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  • El mérito rescatador de Jesucristo
    La Atalaya 1954 | 15 de junio
    • El mérito rescatador de Jesucristo

      “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, el cual se dio a sí mismo como rescate correspondiente para gente de toda clase.”—1 Tim. 2:5, 6, NM, margen.

      1. ¿Cómo se destaca Jesucristo en la historia del mundo?

      JESUCRISTO de Nazaret subió de su nacimiento en un pesebre a un puesto de importancia vital para el género humano. Ningún otro individuo desde la creación de Adán ha hecho una impresión tan indeleble en las páginas de la historia, ni ha habido otra persona que haya sido tan universalmente el tema de controversia. Un sinnúmero de otros hombres ha descendido a la muerte como mártires por causas que a ellos les parecían dignas de su devoción completa, pero en ningún otro caso se ha atribuído a dicho martirio el papel de salvador. Jesucristo se destaca en la historia mundial como el único cuya muerte se dice que lo capacitó para obrar como Redentor de la humanidad. Tan singular es su puesto que un devoto discípulo suyo se sintió obligado a decir: “No hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre bajo el cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual hayamos de ser salvos.” (Hech. 4:12, NM) Seguramente ninguna eficacia tal se atribuye a la muerte de algún otro hombre.

      2, 3. ¿Qué opiniones contrastantes hay acerca de él, impulsando a qué preguntas vitales?

      2 No obstante, a pesar de la confesión extensa en la cristiandad de que Jesucristo es el Rescatador de la humanidad caída, hay mucho falso concepto tocante al papel que él desempeña en los propósitos del Dios Todopoderoso. Aun entre los que profe san creer en él realmente hay alarmante incredulidad en cuanto al mérito de su vida dada como rescate. Luego, claro está, hay millones que, aunque reconocen la prominencia de él en la historia judía, no atribuyen nada espectacular a su vida o muerte más allá de su devoción a ciertos principios que él consideró buenos. Sin embargo, en contraste, aun antes de que Cristo apareciera, “otros hombres fueron atormentados porque rehusaban aceptar la liberación por algún rescate, para que pudieran alcanzar una resurrección mejor” mediante la promesa antigua de Dios de enviar una “simiente” que suministraría una liberación eterna del pecado y muerte.—Heb. 11:35; Mat. 20:28; 2 Tim. 2:8-10, NM.

      3 Sobre la base de lo que la Biblia enseña, ¿cuál es el puesto de Jesucristo en el magnífico arreglo que Jehová ha hecho de las cosas para establecer un mundo completamente nuevo? ¿Sólo se le debe considerar como una figura legendaria de ideales nobles que nos puso un espléndido ejemplo de vida moral? O ¿debemos considerarlo como aquel que derramó su sangre vital en sacrificio para comprar mediante rescate los derechos a la vida que Adán perdió por rebelión, y de esta manera hacer posible que los hombres al fin vivan para siempre? La respuesta correcta a estas preguntas es vital para toda persona que vive hoy.

      4. ¿Cómo fue diferente la aparición de Cristo a la de cualquier otro hombre?

      4 Es importante apreciar que Jesucristo no se presentó de repente sobre la escena humana y se proclamó como salvador. Él no simplemente fué un hombre de dones extraordinarios y agudeza mental que dejó una impresión imborrable en la civilización por razón de su actividad vigorosa, como otros hombres lo han hecho con variados grados de buen éxito de vez en cuando. ¡De ninguna manera! Más bien, su aparición fué singularmente diferente, porque su venida fué predicha con largos siglos de anticipación. Hombres de entendimiento piadoso esperaban la aparición de un salvador del género humano debido a la promesa que Jehová hizo en el Edén concerniente a la venida de una “simiente” de justicia.—Gén. 3:15; Gál. 3:19, NM.

      5. ¿Cómo es traída a nuestra atención aquí la promesa a Abrahán?

      5 Aproximadamente 1,900 años antes del nacimiento de Cristo, Jehová confirmó con un juramento su promesa a Abrahán respecto a este Salvador, diciendo: “Serán bendecidas en tu simiente todas las naciones de la tierra; por cuanto has obedecido mi voz.” (Gén. 22:18) Abrahán v otros hombres fieles de épocas antiguas esperaron esta “simiente” y anhelaron las bendiciones que vendrían mediante ella. El apóstol Pablo quita toda duda en cuanto a la identidad de la “simiente” cuando dice: “Ahora las promesas se dieron a Abrahán y a su simiente. No dice: ‘Y a simientes,’ como si fuesen muchas, sino como una sola: ‘Y a tu simiente,’ que es Cristo.”—Gál. 3:16, NM.

      6. ¿Qué demuestran respecto al Cristo las palabras de Moisés y la promesa a David?

      6 Más de trescientos años después del día de Abrahán, Moisés habló a Israel acerca de este mismo salvador que vendría, diciendo que el que no le escuchara no viviría. (Den. 18:19; Lev. 23:29) Pedro confirma el hecho histórico de que Moisés predijo la venida del salvador, Cristo, diciendo: “De hecho, Moisés dijo: ‘Jehová Dios producirá para ustedes de entre sus hermanos un profeta semejante a mí. A él tienen que escuchar conforme a todas las cosas que les hable. Realmente, cualquier alma que no escuche a ese Profeta será completamente destruída de entre el pueblo.’” (Hech. 3:22, 23, NM) David fué un descendiente directo de Abrahán, y en cuanto a él Jehová repitió la promesa concerniente a un salvador unos seiscientos años antes de que Cristo apareciera. “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré para David un Vástago justo, el cual reinará como rey . . . y ejecutará juicio y justicia en la tierra.”—Jer. 23:5; 33:15.

      7. ¿Qué otras cosas proféticas fueron escritas concerniente a Jesucristo, y en cuanto a qué están de acuerdo todos los profetas?

      7 Aproximadamente 150 años antes de que Jeremías escribiera en el Registro sagrado las supracitadas palabras, el profeta Isaías, sabiendo bien que el Redentor vendría mediante la línea de Abrahán y David, bajo inspiración escribió: “Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos es dado: y el dominio estará sobre su hombro; y se le darán por nombres suyos: Maravilloso, Consejero, Poderoso Dios, Padre del siglo eterno, Príncipe de Paz. Del aumento de su dominio y de su paz no habrá fin; se sentará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo, y para sustentarlo con juicio y justicia, desde ahora y para siempre.” (Isa. 9:6, 7) Se predijo que Belén sería el lugar de su nacimiento. (Miq. 5:2) De hecho, todos los profetas convinieron en que un redentor aparecería en la escena humana; y “de él todos los profetas dan testimonio, que todo el que pone fe en él obtiene perdón de pecados por medio de su nombre.”—Hech. 10:43, NM.

      8. ¿Qué hechos demuestran que Juan no estuvo equivocado en la identificación que hizo de Jesús?

      8 El profeta Isaías anticipadamente declaró notables detalles concerniente a Jesucristo, a saber, que sería despreciado, desechado, que sería un hombre de dolores y sabría de padecimientos; que su vida sería hecha una ofrenda por los pecados de muchos, que intercedería a favor del género humano, que cuando fuera oprimido y afligido no abriría la boca para quejarse sino que se sometería a su sacrificio semejante a una oveja que es conducida al matadero. Con razón Juan el Bautista, cuando vió a Jesús acercarse, exclamó en alta voz: “¡Vean, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29, NM; Isa. 53:3-9) Que Juan tenía razón al identificar a Jesús como el Redentor se asegura por el registro de la declaración que hizo el ángel treinta años antes, cuando esa poderosa criatura espiritual dijo a los pastores: “No teman, porque, ¡miren! les estoy declarando a ustedes las buenas nuevas de un gran gozo que toda la gente tendrá, porque les nació a ustedes hoy un Salvador, que es Cristo el Señor, en la ciudad de David.” (Luc. 2:10, 11, NM) Indiscutiblemente, Jesucristo no fué un salvador que se proclamó tal por su propia cuenta, sino que vino en cumplimiento de promesas hechas por Dios muchos siglos antes.

      9. ¿Cómo confirman los apóstoles la verdad de que Jesús fue enviado?

      9 El apóstol Juan respalda este punto de vista con la declaración franca de que fué Dios quien envió a Jesús. “Porque Dios amó tanto al mundo que dió a su Hijo unigénito, para que todo aquel que ejerza fe en él no sea destruído sino tenga vida eterna.” (Juan 3:16, NM) Jesús, pues, no fué un mortal común a quien Jehová seleccionó para usarlo a fin de suministrar un rescate, sino que, con buena razón, fué uno que vino directamente del propio dominio celestial de Dios con el propósito específico de vindicar el nombre del Padre y suministrar un rescate. La existencia prehumana de Jesús se remontaba hasta antes de que el género humano o aun la tierra misma tuvieran principio. (Juan 1:1-3; Pro. 8:22-36) Sus discípulos apreciaron la gran expresión de amor de Jehová al enviar a su Hijo. Supieron que Jesucristo no era un simple hombre como ellos, y no demostraron ninguna vacilación en cuanto a declararlo. (Mat. 16:16, NM) “En esto el amor de Dios fué hecho manifiesto en nuestro caso, porque Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que consiguiésemos la vida por medio de él. . . . nosotros mismos hemos con templado y estamos dando testimonio de que el Padre ha enviado a su Hijo como Salvador del mundo.”—1 Juan 4:9, 14, NM.

      10. ¿Cómo los conducen al error respecto a Cristo las conclusiones falsas de algunos religiosos?

      10 Pero hay algunos hombres religiosos que niegan que Jesús fué hijo de Dios y que vino en la carne mediante el efectuar Jehová la milagrosa transferencia de su hijo al vientre de una virgen judía, María. En vez de eso enseñan la teoría de la encarnación, diciendo que Jesús realmente fué Dios mismo, quien revistió su cuerpo espiritual con una cubierta de carne, como algunos ángeles lo hicieron al aparecer a Abrahán, Lot y otros. (Gén. 18:1, 2; 19:1; Jue. 13:9-11, 16) Los trinitarios se hallan envueltos en el mismo razonamiento falso, dado que ellos creen que Dios y Cristo son idénticos. Esta doctrina errónea necesariamente conduce a todavía otras conclusiones erróneas. Por ejemplo, esta teoría tiene que asumir que el cansancio y sufrimiento de Jesús sólo fueron fingidos, porque ninguna criatura espiritual puede cansarse y sufrir. No puede menos que conducir a la conclusión de que sus oraciones eran fingidas, dado que sólo estaba orándose a sí mismo después de todo, y que lo hizo simplemente por la impresión profunda que eso hizo en sus discípulos y otros. (Juan 17, NM) Siguiendo todavía más lejos en el mismo camino de error habría de concluirse, sobre la base de la premisa original, que la muerte de Cristo sólo fué una apariencia de muerte, porque Dios, siendo inmortal, realmente no puede morir; ¡por consiguiente no hubo ninguna muerte verdadera ni derramamiento verdadero de sangre como rescate para el género humano!

      11, 12. ¿Qué otras opiniones sostienen los líderes religiosos?

      11 Estrechamente semejantes a este razonamiento arriesgado son las conclusiones de los que creen en la “teoría de la influencia moral.” Sostienen que la única misión de Cristo fué revelar el amor de Dios de manera tan conmovedora que ablandara el corazón e indujera a los hombres a desechar el pecado. (Theology at the Dawn of the Twentieth Century [La teología al comienzo del siglo veinte], pág. 261) “Hablando estrictamente,” ellos dicen, “la muerte de Cristo no era. necesaria para la salvación humana.”

      12 No sorprende, entonces, hallar a un líder religioso muy prominente decir esto respecto al rescate: “Naturalmente que no creo en el Nacimiento Virgen, o en esa anticuada doctrina substitutiva de la Expiación; y no conozco a ningún ministro cristiano inteligente que lo crea. La dificultad con estos fundamentalistas es que ellos suponen que a menos que uno convenga con ellos en su arreglo doctrinal, no puede creer en las profundas, substanciales y eternas verdades del evangelio cristiano que transforman las vidas de los hombres, y son la única esperanza que se deriva de la operación salvadora de Cristo en este mundo.”a Incluídos en esta clase de hombres están los que ridiculizan la muerte de Jesucristo cómo necesaria para suministrar un rescate porque, como ellos dicen, se necesita un asesinato para cumplir la voluntad de Dios.

      13. ¿Cómo demuestran ellos que no creen en el rescate, lo cual los coloca en una clase descrita por Pedro?

      13 Por eso hallamos a hombres religiosos, aun líderes, que realmente niegan el mérito rescatador de Jesucristo. Sí, ellos hablan acerca de las “eternas verdades del evangelio cristiano,” pero a sus ojos los principios incluídos en los Diez Mandamientos más los nuevos mandamientos que Cristo enseñó, el amor a Dios, el amor al prójimo hasta morir por él—éstas son las cosas “que transforman las vidas de los hombres, y son la única esperanza que se deriva de la operación salvadora de Cristo en este mundo.” Por sus propias palabras y hechos no creen que la vida de Jesucristo, entregada en muerte sacrificatoria, realmente sirvió para abrirle el camino a la humanidad para que ésta consiguiera de nuevo esa perfección de carne y unidad con Dios que Adán primeo perdió por su pecado de rebelión. Ellos, en realidad, repudian a Cristo como su redentor y salvador, y no creen que el valor de su sangre derramada fue el precio pagado a Dios par volver a conseguir para la humanidad los derechos a la vida perdidos por Adán. Pretendiendo ser siervos de Dios, realmente son maestros falsos. Cuán exactamente los describe Pedro: “También habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismos introducirán calladamente sectas destructivas y hasta repudiarán al mismo dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada.”—2 Ped. 2:1; 1 Cor.1:18, NM.

      14. ¿Qué impacto total de verdad tiene que ser apreciado por las personas honradas?

      14 Toda persona interesada en la vida tiene que apreciar todo el impacto de la verdad de que las Sagradas Escrituras son abrumadoramente específicas y definidas en dar a conocer que sólo mediante el mérito rescatador de Jesucristo le será posible a persona alguna alcanzar la salvación. Además, todo el que consiga la salvación tiene que cumplir con las condiciones del rescate y de esa manera llenar los requisitos conforme a las normas de Dios. En el análisis final, las filosofías de los hombres y todo el conocimiento mundano y razonamiento humano que puedan aplicar contra las Escrituras de nada servirán. La Palabra de Dios es segura, firme, y puede confiarse en ella como viniendo de aquel que tiene todo el conocimiento y quien posee todo el poder para respaldar su palabra y cumplirla. Correctamente nos dirigimos a él para una explicación del puesto de su Hijo en el propósito divino en lo que se relaciona a la salvación del género humano.

      15. ¿Qué significa “rescatar,” y por qué está toda la raza humana en necesidad de ello?

      15 “Rescatar” significa “redimir de cautiverio, esclavitud, castigo o cosa semejante, pagando un precio; comprar de servidumbre; librar, como de pecado, su castigo, o cosa semejante; ser el Redentor de.” (New International Dictionary de Wébster, 2da edición) Que la humanidad desde el Edén ha estado en servidumbre al pecado y su castigo, la muerte, es un hecho reconocido. “¡He aquí, en iniquidad nací yo, y en pecado me concibió mi madre!,” dijo David. (Sal. 51:5) Esa confesión de servidumbre no aplicó únicamente a David mismo, porque Pablo confirma que esto es cierto de toda la raza humana, cuando dice: “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y la muerte por medio del pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado.” (Rom. 5:12, NM) La entera raza humana ha estado y está en servidumbre, esclavitud, lo que resulta en muerte, y necesita un Rescatador para efectuar liberación si la libertad plena del Edén en su perfección ha de realizarse alguna vez de nuevo.—Heb. 2:15, NM.

      16. ¿Sobre qué condiciones pudiera recobrarse el hombre del castigo de muerte que trajo el pecado?

      16 La muerte viene al hombre justamente, mediante la operación de las leyes justas y perfectas de Jehová. No fué injusticia de parte de Dios, pues el hombre mismo se acarreó esta esclavitud con su castigo de muerte. En armonía con la justicia, Dios pudiera haber permitido que la muerte reinara sobre los hombres durante todo el tiempo por venir, pero su gran cualidad de amor y misericordia lo impulsa a suministrar una salida para los hombres que se inclinan hacia la justicia. Al ejercer su misericordia, sin embargo, Jehová no puede desatender o pasar por alto la justicia del castigo que el juicio de muerte falló contra el hombre. “Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie”—esto expresa las condiciones y principios bajo los cuales Dios siempre ha operado. (Éxo. 21:23, 24) Consecuentemente lo que Jehová había decretado como el castigo por el pecado de la humanidad, a saber, la muerte, sólo podía ser levantado mediante el pago de un rescate o precio correspondiente. Si pudiese encontrarse a uno que quisiera y pudiera pagar este rescate, cumpliendo así la ley justa de Jehová, entonces Su misericordia podría extenderse hacia la humanidad. Jesucristo era el que quería y podía comprar al hombre y librarlo de su servidumbre.

      17. ¿Cómo se demuestra el gran amor de Dios en este respecto?

      17 Que fué el amor y misericordia de Jehová lo que impulsó a Cristo a suministrar el pago de un rescate se demuestra plenamente en Juan 3:16 (NM): “Porque Dios amó tanto al mundo que dió a su Hijo unigénito, para que todo aquel que ejerza fe en él no sea destruído sino tenga vida eterna.” Fué una acción iniciada por Dios, y fué acompañada por la buena voluntad de su Hijo, que se mostró listo para cumplir con las condiciones de la justicia en cuanto a pagar el rescate. “En esto el amor de Dios fué hecho manifiesto en nuestro caso, porque Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que consiguiésemos la vida por medio de él. El amor consiste en esto, no que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio propiciatorio para nuestros pecados.” (1 Juan 4:9, 10, NM) Jesucristo quiso pagar el precio rescatador, por amor a Jehová y al hombre caído.

      18. ¿Fué el requisito de un rescate algo nuevo para Dios?

      18 No fué cosa nueva para Jehová el exigir así un pago rescatador. Simplemente siguió el mismo principio fundamental en que se basó en sus tratos con Israel como el Rescatador o Redentor de esa nación. Él dijo de sí mismo: “Porque yo soy Jehová tu Dios, el Santo de Israel, Salvador tuyo: yo dí a Egipto por tu rescate, y a Etiopía y a Sabá en lugar de ti. Desde que fuiste precioso en mi vista, has sido honorable, y yo te he amado; por tanto daré hombres en lugar de ti, y pueblos por tu vida.” (Isa. 43:3, 4) Los estatutos del pacto de la ley dado a Israel hicieron provisión para el pago de un rescate como redención por la vida de una persona en ciertas clases de delitos. La capitación de medio siclo por cada hebreo se consideró como rescate para hacer propiciación por su vida. (Éxo. 21:28-32; 30:12-16) La ofrenda anual de un novillo y de un macho cabrío por los pecados del pueblo servía como expiación o rescate que Jehová reconocía y aceptaba.—Lev. 4:1-35; 5:1-19; 16:1-31; Pro. 21:18.

      19. ¿Cómo es cosa difícil el pago de un rescate?

      19 En el caso del hombre, el rescate que Dios exigía para restaurar la perfección y vida eterna no podía pagarse con plata, oro y otras cosas preciosas, ni mediante la sangre de animales, pues estos pagos no corresponderían o serían iguales a la vida perfecta que Adán perdió para toda la humanidad. (1 Ped. 1:18, 19, NM) A “todos los habitantes del mundo . . . así los de humilde como los de encumbrada condición” el Salmo 49 indica que el hombre jamás puede dar a Dios un rescate por su vida, “porque la redención de su alma [vida, NC] es costosa, y no se logrará jamás.” Resulta, entonces, que a menos que Jehová suministrara el medio de pagar el rescate correspondiente, jamás habría un recobro del pecado y muerte. Dios hizo esta provisión concediendo a su Hijo unigénito el privilegios de entregar una vida humana perfecta en sacrificio.—Gal. 4:4, 5, NM.

      20. ¿Cuál fué la actitud de Cristo tocante a este proceder sacrificatorio trazado para él?

      20 Jehová no tuvo que forzar a su Hijo a emprender este proceder sacrificatorio, sino que Jesús quiso hacerlo voluntariamente y lo prosiguió cuando percibió que era la voluntad de su Padre. Dice Pablo concerniente a él: “No dió consideración a un arrebatamiento, a saber, que debía ser igual a Dios. No, sino que se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y vino a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, cuando se halló en forma de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento.” (Fili. 2:6-8, NM) Jesús mismo confirma su propia disposición a entregar su vida en sacrificio, diciendo: “Por esto es que el Padre me ama, porque yo entrego mi alma [vida], a fin de que vuelva a recibirla. Nadie me la ha quitado, sino que la entrego de mi propia iniciativa.” (Juan 10:17, 18, NM, margen) Como el cordero sacrifica torio de Dios, Jesucristo avanzó constante, voluntaria y resueltamente hacia su sacrificio en el madero de tormento, con la apreciación plena de la habilidad que esto le daría para suministrar el rescate para la humanidad creyente.—Isa. 53:7.

      21. ¿Cómo en su bondad amorosa suministró Jehová una base para creer en el rescate de Jesucristo?

      21 Sin duda fué en un tiempo distante antes de su venida milagrosa a la tierra que Jesús en su existencia prehumana expresó su buena disposición a suministrar el rescate. Tiene que haber sido así, porque mediante Abrahán, mucho antes del advenimiento terrestre de Jesús, Jehová ilustró cómo daría a su Hijo en sacrificio, y cómo ese Hijo de su propio albedrío entregaría su vida. (Gén. 22:1-19) En seguida de esta representación profética por Abrahán, Jehová hizo la promesa de que “serán bendecidas en tu simiente todas las naciones de la tierra,” la cual “simiente” Pablo identificó como el Cristo. Por eso Dios estaba demostrando que, en un tiempo determinado del futuro desde el día de Abrahán, su propio Hijo amado vendría para hacer el gran sacrificio. En su Palabra escrita. Jehová estaba colocando un fundamento para que hombres inclinados hacia la justicia pudieran cifrar su esperanza en este gran acontecimiento y las bendiciones indecibles que éste les haría posible. Se estaba estableciendo un registro digno de confianza mediante el cual los hombres podrían identificar al que suministra el rescate para ellos. (Pro. 8:22-36; Juan 8:58, NM) Una gran liberación estaba ahora a la vista, pero con toda certeza vendría mediante el rescate de Jesucristo.

  • “Liberación mediante rescate”
    La Atalaya 1954 | 15 de junio
    • “Liberación mediante rescate”

      “Por medio de él tenemos la liberación mediante rescate por la sangre de ése, sí, el perdón de nuestras transgresiones, conforme a las riquezas de su bondad inmerecida.”—Efe. 1:7, NM.

      1. ¿Cómo fueron deficientes los sacrificios bajo la Ley, no efectuando una “liberación” eficaz, pero qué propósito sirvieron?

      DEBIDO a nacer en pecado y ser formados en iniquidad, los hombres se hallaban condenados a vivir en pecado y pagar la pena, la muerte. Bajo la ley mosaica dada a Israel los pecados del pueblo eran perdonados de manera figurada mediante los sacrificios animales que el sumo sacerdote hacia y ofrecía. No obstante en un sentido verdadero la sangre de toros no efectuaba una liberación real de naturaleza permanente del castigo del pecado, la muerte; porque todos los que se amoldaban a la ley con el tiempo morían. Además, los sacrificios tenían que repetirse a intervalos regulares. El pacto de la ley realmente era una “sombra de las cosas por venir,” ilustrando lo que Dios haría mediante su Hijo, Jesucristo. (Heb. 10:1-3, NM) “En consecuencia, la Ley ha llegado a ser nuestro maestro para guiarnos a Cristo, para que seamos declarados justos por causa de la fe.”—Gál. 3:24, NM.

      2. ¿Qué parte importante desempeñó la sangre bajo la Ley, pero cómo efectuó un gran cambio la venida de Jesús?

      2 Pero aun bajo el arreglo de la ley la justicia era imputada sólo mediante el derramamiento de sangre. Al considerar el sacrificio y rescate de Jesús tenemos que tener presente la llana declaración de la Escritura de que “a menos que se derrame sangre, ningún perdón se efectúa.” Por eso Israel mediante el sumo sacerdote continuamente ofrecía la sangre de animales para conseguir, en un sentido figurativo, liberación anual de los pecados. Pero con la venida de Jesucristo hay un gran cambio, porque “él entró, no, no con la sangre de cabras y de novillos, sino con su propia sangre, una vez para siempre en el lugar santo y obtuvo una exoneración eterna para nosotros.” (Heb. 9:22, 12, NM) Ya no era necesario ofrecer periódicamente sangre animal, porque aquel que fue prefigurado por estos sacrificios animales había venido y establecido una liberación eterna. Ahora se trataba de llenar los requisitos para recibir el beneficio de esa liberación mediante rescate.

      3. ¿De qué manera fué superior el sacrificio de Jesús?

      3 La entrada de Jesucristo para hacer propiciación por los pecados de la humanidad y así efectuar una liberación no fué una entrada en algún templo terrestre. “Porque Cristo entró, no en un lugar santo hecho por manos [como lo hacía el sumo sacerdote de Israel] el cual es una copia de la realidad, sino en el cielo mismo, para comparecer ahora ante la persona de Dios a favor nuestro . . . . el Cristo fué ofrecido una vez para todo tiempo para soportar los pecados de muchos.” (Heb. 9:24-28, NM) Fué en la presencia de Jehová en el cielo que Cristo compareció, después de su resurrección, para ofrecer el mérito de la sangre vital perfecta que había derramado, esto para efectuar una liberación permanente para los de la humanidad que ejercieran fe en el mérito de ese rescate. Pedro confirma que es la sangre derramada de Jesús la que suministra el mérito rescatador: “Porque ustedes saben que no fué con cosas corruptibles, con plata y oro, como rescate que ustedes fueron librados de su forma inútil de conducta recibida por tradición de sus antepasados. Sino que fué con sangre preciosa, semejante a la de un cordero inmaculado y sin tacha, la de Cristo.”—1 Ped. 1:18, 19, NM.

      4. ¿Por qué es insensatez considerar como innecesaria la muerte sacrificatoria de Jesús?

      4 Se ve así que la sangre vital del hombre perfecto Jesús, derramada en muerte sacrificatoria, tiene un mérito salvador a favor de los que ejercen fe en ella. Por consiguiente es la sangre dada en sacrificio la que se necesita para efectuar la salvación del mundo, no sólo las “profundas, substanciales y eternas verdades del evangelio cristiano.” No habría ninguna liberación sin la sangre derramada. Las Escrituras recalcan esta verdad sobresalientemente. Es absolutamente insensato, entonces, considerar el proceder de Jesús de sacrificarse él mismo como esencialmente innecesario para su obra de salvador del mundo. Si el mérito de la sangre derramada no se aplica a favor de una persona, tal persona no tiene esperanza alguna de conseguir vida eterna. La sangre perfecta vital de Jesucristo correspondió al valor de la vida que Adán perdió. Cuando Jesús ascendió de entre los muertos y subió al cielo, tenía en su posesión el derecho a la vida humana perfecta con todas sus perspectivas, exactamente lo que Adán mediante el pecado de desobediencia había perdido para la raza humana. Este precio rescatador Jesús lo entregó en la presencia de Dios y en cambio por él recibió la raza humana con el propósito de dar a los miembros merecedores de ella la oportunidad de con seguir vida eterna.—Rom. 5:15-19, NM.

      5 ¿Qué gran pregunta se plantea, y cómo resulta en daño para los hombres la manera incorrecta de ver los asuntos?

      5 Esto coloca en primer plano la pregunta de a quiénes aprovecha el rescate. ¿Aprovecha a todos los hombres, sean buenos o malos? ¿No fué el gran amor que Dios le tenía a todos los hombres lo que lo hizo dar a su Hijo? ¿Y no apoya eso el punto de vista de muchos de que todos tienen que ser salvos finalmente, incluso Adán mismo, y hasta el Diablo? Categóricamente no, porque nada podría estar más lejos de la verdad. El adherirse a dicha teoría de salvación universal resulta en gran daño para los hombres, porque ciega a éstos al verdadero propósito del rescate. Los adormece dándoles un sentido falso de seguridad e irresponsabilidad, porque les dice que todo saldrá bien al fin, prescindiendo de lo que hagan o cómo vivan. Mediante la creencia en “salvación para todos” dejan de ver la necesidad de examinar el propósito de Dios y averiguar sobre qué base pueden llenar los requisitos para “liberación mediante rescate por la sangre” de Jesucristo.

      6. ¿Qué hechos sencillos apoyan el punto de vista correcto?

      6 Deténgase, piense y examine algunos hechos sencillos. Cuando Jesús estuvo sobre la tierra y predicó el arrepentimiento, algunos le oyeron y creyeron y otros despreciaron su enseñanza. A los que oyeron y creyeron y ‘permanecieron con él en sus pruebas’ Jesús prometió grandes bendiciones en el Reino. (Luc. 22:28-30, NM) Y dijo que otras ovejas en tiempos posteriores escucharían con fe y recibirían bendiciones, también. Pero a los judíos incrédulos que lo rodeaban y se mofaban de su mensaje demandando saber si él era el Cristo, Jesús contestó: “Se lo dije y no obstante ustedes no creen. . . . ustedes no creen, porque ustedes no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y me siguen. Y yo les doy vida eterna, y ellas de ninguna manera serán destruídas jamás.” (Juan 10:16-30, NM) Esos incrédulos trataron de apedrear a Jesús más tarde. La promesa de un rescate a la vida eterna absolutamente no se ofreció a ninguna de dichas personas, sino sólo a los creyentes, las “ovejas.”

      7. ¿Qué situación embrolladora presenta Mateo 23 para los que creen en “salvación para todos”?

      7 Los proponentes de la “salvación para todos” tienen que cerrar los ojos al severísimo testimonio que Jesús dirigió contra los falsos maestros de su día, los escribas y fariseos. Pretendiendo adorar a Dios, ellos hacían toda suerte de mal. Jesús no predijo nada bueno para ellos, sino sólo aflicción tras aflicción. Enérgicamente indicó cuán absolutamente imposible era para ellos escaparse del juicio del Gehena (la destrucción) a manos de Jehová debido al proceder inicuo de ellos. ¿Diría usted, entonces, que él murió para suministrar un rescate para ellos? ¿Podrían ser rescatados y también destruídos? ¡Seguramente que no, como cualquier persona que razona tiene que admitir! Empero Jesús sí les dijo que estaban condenados; de modo que no podría haber rescate para ellos.—Mateo 23,NM.

      8. ¿Qué punto de vista apoyan las instrucciones de Jesús a sus discípulos?

      8 Las instrucciones que Jesús dió a sus discípulos añaden peso a la verdad de que el rescate no aplicaría a todos los hombres individualmente, porque, él dijo: “Dondequiera que alguien no los reciba o escuche sus palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad sacúdanse el polvo de los pies. Verdaderamente les digo: Le será más soportable a la tierra de Sodoma y Gomorra en el Día de Juicio que a esa ciudad.” (Mat. 10:14, 15, NM) Él estaba mostrando clara y distintamente cuán absolutamente imposible era que los incrédulos o los inicuos voluntariosos recibieran el provecho del rescate, porque Sodoma y Gomorra fueron irrevocablemente condenadas y destruídas, más allá de cualquier recobro posible.

      9. ¿Cómo existe una diferencia entre la posición de Satanás, Adán y la humanidad en general?

      9 Satanás el Diablo es el dios de este mundo basado en mal e iniquidad. Es un deliberado y voluntarioso pecador y violador de la soberanía de Dios. Para él no hay recobro, sino sólo una inevitable destrucción. El hombre Adán voluntariosa y deliberadamente escogió el mismo proceder de rebelión adoptado por Satanás, y Dios con justicia le dió muerte. Pero para la prole de Adán la situación es diferente, porque ella nació bajo condenación como resultado del acto voluntarioso de Adán, empero no debido a algo que ella misma hubiera hecho. (Rom. 16:20; Apo. 20:10, NM; Ose. 6:7; Rom. 5:14, NM) Por consiguiente, para ella Jehová suministró la oportunidad de recobro de esta esclavitud por una liberación por rescate mediante Jesucristo.

      10. ¿Qué transformación tiene que efectuarse en la vida de uno a quien el rescate aprovecha?

      10 En los días cuando Jesús predicó las buenas nuevas, no todos los descendientes de Adán que vivían entonces oyeron y creyeron, y por lo tanto no todos vinieron a estar bajo el rescate que más tarde Jesús hizo asequible. Por otra parte, en el caso de los que creyeron, una maravillosa transformación se produjo en su vida, como fué cierto con los apóstoles. Por eso hoy aquellos a quienes finalmente aprovecha el rescate primero tienen que efectuar una transformación en su vida. Significa más que abstenerse del mal y mantener una posición neutral o apartada de la iniquidad declarada, teniendo esperanza así de rescate debido al hermoso carácter formado mediante los propios esfuerzos de uno. Más bien, requiere oír y creer las buenas nuevas que Jesús predicó, las cuales, de acuerdo con su promesa, están siendo predicadas hoy por toda la tierra. Significa actividad de manera positiva para apoyar todo el arreglo de Jehová Dios para el establecimiento de un nuevo mundo, para lo cual la sangre de Jesús suministró una base. El Diablo y todos los que son de ánimo semejante, pecadores deliberados, no apoyarán al nuevo mundo. Ni les aprovechará el rescate, ni jamás experimentarán ellos liberación de la esclavitud a su propia voluntad egoísta, la cual los conduce a la muerte.

      11. ¿Cómo manifiesta la ilustración de las “ovejas” y las “cabras” que el rescate es limitado? ¿Por qué?

      11 Al describir la división de la gente de la tierra en dos clases, ovejas y cabras, como resultado de la predicación del mensaje del Reino, Jesús predijo la destrucción para la clase de las “cabras” pero el rescate y vida para la clase de las ovejas.” Generalmente se admitirá que el pecado de un solo hombre, Adán, trajo la muerte a todos los hombres; pero es igualmente cierto que “por un acto de justificación [por parte de Jesucristo] el resultado a toda clase de hombres es el declararlos justos para la vida.” (Rom. 5:18; Mat. 25:45, 46; Juan 3:36, NM) Estos, de “toda clase de hombres,” son las ovejas” que oyen y creen en el mérito rescatador de Jesucristo, y quienes manifiestan su creencia por sus obras y manera de vivir. Estos son los que tienen el mérito rescatador de la sangre de Jesús aplicado a favor suyo, porque reconocen su valor y solicitan sus beneficios de acuerdo con las condiciones que Jehová especifica en su Palabra.

      12. ¿Qué hechos adicionales manifiestan que el rescate tiene un límite?

      12 Cuidadosamente note que en estas “ovejas” no están abarcados todos los hombres de todas las naciones prescindiendo de su creencia o costumbres de vida. Por cierto que no, porque tenemos que recordar que el propósito principal de Jesucristo es vindicar el nombre de su Padre, que ha sido reprochado. Asimismo el propósito principal del rescate, en armonía con esto, es capacitar a Jesús a comprar o redimir de la pena de muerte a los hombres que mediante su fe y devoción probaran que el Diablo es mentiroso. Resulta que si algunos hombres, mediante su voluntarioso hundimiento en el mal y completo desprecio del mensaje salvador de las Santas Escrituras, se muestran opositores a la verdad y la justicia, no tienen ninguna esperanza en el mérito del rescate de Cristo. “Así es como será en la consumación del sistema de cosas: los ángeles saldrán y separarán a los inicuos de entre los justos y los echarán al horno ardiente.”—Mat. 13:40, 50, NM; Isa. 26:10.

      13. ¿Cómo señala la Biblia el elemento selectivo del rescate?

      13 La Biblia misma tiene cuidado de señalar lo selectivo de la compra mediante rescate, diciendo de Jesús: “Fuiste degollado y con tu sangre compraste personas para Dios de entre toda tribu y lengua y pueblo y nación.” (Apo. 5:9, NM) Note que los comprados o rescatados para la congregación cristiana, el “sacerdocio real” celestial, fueron “personas” de toda tribu, lengua, pueblo y nación. No se compran pueblos y naciones enteros al por mayor. ¿Por qué no? Porque no llenan los requisitos para recibir los beneficios del rescate. Es cosa difícil para el hombre recto llenar dichos requisitos debido a las grandes pruebas de fe implicadas. “Y si el hombre justo está salvándose con dificultad, ¿dónde aparecerán el hombre impío y el pecador?”—1 Ped. 4:18, NM.

      14. ¿Qué otro registro bíblico apoya la disponibilidad del rescate para todos los hombres, pero de acuerdo con las condiciones específicas de Dios?

      14 Una manera semejante de ver a los rescatados se describe en el Apocalipsis 7:9, 10, y ellos vienen de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Sí, es la voluntad de Dios “que hombres de toda clase sean salvados y lleguen a un conocimiento acertado de la verdad.” (1 Tim. 2:4, NM) Así que él no muestra parcialidad, sino que concede a todos la oportunidad de recibir la vida por medio del rescate, pero tampoco hace que los hombres reciban el beneficio del rescate contra lo que ellos escojan por sí mismos. Él no debe nada a los hombres, “porque todos han pecado y están lejos de la gloria de Dios,” pero en su bondad amorosa él ofrece la vida como una dádiva, porque “es como un don gratuito que ellos están siendo declarados justos por su bondad inmerecida mediante la liberación por medio del rescate pagado por Cristo Jesús.” Pero los hombres tienen que buscar y aceptar esa dádiva con agradecimiento, como la aceptó el apóstol Pablo, quien exclamó: “Gracias sean dadas a Dios por su indescriptible don gratuito.”—Rom. 3:23, 24; 2 Cor. 9:15, NM.

      15. ¿Cómo es que la “grande muchedumbre” no puede abarcar a todos los hombres?

      15 Se muestra a la “grande muchedumbre” del Apocalipsis 7:9 como teniendo una posición favorable ante Dios porque “han lavado sus mantos y los han emblanquecido en la sangre del Cordero,” y por lo tanto el mérito rescatador de la sangre ha sido aplicado a favor suyo. Seguramente ninguno de los voluntariosamente inicuos, de hombres o ángeles, está incluído en este grupo que se representa como recibiendo el provecho del rescate. No podría ser así, porque los inicuos de ninguna manera sirven a Dios, y no obstante a esta “grande muchedumbre” se le describe como rindiéndole “servicio sagrado día y noche.” Son personas de todas partes que han oído las buenas nuevas y dejado las tinieblas de este mundo para andar en la luz; y, como Juan dice: “si estamos andando en la luz así como él mismo está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.”—Apo. 7:14, 15; 1 Juan 1:7, NM.

      16. ¿A qué “mundo” amó Dios tanto que fué impulsado a dar su Hijo? ¿Y qué tiene que demostrar cada persona respecto a esto?

      16 Claramente, entonces, fué el nuevo mundo de justicia el que Dios amó tanto que dió a su Hijo con el objetivo de suministrar la base para el establecimiento de éste mediante el derramamiento de su sangre. Es un mundo que ahora se ha acercado y que será habitado por gente que acepta la dádiva gratuita de vida y que ha sido libertada de la condenación de pecado y muerte heredados del padre común Adán. Y es en cuanto a esto que cada persona tiene que demostrar su deseo personal de que el mérito rescatador aplique a favor suyo mediante convencimiento y obras rectas. Aquí es donde la “liberación mediante rescate” para todos los hombres individualmente queda excluída, porque no todos escogen servir a Dios y aceptar la dádiva gratuita. ¿Qué, entonces, se requiere para ser incluídos en la liberación?

      17. ¿Cómo fue la situación con Abrahán semejante a la de nosotros?

      17 Bueno, tenemos que tener fe de la misma clase que Abrahán tuvo y, semejantes a él, tenemos que respaldar esa fe con obras. Abrahán creyó a Jehová y ‘se le contó como justicia.’ (Gén. 15:6, NM) Debido a su fe Abrahán tuvo una posición buena ante Dios y por esto tendrá una resurrección y las bendiciones de la vida del nuevo mundo, hechas posibles por el rescate de Cristo. Pablo arguye que la expresión “‘se le contó’ fué [escrita], empero, no por causa de él únicamente, sino también por causa de nosotros a quienes está destinada a ser contada, porque creemos en aquel que levantó a Jesús nuestro Señor de entre los muertos. Él fué entregado por causa de nuestras transgresiones y fué levantado para que fuéramos declarados justos.”—Rom. 4:22-25, NM.

      18. ¿Cómo es que el rescate no falla a los hombres de fe de días pasados?

      18 Pablo mismo y otros creyentes del día de Jesús entregaron sus vidas terrestres en sacrificio, porque todos ellos murieron fieles a Dios. Su fe, semejante a la de Abrahán, les fué contada como justicia con Dios. Les dió una posición favorable y los colocó en situación de recibir la “liberación mediante rescate” y todos sus beneficios entonces por imputación. Debido a probarse fieles como cosacrificadores de Cristo hasta la muerte ellos recibirán una resurrección a la vida celestial para ser coherederos de la gloria del Reino con Cristo. A Daniel, que fué un hombre de fe como Abrahán, se le dió la promesa de que aunque muriera antes de la primera venida de Cristo, no obstante su posición justa ante Dios no dejaría de serle provechosa, porque, dijo Dios, “descansarás, y te levantarás al goce de tu herencia al fin de los días.” (Dan. 12:13) Mantenidos en la memoria de Dios están todos esos hombres de fe, y el rescate de Jesucristo no les fallará en la nueva tierra del nuevo mundo que ya se ha acercado.

      19. ¿Qué gran selección está delante de todos los hombres hoy, y qué cosa es absolutamente necesaria por parte de ellos?

      19 Hoy nos hemos acercado al fin de este viejo sistema de cosas. Eso señala el tiempo de dar amonestación final a todas las naciones, y el tiempo en que se acerca la completa “liberación mediante rescate” para hombres de toda clase que prueben ser de buena voluntad. Delante de todos nosotros hay una gran selección, a saber, aceptar la dádiva de Dios o desecharla. En cumplimiento de la predicción acertada de Jesús, las buenas nuevas del Reino están siendo predicadas en toda la tierra habitada como testimonio. (1 Cor. 10:11; Mat. 24:14, NM) Las personas que oyen, antes de que puedan colocar su esperanza en las grandes bendiciones del Reino, tienen que ejercer fe en la sangre derramada de Jesucristo. Tienen que apreciar la eficacia de su sangre, cómo ésta hace accesible el camino a la vida en ese nuevo mundo. Tienen que estar firmemente convencidas de que hay “un solo mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, el cual se dio a sí mismo como rescate correspondiente par gente de toda clase.” (1 Tim. 2:5, 6, NM, margen) Tienen que confesar a Jesucristo como su salvador, por la bondad inmerecida de Jehová, y buscar su acceso a Dios por medio de él, conforme a la manera delineada en la Palabra de Dios. Esto significa que tienen que dedicarse a él mediante Cristo conforme a los principios de la justicia explicados en las Santas Escrituras, ser fieles siervos de Dios y demostrar su fe mediante obras.

      20. ¿Por qué quedan excluídas las simples expresiones de fe? ¿Y qué se requiere verdaderamente?

      20 Significa más que unirse a una emocional “reunión de reavivamiento” religiosa, levantar la mano y decir que uno es salvo. Significa más que abrir la boca para decir: “Sí, creo en Jesucristo y en su sangre derramada.” Si eso fuera todo lo que se necesitara, cualquiera pudiera hacer eso, incluyendo a los borrachos, fornicadores, idólatras y asesinos. Pero las Escrituras manifiestan claramente que personas de esa clase no llenan los requisitos para el rescate. (1 Cor. 6:9; Gál. 5:20, 21, NM) Lo que se requiere más bien es el desarrollo de un nuevo modelo de vida y el rechazar al antiguo. Significa un esfuerzo concienzudo para dejar que las acciones y vida de uno sean gobernadas por los principios fijos de la Palabra de Jehová, y el mantener la esperanza y deseo de uno puestos firmemente en el nuevo mundo de justicia. Significa seguir el consejo del apóstol Juan, quien dijo de este presente y corrompido sistema de cosas: “No estén amando al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; . . . Además, el mundo está desapareciendo y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”—1 Juan 2:15-17, NM.

      21. Por eso ¿qué ha de hacerse?

      21 Por eso ¿qué hacer, entonces? “Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse con la nueva personalidad, la cual por medio de conocimiento acertado está siendo renovada de acuerdo con la imagen del que la creó, . . . que la paz del Cristo gobierne en sus corazones, . . . Que la palabra del Cristo resida en ustedes ricamente con toda sabiduría. . . . Y cuanto hagan en palabra o en obra, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.”—Col. 3:9-17, NM.

      22. ¿Puede usted hacerlo? ¿Por qué y cómo?

      22 Si usted hace esto estará caminando en la luz y siguiendo un modelo de vida que le garantizará la salvación. Pero usted dice: “¿Cómo puedo yo hacer esto? ¿Es posible que yo haga cambio tan completo cuando toda mi vida he sido educado en los caminos del viejo mundo?” Sí, es posible, de otro modo Jesucristo no hubiera muerto para salvar hombres de toda clase de todas las tribus, lenguas y naciones. Y éstos no podrían sacar ningún provecho de este rescate si no les fuera posible cambiar y formar un nuevo modelo de vida. De modo que ¡usted puede hacerlo! Por lo tanto “Dios, después de producir a su Siervo, lo envió para bendecirlos volviendo a cada uno de sus actos inicuos.” “Por lo tanto, arrepiéntanse, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de la persona de Jehová y para que él envíe al Cristo señalado para ustedes, Jesús, a quien el cielo, verdaderamente, debe contener dentro de sí mismo hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de las cuales Dios habló por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.”—Hech. 3:26, 19-21, NM.

      23. ¿Dónde se principia? ¿Y cómo está implicado el corazón?

      23 ¿Cómo comenzará usted? Bueno, primero deseche todas las ideas religiosas falsas que pueda usted tener concernientes al rescate de Jesús como aplicando a todos los hombres. Y deseche las enseñanzas que le dicen a usted que todo lo que necesita hacer para conseguir la aprobación de Dios es llevar una vida decente y tratar a otros como usted quiere que le traten. Sí, usted tiene que desechar estas ideas que se le han enseñado toda la vida y tiene que comenzar a llenar la mente con las enseñanzas correctas de las Sagradas Escrituras. Usted tiene que ‘dejar de amoldarse a este sistema de cosas, mas transformarse rehaciendo su mente, para que pruebe para sí mismo la buena, la aceptable y la completa voluntad de Dios.’ (Rom. 12:2, NM) Su mente es donde usted tiene que comenzar, absorbiendo la verdad de la Palabra de Dios sin adulteración religiosa falsa de clase alguna. Esta verdad rebosará en su corazón, también, y lo encaminará a usted en dirección a la salvación al incitarlo a obras rectas.

      24. Si usted no llegará a ser perfecto ahora, ¿qué logra para usted este proceder sabio?

      24 Esto no significa que usted ahora llegará a ser perfecto en la carne. Ni significa que usted será admirado por todos los hombres, que lo alabarán a usted por su alta vida moral. Pero sí significa que usted tendrá una posición justa ante Dios y su servicio a él será aceptable; y que el mérito del rescate de Cristo por lo tanto aplicará a favor suyo, porque usted lo busca de la manera apropiada. Su fe se manifestará en sus obras, y usted ocupará su lugar con otros fieles siervos de Dios, pasados y presentes, y gozará “de paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, mediante quien también hemos logrado acercarnos por medio de la fe a esta bondad inmerecida en que nos mantenemos ahora.”—Rom. 5:1, 2, NM.

      25. ¿Qué conocimiento y confianza le traerá esto a usted?

      25 En dicha posición, con continua aplicación de su mente y corazón al estudio del maravilloso camino de Dios para la salvación, y de sus manos en obras de alabanza, usted permanecerá inmovible ante todo lo que venga. (Rom. 5:3-5, NM) Usted tendrá plena confianza en Jehová Dios, estando plenamente consciente de su gran amor para el nuevo mundo y los que se esfuerzan por entrar en él. Usted se fortalecerá con el conocimiento de que “Dios recomienda su propio amor a nosotros en esto, que siendo todavía pecadores, Cristo murió por nosotros. Mucho más, pues, dado que hemos sido declarados justos ahora por su sangre, seremos salvados mediante él de la ira. Porque si por la transgresión de un hombre la muerte gobernó como rey por medio de ése, mucho más gobernarán como reyes en la vida por medio de la una persona, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la bondad inmerecida y del don gratuito de justicia.”—Rom. 5:8, 9, 17, NM.

      26. ¿De volver a qué condición tiene usted que guardarse? ¿Por qué?

      26 Usted no será adormecido de modo que tenga un falso sentido de seguridad con la creencia de que Dios tiene que aplicar el mérito rescatador de Jesucristo a favor suyo, sino que usted apreciará que la liberación completa mediante el rescate es un maravilloso don y será recibido sólo por los hombres que lo buscan en el camino angosto que Dios ha suministrado. Por eso usted se guardará de volver a los caminos y prácticas malas del viejo mundo, de un salto voluntarioso de nuevo al pecado, sabiendo que de eso sólo puede resultar la muerte; “porque si practicamos el pecado voluntariosamente después de haber recibido el conocimiento acertado de la verdad, ya no queda ningún sacrificio por los pecados, sino que hay cierta horrenda expectación de juicio y hay un celo ardiente que va a consumir a los que se oponen.”—Heb. 10:26, 27, NM.

      27. ¿Cuál es la llave para entender el propósito de Dios al suministrar el rescate?

      27 No se equivoque acerca de ello, Jehová Dios tiene un propósito muy definido al suministrar el rescate para la humanidad, y la llave para ese propósito yace en la vindicación de su propio nombre grandioso. La edificación de un nuevo mundo, incluyendo el comienzo de nuevo de una sociedad humana que lo adorará, es parte de su propósito en la vindicación de él mismo como el soberano eterno. Esto nos ayuda a entender por qué él arregla el pago de un rescate mediante Cristo Jesús, porque por medio de él un núcleo de hombres llenará los requisitos para participar en la “nueva tierra” después del Armagedón y en producir hijos y educarlos en los caminos de Dios. “Pues la bondad inmerecida de Dios que trae salvación a hombres de toda clase se ha manifestado, instruyéndonos a que repudiemos la impiedad y los deseos mundanos y vivamos con mente sana y justicia y devoción piadosa en medio de este presente sistema de cosas, mientras esperamos la feliz esperanza y la gloriosa manifestación del gran Dios y de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien se dió a sí mismo a favor de nosotros para que mediante un rescate pudiera librarnos de toda clase de iniquidad y limpiar para sí mismo un pueblo peculiarmente suyo, celoso de buenas obras.”—Tito 2:11-14, NM.

      28. ¿Qué aparición de Jesucristo será tanto una bendición como un tiempo de aflicción? ¿Y qué examen debe hacerse cada persona ahora?

      28 La siguiente manifestación notable de Dios y su Hijo, Jesucristo, en el Armagedón, no será agradable para los que no llenen los requisitos para el mérito de su rescate. Será un acto justo por parte de Jehová, porque “es justo para con Dios pagar con tribulación a los que hacen tribulación para ustedes, pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él castigo merecido sobre los que no conocen a Dios y que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. Estos mismos pagarán la pena de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su poder, al tiempo que viene para ser glorificado en conexión con sus santos y para ser considerado en ese día con admiración en conexión con todos los que ejercieron fe, porque el testimonio que dimos se recibió con fe entre ustedes.” (2 Tes. 1:6-10, NM) No deje que lo adormezca a usted la enseñanza de que Dios tiene que salvar a todos los hombres. ¡Él no los salvará a todos! Pero sí hace disponible el rescate para “hombres de toda clase” que lo acepten de acuerdo con las condiciones que él especifica. Examine si usted se está conformando a esas condiciones o no, porque significa su vida.

  • Hallazgos de reliquias apoyan la autenticidad de la Biblia
    La Atalaya 1954 | 15 de junio
    • Hallazgos de reliquias apoyan la autenticidad de la Biblia

      ● En el Times de Nueva York del 22 de diciembre de 1953 se publicó esta novedad interesante: “El instituto de Smith pronto exhibirá al público una colección de hallazgos arqueológicos raros que sigue la huella del género humano en la historia a través de 500 siglos. La exhibición proporciona apoyo material para relatos de la Biblia que han estado en disputa. Los tesoros antiguos—armas, manuscritos, estatuaria, mosaicos y reliquias religiosas—se exhibirán en el museo desde el 10 de enero hasta el 27 de enero. Casi todos los artículos han sido desenterrados durante las pasadas dos décadas—período que ha revolucionado el entendimiento arqueológico de la época bíblica. En la exhibición estarán incluídos un pedazo de cobre de las minas del rey Salomón, una honda del tiempo de la batalla de David con Goliat, y la quijada de asno parecida a la que Sansón, según se cree, usó para matar a los filisteos.

      ● “Hoy, en una vista de antemano, William F. Albright, arqueólogo de la Universidad de John Hopkins dijo que las reliquias ‘revolucionan nuestro entendimiento de la Biblia.’ El Sr. Albright dijo que sospechaba que los tesoros recién descubiertos, a medida que fueran desenvolviéndose sus misterios, proporcionarían nuevo conflicto a la antigua controversia entre la ciencia y la religión. Los nuevos datos, sugirió él, prestarán vigoroso apoyo a las llamadas interpretaciones fundamentalistas de los relatos bíblicos. En la exhibición también se verá el manuscrito bíblico más antiguo en 1947 en una cueva olvidada. La exhibición, que cuenta con 1,500 artículos, fue reunida de museos y colecciones privadas por todo el mundo por los Fondos americanos para Institutos de Israel.”

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