece este sistema de cosas. Sin embargo, se ha hecho un gran esfuerzo por ayudar tanto a los padres como a los jóvenes a mejorar su vida y actividad cristiana.

Se ha recalcado el asunto de entrenar a los hijos desde la infancia. Por ejemplo, ahora cierto padre cristiano dedica 15 minutos por las mañanas a hablar con sus hijos acerca de Jehová y Su Palabra. También, cuando es necesario, ejerce disciplina con firmeza, pero de manera amorosa. ¡Qué feliz se sintió este padre cuando oyó a su hijito de dos años de edad hablar con una visita no cristiana acerca de Jehová y lo necesario de orarle! El se siente aun más recompensado debido a que en la escuela su hija de ocho años de edad conduce con regularidad un estudio bíblico con una condiscípula.

En otro pueblo se le pidió a una joven Testigo que se parara ante la clase para servir como ejemplo con respecto al orden, aseo personal y buen comportamiento. La profesora de la jovencita quedó tan impresionada que quiso hablar con los padres de la muchacha, lo cual resultó en que se comenzara otro estudio bíblico de casa.

Buen adelanto

La cantidad de trabajadores de tiempo completo del Reino ha aumentado entre los Testigos de Botswana. Por ejemplo, un Testigo y su esposa dejaron sus buenos empleos en África del Sur para regresar a Botswana. A pesar de tener familia, siven de precursores especiales (proclamadores de tiempo completo del Reino) y están logrando animar a los jóvenes a alistarse en las “filas de precursores.” Además, no sienten que hayan perdido nada al emprender la obra de predicar de tiempo completo. Según dicen ellos: “Jehová nos ha bendecido de tantas maneras, tanto espiritual como materialmente, que a menudo tenemos más de lo que necesitamos. Últimamente, cuando se celebró una asamblea de distrito, no solo tuvimos suficientes fondos para nosotros asistir a ésta, sino que también pudimos ayudar a otros hermanos a hacer el viaje de ida y vuelta.”

Por emprender el servicio de precursor, otro Testigo joven tuvo que aguantar crítica severa de su familia, sus profesores, condiscípulos y hasta de otros jóvenes de la congregación. Le dijeron que fuera práctico y pensara en su futuro. Pero él tenía fe en que si sinceramente ponía los intereses del Reino en primer lugar, todo lo demás vendría por añadidura. (Mateo 6:30-34) El joven Testigo consiguió trabajo de media jornada y ahora de hecho está en mejor situación económica que algunas de las personas que tienen empleo de tiempo completo, quienes trataron de desanimarlo de emprender el servicio de precursor. Pero de mayor importancia es el adelanto espiritual que él ha logrado. El dijo: “Mi fe se ha fortalecido porque tengo una parte más plena en la obra de segar, estudio la Palabra de Dios y las publicaciones de la Sociedad todos los días, y aplico lo que la Biblia dice.”

Cuando uno mira el país de Botswana, es animador ver lo que se ha logrado como resultado del arduo trabajo. Muchos “retoños” nuevos están brotando en respuesta a la frecuente “lluvia” de la verdad espiritual que se proporciona en muchos pueblos y muchas aldeas. Hay casi 300 Testigos activos en el país, y el 31 de marzo de 1980 un total de 964 Testigos y personas que se interesan en la verdad asistieron a la celebración del Memorial de la muerte de Cristo. No obstante, todavía hay mucho trabajo que hacer. La proporción entre los testigos de Jehová y la población es de 1 a 2.578. Todavía hay quienes han oído poco o no han oído nada tocante al reino de Dios, tales como los habitantes de los nuevos pueblos mineros que se están levantando y los miles de bosquimanos nómadas que residen en la vasta extensión del desierto. La mies sigue siendo mucha, pero los obreros todavía son muy pocos.—Mateo 9:37, 38.

[Nota a pie de página]