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Sacerdotes que pueden ayudarnosLa Atalaya 1974 | 1 de septiembre
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ferviente a Dios como si ofrecieran incienso en el altar de incienso de oro en el Santo.
También, mientras todavía están en la Tierra, llevan a cabo servicios sacerdotales para otros, como lo hacían los antiguos sacerdotes hebreos. Por cuanto se les ha iluminado y alimentado espiritualmente, iluminan a otros en el entendimiento de la Palabra de Dios, y los alimentan con nutrición espiritual. Se edifican y se estimulan los unos a los otros, y ahora ayudan a centenares de miles de otros a limpiar su vida y servir a Dios con la esperanza de vivir en la Tierra para siempre bajo el reinado de mil años de Cristo y sus asociados reales y sacerdotales en el cielo.
Muchas personas están desanimadas, atropelladas, abatidas... en una condición muy mala espiritualmente. Muchos ven que de nada sirve acudir a este presente sistema de cosas con sus sacerdotes religiosos mundanos, pues eso mismo llegó a ser la situación antes que fuera destruida la Jerusalén de la antigüedad. (Eze. 9:4) Las buenas nuevas del Reino que proclaman los verdaderos sacerdotes de Dios al ofrecerle servicio celoso a Él ayuda a otros a tener una esperanza de vida. Se les enseña cómo renovar su vida para estar en armonía con Dios. Como embajadores de Dios estos sacerdotes ayudan a otros a reconciliarse con él. (2 Cor. 5:20) Así efectúan una obra de curación espiritual muy valiosa, provechosa.
RESURRECCIÓN AL CIELO
Estos que han sido ungidos con espíritu esperan con anhelo realmente entrar en el cielo al debido tiempo. Como lo expresó uno de sus compañeros sacerdotes: “Esta esperanza la tenemos como ancla del alma, tanto segura como firme, y entra hasta dentro de la cortina, donde un precursor ha entrado a favor nuestro, Jesús, que ha llegado a ser sumo sacerdote a la manera de Melquisedec para siempre.”—Heb. 6:19, 20.
El que Jesús murió y entregó su carne fue representado por el acto de pasar el antiguo sumo sacerdote a través de la cortina y entrar en el Santísimo. “Por lo tanto, hermanos,” dice el inspirado escritor en Hebreos 10:19-22, “puesto que tenemos denuedo respecto al camino de entrada al lugar santo por la sangre de Jesús, el cual él nos inauguró como camino nuevo y vivo a través de la cortina, es decir, su carne, y puesto que tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero en la plena seguridad de fe.”
Cuando, después de servir fielmente hasta la muerte, sean traídos a la vida en la “primera resurrección,” serán admitidos en el Santísimo celestial. Entrarán en la presencia de Dios, no para hacer como hizo el Sumo Sacerdote Jesucristo que presentó el mérito de su sacrificio humano perfecto, sino para servir con su Sumo Sacerdote en extender los beneficios del sacrificio de Cristo a la humanidad necesitada. (Rev. 20:6) Entonces no solo administrarán curación espiritual, sino también curación física, a las personas terrestres.
BENEFICIOS A TODA LA HUMANIDAD
Esto es buenas nuevas para toda la humanidad, para ella misma y para sus muertos, que serán resucitados para volver a vivir en la Tierra. Pues el apóstol Juan escribió a compañeros subsacerdotes, infundiéndoles confianza: “Hijitos míos, les estoy escribiendo estas cosas para que no cometan un pecado. Y no obstante, si alguno comete un pecado, tenemos un ayudante para con el Padre, a Jesucristo, uno que es justo. Y él es un sacrificio propiciatorio por nuestros pecados, empero no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”—1 Juan 2:1, 2.
Por lo tanto, Jesucristo no va a parar con la aplicación del mérito de su sacrificio a sus 144.000 subsacerdotes. Él, lo mismo que su Padre, no es parcial. (Hech. 10:34) Él ha comprado a toda la raza humana. No permitirá que nada de su sacrificio quede sin utilizarse. Los platillos de la balanza de la justicia no estarían equilibrados si aplicara los beneficios de su sacrificio solo a unos cuantos. Puesto que compró a todos, es su gozo y obligación ayudar a cuantos quieran expresar fe y obediencia de entre toda la humanidad a alcanzar la vida eterna en perfección.—Juan 3:16.
¡Qué gozo está reservado, por lo tanto, para toda la Tierra, cuando los reyes y sacerdotes justos y perfeccionados sirvan a la humanidad! Todos ellos, incluso su Sumo Sacerdote, conocen por experiencia lo que significa el vivir como humanos. (Heb. 4:15) Comprenden plenamente la situación de la humanidad, sus sentimientos y deseos. Prescindiendo de la clase de vida que haya llevado una persona en el pasado, puede, cuando oiga del arreglo de Dios por medio de Cristo, recibir ayuda sacerdotal. Pues “siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Rom. 5:8) Cuando estaban en la Tierra, sus subsacerdotes predicaron a toda clase de personas, entre ellas algunos que eran pecadores muy viles, que prestaron atención a la verdad y cambiaron su vida. Fueron hechos limpios por fe y manifestaron esa fe con obras en armonía con la Palabra de Dios.—Col. 3:5-9.
De modo que los sacerdotes que Dios ha ungido y a quienes glorifica en el cielo conocen toda necesidad de la humanidad. Los subsacerdotes tienen la compasión y la misericordia que tiene Cristo, porque han sido amoldados a su imagen. (Rom. 8:29) Tendrán el poder para ver que se lleve a cabo la voluntad de Dios, para hacer que la Tierra sea poblada en justicia. (Gén. 1:28; Sal. 150:6) Por lo tanto todos los que aman la vida y desean lo que es correcto y bueno recibirán los beneficios plenos de este sacerdocio. Esto significa vida eterna.—Rev. 21:1-5.
Ahora mismo necesitamos la ayuda de este sacerdocio para sobrevivir la venidera “grande tribulación,” que destruirá a este sistema de cosas. (Mat. 24:21) Si deseamos estar entre los que ponen en marcha la nueva sociedad humana justa que recibirá de vuelta a los muertos y verá la Tierra convertida en paraíso, tenemos que cooperar ahora con los representantes sacerdotales de Dios. Podemos hacer esto prestando atención a las buenas nuevas del Reino que proclaman ellos, aprendiendo acerca de los propósitos de Dios y actuando para amoldar nuestra vida a ellos.
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La aplicación de principios bíblicos salvó a un matrimonioLa Atalaya 1974 | 1 de septiembre
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La aplicación de principios bíblicos salvó a un matrimonio
LA ESPOSA de un policía en Massachusetts, EE. UU., empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová, pero su esposo empezó a oponerse. Sin embargo, después de un período de separación él accedió a estudiar la Biblia con la esperanza de salvar su matrimonio. Pero los policías con quienes trabajaba empezaron a burlarse de él. Debido a esto y otras presiones dejó de estudiar. Pronto retrocedió a sus caminos anteriores... bebiendo mucho y teniendo muchos problemas en casa. Esto resultó en otra separación.
En cuanto a lo que sucedió después, él relata: “Después de un tiempo mi esposa me informó que estaba pidiendo el divorcio, para el cual tenía bases bíblicas y legales. Pero como teníamos seis hijos y yo todavía los quería mucho a ellos y a mi esposa, no quería divorciarme. Llamé al Testigo que originalmente estudió la Biblia conmigo y le pedí que volviera a estudiar conmigo.”
Debido a que este hombre se puso a aplicar lo que aprendía, su esposa empezó a ver que él realmente estaba cambiando su modo de ser. Por lo tanto, cuando su esposo le pidió que volvieran a tratar de vivir juntos, ella lo aceptó. Ahora ambos están unidos en edificar una familia feliz de acuerdo con las pautas que se hallan en la Palabra de Dios.
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