El esfuerzo por llegar a toda Finlandia con las “buenas nuevas”
EL LLEGAR a todo el mundo con las “buenas nuevas” requiere esfuerzo, y eso es particularmente cierto en Finlandia. Finlandia está situada en una lejana esquina de Europa entre Suecia y la Unión Soviética, y es uno de los países más septentrionales del mundo. Y es un lugar frío, pero no como quizás piense la gente, gracias al efecto cálido de la Corriente del Golfo.
La mayor parte de los 4.743.000 habitantes de esta “isla de los mil lagos” habla finlandés, aunque el sueco es la lengua materna de alrededor del 7 por ciento de la población. Se cree que originalmente los finlandeses emigraron aquí desde algún lugar del sudeste de Rusia. Los finlandeses están relacionados con los estonios y, aunque menos, con los húngaros.
Oficialmente, más del 92 por ciento de la gente pertenece a la religión oficial del Estado, la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia. Pero muchas personas sostienen que la Biblia sencillamente fue escrita por hombres y verdaderamente ponen en tela de juicio lo que ésta dice. En este sentido repiten lo que enseñan algunos clérigos prominentes. Alrededor del 3 por ciento de la población asiste a la iglesia con regularidad, pero los hombres solo asisten en alguna ocasión especial, como una boda o un funeral. Desde luego, los finlandeses necesitan las “buenas nuevas,” y los más de 13.000 testigos de Jehová que hay aquí están haciendo esfuerzos vigorosos por llegar a ellos con ese mensaje animador. Pero, ¿cómo comenzó la proclamación de las “buenas nuevas” en Finlandia?
RÁPIDO CRECIMIENTO
Allá en 1909, repartidores, o trabajadores de tiempo completo, vinieron a Finlandia desde Suecia y distribuyeron literatura bíblica. Pero fue más tarde, durante aquel mismo año, cuando se dio verdadero comienzo a la obra, cuando un hombre religioso de Turku emprendió un viaje de peregrinación a Palestina pero se demoró en Suecia. Allí recibió testimonio y obtuvo una ayuda para estudiar la Biblia, un libro que había escrito C. T. Russell, el primer presidente de la Sociedad Watch Tower. En poco tiempo el hombre se dio cuenta de que el libro decía la verdad. Abandonó su viaje y regresó a Finlandia, y llevó el libro a su amigo Kaarlo Harteva, de Helsinki, y le pidió que lo tradujese al finlandés. Al poco tiempo aquellos dos hombres se bautizaron y, con gran energía, emprendieron la tarea de diseminar las “buenas nuevas” por todo el país, y traducían la literatura y pronunciaban conferencias bíblicas en público.
Sus esfuerzos diligentes trajeron rápidos resultados. Cuando C. T. Russell visitó a Finlandia en 1912, casi 2.000 personas vinieron a escucharlo, y 140 estuvieron presentes en la asamblea que se celebró. Los informes indican que en 1912 se pronunciaron 477 conferencias públicas aquí y que 17 individuos participaron en la obra de repartidores. J. F. Rutherford dirigió la palabra a un auditorio de 3.000 personas cuando visitó a Finlandia en 1913.
El excelente espíritu de evangelizador que manifestaba el pueblo de Dios aquí en aquellos años del principio ha continuado hasta el presente. Y, desde un comienzo “relámpago,” la obra de Dios ha hecho progreso constante. Ahora hay 251 congregaciones esparcidas por todo el país. Allá en 1922 se convirtió en ley un decreto de “Libertad de Cultos.” Entonces se hizo posible que las personas que así lo desearan renunciaran a la iglesia del Estado. Además, la nueva ley garantizaba a cada persona el derecho de practicar su religión, siempre y cuando aquello no estuviera en pugna con la buena moral y los buenos hábitos. Aquello suministró la base para que en 1945 se registrara oficialmente la Asociación Religiosa de los Testigos de Jehová. Sin embargo, en 1911 se había establecido una sucursal de la Sociedad Watch Tower en Helsinki, y la publicación regular de La Atalaya en finlandés había comenzado en 1912.
ESFUERZO NECESARIO PARA LLEGAR A LA GENTE
En aquellos años del comienzo de la obra no era nada fácil llegar a la gente de este país, que es grande y cuya población está esparcida, pues una tercera parte de Finlandia queda al norte del Círculo Polar Ártico. Una tercera parte del país está cubierta por extensos bosques, y otra décima parte por agua y pantanos. Hay lagos preciosos —no solo 1.000, sino casi 60.000— y la cantidad de islas, de las cuales unas 30.000 están en la costa, es más del doble de ésa. Por lo tanto, el viajar para llegar a la gente es un proceso lento, y eso fue cierto particularmente en aquellos primeros años de la obra. Hoy día el sistema de carreteras y transportación ha mejorado enormemente.
El que Finlandia obtuviera la independencia de Rusia en diciembre de 1917 ocasionó una guerra civil, en la cual las facciones rivales lucharon por obtener el mando. Sin embargo, a pesar de todos los problemas que resultaron de aquello, los verdaderos cristianos continuaron declarando las “buenas nuevas.”
Durante la II Guerra Mundial los testigos de Jehová finlandeses tuvieron que luchar con proscripciones que se impusieron a su literatura así como con arrestos y encarcelamientos, particularmente debido a su neutralidad cristiana. (Juan 15:19) Pero sus esfuerzos por declarar las “buenas nuevas” recibieron grandes bendiciones. En 1944 hubo un aumento de 62 por ciento en el número de proclamadores del Reino, y para 1945 hubo un total de 1.632 proclamadores en 267 congregaciones. Hoy día, en este país hay un testigo de Jehová por cada 373 personas.
Desde luego, el clima ártico presenta un desafío. Pero aquí los portadores de las “buenas nuevas” se abrigan bien y salen hasta en los días más fríos para visitar a la gente en sus hogares. Algunas veces el frío puede ser una ayuda. La siguiente experiencia lo ilustra: Cierto hombre vio a unos Testigos que se acercaban a su hogar en un día sumamente frío. Puesto que no quería hablar con ellos, se dirigió al ático, con la intención de permanecer allí mientras su esposa hablaba con ellos. Desde su posición ventajosa en el ático, que estaba frío y sin calefacción, él podía escuchar a los publicadores del Reino mientras éstos hablaban con su esposa en el cuarto de abajo, que estaba caliente. Precisamente cuando él pensaba que los visitantes estaban para cesar de hablar y marcharse, para sorpresa suya oyó que su esposa ofreció prepararles café. Entonces, mientras él seguía sentado en el ático, tiritando, oyó que los Testigos ofrecían a su esposa un curso de estudio bíblico que duraría seis meses. Bueno, ¡eso era demasiado! ¡De ninguna manera podría él permanecer en el ático seis meses! Así que bajó para participar en la conversación y tomar café caliente. Se comenzó el estudio, el esposo participó en éste, y hoy día es uno de nuestros hermanos espirituales.
IMPARTIENDO SOLIDEZ
Allá en 1949 había 415 congregaciones que tenían un promedio de nueve publicadores cada una. Eso se debía a la falta de transportación y al relativo aislamiento de los hermanos en las zonas rurales. Pero a medida que las condiciones mejoraron se fueron combinando más y más congregaciones y esto estimuló y fortaleció enormemente a los cristianos finlandeses. Ahora hay solo 251 congregaciones, pero cada una tiene un promedio de 52 publicadores del Reino, y esto hace posible celebrar reuniones que fortalecen más la fe.
Desde 1968 se han construido alrededor de 100 nuevos Salones del Reino, y ahora casi 200 congregaciones se reúnen regularmente en sus propios salones. El nuevo hogar Betel que se erigió en 1961 resultó demasiado pequeño para la expansión, y en los años setenta se añadieron dos grandes anexos al edificio. Entonces, en 1978, se compró propiedad en Hämeenlinna para construir un salón para asambleas de circuito. A principios de 1979 se terminó la construcción de este excelente y atractivo edificio que tiene asientos para 1.300 personas. Este salón presta servicios a alrededor de 9.000 Testigos del sur de Finlandia.
ADAPTÁNDOSE A LA GENTE
Los Testigos se esfuerzan por tener conversaciones amigables cuando visitan los hogares de la gente. Pero eso requiere adaptabilidad. Parece que en las ciudades los amos de casa se hallan bajo grandes presiones, y es necesario “ir al grano” con bastante rapidez cuando se les habla. Sin embargo, en ciertas zonas rurales generalmente sucede que los Testigos solo pueden pasar a la consideración de asuntos bíblicos después de contestar preguntas como: “¿De dónde dice usted que viene?” y “¿Es casado?” En algunas partes de Finlandia se hace algo difícil comenzar una conversación con el amo de casa. Pero con frecuencia los pacientes proclamadores del Reino se ven recompensados con excelentes consideraciones de asuntos bíblicos. Es interesante que esa parte del país tiene la mayor proporción de Testigos por habitantes.
Hace unos años, un superintendente de circuito contó acerca de un joven llamado Risto. En el hogar donde éste vivía se celebraban reuniones de congregación. Pero Risto no participaba en éstas y raras veces decía algo. Los demás de la familia decían que él no estaba interesado en la Biblia. Después de trabajar en todo el territorio del vecindario, el superintendente de circuito quiso que Risto llevara a él y a su esposa al único grupo de casas donde todavía no habían trabajado.
Al ver que en aquel sector no había muchas casas, el superintendente de circuito pidió a Risto que lo acompañara. El joven estuvo de acuerdo, y los vecinos los recibieron amigablemente. Después de las primeras visitas, el superintendente de circuito sugirió que sería más apropiado que fuera Risto quien invitara a los vecinos al discurso público que se celebraría en su hogar, y él lo hizo con gusto. Más tarde, incluso ofreció las revistas a los amos de casa. La familia de Risto quedó sorprendida cuando se enteró de que él había hablado a la gente acerca de la Biblia. “¡No sabíamos que estabas interesado en la verdad!” dijeron. “¿Por qué no nos dijiste nada?” “Bueno, ustedes nunca preguntaron,” contestó Risto. Después de eso progresó excelentemente y ya hace varios años que ha estado haciendo un sobresaliente trabajo como precursor especial (proclamador del Reino en trabajo de tiempo completo).
LA OPOSICIÓN NO LOGRA DETENER LA OBRA
Para Finlandia la libertad es parte de su tradición, y los funcionarios generalmente se esfuerzan por tratar a todo el mundo imparcialmente. Pero se han hecho algunos esfuerzos por detener nuestra obra de testificar.
Por ejemplo, hace unos años la Asociación de Ciudades Finlandesas redactó una serie de ordenanzas y las sugirieron a ciudades y pueblos, y uno de los artículos de esas “normas reguladoras” prohibía la obra religiosa que envolvía el “tratar de ir de casa en casa.” Su argumento era que el llamar a las puertas, especialmente en edificios de apartamentos, alteraba la paz de los amos de casa. Muchas ciudades y pueblos adoptaron las nuevas ordenanzas.
Al darse cuenta de que hay muchas personas que hacen visitas a los edificios de apartamentos, y que el ruido puede molestar a la gente de las viviendas adyacentes, los testigos de Jehová se han esforzado por espaciar sus visitas en vez de ir metódicamente a cada apartamento uno tras otro. Por otra parte, han continuado testificando de casa en casa, una actividad que muchísimas personas aprecian mucho. Por varios años no nos enfrentamos a ninguna verdadera dificultad. Pero cierto día dos precursores de Lavase, un pequeño pueblo costero, visitaron el hogar de un policía, y éste alegó que ellos estaban violando la ley. Más adelante, los precursores recibieron notificación de pagar una multa; pero, en vez de pagar, ellos decidieron llevar el caso al tribunal.
EL TRIBUNAL RECONOCE EL DERECHO DE LA GENTE A RECIBIR VISITAS
Los hermanos declararon en el alegato que el llamar a la puerta de las personas de manera apropiada y por una razón legítima no puede verse lógicamente como alterar la paz del amo de casa, pues él tiene el timbre precisamente para que lo toquen cuando deseen hablarle. El alegato mostró que el llevar el mensaje bíblico a la gente de casa en casa es parte de la religión de los testigos de Jehová, y que el gobierno había aprobado este método de evangelizar cuando concedió una escritura de constitución a la asociación religiosa de los Testigos. Se mostró que mucha gente desea que los testigos de Jehová los visiten y que sería una privación de la libertad el prohibir todas las visitas de casa en casa sencillamente porque una minoría no las deseara.
El joven precursor dijo al tribunal que él había sido un narcómano antes de conocer a los testigos de Jehová y nunca habría sabido que ellos podían ayudarle a vencer su problema; así que se alegraba mucho de que ellos lo hubiesen visitado sin haber sido invitados. Con la ayuda de ellos él se había librado del vicio de las drogas y había llegado a ser un ciudadano útil, y dijo que muchas otras personas agradecerían el que se les diera ayuda, pero que no saben dónde obtenerla. Señaló que es necesario buscar a esas personas por medio de ir a las casas.
Después de escuchar el argumento, el magistrado convino en que el hermano no había violado la ordenanza porque no había tratado de entrar en las casas. Sobre esta base, se declaró sin lugar la acusación y el fiscal no apeló de la decisión. Así que, como dijo el periódico local al día siguiente, en Loviisa es legal el ir de casa en casa para hablar de religión, con tal que no se trate de pasar al interior de la casa. Desde entonces, muchos pueblos y ciudades han revocado la ordenanza, y algunos funcionarios han comentado favorablemente acerca de la buena obra que los testigos de Jehová están haciendo por medio de hacer visitas de casa en casa con la Biblia.
Los finlandeses han estado viviendo en relativa tranquilidad por muchos años. Pero a medida que aumentan la inflación, el desempleo y la delincuencia, el sentimiento de inseguridad crece, y cada vez más personas se interesan en saber lo que la Biblia dice acerca del futuro. Es cierto que, en Finlandia, como en todo lugar dentro de la cristiandad, hay ‘un hambre de oír las palabras de Jehová.’ (Amós 8:11) Pero en este país de muchos lagos, verdes bosques y blanca nieve, de claras noches de verano y de la aurora boreal invernal, los testigos de Jehová están resueltos a continuar esforzándose por llegar a todas las personas con las “buenas nuevas” que imparten esperanza.