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  • Aprendieron la verdad acerca de los testigos de Jehová
    La Atalaya 1970 | 15 de abril
    • Aprendieron la verdad acerca de los testigos de Jehová

      SU MAMÁ lo estaba visitando. Al sentarse vio un ejemplar de la revista La Atalaya en su estante de libros. Saltó, atravesó la habitación corriendo, la arrebató de allí y gritó: “¿Dónde obtuviste esta basura? ¡Esta gente no cree en la Navidad! ¡Jamás te vayas a meter con alguien que no crea en la Navidad!” ¿Por qué reaccionó así esta madre? Bueno, sinceramente estaba tratando de proteger a su hijo y a la esposa de él de lo que pensaba que era doctrina incorrecta y de personas que ella pensaba que los extraviarían llevándolos al error. Sin embargo, ¿conocía toda la realidad esta madre? ¿Verdaderamente sabía por qué los testigos de Jehová no celebran ciertos días de fiesta?

      Veamos lo que sucedió. Después de unos minutos de excitación, su hijo, que estaba estudiando la Biblia con los testigos de Jehová, se las arregló para calmarla. Entonces, sentados juntos, él pacientemente consideró varias verdades bíblicas con ella toda la tarde. Entonces su madre lo invitó a él y a su esposa a la casa de ella a cenar y fueron. Después hablaron acerca de la verdad de Dios hasta tarde en la noche. Durante el siguiente fin de semana hubo más conversaciones, y para cuando el hijo se reunió con los Testigos para su estudio su madre y su hermana estaban con él y listos para aprender más.

      Ahora ambas pidieron una suscripción a la revista que antes habían llamado “basura.” También obtuvieron un ejemplar de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras y confesaron que jamás habían visto o siquiera tocado una Biblia antes de aquella noche. ¿Por qué cambiaron estas personas? Aprendieron la verdad acerca de los testigos de Jehová. Ahora habían aprendido que Cristo nunca mandó a sus seguidores que celebraran su nacimiento y que la Navidad estaba arraigada en el paganismo. Y, ¿en qué basaba la madre sus puntos de vista predispuestos de antes? Ella confesó más tarde que había desarrollado un odio a los testigos de Jehová porque no sabía por qué razón se abstenían de celebrar ciertas fiestas. Esto la cegó hasta que se enteró de la realidad. Ahora ella le dijo a su nieta que no se celebraría la Navidad en su casa.

      INVESTIGANDO POR UNO MISMO

      A veces la gente oye cosas acerca de los testigos de Jehová que no son ciertas. Estos comentarios calumniadores pueden cegarlas o hacer que teman a los Testigos. Sin embargo, no todos creen cándidamente lo que oyen. Personas de esta última clase desean saber por sí mismas si lo que se les está diciendo es la verdad o no. Así, han aprendido la verdad acerca de los testigos de Jehová. Por ejemplo, un matrimonio había estado estudiando la Biblia con los Testigos por varios meses. La esposa le escribió a su padre acerca de las cosas que estaban aprendiendo. ¿Qué le contestó su padre? “Hija mía, no te metas con los testigos de Jehová; pues, ¡si son comunistas!”

      “¿Comunistas?” rugió el esposo. “¡No puede ser, simplemente no lo creo! Los comunistas no creen en la Biblia.”

      “Bueno, querido,” contestó su esposa, “no queremos envolvernos en un problema, ¿verdad?”

      “¡Mira!” dijo el esposo, “zanjaré esto de una vez por todas. Llamaré a la F.B.I. [Oficina Federal de Investigación].”

      Marcó el número y una voz contestó en el otro extremo de la línea, diciendo: “Habla la F.B.I. ¡El teniente R——— a sus órdenes!”

      “Señor,” dijo el esposo, “estoy estudiando la Biblia con los testigos de Jehová y alguien me ha dicho que son comunistas, ¿es verdad?”

      La voz contestó fuerte y claramente: “Bueno, ¡no lo son! Se les ha llamado todo menos lo que son. ¡Son personas buenas y honradas y con nosotros tienen un registro intachable!”

      “Bueno, gracias, Teniente R———,” contestó el esposo, “ciertamente le agradezco esta información porque voy a ser uno de ellos.” No mucho después de esta llamada telefónica reveladora este joven y su esposa se bautizaron. Sí, aprendieron por ellos mismos la verdad acerca de los testigos de Jehová. No estuvieron contentos con dejar que otros pensaran por ellos.

      CONDUCTA DE LOS TESTIGOS REVELA LA VERDAD ACERCA DE ELLOS

      Algunas personas creen que los testigos de Jehová son como cualquier otra religión de la cristiandad. Creen que están empeñados en ganar dinero de sus miembros. Sin embargo, la conducta de los Testigos a menudo ha disipado esta idea errónea. A continuación se da a saber cómo una persona aprendió la verdad acerca de ellos tocante a este asunto:

      “Al principio de los años cincuenta mi padre, que era maquinista retirado, vivía en Chicago. Estaba gastando mucho de su dinero en ayudar a renovar un edificio para hacerlo un Salón del Reino. Esto me tenía intensamente perturbado, casi al grado de estar amargado. Me parecía que otra religión había pescado a un anciano y despiadadamente le estaba exprimiendo todos sus ahorros. Siempre que visitaba a mi papá le hablaba acerca de todo el tiempo y dinero que estaba gastando en aquel Salón del Reino. Se sonreía y me empezaba a hablar acerca de lo que le iba a suceder a ‘este sistema de cosas.’ Por supuesto, yo no entendía de qué hablaba y tampoco me interesaba.

      “Bueno, un día en 1958, recibí una llamada telefónica en la que se me decía que papá estaba muy enfermo. Como vivía solo, mi esposa y yo hicimos planes para dejar nuestra casa y mudarnos a donde estaba papá para cuidarlo. Recuerdo que fuimos a su casa ese día. Dos señoras que son testigos de Jehová estaban allí cuidándolo. Eran las señoras más bondadosas y más amables que jamás había conocido. Más tarde, mi esposa se puso a restregar el piso de la cocina. Tenía unos ocho meses de estar encinta. El ministro presidente de la congregación local de los testigos de Jehová estuvo allí en aquella ocasión. Para asombro mío, le quitó el cepillo a ella, se arremangó las mangas de la camisa, se apoyó sobre las manos y las rodillas y se puso a restregar el piso de la cocina.

      “Dos semanas después murió mi padre. El ministro presidente pronunció el discurso de funeral, y verdaderamente me sorprendí por las cosas que oí. Quise oír más y saber qué es lo que hacía a estas personas lo que eran. Mi esposa y yo comenzamos a estudiar la Biblia con ellos, y once meses después ella me dijo que quería bautizarse. No le dije que yo también había decidido dedicar mi vida al Dios maravilloso cuyo espíritu mueve a la gente a ser tan bondadosa. Tres meses después me bauticé. ¡Qué feliz se sentiría mi papá si pudiera saber que unos cuantos años después llegué a ser el ministro presidente auxiliar de la congregación a la que él perteneció!” Verdaderamente, la conducta cristiana ayudó a estas personas a aprender la verdad acerca de los testigos de Jehová.

      EL CLERO HA AYUDADO SIN SABERLO

      Ha habido ocasiones en que los esfuerzos del clero por detener a los testigos de Jehová han ayudado a algunos opositores a aprender la verdad acerca de ellos. Sí, sin saberlo han mostrado a opositores que los Testigos están enseñando la verdad de la Palabra de Dios, la Biblia. Considere este caso que sucedió en Wisconsin:

      “Mi esposa era católica devota, pues había asistido a escuelas católicas incluso durante su enseñanza superior. Cuando un Testigo me hizo una visita como había prometido, ella salió corriendo de la casa. Después de irse él, ella regresó con la actitud de aquí no se permite ninguna otra religión. Se me hizo necesario ir en auto a la casa de un vecino para estudiar la Biblia, y lo que aprendía se lo decía a mi esposa. Ella se lo decía al sacerdote y él, a su vez, se reía y se mofaba de los testigos de Jehová. ‘El fin del mundo,’ decía riendo... ‘¡han estado predicando eso por siglos! ¡Quizás algún día tengan razón!’

      “Este último comentario hizo que mi esposa se pusiera a pensar y la impelió a instarle a que le suministrara prueba de que los Testigos estaban equivocados. Él prometió hacer esto, y le dio algunos libros sobre filosofía. Puesto que nuestro estudio tuvo que mudarse a mi casa, le pedí a mi esposa que invitara al sacerdote. Ella concordó. Él nunca vino, pero ella escuchó lo que considerábamos mientras aguardábamos al sacerdote y le pareció bastante interesante. No obstante, ella estaba determinada a ver al sacerdote defender su fe y finalmente tuvo que hacer arreglos para una reunión en la casa de él.

      “Durante nuestra discusión, en vano trató él de probar la Trinidad, más bien, los versículos bíblicos probaban lo contrario. Cuando le pregunté acerca de Juan 17:20-22, contestó con la cara roja: ‘No estoy preparado para contestar eso.’

      “‘Toda su vida ha sido sacerdote [cuarenta años],’ dije, ‘y usted no está preparado. Nosotros hemos estudiado con los testigos de Jehová solo tres meses, y estamos preparados.’

      “Entonces vino la verdadera sorpresa. Mi esposa se dirigió al sacerdote y le dijo: ‘He terminado con su iglesia.’ Decidió esto sabiendo que sus parientes se le opondrían severamente.” Sí, ella llegó a comprender quiénes enseñaban la verdad de la Biblia.

      Otro incidente en el cual un clérigo sin saberlo ayudó a alguien a aprender la verdad acerca de los testigos de Jehová sucedió en España. Un señor comenzó a estudiar la Biblia con los Testigos, pero su esposa se opuso firmemente porque los consideraba “protestantes.” Usó todo medio para impedir que su esposo estudiara con ellos. Hizo que sus parientes católicos trataran de disuadirlo y amenazó con llamar a la policía cuando el Testigo viniera para el estudio. Esto no detuvo a su esposo, pues hizo arreglos para estudiar con el Testigo en otro lugar. Progresó rápidamente.

      Ahora la esposa amenazó con dejarlo y llevarse los hijos con ella, y lo hizo. Pero después de dos semanas regresó. Después de esto los parientes del señor vinieron a visitarlo. Ellos también estaban estudiando la Biblia con los Testigos y asistiendo a sus reuniones en la población donde vivían. Llegado el domingo todos quisieron ir a la reunión de la localidad, y persuadieron a la esposa a venir y aprender la verdad acerca de los Testigos. Ella concordó en ir con ellos.

      Sin saberlo ellos, fue ese día que el sacerdote local llegó a enterarse de dónde tenían sus reuniones los Testigos, e informó a la policía para que los detuviera. La policía vino y los arrestó a todos, incluso a la esposa que había mostrado oposición. Ella se esforzó mucho por convencerlos de que no era testigo de Jehová, y de que, de hecho, estaba muy opuesta a ellos. La policía pensó que estaba inventando un cuento para evitar que la arrestaran.

      La encarcelaron con los demás Testigos, y, según resultaron las cosas, esto fue exactamente lo que la hizo comprender que los testigos de Jehová son cristianos verdaderos y que el sacerdote había obrado de manera muy anticristiana. Inmediatamente después de ser puesta en libertad de la prisión con los demás Testigos, les pidió que estudiaran la Biblia con ella, e hizo arreglos para asistir a todas sus reuniones. Progresó rápidamente y pronto estuvo dedicando muchas horas al mes a enseñar a otros las verdades de la Biblia.

      Sí, cuando las personas de corazón sincero y honrado aprenden la verdad acerca de los testigos de Jehová ese conocimiento afecta su vida. Quieren participar en la obra que hoy están efectuando los Testigos. Muchas personas que anteriormente se oponían a los siervos de Dios ahora están dentro de sus filas regocijándose con la esperanza de adorar al único Dios verdadero para siempre en una Tierra paradisíaca donde solo la religión verdadera existirá.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1970 | 15 de abril
    • Preguntas de los lectores

      ● Jehová permitió la poligamia entre los judíos, pero no entre los cristianos. ¿Ha cambiado la moralidad de Dios?—J. P., EE. UU.

      No, la moralidad de Dios no ha cambiado. Siempre ha sido perfecta, y aún lo es. Moisés, conociendo los arreglos maritales que Dios permitía entonces, se sintió impelido a decir acerca de Jehová: “Justo y recto es él.” (Deu. 32:4) Aunque Dios permitió temporalmente una relación matrimonial que ahora no permite, su justicia es tan manifiesta hoy como lo fue en los días de Moisés.

      Frecuentemente cuando las personas oyen o leen que se toleraba la poligamia en el Israel de la antigüedad o entre los patriarcas hebreos se forman nociones de que Dios hacía la vista gorda ante prácticas sexuales relajadas. Se imaginan que Jehová pasaba por alto voluntariamente o estimulaba la promiscuidad. ¡Nada podría estar más lejos de la verdad! Pues, uno de los Diez Mandamientos prohibía que un hombre tuviera relaciones sexuales con la esposa de otro nombre. Y so pena de muerte Dios prohibió el incesto, la bestialidad y la sodomía.—Éxo. 20:14; Lev. 18:6-23.

      Tenemos que tener presente que Dios no instituyó la poligamia. El primero que se menciona en la Biblia con dos esposas fue Lamec, descendiente jactancioso de Caín. (Gén. 4:19-24) Nadie que practicaba la poligamia sobrevivió al Diluvio, pues Noé y cada uno de sus hijos tuvieron una sola esposa cada uno. Más tarde, cuando Dios trató con los patriarcas posdiluvianos aún no había dado leyes extensas sobre el comportamiento humano, incluso el matrimonio. En algunos casos un hombre tomaba una esposa secundaria para producir prole debido a que su esposa era estéril, como Abrahán lo hizo a instancias de su esposa Sara. (Gén. 16:1, 2) No obstante, es digno de notarse que muchas veces en la Biblia en los casos en que estaba envuelta la poligamia había infelicidad o dificultades, como sucedió en los casos de Sara y Agar, Ana y Penina, así como en el de las esposas de Salomón.—Gén. 21:9; 1 Sam. 1:1-6; 1 Rey. 11:1-6.

      Por consiguiente, con los antecedentes de una sociedad patriarcal, cuando Jehová aceptó a los israelitas como su pueblo nacional la poligamia ya existía a cierto grado, aunque parece que la monogamia fue mucho más común durante toda la historia de Israel. Reconociendo matrimonios polígamos que ya existían, Dios dio leyes muy estrictas para regular y controlar las cosas. Muy contrario a la acusación de que Dios tuvo en menos a la mujer y el matrimonio, él promulgó legislación altamente moral para proteger los derechos y privilegios de la esposa original así como de cualquier esposa secundaria y sus hijos. (Deu. 21:15-17) En consecuencia, aunque Jehová no prohibió la poligamia, definidamente instó al amor y al respeto en el matrimonio, y prohibió la inmoralidad sexual. Su norma moral fue justa, perfecta.

      Jesús recalcó un punto significativo sobre el matrimonio en Mateo 19:8, 9. En cuanto al hecho de que el divorcio se permitiera bajo la ley que Dios dio por medio de Moisés, Cristo dijo: “Moisés, en vista de la dureza del corazón de ustedes, les hizo la concesión de que se divorciaran de sus esposas, pero tal no ha sido el caso desde el principio. Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación, y se case con otra comete adulterio.” Evidentemente, tal como sucede en el caso del divorcio, Dios hizo la concesión de tolerar la poligamia; no obstante, la sometió a estricta disposición reglamentaria.

      Esto pudiera compararse al hecho de que Dios permite las “autoridades superiores,” los gobiernos mundanos. Jehová no los instituyó en el principio. Pero existen y todavía no es el tiempo de Dios para removerlos. De modo que

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