Busque consuelo en la Palabra de Dios
JEHOVÁ es “el Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra tribulación” (2 Corintios 1:3, 4). Por eso, es a él y a su Palabra que tenemos que acudir para recibir verdadero consuelo y alivio en momentos de aflicción. (Romanos 15:4.)
Si somos fieles a Dios, entonces él ‘de ningún modo nos dejará y de ningún modo nos desamparará’. Con confianza, podemos decir: “Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?” (Hebreos 13:5, 6; Salmo 37:39, 40; 145:20). Ciertamente entonces, no tenemos que sentirnos deprimidos ni desanimados aun cuando estemos sufriendo gran aflicción.
Como parte de su gran profecía que se está cumpliendo en nuestro tiempo, Jesús dijo: “Serán entregados hasta por padres y hermanos y parientes y amigos, y a algunos de ustedes los harán morir; y serán objetos de odio de parte de toda la gente por causa de mi nombre”. Pero inmediatamente después de eso, Jesús agregó: “Y con todo no perecerá ni un cabello de sus cabezas” (Lucas 21:16-18). ¿Cómo sería esto posible? Mediante la resurrección, la mismísima esperanza que sostuvo a Pablo (Juan 5:28, 29; 2 Corintios 1:9, 10). ¿No es consolador saber que ni la muerte misma puede privarnos de nuestra maravillosa esperanza?
Considere el consuelo que esta esperanza y la garantía de la ayuda de Dios pueden proporcionar a los cristianos que sufren persecución y que están aguantando tortura física, a los que han quedado paralizados o tullidos debido a crueldades, a las mujeres piadosas que han sido violadas y a los padres que han sido separados de sus hijos a la fuerza. Sí, en la Palabra de Jehová hallamos muchas expresiones de consuelo y garantía que hasta pueden hacer que nos regocijemos al estar bajo tribulación. (Mateo 5:10-12.)
Tenga presente la recompensa
Al experimentar adversidad y aflicción, recuerde que no nos está sucediendo nada que no haya sucedido a otros siervos fieles de Jehová. Podemos resistir las tentativas del Diablo, cuyo fin es que dejemos de servir a Jehová, si hacemos lo que instó el apóstol Pedro: “Pónganse en contra [del Diablo], sólidos en la fe, sabiendo que las mismas cosas en cuanto a sufrimientos van realizándose en toda la asociación de sus hermanos en el mundo” (1 Pedro 5:9). Sí, otros cristianos aguantan pruebas parecidas por causa de las buenas nuevas y lo hacen sin transigir. Nosotros podemos hacer lo mismo.
No solo debemos tener presentes a los que se mantuvieron firmes, sino también las recompensas que recibieron. Por ejemplo: Satanás, empeñado en probar que Job servía a Jehová solo por razones egoístas, hizo que una calamidad tras otra acaeciera a este hombre de Dios. Primero fueron destruidos sus animales, entonces sus siervos, y finalmente hasta sus diez hijos. No estando contento con esto, Satanás hirió a Job con “un divieso maligno desde la planta de su pie hasta la coronilla de su cabeza” (Job, capítulos 1 y 2). ¿Quebrantó Job su integridad a Dios debido a estas calamidades?
No, no lo hizo. Pero ¿qué hay de la recompensa? Bueno, Jehová restauró la salud de Job, le dio “en cantidad doble” todo lo que había sido suyo, y le concedió una vida larga y satisfaciente (Job 42:10-17). Además de estas recompensas, hay la recompensa mayor de una resurrección con la perspectiva de vida eterna en una tierra paradisíaca (Job 14:13-15). Ciertamente la experiencia de Job da consuelo y fortaleza a los cristianos que sufren hoy.
“Jehová ayuda”
Ahora, considere el caso de cierta cristiana que aguantó muchos años de sufrimiento en campos de concentración de Alemania durante la II Guerra Mundial. Además de aguantar condiciones horribles, persecución brutal y privaciones, ella fue separada a la fuerza de su esposo e hijo durante cinco años, sin saber qué les había ocurrido. Finalmente, después de años de perseverancia fiel, volvió a reunirse con su esposo e hijo, y los tres han estado sirviendo fielmente a Jehová desde entonces. Note el comentario que ella hizo respecto a su propia experiencia:
“Los años que pasé en los campos de concentración de Alemania me enseñaron una lección sobresaliente. ¡Tiene que ver con lo mucho que el espíritu de Jehová puede fortalecernos cuando estamos bajo alguna prueba severa! Antes de ser arrestada, yo había leído la carta de una hermana que decía que bajo una prueba severa el espíritu de Jehová hace que cierta tranquilidad se apodere de una. Me parecía que ella estaba exagerando un poco. Pero al pasar yo misma por pruebas, supe que lo que ella había dicho era cierto. Realmente sucede así. Es difícil imaginárselo, si usted no lo ha experimentado. Sin embargo realmente sucedió así en el caso mío. Jehová ayuda”.
¿No se siente usted consolado y fortalecido por estas expresiones? Debido a haber mantenido firmemente su integridad, esta cristiana anhela, junto con su familia, la realización de la esperanza de vida eterna (Hebreos 10:39). ¡Qué grandioso galardón por la fidelidad!
Después de experimentar pruebas por años, ¿cómo se sintió nuestro amado hermano Pablo? ¿Desanimado? ¿Descorazonado? ¿Deprimido? ¡De ninguna manera! Tenía confianza, esperanza, y se sentía feliz por haber perseverado. “He peleado la excelente pelea, he corrido la carrera hasta terminarla, he observado la fe —dijo Pablo—. De este tiempo en adelante me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, el justo juez, me dará como galardón en aquel día” (2 Timoteo 4:7, 8). Pablo se mantuvo en el mismo derrotero sin vacilar y ha recibido su recompensa celestial (Filipenses 3:4-14). ¿Quién no se siente consolado por dicho ejemplo excelente? ¡Que nosotros también perseveremos de manera parecida durante la adversidad, derivemos consuelo de las Escrituras, y permanezcamos leales a nuestro amoroso Dios, Jehová!
[Ilustración en la página 7]
La experiencia de Job fortalece a los cristianos que sufren hoy