Una tragedia moderna en la Grecia democrática
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Grecia
EN EL teatro, una “tragedia” es una forma de representación o drama serio que trata con sucesos desdichados. Por lo general, la obra termina en desastre. Entre los primeros de tales dramas estuvieron los de la Grecia antigua, siglos antes del tiempo de Cristo.
En la Grecia moderna también está sucediendo un drama desdichado. Este también ha estado terminando en tragedia. Sin embargo, este drama no es una mera representación de actores en algún teatro. Es una tragedia de la vida real que se está efectuando todos los días en la vida de ciudadanos griegos pacíficos y observantes de la ley.
Estos ciudadanos griegos son jóvenes que son testigos de Jehová. Se les está negando toda forma de justicia y se les está arrojando repetidamente a la cárcel. Su única “ofensa” es que por razón de conciencia no pueden llevar armas y participar en las guerras de la humanidad. Cuando estas víctimas cumplen una sentencia de prisión se les vuelve a enjuiciar y se les condena por el mismo cargo, y una vez más son encarceladas.
Esta tragedia griega del siglo veinte les ha sobrevenido a estos jóvenes debido a que su conciencia cristiana no les permite llevar armas bélicas. En esto obedecen el mandato dado por Dios de “batir sus espadas en rejas de arado y su lanzas en podaderas.” Están cumpliendo la profecía bíblica que dice: “Ni aprenderán más la guerra.”—Isa. 2:4.
La posición de ellos es consistente y universal. Es la misma que adoptan los testigos de Jehová en toda nación de la Tierra. Y está en armonía con el ejemplo de Jesús y sus discípulos quienes enseñaron la paz. Como dijo Jesús a uno de sus seguidores: ‘Depón tu espada.’—Mat. 26:52.
Redactor griego protesta
Recientemente, el diario ateniense TA NEA publicó un relato acerca de algunos de los jóvenes que están detenidos en las prisiones. El redactor del artículo, Vas. Vasilikos, alude a ellos como una categoría de reclusos “de los cuales nadie habla. Estos son los testigos de Jehová, que los tribunales han sentenciado repetidamente por el mismo ‘cargo’: negarse a llevar un arma.”
El señor Vasilikos se refirió a algunos de éstos por nombre. Por ejemplo, está Nick Saridis, quien tiene treinta y nueve años de edad y está casado. Saridis fue sentenciado y encarcelado por primera vez en 1960. Más tarde fue sentenciado y encarcelado por segunda vez, y entonces aún una tercera vez en 1976.
George Gounelas, de treinta años de edad, es casado y padre de un niño de cuatro años de edad. Sin embargo ha sido sentenciado a la prisión dos veces. ¡Qué castigo tan inhumano para un hombre casado que tiene un hijo, y en un país que se enorgullece por haber sido en un tiempo la ‘cuna de la democracia’!
Sterghius Panayotelis tiene veintiocho años de edad. Primero se le sentenció a cuatro años y medio de cárcel. La segunda vez se le sentenció a dos años, y la tercera vez a dos años y medio. George Kufoyannis, de veintiocho años de edad, ha sido encarcelado tres veces sucesivamente, también por el mismo cargo... negarse a llevar armas mortíferas.
En su artículo, el señor Vasilikos hizo notar a muchos otros Testigos que han sido encarcelados repetidas veces, y añadió: “Otros 31 (treinta y un) testigos de Jehová encarcelados, sentenciados por primera vez, todos detenidos en la prisión de Jeannina (excepto cuatro que están detenidos en Avlona), que todavía esperan su turno para recibir su segunda, tercera o cuarta condena.”
Entonces el redactor concluye con las siguientes palabras: “La ofensa, que es la de negarse a llevar armas, se castiga perpetuamente.”
Tal tratamiento de ciudadanos amadores de la paz y observantes de la ley de parte de un país ciertamente es escandalizador. En pocos sitios del mundo se infligiría un castigo tan irrazonable a personas inocentes.
Oficiales protestan
Para tratar de cambiar esta situación trágica, se han dado pasos legales con el gobierno griego, incluso ciertos diputados del parlamento griego han presentado propuestas de leyes. Pero hasta ahora nada ha cambiado con respecto a este grave problema.
Sin embargo, dos diputados griegos sometieron la siguiente información a la Cámara de Diputados Griegos, declarando: “Uno de los principales derechos del hombre es el de la libertad de cultos. Como con todos los otros derechos humanos, éste ha sido salvaguardado por la Constitución de las Naciones Unidas (. . . sancionada en Grecia por la Ley Núm. 585/1945) y también por el Tratado Internacional de Roma (. . . sancionado en Grecia por la Ley Núm. 2329/del 21 de marzo de 1953). Los derechos humanos también están salvaguardados por la Constitución Helénica.”
Los diputados declararon también: “A pesar de todo esto, una clase de ciudadanos griegos, que pertenecen al grupo religioso llamado testigos de Jehová, son sistemáticamente perseguidos y sentenciados repetidamente a penas por la misma ofensa... en particular, por negarse a efectuar labores militares. . . . En muchos otros países europeos . . . esta clase de ciudadanos ha sido específicamente exenta de esta obligación de servir en el ejército. En otras partes, la penalidad que se aplica varía de cuatro [meses en prisión] (en Suiza) hasta tres años (en Francia) donde la penalidad en la prisión es el doble del tiempo del servicio militar. Hasta España ya no inflige una penalidad mayor que dos [años] y medio [de prisión]. Es muy obvio que se está cometiendo una injusticia contra estos ciudadanos griegos, a quienes se sentencia no solo una vez, sino repetidas veces.”
Los diputados recomendaron: “Sería justo si a todos los que probaran que pertenecen a este grupo religioso se les concediera exención militar.” Entonces preguntaron en cuanto a los Ministros de Justicia y Defensa Nacional: “¿Qué pasos van a dar, a fin de poner un fin a esta flagrante injusticia en contra de ciudadanos, cuya única falta es la consistencia con la cual siguen los dictados de su conciencia?”
Hasta ahora, no se han dado pasos oficiales para detener este tratamiento injusto de personas inocentes. Pero millones de personas por todo el mundo esperan un fin temprano a esta tragedia en la Grecia democrática.