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Satisfacción en servir a JehováLa Atalaya 1964 | 1 de agosto
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PRIVILEGIOS DE SERVICIO ADICIONALES
El “Foto-Drama” hizo otras cuatro giras por Alsacia. Cuando se le estaba dando publicidad por última vez, fue proscrito por el Directeur des cultes, un oficial gubernamental que también era clérigo protestante. Como en muchas ocasiones anteriores tuve una entrevista con él, durante la cual él admitió que ‘si el clero hubiera cumplido con su deber en 1914 no hubiese habido ninguna guerra mundial.’ Este clérigo admitió que ‘la destrucción del actual orden mundial y el establecimiento del reino de Dios era la única solución verdadera,’ pero que él no lo podía creer, ya que no creía que la Biblia fuese la Palabra inspirada de Dios. Sin embargo, me dijo: ‘Si el apóstol Pablo estuviera en la Tierra hoy él estaría trabajando de la misma manera y según los mismos métodos que usted usa.’ Entonces autorizó la exhibición adicional del “Foto-Drama.”
Y así tuvimos dos presentaciones en Estrasburgo, usando el Aubettesaal (Salón Aubette) en Kleberplatz en el centro mismo de la ciudad, con una concurrencia de más de 3,000 personas. Personas favorablemente dispuestas nos advirtieron que el cuerpo estudiantil católico bajo la influencia de sus profesores estaba planeando un ataque para la última noche para interrumpir la presentación bíblica. Nos organizamos. Cuando estos perturbadores de la paz comenzaron su ataque, se hallaron, dentro de pocos minutos, echados del salón. Alrededor de cincuenta estudiantes entonces procuraron entrar a la fuerza, pero la policía ya había venido en auxilio nuestro; arrestaron a los cabecillas. Aunque la muchedumbre que había en medio de la plaza comenzó a entonar cánticos católicos, nuestra exhibición siguió pacíficamente hasta su conclusión.
A medida que aumentaba la obra la Sociedad Watch Tower consideró necesario establecer una oficina y depósito de literatura para Alsacia Lorena en la ciudad de Estrasburgo, y se me confió este servicio. Vivía con mi familia en un pequeño edificio de dos pisos, donde pudimos albergar todo. Continué mi trabajo seglar y retuve mi servicio como siervo de congregación. Por las noches atendía el trabajo de oficina y los fines de semana visitaba las congregaciones para ayudarlas a adelantar en la obra de Dios. Esta actividad me proporcionaba gran gozo y satisfacción de corazón, y yo estaba agradecido a Jehová por los privilegios que se me habían confiado.
Las asambleas más grandes, que se arreglaban cada año en Suiza y París, a menudo con el presidente de la Sociedad en asistencia, siempre eran especialmente fortalecedoras y estimulantes. Nuestro nuevo nombre “testigos de Jehová” se recibió con gran gozo, y nuestra posición fue fortalecida grandemente ante Dios y los hombres. Pero nuestra actividad pacífica fue interrumpida de manera brutal en 1939, por el comienzo de la II Guerra Mundial. Dentro de tres días Estrasburgo y la población fronteriza a lo largo del Rin fueron evacuados por el gobierno y mudados al territorio de Dordoña, donde afortunadamente encontré un apartamiento amueblado para mi familia.
GOZO CRECIENTE A PESAR DE IMPEDIMENTOS
Dos semanas más tarde recibí instrucciones de la oficina en Berna de ir a París para ayudar al siervo de sucursal, el hermano Knecht, quien se hallaba gravemente enfermo. Dejé a mi familia en la Dordoña y viajé a París. Poco después, en octubre, nuestra obra de predicación fue proscrita por el gobierno francés, y las propiedades de la Sociedad fueron confiscadas. Catorce días más tarde el hermano Knecht murió, y el hermano Harbeck, administrador de la oficina de Europa Central, me confió este servicio. Tratamos de lograr que se levantara la proscripción gubernamental, pero todas nuestras peticiones fueron negadas. Organizamos la obra de acuerdo con nuestras circunstancias nuevas y continuamos avanzando.
Con el avance de las tropas alemanas la población de París y de toda la Francia septentrional fue presa de pánico, y muchas personas huyeron al sur y al oeste. Yo había reasumido mi trabajo seglar con la misma empresa en París, y ahora mi patrón recibió del gobierno instrucciones de trasladarse de vuelta a la Dordoña con todos sus trabajadores, pero cuando llegamos allí hubo que liquidar todo debido a la conquista nazi. Después de la tregua entre Francia y Alemania, la gente comenzó a regresar a sus hogares; y yo volví a París, llevando a mi familia conmigo.
Francia estaba dividida, y con la censura alemana y su control del papel, las máquinas de escribir y las máquinas de imprenta, hubo muchos impedimentos en nuestro camino. A pesar de todo esto, imprimimos libros y folletos y recibimos el alimento espiritual necesario con regularidad. Por medio de entrar celosa y denodadamente en el servicio de Dios, tuvimos la satisfacción de observar el crecimiento de las congregaciones y la expansión de la obra. En lugares ubicados favorablemente organizamos asambleas más grandes para los hermanos, para el gozo y estímulo de todos. Muchos oficiales de la policía francesa estaban favorablemente dispuestos hacia nosotros, y muy pocos de nosotros fuimos arrestados por la Gestapo.
La furia de la guerra barrió de nuevo por el país, y los bombardeos fueron causa de gran destrucción. Aunque la obra todavía estaba proscrita, ahora pudimos desarrollar una actividad más libre y eficaz. Renuncié a mi trabajo seglar, el cual había retenido hasta entonces, para dedicar todo mi tiempo a los intereses del reino de Dios.
Inmediatamente después de la guerra tomé los pasos necesarios, apoyado por otros dos hermanos, para hacer que la proscripción fuera rescindida. Y el 31 de agosto de 1947 el gobierno reconoció de nuevo legalmente a la Sociedad Watch Tower y nuestra actividad cristiana. También pudimos lograr que nuestra propiedad confiscada fuese liberada por orden judicial. De acuerdo con instrucciones del presidente de la Sociedad, entonces compramos en París una casa que sirviera de oficina y hogar Betel.
Jehová ha bendecido ricamente nuestra perseverancia. A comienzos de la guerra éramos 800 publicadores en toda Francia, y al levantarse la proscripción éramos 2,800. Cuando ya pudimos volver a reunirnos con libertad, cosechamos durante los subsiguientes años mucho de lo que habíamos sembrado durante los años de la guerra, subiendo el número de ministros del Reino en 1951 hasta 7,136.
La obra siguió aumentando en Francia durante los años siguientes, y ahora hemos pasado de los 16,000 ministros de las buenas nuevas. Tenemos un excelente edificio nuevo de cinco pisos con imprenta y hogar para los trabajadores de la Sucursal. Yo miro hacia atrás con gozo a los privilegios que he tenido en servir para los intereses del reino de Dios, siempre agradecido de que el “Foto-Drama” viniera a Estrasburgo, en 1920. No me he puesto más joven durante los años y una enfermedad que contraje durante los años de la guerra ha minado algo mis fuerzas, pero el gozo de Jehová sigue dándome fuerzas y gran satisfacción.—Neh. 8:10.
(El hermano Enrique Geiger terminó su carrera terrenal fielmente, falleciendo en el hogar de su hijo en Francia el 29 de agosto de 1962.)
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Sirviendo donde hay mayor necesidadLa Atalaya 1964 | 1 de agosto
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Sirviendo donde hay mayor necesidad
● Los que han aceptado la invitación de servir donde hay gran necesidad de predicar las buenas nuevas del reino de Dios han sido bendecidos abundantemente. En el Brasil una pareja envió sus solicitudes para el precursorado de vacaciones y seleccionó territorio en que hay gran necesidad de predicar. Al fin de ocho meses conducían diez estudios bíblicos, y se formó una congregación de once publicadores.—Yearbook of Jehovah’s Witnesses para 1964.
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