BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g75 8/10 págs. 9-11
  • El fundamento para resolver los problemas de la humanidad

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • El fundamento para resolver los problemas de la humanidad
  • ¡Despertad! 1975
  • Información relacionada
  • ¿Por qué tan costoso precio de rescate?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1975
  • Base para una vida con propósito
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
  • Una muerte que trajo vida
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1964
  • El perdón de Jehová: por qué lo agradecemos tanto
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová (estudio) 2025
Ver más
¡Despertad! 1975
g75 8/10 págs. 9-11

El fundamento para resolver los problemas de la humanidad

LA CONDICIÓN pecaminosa de la humanidad y los problemas resultantes llegaron a existir debido a la pérdida de una relación apropiada con Dios, ocasionada por la desobediencia de nuestro antepasado Adán. Por lo tanto el fundamento para resolver los muchos problemas graves a que nos encaramos tiene que ser una provisión por medio de la cual podamos recobrar la filiación perfecta de la que disfrutó Adán antes de su transgresión. Tenemos que llegar a una unidad perfecta con nuestro Creador. Puesto que Jehová Dios realmente se interesa en nosotros, ya ha establecido los fundamentos para esto.

Para comprender lo que él ha hecho, las razones para ello y por qué su arreglo liberará a la humanidad de las debilidades e imperfecciones, tenemos que considerar los asuntos desde su punto de vista. La Biblia revela que Dios es justo y “santo,” puro hasta el grado superlativo. (Éxo. 39:30; Sal. 89:14; Isa. 6:3; Juan 17:11) Por eso los que son pecadores, imperfectos, inmundos o impuros no pueden por mérito propio entrar en una relación aprobada con él. (Col. 1:21) Solo lo pueden hacer si sus pecados han sido expiados. El arreglo para efectuar la expiación de los pecados tendría que estar en plena armonía con la justicia y santidad de Dios. A sus criaturas inteligentes les debería ser posible reconocer lo justo del arreglo de Dios. Para comprender lo que estaba implicado, tenemos que remontarnos hasta el mismísimo comienzo de la raza humana.

La Biblia nos dice que cuando el primer hombre Adán transgredió la ley de Dios, él se vendió a sí mismo y a su prole aún no nacida a la esclavitud del pecado y la muerte. (Rom. 5:12-19; 7:14-25) Así todos los descendientes de Adán se hallaron en necesidad de ser liberados. La justicia requería el pago de un precio.

Para ilustrarlo, un padre podría usar mal sus bienes y contraer una deuda enorme. ¿Se debería requerir que sus acreedores pasen por alto su deuda para evitar el sufrimiento a sus hijos? Después de la muerte del padre, ¿sería correcto permitir que la familia se endeudara más y más sin nunca tener que preocuparse por el despilfarro? ¿No tendría esto un mal efecto aun sobre las personas no implicadas directamente, animándolas a desperdiciar sus propios bienes y los de otras personas?

¿Cómo sería posible corregir los asuntos si los hijos estuvieran infectados con las costumbres de su padre y fueran propensos a desperdiciar bienes y recursos? ¿Cómo se podrían pagar las deudas y ayudar a los hijos a vencer sus debilidades?

Alguien fuera de la familia tendría que intervenir y hacerse cargo de las deudas. Entonces, en el caso de los hijos que dieran evidencia de realmente querer evitar el derrotero de su padre, este extraño podría asumir la responsabilidad por cualquier deuda que contrajeran hasta tal tiempo que él pudiera ayudarlos a vencer sus debilidades.

Esto es parecido a lo que Jehová Dios se propuso realizar para producir la liberación de la humanidad de la esclavitud al pecado y a la muerte. El primer paso fue proveer lo necesario para el pago del precio de redención. ¿Cuál fue el precio? Adán había usado de modo muy incorrecto su posesión, su vida humana perfecta, y la perdió al rebelarse contra Dios. Así él perdió la vida humana perfecta para sus descendientes. El precio de redención para su prole, por lo tanto, tenía que ser de un valor que correspondiera con lo que se había perdido. Esto estaría en armonía con el principio de justicia que se halla en la ley mosaica: “Alma será por alma.”—Deu. 19:21.

Ninguno de los descendientes de Adán podía proveer ese precio valioso, ya que ninguno poseía vida humana perfecta. La Biblia dice: “Ninguno de ellos puede de manera alguna redimir siquiera a un hermano, ni dar a Dios un rescate por él; (y el precio de redención del alma de ellos es tan precioso que ha cesado hasta tiempo indefinido).”—Sal. 49:7, 8.

Sin embargo, Jehová Dios proveyó ese precio valioso en la persona de su propio Hijo. Transfirió la vida de éste desde la región celestial al vientre de la virgen María. De este modo, el niño al que María dio a luz, Jesús, llegó a ser un hijo humano perfecto de Dios. (Luc. 1:35; Fili. 2:5-7) Por lo tanto el hombre Jesucristo podía entregar su vida humana perfecta en sacrificio.—Mat. 20:28.

Cuando Jesucristo lo hizo, proveyó el precio exacto que se necesitaba para rescatar o comprar la raza humana. Sin embargo, para que los individuos obtuvieran la cancelación de sus “deudas” o el perdón de sus pecados sobre la base del valor expiatorio del sacrificio de Jesús, tenían que aprovecharse de esta provisión según las estipulaciones de Dios. Habiendo provisto la base legal para el perdón de los pecados, junto con los requisitos para que se les perdonen, Jehová Dios mantiene su propia justicia cuando trata con los seres humanos imperfectos que sinceramente desean servirle. De ningún modo está él estimulando al desafuero.—Mat. 6:12; Rom. 3:25, 26; 1 Juan 1:9.

Ya han pasado más de mil novecientos años desde que la raza humana fue comprada con la sangre preciosa de Jesucristo y desde su resurrección a vida celestial inmortal. (Hech. 13:34-37) No obstante, las criaturas humanas todavía mueren. ¿Por qué? Porque el tiempo de Dios para aplicar los beneficios expiatorios del sacrificio de Cristo al grado de liberar a la humanidad de la imperfección todavía está en el futuro. (Rev. 22:1, 2) ¿Significa esto que Dios no ha hecho nada más para liberar a la raza humana de sus debilidades e incapacidades?

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir