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  • Apreciando la salvación de nuestro Dios
    La Atalaya 1973 | 15 de diciembre
    • más importantes que el iniciar una nueva familia propia. (Juan 5:30; 6:37-40) Sobre todo, Jesús estaba interesado en ver que el santo nombre y propósito de Jehová fueran vindicados en conexión con la familia humana original. Pues Dios había descansado de sus obras de creación con la confianza de que su magnífico propósito de llenar una Tierra paradisíaca con justos descendientes de Adán se efectuaría para el fin de su ‘día de descanso’ de siete mil años de duración.—Gén. 2:1-3; 1:27, 28.

      11. (a) ¿Cómo llega a ser Jesús el “Padre Eterno”? (b) ¿A quiénes adopta primero Dios como hijos espirituales?

      11 El hombre como creación de Dios había sido perfecto, y había un modo por el cual podría restaurarse la perfección. Entonces, ¿por qué debería iniciarse una nueva familia humana? Más bien, lo que se requería era el sacrificio del Jesús perfecto, para que los obedientes, amadores de Dios de entre la prole de Adán pudieran ser transferidos, adoptados por decirlo así, a la familia de Jesús, teniéndolo a él como su “Padre Eterno” en virtud del rescate. (Isa. 9:6) Pero primero en el propósito de Dios, las “primicias,” una cantidad pequeña de la familia de Adán, serían adoptadas como hijos espirituales, sobre la base de su fe en el sacrificio de Jesús, para participar con Jesús mediante una resurrección espiritual en su reino celestial sobre la familia humana.—Rom. 8:23; Sant. 1:18.

      12. (a) ¿Qué hace posible el rescate para la humanidad? (b) ¿Cómo debemos responder a la provisión del rescate?

      12 El rescate abre el camino para bendiciones incomparables para la humanidad en general... el paraíso restaurado en toda la Tierra, la supervivencia de muchos amadores de la justicia para entrar en ese paraíso, la resurrección de los miles de millones de muertos humanos y la remoción de la enfermedad, el pecado y la muerte. Hace posible paz, contentamiento y armonía para todos los de la creación de Jehová. (Sal. 37:10, 11; 72:7, 8; Juan 5:28, 29; Isa. 33:24) ¡Cómo el contemplar estas glorias por venir nos hace rebosar de aprecio por el maravilloso amor y la bondad inmerecida de Jehová según se expresan por medio de su Hijo! ¡Verdaderamente ésta es “bondad inmerecida sobre bondad inmerecida”! (Juan 1:14, 16, 17) ¡Con razón los discípulos de Jesús escribieron con tanto aprecio acerca del rescate! (Rom. 3:21-26; 1 Ped. 1:18, 19; 1 Juan 1:7; Jud. 20, 21) ¿No se le llena a usted su propio corazón de agradecimiento por el gran amor de Dios al proveer el rescate y todo lo que resulta de ello?—Rom. 8:38, 39; Isa. 65:17, 18.

      MOSTRANDO NUESTRA GRATITUD

      13, 14. (a) ¿En qué debería hacernos abundar el aprecio por el rescate? (b) ¿Qué debería desanimarnos de jamás practicar el pecado?

      13 El apóstol Pablo escribió a sus compañeros creyentes: “Y esto es lo que continúo orando: que el amor de ustedes abunde todavía más y más con conocimiento exacto y pleno discernimiento; para que se aseguren de las cosas más importantes, para que estén exentos de defectos y no estén haciendo tropezar a otros hasta el día de Cristo, y estén llenos de fruto justo, que es por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.” (Fili. 1:9-11) Si el aprecio por el rescate nos mueve a abundar cada vez más en amor, también debería hacernos abundar en odiar lo que es malo.

      14 Dios hace provisión para el perdón del pecado sobre la base del sacrificio de Jesús, pero esto no nos da licencia para pecar. Es verdad, como se expresa en 1 Juan 2:1, que si, debido a la imperfección heredada, “alguno comete un pecado, tenemos un ayudante para con el Padre, a Jesucristo, uno que es justo.” ¡Ah!, pero ¿recibimos esta ayuda si voluntariosamente abusamos al cometer pecado? ¿Podemos esperar que el valor expiatorio del sacrificio de Jesús nos aplique si nos endurecemos en los caminos pecaminosos? Primera de Juan 3:2, 6, 8 nos dice: “Amados, ahora somos hijos de Dios . . . Todo el que permanece en unión con él no practica pecado; nadie que practica pecado lo ha visto ni ha llegado a conocerlo. El que ejecuta pecado se origina del Diablo, porque el Diablo ha estado pecando desde el principio. Con ese propósito el Hijo de Dios fue manifestado, a saber, para desbaratar las obras del Diablo.” Esto lo hace Él por medio de su provisión amorosa del rescate. ¡Ciertamente ninguno que aprecia esa maravillosa provisión mediante Cristo jamás querría lanzarse a una práctica de pecado!

      15. ¿Por qué es imprudente entregarse al pecado con la idea de que el sacrificio de Jesús traerá perdón?

      15 Quizás alguien piense que el ir hasta el límite de lo permisible o el obtener algún placer que raya en ese límite sin lanzarse plenamente al pecado, no es tan malo. U otro pudiera pensar, ‘Solo una vez y ya, y el sacrificio de Jesús me traerá perdón.’ Pero ¿es ése razonamiento sano? Es empezar a cultivar un gusto por las obras de la carne, lo contrario de cultivar el fruto del espíritu, y la Biblia claramente advierte “que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gál. 5:19-24) ¡Es tan fácil caer en las prácticas incorrectas! Resista la tentación, por un corazón puro. (Mat. 5:8) Cuando nos enfrentemos a la tentación de hacer lo malo, deberíamos ser movidos a decir: ‘No. No participaré en ello. Después de lo que Dios y Cristo han hecho por nosotros al suministrar el rescate, ¿cómo podría yo jamás hacer una cosa como ésa que mostrara tal falta de aprecio?’ Al contemplar el rescate, que siempre digamos desde el corazón: “Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.”—Heb. 10:39, y vea también el Heb. 10 versículo 29.

      16. ¿Cómo podemos evitar el ‘retraernos’ al pecado?

      16 En vez de ‘retraernos’ al pecado y a la falta de fe, acerquémonos cada vez más a nuestro Dios. Esto significa acercarnos más a nuestros hermanos, también. Debemos amar a nuestros hermanos desde el corazón. “Todo el que no ejecuta justicia no se origina de Dios, tampoco el que no ama a su hermano. Porque éste es el mensaje que ustedes han oído desde el principio, que tengamos amor los unos para con los otros.” (1 Juan 3:10, 11) ¿Cómo mostramos este amor los unos para con los otros? Al pasar tiempo unos con otros... antes de las reuniones, después de las reuniones y en otras oportunidades. (Sal. 133:1; Rom. 12:9, 10) Sí, interesándonos los unos en los otros, edificándonos los unos a los otros en amor, regocijándonos en compartir los unos con los otros las excelentes bendiciones espirituales que provee Jehová por medio del Señor Jesucristo.—1 Tes. 5:11-13.

      UN APRECIO POSITIVO

      17. (a) ¿Qué expresión positiva de nuestra fe podemos hacer? (b) ¿Qué envuelve esto a menudo?

      17 El rescate debe movernos a actos positivos, obras de fe que reflejan nuestras gracias de corazón por todo lo que Jehová y Cristo han hecho por nosotros. Así podemos estar seguros de estar entre los que se mencionan en el Salmo 11:7: “Porque Jehová es justo; él sí ama los actos justos. Los rectos son los que contemplaran su rostro.” Hoy día hay más de un millón y medio de testigos de Jehová a través de la Tierra que están ejecutando actos justos a favor de otras personas de corazón honrado. Su ministerio incluye el visitar los hogares de otras personas, enseñándoles gratuitamente la Biblia y mostrándoles el camino a la vida eterna que solo puede conseguirse por medio de conocimiento exacto concerniente a Dios, Cristo y la provisión del rescate. (Juan 17:3; 14:6) Todo este ministerio se desempeña voluntariamente y sin pensar en galardón material. A menudo, también, envuelve mantener integridad ante oposición despiadada y hasta cruel.—Mat. 10:28-39.

      18. ¿Cómo mostró aprecio por la provisión de Jehová una niña de cinco años de edad?

      18 Considere, por ejemplo, a esta niña de cinco años de edad: Su madre le enseñó fielmente, de modo que ella desarrolló un amor intenso a Jehová y su Hijo. Pero su padre incrédulo la envió a un colegio de párvulos budista. Aquí las creencias cristianas de la niña fueron puestas a una prueba severa. Rehusó adorar al Buda al entrar por la puerta de la escuela. En la clase, rehusó inclinarse ante la imagen de Buda. Su maestra la regañaba con frecuencia. Pero había adoración de la clase correcta que ella podía efectuar, aun en ese colegio de párvulos. Antes de su almuerzo, diariamente inclinaba su cabecita en oración silenciosa a Jehová por medio de Cristo. La maestra se encolerizaba por esto, también, y trataba de detenerla, ¡pero en vano! Finalmente, cuando la maestra no pudo hacer que participara en una fiesta budista, le preguntó a la niña: “¿Se debe esto a que tu mamá te dijo que no lo hicieras?” La nena contestó: “No, se debe a que esto no le agradaría a Jehová Dios.” ¡Verdaderamente, una excelente expresión de fe que se basa en el rescate!

      19. (a) ¿Cómo bendice Jehová a los que lo buscan movidos por un corazón puro? (b) ¿Cómo mostró aprecio por tal bendición una anciana?

      19 La provisión del rescate de Jehová hace posible la vida eterna para personas de toda clase. Por medio de sus ángeles está recogiendo a los que muestran el deseo sincero de aprender y hacer su voluntad. (Rev. 14:6, 7) Una oficina de sucursal de la Sociedad Watch Tower recibió la siguiente carta: “Tengo sesenta y ocho años de edad y estoy totalmente ciega. He vivido por largos años en un hospital, sin tener nadie de quien depender. Al fin, en noviembre de 1970, perdí la voluntad de vivir y me resigné a morir. Entonces, una mañana, me detuve junto a la capilla sintoísta que está en el pórtico, y expresé esta oración: ‘Que se me conceda solo una vez, antes de morir, que llegue a conocer al Dios verdadero, que no es la clase de Dios que está en esta capilla.’ Aun mientras todavía oraba quedé pasmada al oír una voz a la puerta. Con sorpresa mía, la persona dijo: ‘Estoy proclamando buenas nuevas como testigo del Dios verdadero, Jehová.’ Inmediatamente le pedí a la persona que entrara, y con ansias escuché todo lo que se dijo. Desde ese día, no he faltado a una sola reunión de los Testigos locales. En mayo de 1971, yo misma llegué a ser predicadora de casa en casa, y el 4 de diciembre del mismo año, simbolicé mi dedicación por bautismo en agua en una asamblea de circuito de los testigos de Jehová. Desde el día 25 de ese mismo mes emprendí el ministerio de precursor temporero. En todos los pasados sesenta y ocho años de mi vida, incluyendo veintiocho años en los que pude usar mis ojos, jamás han estado llenos mis días de tal esperanza y gozo.” Con expresión tangible de su gozo, esta querida hermana cristiana adjuntó a su carta una generosa donación para el programa de construcción para la expansión teocrática en su país.

      20. ¿Cómo ‘viene y salva’ a su pueblo Jehová?

      20 Verdaderamente Jehová ha cumplido su promesa de ‘venir y salvar’ a su pueblo. Los ha salvado de Babilonia la Grande religiosa y los ha introducido en relación amigable con él, sí, en un paraíso espiritual. El estar uno en este paraíso espiritual significa innumerables bendiciones para los creyentes rescatados. “En aquel tiempo los ojos de los [espiritualmente] ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los [espiritualmente] sordos serán destapados. En aquel tiempo el [espiritualmente] cojo trepará justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del [espiritualmente] mudó clamará con alegría.” Aun en nuestro propio día se cumple la profecía: “Y ciertamente llegará a haber una calzada allí, aun un camino [para salir de Babilonia la Grande]; y será llamado el Camino de Santidad. El inmundo no pasará por ella. Y será para el que anda por el camino, y ningún tonto andará errante por ella.” La entrada a esta calzada está libre para todos los que ejercen sabiduría verdadera al aprender humildemente los requisitos de Jehová y aceptar su provisión para vida por medio de Cristo. “Y los mismísimos redimidos por Jehová [de esclavitud en Babilonia la Grande] volverán y ciertamente vendrán a Sion [el reino mesiánico de Dios] con clamor gozoso; y regocijo hasta tiempo indefinido estará sobre su cabeza. Alborozo y regocijo alcanzarán, y el desconsuelo y el suspirar tendrán que huir.”—Isa. 35:4-6, 8, 10.

      21. ¿Qué esperanza tenemos, y cómo debería afectarnos?

      21 ¡Pronto serán duplicados aquellos milagros espirituales! ¿Cuándo? Bajo el reino venidero de Dios de mil años por medio de su Hijo Jesucristo. Aun cuando estuvo en la Tierra hace mil novecientos años, Jesucristo ejecutó milagros literales de esas clases. Como Rey volverá a hacer cosas semejantes, en el paraíso literal restaurado en la Tierra. (Luc. 23:43) ¡Qué gozosa esperanza! Y las profecías que se cumplen actualmente muestran que nos hallamos en el mismísimo umbral de este tiempo de alborozo. Ciertamente ahora es el tiempo de todos los tiempos para esforzarnos vigorosamente, para que de veras andemos en amistad con el Dios de salvación... hasta la “tribulación grande” y a través de ella y entremos en las bendiciones eternas que nos esperan.—Luc. 13:24.

  • ¿Satisface usted los requisitos para responsabilidad de congregación?
    La Atalaya 1973 | 15 de diciembre
    • ¿Satisface usted los requisitos para responsabilidad de congregación?

      ¿CÓMO ve usted el asunto de la responsabilidad? Hoy en el mundo muchos hombres la eluden o evitan debido a que trae deberes y obligaciones. Otros buscan responsabilidad ambiciosamente, esperando conseguir así prominencia, poder y control sobre otros y el concederse privilegios especiales.

      En la congregación cristiana no hay lugar para ninguna de estas actitudes. (Mat. 20:25-27; 1 Ped. 5:2, 3) Sin embargo, se necesitan hombres que estén dispuestos a asumir responsabilidad. Es preciso que éstos tengan una actitud muy diferente para con la responsabilidad que la que tienen tantas personas mundanas. Deben ‘hacer esfuerzos’ por asumir responsabilidad, sí, pero movidos por un deseo de servir a otros... principalmente a Dios y luego a su prójimo, particularmente a los de la congregación. Ellos se esfuerzan correctamente por honrar a Dios y por hacer prominente y respetado el nombre de él... no el propio nombre de ellos.—1 Tim. 3:1; Gál. 6:10; Pro. 8:13.

      En las congregaciones cristianas primitivas del primer siglo, hubo hombres que eran nombrados a puestos de responsabilidad fuera como “ancianos” (griego, presby’teroi) o como “siervos ministeriales” (dia’konoi). (Tito 1:5; Fili. 1:1) Los ancianos debían ejercer la superintendencia de la congregación de manera espiritual, sirviendo como ‘pastores’ del rebaño de Dios. (Hech. 20:28) Los siervos ministeriales los ayudaban, encargándose de ‘asuntos necesarios’ que no envolvían tan directamente la superintendencia espiritual.—Hech. 6:1-6.

      Sea que sirvieran de ancianos o siervos ministeriales, estos hombres debían ser como el Hijo de Dios que aceptó la responsabilidad más pesada que ningún hombre jamás ha llevado, sin embargo, “no vino para que se le sirviese, sino para servir.” (Mar. 10:45) Se podría comparar la actitud adecuada de éstos al hombre que, al encontrar a una persona que trata de hallar cierto lugar, dice: ‘Permítame mostrarle cómo llegar allí.’ O a la persona que, viendo a otro que lleva cargas pesadas, dice: ‘Permítame ayudarle con su carga.’ ¿Tiene usted ese espíritu?

      REQUISITOS BÍBLICOS QUE HAN DE SATISFACERSE

      Sin embargo, el deseo de servir no es todo lo que se requiere. La Palabra de Dios

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