las iglesias de hoy. En cambio, ellos excluyen de su asociación a cualquiera de entre ellos que persiste en la práctica de lo que es incorrecto, tal como lo hicieron los cristianos de la congregación primitiva.—1 Cor. 5:11-13.

¿Le gustaría asociarse con personas que realmente viven en armonía con la Palabra de Dios? La Biblia predijo que hoy día existiría una organización de tales personas. Dice que “en la parte final de los días . . . muchos pueblos ciertamente irán y dirán: ‘Vengan, y subamos a la montaña de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas.’” Respecto a este pueblo, la profecía pasa a decir: “Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. . . . ni aprenderán más la guerra.”—Isa. 2:2-4.

¿Qué pueblo está haciendo esto hoy día? Con seguridad no son las iglesias de la cristiandad, ni aun las religiones que no forman parte de la cristiandad. ¡Son los testigos de Jehová! Ellos imitan el ejemplo de los cristianos primitivos. La religión de ellos está firmemente basada en la Palabra de Dios, la Biblia, y ciertamente los está guiando hacia la paz y la moralidad. Pero la religión mundial no está haciendo la voluntad de Dios. No está guiando hacia la paz y la moralidad. ¿Qué, entonces, le sucederá a ella?

¿Qué le sucederá a la religión mundial?

¿CUÁL es el destino de la religión mundial? Podemos obtener la respuesta por medio de considerar otras dos preguntas: ¿Qué piensa Dios de la religión? y ¿le es ésta de algún valor a la raza humana?

Considerando el registro de la religión mundial, ¿qué cree usted que el Creador piensa de lo que la religión le ha hecho a su creación, la familia humana? ¿Le abrigaría usted buenos sentimientos a alguien que hubiera profanado a su familia y la hubiera vuelto en contra de usted?

De hecho, la religión mundial ha demostrado ser religión falsa, y las religiones de la cristiandad han sido las más culpables. Su mayor delito es la difamación del nombre de Dios, pues han ido hasta el grado de decir que “Dios está muerto.” Han apartado a sus adherentes de la Palabra de Dios... ¿cuántos en la cristiandad siquiera saben lo que la Biblia contiene? La religión mundial ha señalado y glorificado a los líderes políticos como la esperanza para la paz mundial, pasando por alto a Dios y su reino mesiánico. Ha guiado a la humanidad a la guerra, a la inmoralidad y aun al ateísmo.

El clero no puede excusarse diciendo que ellos no son culpables de las malas acciones de la gente. Las palabras de Jehová dirigidas a los que correspondían a ellos en la antigüedad, los guías religiosos judíos, indican que él los considera culpables. Dijo: “Pero si se hubiesen parado en mi grupo íntimo, entonces hubieran hecho que mi pueblo oyera mis propias palabras, y lo hubieran hecho volverse de su camino malo y de la maldad de sus tratos.”—Jer. 23:22.

De ningún valor para la humanidad

Dios siempre ha sabido quiénes son los falsos “pastores.” Pero los ha dejado seguir para que ‘su insensatez se haga muy patente a todos,’ como dijo el apóstol Pablo de los hombres que resistieron la verdad en su día.—2 Tim. 3:8, 9.

Dios está poniendo de manifiesto que la religión mundial no lo ha representado a él. Por lo tanto, su Hijo Jesucristo previno en contra de los que practican la religión mundial, particularmente de sus guías:

“Guárdense de los falsos profetas que vienen a ustedes en ropa de oveja, pero por dentro son lobos voraces. . . . todo árbol bueno produce fruto excelente, pero todo árbol podrido produce fruto inservible; un árbol bueno no puede dar fruto inservible, tampoco puede un árbol podrido producir fruto excelente. Todo árbol que no produce fruto excelente llega a ser cortado y echado al fuego. Realmente, pues, por sus frutos reconocerán a aquellos hombres.”—Mat. 7:15-20.

Así es que habrá un dar cuentas a Dios. Como Jesús continuó diciendo:

“No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?’ Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! [Cristo nunca los reconoció como sus representantes.] Apártense de mí, obreros del desafuero.”—Mat. 7:21-23.

Dios destruye la religión mundial

El mismo Dios Todopoderoso será responsable por la ejecución de juicio sobre los que lo han representado en falsos colores. Hablando de la religión mundial, simbolizada por una ramera, la Biblia dice: “Sus pecados se han amontonado hasta llegar al cielo, y Dios ha recordado sus actos de injusticia. . . . en un solo día vendrán sus plagas, muerte y lamento y hambre, y será quemada por completo con fuego, porque fuerte es Jehová Dios que la juzgó.”—Rev. 18:5-8.

¿Cuál será el instrumento que Dios usará para destruir este imperio de religión mundial, semejante a ramera? Los mismos que cometieron “fornicación” con ella, los gobernantes políticos. En el pasado, los guías religiosos han sido temidos y respetados, hasta por los gobernantes. Pero rápidamente están perdiendo el poder de influir en la gente y hacer que vote por sus políticos favoritos.

Los gobernantes políticos al ver que la religión mundial no les sirve de nada, y por necesitar desesperadamente los bienes que ella posee, se volverán contra ella. ¿Cuál será el destino que ella correrá en sus manos? La Biblia lo describe:

“Los diez cuernos que viste [que representan a los reyes o gobernantes del mundo (vea el Rev. 17 versículo 12)], y la bestia salvaje [la organización política], éstos odiarán a la ramera y harán que quede devastada y desnuda, y se comerán sus carnes [su estructura] y la quemarán por completo con fuego. Porque Dios puso en sus corazones el llevar a cabo el pensamiento de él.”—Rev. 17:16, 17.

Y esta destrucción de la religión mundial está muy próxima, dado que todos los elementos y circunstancias están presentes. Además, también está el hecho de que los guías religiosos están acelerando la acción de los gobernantes por medio de irritarlos más que nunca. Su habla rebelde, su mezclarse en los asuntos políticos, y la participación de algunos de ellos en actos de sedición, los ha mal dispuesto con los gobernantes. Se están convirtiendo en una ‘espina en la carne,’ y están cobrándose el odio de los gobernantes. Así es que destrucción inminente pende sobre la religión mundial. Su caída puede suceder en cualquier día con sorprendente rapidez. (Rev. 18:17, 21) Por lo tanto el aviso de Dios es urgente:

“Sálganse de ella [el imperio ramera], pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas.”—Rev. 18:4.

¿Qué hay de la religión verdadera?

Sin embargo, ¿qué hay de la religión que sigue las leyes de Dios y que lo representa apropiadamente como el Soberano Universal? ¿Puede preservar Dios a las personas que viven en armonía con la adoración verdadera y las preservará cuando ejecute juicio sobre la religión mundial?

El apóstol Pedro usa el ejemplo del siervo de Dios, Lot, quien, con ayuda divina, fue sacado de Sodoma antes que Dios destruyera esa ciudad. Pedro dice: “Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa, pero reservar a personas injustas para el día de juicio para ser cortadas.”—2 Ped. 2:6-10; Gén. 19:15-17.

Jesucristo habló del tiempo en que empuñaría el poder para gobernar. Predijo que se llevaría a cabo una obra de separación sobre la Tierra, un recoger a personas de ‘condición de oveja’ que tuvieran amor y respeto por Cristo y sus representantes sobre la Tierra. Al otro lado serían recogidas las “cabras,” aquellos que no lo respetan.

¿Qué le sucederá a cada grupo? Jesús explicó: “Entonces dirá el rey a los de su derecha [las “ovejas”]: ‘Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.’” Entonces pasa a hablar de las “cabras,” diciendo: “Estos partirán al cortamiento eterno, pero los justos a la vida eterna.”—Mat. 25:31-34, 46, New World Translation.

Después del fin de la religión mundial

Así es que la religión mundial será aniquilada, para el alivio y la bendición de la humanidad. Pero la religión verdadera sobrevivirá, y llenará la Tierra. En el último libro de la Biblia, el apóstol Juan describe una visión de los que sobrevivirán, diciendo:

“Vi, y, ¡miren! una grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero.” “Le están rindiendo [a Dios] servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.”—Rev. 7:9, 15, NW.

¡Feliz será la porción de esos sobrevivientes! Entrarán a un nuevo orden de paz y salud. También disfrutarán del placer sin paralelo de ver a sus amados regresar de la tumba, muchos de los cuales fueron las víctimas de la religión mundial.

Juan continúa describiendo su visión:

“Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono, y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos.”—Rev. 20:12.

Los “hechos” no son sus errores del pasado cometidos bajo la influencia de la religión falsa. Esos hechos no son traídos de vuelta en contra de ellos para volverlos a condenar; de otra manera, la resurrección no tendría propósito. No, éstos son los hechos que hacen bajo el gobierno justo, según los “rollos” de la ley de Dios que entonces estará en vigor.

Puesto que la humanidad entonces estará libre de la religión mundial, no será engañada en cuanto a quién es Dios. Llegarán a conocer a Dios y su modo de obrar a grado cabal. Resultará cierto el principio: “Cuando hay juicios procedentes de ti [Jehová] para la tierra, justicia es lo que los habitantes de la tierra productiva ciertamente aprenderán.”—Isa. 26:9.

Los habitantes de la Tierra entonces tendrán su deleite en vivir según las leyes de Jehová, porque hallarán que estas leyes operan para provecho de ellos.—Sal. 19:9.

Entonces, no la divisiva religión falsa, sino la verdadera adoración de Jehová Dios, la cual es un perfecto vínculo de unión, es la que prevalecerá. (Fili. 1:27; Col. 3:14) Entonces se podrá decir: “La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento, ni clamor, ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”—Rev. 21:3, 4.

[Ilustración de la página 26]

Después del fin de la religión mundial, habrá un nuevo orden de paz y salud. Ni el dolor ni siquiera la muerte existirán más

Una urgencia que lo implica a usted

¿LE INTERESA la perspectiva de una nueva administración de los asuntos de la Tierra? ¿Encuentra confortante el visualizar una Tierra sin guerra, sin religión falsa, sin inmoralidad, sin enfermedad y muerte? ¿O le parece que todo esto no es nada más que un sueño?

De hecho, el mensaje acerca del propósito de Dios de un nuevo orden no es un sueño. Jehová Dios no miente ni engaña. (Heb. 6:18) Él no promete algo que no hará realidad. Y cuando hace que sus siervos distribuyan ahora por todo el mundo una advertencia concentrándose particularmente en las llamadas naciones “cristianas,” podemos estar seguros de que cumplirá lo que se propone.

Además, podemos estar seguros que cuando Dios dice que aniquilará la religión mundial y preservará su religión verdadera, también lo cumplirá. No es cosa de preguntarse si sucederá o no. Sin falta sucederá. La pregunta es, ¿qué es lo que usted hará acerca de ello?

Ante todo, al ver que la religión mundial es culpable de difamar a Dios y de descarriar a la gente, ¿qué debe hacer? Debe hacer lo que la Palabra de Dios dice. ¿Qué dice? ¡Huya de ella antes de que acontezca su repentino desplome! Cuando Jesús llamó a los religiosos falsos de su día “guías ciegos,” él dijo a la gente común: “Déjenlos.”—Mat. 15:14.

Sí, ¡abandónelos! ¡Apártese de ellos! La religión mundial está impura y es culpable de derramamiento de sangre ante la vista de Dios. Es por eso que los que quieren seguir viviendo deben hacer caso de la fuerte admonición del apóstol:

“¿Qué consorcio tienen la justicia y el desafuero? ¿O qué participación tiene la luz