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  • Un mensaje a nuestros lectores
    La Atalaya 1979 | 1 de julio
    • Un mensaje a nuestros lectores

      El primer número de La Atalaya se publicó en julio de 1879, en inglés. Esto significa que esta publicación ya tiene un siglo de impresión (en su edición original en inglés). Y nuestro profundo interés en ustedes, nuestros lectores, nos ha impulsado a publicar este número especial.

      El artículo que comienza en la página siguiente cuenta la historia de La Atalaya durante estos primeros 100 años. Nos recuerda cómo era el mundo en los primeros años de esta publicación, cómo cambió el mundo, y cómo La Atalaya también efectuó ajustes para mantenerse al paso con el adelanto en la iluminación bíblica. El artículo cita algunos de los pasajes significativos que esta revista ha publicado a través de los años y detalla la manera en que triunfó de sus críticos y opositores.

      Después, un ensayo por ilustraciones describe cómo se imprime, traduce y distribuye La Atalaya.

      Un artículo que comienza en la página 13 considera la veracidad de algunas doctrinas bíblicas fundamentales, acerca de las cuales ha habido controversia entre muchas religiones ortodoxas de la cristiandad

      Después, otro artículo explica precisamente qué es el reino de Jehová. ¿Qué hará para la humanidad? ¿Por qué es tan importante anunciar el reino de Jehová en este tiempo en particular?

      En este número especial, aparecen dos artículos para estudio en las páginas 20 a 30 inclusive. El primero, “¿Quiénes, realmente, tienen la verdad?” identifica a Jehová como el Dios de la verdad, quien desea que los pueblos de la Tierra anden en los caminos de la verdad. Presenta emocionantes ejemplos de personas que han andado con Dios, tanto en tiempos antiguos como en tiempos modernos. Además, identifica claramente a los que andan en la verdad de Jehová en nuestro día.

      El segundo artículo para estudio aborda la cuestión: ¿Cómo, precisamente, guía Dios a su pueblo? Por ejemplo: ¿Cómo llegaron a conocer con exactitud la verdad los cristianos primitivos? ¿Abrigaron ideas equivocadas a veces? Si así fue, ¿cómo se corrigieron estos puntos de vista? Y hoy día: ¿Cómo se revela la verdad al pueblo de Dios? ¿Es infalible la congregación cristiana? ¿Tiene alguna vez ideas equivocadas que necesiten ajuste? Y ¿cómo difiere de las religiones de la cristiandad? Se suministra contestación a estas preguntas y otras.

      Invitamos a los lectores a leer y considerar con meditación el contenido de este número especial de La Atalaya. Además, esperamos que disfruten de los números futuros de esta revista mientras entra en su segundo siglo de publicación.

  • Atalayando por 100 años
    La Atalaya 1979 | 1 de julio
    • Atalayando por 100 años

      CON este número, La Atalaya se ha publicado por un siglo. Durante esos años ha habido muchos cambios en el mundo. Esta publicación misma ha experimentado cambios. Sin embargo, en aspectos importantes no ha cambiado en absoluto.

      Esta publicación se presentó en el escenario de los acontecimientos en julio de 1879. Una de las principales razones por las cuales llegó a existir fue una disputa en cuanto al rescate. Debido a esta disputa, Charles T. Russell se sintió impulsado a publicar la revista Watch Tower (conocida después en español, en sus primeros números, con el nombre de La Torre del Vigía), en la cual, como posteriormente escribió, “el Rescate [debe ser] defendido y las Buenas Noticias de gran Gozo [deben ser] proclamadas hasta el mayor grado posible.”

      El nombre “Watch Tower” (“Torre del Vigía,” hoy “La Atalaya”) fue apropiado, porque en la antigüedad los vigías o atalayas apostados en torres solían advertir a otras personas acerca de todo peligro inminente. Esto también es esencial en asuntos espirituales, porque Dios dijo a su profeta Ezequiel: “Hijo del hombre, atalaya es lo que te he hecho a la casa de Israel, y tienes que oír habla de mi boca y tienes que advertirles de mi parte.” (Eze. 3:17) Esta publicación se ha esforzado diligentemente por atalayar espiritualmente.

      CONFIANZA EN JEHOVÁ

      En el segundo número de la Watch Tower expresamos nuestra confianza en que “tiene . . . a JEHOVÁ como su apoyador.” Los publicadores de esta revista agradecen el hecho de que ya por decenios se haya hecho posible llevar a los lectores de esta revista “consuelo de las Escrituras” y la guía confiable que solamente la Palabra de Dios, la Biblia, puede proveer. (Sal. 119:105; Rom. 15:4) Sin embargo, los publicadores no se atribuyen honra. Procuran ser “enseñados por Jehová,” el Altísimo.—Juan 6:45.

      Esta confianza en Jehová ha sido una bendición, y ha habido evidencia del apoyo divino. Para el primer número de La Atalaya hubo solo 6.000 ejemplares en un solo idioma, inglés, y esta publicación salía una sola vez al mes. Hoy día, se imprimen más de 9.000.000 de ejemplares dos veces al mes. Además, La Atalaya se publica ahora en 82 idiomas. Este aumento lo atribuimos a Dios.—Zac. 4:6.

      SOSTENIENDO LA PALABRA DE DIOS

      Desde su principio, esta publicación ha sostenido o defendido las verdades fundamentales de la Biblia. Por ejemplo, en su número de agosto de 1882 declaró: “Con confianza sostenemos que el nombre Jehová nunca se aplica en la Escritura a otro aparte del Padre.” En reconocimiento del papel del Hijo de Dios, el primer número dijo que el “mérito para con Dios está . . . en el sacrificio perfecto de Cristo.”

      A través de los años, La Atalaya ha presentado también verdades bíblicas como las que tienen que ver con la condición de los muertos, la esperanza de la resurrección y el reino de Dios. (Ecl. 9:5, 10; Dan. 2:44; 7:13, 14; Hech. 24:15) Entre las voces en protesta a esto se destacó con especialidad la del clero de la cristiandad. ¿Por qué? Porque estas verdades contradijeron muchas de las enseñanzas del clero, tales como las de la inmortalidad del alma, el purgatorio, el tormento eterno y la Trinidad.—Eze. 18:4; Juan 14:28.

      Desde el mismo principio, La Atalaya en su edición en inglés mostró que en la segunda venida de Cristo su parousia sería una presencia invisible de él como poderosa persona de la región de los espíritus. (Mat. 24:3; 1 Ped. 3:18) Sus primeros números (marzo y junio de 1880) señalaron a 1914 E.C. como un año de importancia decisiva. Ese año habría de marcar el fin del período de 2.520 años llamado los Tiempos de los Gentiles, durante el cual las naciones no judías gobernarían la tierra sin la interferencia de reino alguno de Dios.—Luc. 21:24, Versión Moderna.

      Por supuesto, aunque esta revista ha publicado material iluminador de esa índole, no alegamos infalibilidad. Es a Jehová Dios a quien con agradecimiento acudimos para recibir instrucción espiritual. (Sal. 119:169) Para toda claridad en punto de vista, hemos dependido del espíritu santo, o fuerza activa, de él. Ese espíritu “escudriña . . . las cosas profundas de Dios.”—1 Cor. 2:10.

      “BUENAS NUEVAS” TIENEN QUE DECLARARSE

      Sin embargo, el verdadero cristianismo no consiste solo en escudriñar las Escrituras y aprender la verdad. Jesús dio a sus discípulos la comisión de ‘ir y hacer discípulos,’ y dijo que las “buenas nuevas” tenían que predicarse en todas las naciones.—Mat. 28:19, 20; Mar. 13:10.

      Fue apropiado, pues, que nuestro número de abril de 1881 contuviera un artículo intitulado “Se solicitan 1.000 predicadores.” Con el tiempo, una cantidad de personas respondió a esta llamada. Muy significativamente, otro número de esta publicación declaró: “¿Está usted predicando? Creemos que ninguno será de la manada pequeña [de los seguidores ungidos de Cristo] aparte de los predicadores. . . . Sí, a todos se nos llamó para sufrir con él y para proclamar esas buenas nuevas.”

      AFRONTANDO EL DESAFÍO DEL CAMBIO DE ACTITUDES

      Los proclamadores de las “buenas nuevas” ciertamente se encararon a desafíos hacia fines del siglo 19. Es verdad que había habido cambios en el modo de vivir en muchos países. Para los años ochenta del siglo pasado había algunos teléfonos, luces eléctricas y tranvías eléctricos. En la década final del siglo pasado aparecieron unos cuantos “coches sin caballos,” o automóviles. Pero para los que declaraban las “buenas nuevas” el reto era los cambios de actitud para con la Biblia.

      Carlos Darwin había abrazado la teoría de la evolución del hombre, en su obra de 1859 Origen de las especies. Con el tiempo, la teoría de la evolución, la alta crítica de la Biblia y otras cosas similares presentaron un desafío a los que defendían la Palabra inspirada de Dios.

      La Atalaya siempre se ha esforzado por enfrentarse al desafío del cambio de actitudes. Por ejemplo, el número de marzo de 1885 contenía un artículo intitulado “La evolución y la Era del Cerebro.” Por supuesto, en las páginas de esta publicación con frecuencia se ha probado que la teoría de la evolución es falsa.

      Pero, ¿qué hay de otros críticos de la Biblia? Algunos alegaban que el profeta Isaías se había equivocado al llamar a Sargón rey de Asiria, puesto que la historia seglar no lo mencionaba. (Isa. 20:1) Pero la Watch Tower de enero de 1886 demostró que la Biblia tenía razón.

      Estos son simplemente ejemplos. A través de los años, esta publicación sigue publicando información que prueba que las Escrituras son “la palabra de Dios.” (1 Tes. 2:13; 2 Tim. 3:16, 17) Lo que ha capacitado a La Atalaya a enfrentarse al desafío del cambio de actitudes ha sido confianza en Jehová y la Biblia.

      ABOGANDO POR EL REINO

      A través de los años, La Atalaya misma ha experimentado algunos cambios. Por ejemplo, la edición en inglés, una publicación de 16 páginas, se convirtió en publicación quincenal en 1892, y para 1908 la tirada había aumentado a 30.000 ejemplares por número. Comenzando en 1909, fue llamada “The Watch Tower and Herald of Christ’s Presence” (La Torre del Vigía y Heraldo de la Presencia de Cristo). Más tarde, un paso significativo se dio con el número de marzo de 1939, cuando se dio a esta publicación el nombre de “The Watchtower Announcing Jehovah’s Kingdom” (La Atalaya... anunciando el reino de Jehová). Vino un cambio de formato con el número del 15 de agosto de 1950 en inglés, a una publicación de 32 páginas. Desde entonces, dibujos y ajustes en la cubierta han hecho más atractiva su apariencia.

      Pero en cuanto a defender la Palabra de Dios y Sus propósitos, La Atalaya no ha cambiado en absoluto. Hasta este día, sigue abogando por el gobierno de Dios, “Anunciando el reino de Jehová.” Además, esta publicación se ha mantenido vigilante al llamar atención a ‘mantenernos despiertos’ en sentido espiritual. También ha avisado a sus lectores de indicaciones de que estamos en los “tiempos críticos” que señalan a los “últimos días.”—Mat. 24:3-14; Luc. 21:10-36; 2 Tim. 3:1-5.

      Cuando los Tiempos de los Gentiles terminaron, las naciones estaban llegando a estar cada vez más envueltas en la primera guerra mundial, una que al fin quitó aproximadamente 10.000.000 de vidas. Después se propuso la Liga o Sociedad de las Naciones, y entre sus apoyadores entusiásticos estuvieron la Iglesia Anglicana y las iglesias canadienses. El 18 de diciembre de 1918, el Concilio Federal de las Iglesias de Cristo en América (compuesto de representantes de varias confesiones protestantes) envió al presidente estadounidense Woodrow Wilson la Declaración que había adoptado: “Tal Sociedad no es meramente un expediente político; es más bien la expresión política del Reino de Dios en la Tierra.” Pero desde 1919 en adelante la revista conocida hoy en español como La Atalaya mostró denodadamente que la Liga de las Naciones fracasaría.

      Con el comienzo de la segunda guerra mundial en 1939, la Liga de las Naciones entró en inactividad. Aquel terrible conflicto ardía en toda su furia en 1942, cuando los testigos de Jehová se reunieron en una asamblea y oyeron el absorbente discurso público: “Paz... ¿será duradera?” “Conforme progresaba la conferencia,” informó en 1943 La Atalaya en su edición en español, “el auditorio veía con visión mental un cuadro delineado con palabras conforme al Rev. capítulo diecisiete de Apocalipsis, y vió la identidad de la bestia de color escarlata que ‘no es’ ahora pero la vieron lista para subir del abismo para llegar a ser ‘la bestia que fué, y no es, y volverá a estar presente’, esta vez con la religiosa ramera babilónica colgando sus piernas desde su lomo. Pero esto será solo por ‘una hora’ en lo futuro, y luego la ramera es desmontada y destruida, y el ‘Rey de los reyes, y Señor de los señores’ destruye a esta ‘bestia de la paz’ . . . con sus siete cabezas y diez cuernos.” Aun antes de que la Liga reapareciera como la Organización de las Naciones Unidas en 1945, La Atalaya declaró valerosamente que lo que establecerá la paz duradera será solamente el Reino de Dios.

      ANUNCIANDO EL REINO

      Después de la I Guerra Mundial, la obra de declarar las “buenas nuevas” había adquirido ímpetu. Recibió empuje especialmente en 1922 durante una asamblea cristiana que se celebró en Cedar Point, Ohio, E.U.A. Repitiendo la llamada a acción que se hizo en aquella asamblea, The Watch Tower instó a ‘anunciar, anunciar, anunciar al Rey y su reino.’

      Al fin de los años veinte vino el desplome de la bolsa de valores de Nueva York y la gran Depresión Económica. Sin embargo, a pesar de las dificultades que hayan experimentado en sentido económico, los cristianos dedicados llegaron a un punto prominente de su historia en 1931. Reunidos en una asamblea, con entusiasmo adoptaron una resolución (que a principios de 1932 se publicó en español en La Torre del Vigía), en la cual declararon: “Gozosamente aceptamos el nombre que la boca de Jehová Dios ha pronunciado, y deseamos ser conocidos como y llamados por el nombre, de testigos de Jehová.”—Isa. 43:10-12.

      ALIMENTO “A SU DEBIDO TIEMPO”

      Un objetivo de La Atalaya, como se declaró en su primer número, fue “dar el ‘alimento al debido tiempo’ a la ‘casa de la fe.’” (Luc. 12:42; Gál. 6:10, Versión Autorizada) Agradecemos el que por medio de estas páginas haya sido posible dirigir atención a la Biblia y así suministrar alimento espiritual para beneficio, no solo de los seguidores ungidos de Cristo, sino también de la “grande muchedumbre.”—Mat. 24:45; Rev. 7:4-10.

      A modo de ilustración, sírvase considerar los años 1933 a 1945, cuando el “Tercer Reich” de Adolfo Hitler trató de exterminar a los testigos de Jehová en el Reich alemán. Las actividades de los Testigos fueron proscritas y 6.019 de ellos arrestados. Dos mil sufrieron en los campos de concentración. Un total de 635 Testigos murieron en prisión, 203 ejecutados. Pero se mantuvo la fortaleza espiritual, en parte debido al recuerdo de material previamente publicado en La Atalaya, y porque se logró introducir en los campos de concentración información bíblica en nuevos artículos, y los Testigos los consideraron. Un ejemplo notable de alimento espiritual “a su debido tiempo” lo fue el artículo de La Atalaya: “Neutralidad,” publicado originalmente en inglés hacia fines de 1939, y en español en marzo de 1940. Este artículo fortaleció a los Testigos como cristianos neutrales.—Juan 17:16.

      La oración, el confiar en Jehová y el sentir aprecio por el alimento espiritual fortalecen la fe. Por eso, La Atalaya publicó estas palabras de una víctima de los campos de concentración que escribió en su última carta: “En vista del hecho [de] que no cambié mi objeción decretaron la sentencia de muerte . . . . Siento una paz, una tranquilidad, cosa que no podéis imaginaros . . . . Mis queridos, cumplid con esto, mi deseo: sed fieles y fuertes, para que podamos volvernos a ver pronto y para siempre.”

      Durante el mismo tiempo, los cristianos verdaderos de otros lugares también aprovecharon el alimento espiritual “a su debido tiempo,” como se publicaba en esta revista. Desde 1933 a 1951, miles de Testigos fueron arrestados en los Estados Unidos, muchos porque eran neutrales cristianos. Además, por lo menos 1.500 ataques por chusmas contra los Testigos ocurrieron en ese país. Pero ellos combatieron en los tribunales y con frecuencia salieron victoriosos, dejando marca indeleble como combatientes por las libertades civiles.

      En 1945, cuando cayeron bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, en el Japón, el mundo entró en una era de temor e incertidumbre. En 1957 los rusos pusieron en órbita el primer satélite terrestre hecho por el hombre, y la era del espacio se convirtió en realidad. Durante los años sesenta, en varios lugares hubo perturbaciones civiles, y el nacionalismo fue aumentando. La Atalaya se esforzó por suministrar alimento espiritual oportuno. Un ejemplo de esto parece haber sido el de los artículos de 1962 sobre sujeción relativa a las “autoridades superiores” gubernamentales.—Rom. 13:1-7.

      MANTÉNGASE VIGILANTE

      Hoy vivimos en tiempos turbulentos. La contaminación presenta amenazas a la salud y la vida. Frecuentemente predomina el egoísmo, la gente padece hambre, y sufre de otras maneras. Pero Jehová promete “causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Rev. 11:18) Por eso, hay “buenas nuevas,” y esta revista continúa dando ese mensaje.

      Ya por 100 años La Atalaya ha estado vigilando, atalayando, en sentido espiritual. Si es la voluntad de Jehová, seguirá atalayando. Sinceramente esperamos que usted siga manteniéndose despierto y vigilante con esta publicación, esperando con confianza el tiempo en que Jehová Dios libere a las personas de corazón sincero y honrado y las introduzca en las plenas bendiciones de sus prometidos “nuevos cielos” y “nueva tierra.”—2 Ped. 3:11-13.

      [Ilustración de las páginas 4 y 5]

      EL FIN DE LOS TIEMPOS DE LOS GENTILES

      “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová”

      [Ilustración de la página 6]

      Los Tiempos de los Gentiles terminan en octubre de 1914

      [Ilustración de la página 7]

      “Nuestro nuevo nombre.” Número del 15 de octubre de 1931 en inglés

      [Ilustración de la página 8]

      1939—Color nuevo

      1950—Tamaño nuevo

  • “La Atalaya”... cómo se le hace disponible
    La Atalaya 1979 | 1 de julio
    • “La Atalaya”... cómo se le hace disponible

      [Ilustraciones de la página 9]

      Hay lectores de “La Atalaya” en 205 países

      Los traductores ayudan a hacer disponible la revista en 82 idiomas. Todos son voluntarios

      [Ilustraciones de las páginas 10 y 11]

      Operaciones de imprenta internacionales

      Desde este complejo fabril en Nueva York, las imprentas de “La Atalaya” se han esparcido por todo el globo

      Más de 3.000 voluntarios operan las imprentas por todo el mundo

      ALEMANIA

      Prensas de alta velocidad producen más de 220.000.000 ejemplares al año... en el Oriente, las Américas del Norte y del Sur, África y Europa

      ÁFRICA DEL SUR

      BRASIL

      JAPÓN

      [Ilustraciones de la página 12]

      Entregándosela

      Para mantener el costo al mínimo, en algunos países los propios camiones de la Sociedad llevan las revistas a centros de distribución

      Cada año, millones de ejemplares se envían por correo a los suscriptores

      “La Atalaya” no se distribuye comercialmente; voluntarios sin paga la llevan a su puerta

  • ¡Obra en defensa de la verdad bíblica!
    La Atalaya 1979 | 1 de julio
    • ¡Obra en defensa de la verdad bíblica!

      MIENTRAS viajaba en su carro hacia el sur, el funcionario hizo lo que usted probablemente habría hecho al viajar en tren, autobús o avión. Leía. Estaba leyendo la Biblia y se vio ante un problema que usted quizás haya tenido.

      El relato, que se halla en el libro bíblico de Hechos, dice que el evangelista Felipe se acercó al viajero etíope y le preguntó: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?” El etíope respondió: “¿Realmente cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?”—Hech. 8:27-31.

      La mayoría de las personas de nuestro día que leen la Biblia han sentido necesidad de guía. El hecho de que las iglesias que usan la Biblia tienen tantas doctrinas contradictorias intensifica esta situación. De seguro no todas estas diferentes enseñanzas pueden ser verdad bíblica. (1 Cor. 14:33) Pero ¿dónde puede uno conseguir ayuda valiosa en cuanto a hallar y conocer la verdad bíblica?

      Fue para suministrar precisamente esa ayuda necesaria que se empezó a publicar la revista La Atalaya en 1879. Esta obraría en defensa de las muy importantes verdades de la Palabra de Dios. La página de la portada de su primer número en inglés mostró claramente que la revista no estaba dedicada a la propagación de doctrinas eclesiásticas en conflicto, sino a diseminar verdades sacadas de las Escrituras, que son beneficiosas “para corregir, para instituir en justicia.” (2 Tim. 3:16, 17, Versión Valera) Por ejemplo, hay la significativa pregunta:

      ¿ES USTED INMORTAL, O NO?

      En lo que se refiere a lo que está en la Biblia, la mayoría de las personas piensan ante todo en lo que la Biblia quizás diga acerca de ellas y su futuro. Lo que con frecuencia les viene a la mente es algo que quizás hayan oído desde su niñez, que cada persona tiene dentro un alma inmortal; la mayoría de las iglesias enseñan eso. Así, muchas personas esperan que su alma vaya al cielo a estar con Dios cuando les llegue la muerte.

      ¿Apoyaría La Atalaya estas creencias populares? Al contrario, obró en defensa de la verdad de la Palabra de Dios en este asunto. En fecha tan temprana como la de abril de 1881, el artículo “La resurrección” dijo:

      “A cualquier ser se le llama correctamente un alma o persona. Este es el sentido y uso bíblico de la palabra alma. . . . Leemos acerca de la creación de Adán... ‘Y el Señor Dios formó al hombre del polvo del suelo y sopló en sus narices el aliento de vida (ruach... el mismo aliento que se dice que se da a las bestias, los pájaros y los peces) y el hombre llegó a ser alma (ser) viviente.’ Gén. 2:7.”—Pág. 1.

      Con amplio apoyo bíblico, el artículo mostró que, cuando llega el momento de la muerte, el alma —la persona— muere. (Sal. 33:19; Isa. 53:10-12; Eze. 18:4) Bíblicamente, cuando una persona (un alma) muere está en condición de inconsciencia, o en un estado semejante al del sueño, hasta el tiempo futuro de la resurrección. Por medio del milagro de la resurrección uno puede recibir vida inmortal en el cielo, como sucedió en el caso de Jesús, o la perspectiva de tener vida perfecta en una Tierra paradisíaca.—Ecl. 9:5, 10; 1 Cor. 15:12-16, 50-53.

      Puede ser que personas que hayan leído verdades como ésa en las páginas de esta revista durante el último siglo se hayan alarmado, porque los líderes de sus iglesias no les habían enseñado estas cosas. Pero los tiempos están cambiando. Por todo el mundo, una cantidad cada vez mayor de clérigos y teólogos están admitiendo estas verdades bíblicas que por mucho tiempo han sido defendidas en La Atalaya. Note estos ejemplos:

      Oscar Cullmann, profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Basilea y de la Sorbona, de París, escribe:

      “Si fuéramos a preguntar a un cristiano ordinario hoy día . . . la concepción que tiene de la enseñanza del Nuevo Testamento acerca del destino del hombre después de la muerte, con pocas excepciones obtendríamos la respuesta: ‘La inmortalidad del alma.’ Sin embargo, esta idea extensamente aceptada es uno de los mayores malentendidos del cristianismo.”—Inmortality of the Soul or Resurrection of the Dead (Inmortalidad del alma o resurrección de los muertos) (1958), pág. 15.

      El teólogo bautista Dr. Robert Laurin explica:

      “El Nuevo Testamento no enseña la inmortalidad del ‘alma’ incorpórea del pensamiento platónico. El destino final del hombre está en un cuerpo en una localidad terrestre.”—The Expository Times, febrero de 1961, pág. 132.

      Robert Koch, profesor católico del Antiguo Testamento en Roma, escribe:

      “El alma no existe como una masa independiente en el cuerpo, como si estuviera en una prisión, de la cual sería liberada al momento de la muerte. El ‘alma’ es el hombre en su totalidad. El hombre no tiene un alma, es un alma.”—Teologia della redenzione in Genesi 1-11 (1966), pág. 69.

      El “fraile” Pierre Pascal escribe en La Vie Catholique, de Francia:

      “La Biblia enseña que cuando el hombre muere, su entera persona muere. Sin embargo, sí tiene la promesa de salir de la nada de la muerte y ser restaurado a la vida al fin del tiempo por medio de una resurrección.”—Julio de 1975, pág. 37.

      Sorprenderá a algunos el que haya clérigos que admitan estas cosas. Sin embargo, éstas son verdades bíblicas que han sido defendidas por esta revista durante 100 años.

      LA RELACIÓN DE ESTO CON EL INFIERNO

      Llevemos este asunto un paso más allá. Si el alma no es inmortal y los muertos están inconscientes, esperando la resurrección, ¿cómo pudiera ser cierta la doctrina eclesiástica de que Dios envía a las personas inicuas a sufrir tormento en el infierno? La realidad es que la Biblia no enseña tal cosa. La Atalaya frecuentemente ha defendido la verdad bíblica sobre este asunto; fíjese en este solo ejemplo:

      “Hallamos que [infierno] es la traducción de la palabra hebrea sheol, que sencillamente significa el estado o condición de muerte. En ella no hay ni la más remota idea de vida ni tormento; . . . Pero todavía [el clero] sigue predicando esta idea falsa del infierno, que, ni más ni menos, es una difamación del carácter de Dios.”—Noviembre de 1883, pág. 4.

      ¿Aceptan ahora los clérigos la posición bíblica acerca del infierno? Aunque algunos quizás vacilen en decirlo directamente, cuando hay líderes que admiten lo que la Biblia dice acerca del “alma” están mostrando que el “infierno de fuego” no tiene base bíblica. Por ejemplo, el pastor danés Kai Jensen reconoció la situación resultante:

      “El habla acerca de la perdición eterna no tiene sentido. No es cristianismo. Era solo en el pasado que había predicadores del infierno que desde el púlpito tronaban acerca del diablo y del fuego que no se podía extinguir. Pero ese tiempo ha pasado.”—Hvor gaar vi hen (¿A dónde vamos?), pág. 119.

      Aunque la mayoría de las personas quizás no oigan mucho acerca del infierno de fuego en su iglesia en estos tiempos, probablemente tampoco aprenden lo que la Biblia dice sobre este asunto. Muchas son como el secretario de un oficial de la Iglesia Presbiteriana en Australia, quien dijo: “Evitamos el cielo y el infierno, porque eso perturba a demasiadas personas. De hecho, me gustaría hablar con alguien que me ayudara a entender bien este asunto.”

      ¿A QUIÉN ADORA USTED?

      Otra verdad bíblica que ha sido defendida en La Atalaya tiene que ver con la identidad del Dios verdadero a quien adoramos. Millones de personas han repetido lo que se llama el “padrenuestro,” la oración que Jesús enseñó. (Mat. 6:9-13) Pero ¿han pensado en el significado de la frase: “Santificado sea tu nombre,” o han dado la importancia que Jesús dio al asunto de honrar el nombre de Dios? (Juan 12:28; 17:6) ¿O será que no conocen ese nombre debido a que el clero lo evita y los traductores lo reemplazan con “Señor” y “Dios”?

      Muchos doctos ahora admiten la importancia del nombre. El teólogo católico John L. McKenzie escribe en el Bible Dictionary (1965):

      “Al Dios de Israel se le llama por Su nombre personal con mayor frecuencia que por todos los demás títulos combinados; el nombre no solo identificaba a la persona, sino que también revelaba su carácter.”—Pág. 316.

      J. A. Motyer, principal de la Universidad de la Trinidad, en Inglaterra, añade:

      “Mucho se pierde en la lectura de la Biblia si olvidamos mirar más allá de la palabra que obra como sustituto [Señor o Dios] y considerar el nombre personal, íntimo, de Dios mismo. Al decir a su pueblo su nombre, Dios se proponía revelarles su carácter íntimo.”—El manual bíblico The Lion Handbook to the Bible (1973), p. 157.

      La Atalaya ha usado de modo consistente el Nombre Divino. Por ejemplo, después de explicar que la palabra hebrea el significa “dios,” el número de octubre de 1881 (pág. 9) pasó a declarar:

      “Jehová es el ‘el’ principal y gobierna sobre todo otro el... poderoso. Y toda persona debe conocer que JEHOVÁ es el nombre que se aplica nada menos que al Ser Supremo... nuestro Padre, y aquel a quien Jesús llamó Padre y Dios.”

      Y el número del 1 de enero de 1926 consideró el importante tema: “¿Quién quiere honrar a Jehová?” Todavía continúa esta defensa del Nombre de Dios. Desde que salió a la luz pública la Traducción del Nuevo Mundo (1950-1961), ésta ha sido la versión más frecuentemente citada aquí, porque usa el nombre de Dios hasta en el “Nuevo Testamento” en los casos en que la evidencia favorece eso. Recientemente el profesor G. Howard consideró el uso del nombre de Dios en el “Nuevo Testamento.” Es interesante el hecho de que señaló lo siguiente:

      “Es razonable creer que los escritores del N[uevo] T[estamento], al citar de las Escrituras, conservaban el Tetragrámaton [el nombre de Dios en hebreo] dentro del texto bíblico.”—Journal of Biblical Literature (Revista de literatura bíblica), 1977, págs. 63-83.

      La Atalaya había dicho esto mismo años antes.

      El profesor Howard también dijo que posteriormente, cuando el nombre de Dios fue quitado de donde estaba y en lugar de él se colocó la palabra “Señor,” esta acción probablemente creó confusión en cuanto a distinguir entre el Señor Jesús y el Señor Jehová; esto contribuyó a la doctrina de la Trinidad, en la cual tantas personas creen.

      ¿UN DIOS TRINO Y UNO?

      La fórmula “Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo” sale fácilmente de la boca de muchas personas. Resume el punto de vista de que hay tres personas coiguales y coeternas en Dios.

      Sin embargo, por espacio de un siglo La Atalaya ha instado a sus lectores a examinar lo que la Palabra de Dios en realidad dice sobre este asunto, como el hecho de que muchas veces se muestra que Jesús no es igual a su Padre, sino una persona en posición inferior a la de Jehová y sujeta a él. (Juan 14:28; 17:3; 1 Cor. 11:3) Como ejemplo de esto, lo siguiente se publicó, junto con textos bíblicos en apoyo, en 1882:

      “Creemos entonces en un solo Dios y Padre, y también en un solo Señor Jesucristo . . . . Pero éstos son dos seres, y no un solo ser . . . . Rechazamos como totalmente antibíblica la enseñanza de que [Jehová, Jesús y el espíritu o fuerza activa de Dios] son tres Dioses en una sola persona, . . . La doctrina de la Trinidad surgió en el siglo tercero.”

      Van aumentando las admisiones de que la Trinidad no es una doctrina que se dé en la Biblia, sino que es un desenvolvimiento eclesiástico posterior. En Suiza, el Vocabulaire biblique (1954, pág. 72) declaró: “Ningún escrito del Nuevo Testamento suministra seguridad explícita de que haya un Dios trino y uno.” Ian Henderson, de la Universidad de Glasgow, escribe en la Encyclopedia International (1969):

      “La doctrina de la Trinidad no formó parte de la predicación de los apóstoles, según el informe que se da de ésta en el Nuevo Testamento.”—Pág. 226.

      Además, el Observer de Londres informó lo siguiente el 3 de diciembre de 1978:

      “Uno de los principales teólogos anglicanos de la Gran Bretaña, el Revdo. Dr. Geoffrey Lampe, . . . ha presentado un fuerte desafío a la histórica doctrina cristiana de la Trinidad . . . . Dijo que la doctrina de la Trinidad —que Dios consiste en tres ‘Personas’— ‘no tiene mucho’ futuro.”

      Cuando los teólogos se limitan a lo que la Biblia dice acerca de Dios y Cristo, más bien que a lo que es doctrina eclesiástica posterior, el resultado suele ser lo que esta revista ha estado defendiendo por mucho tiempo. Desde Berlín, Alemania, el doctor en teología J. Schneider escribe:

      “Jesucristo no usurpa el lugar de Dios. Esta unidad con el Padre no significa absoluta identidad de ser. Aunque el Hijo de Dios en su existencia anterior estuvo en la forma de Dios, resistió la tentación de ser igual a Dios (Fili. 2:6) . . . . Aunque completamente coordinado con Dios, sigue siendo subordinado a él.”—Theologisches Begriffslexikon zum Neuen Testament (1965), tomo 2, pág. 606.

      EL VITAL REGRESO DE CRISTO

      Con el hecho de que Dios resucitó a Jesús está enlazado un acontecimiento de la mayor importancia para todos los cristianos. Ese es el del regreso o vuelta de Cristo, o la segunda venida. Jesús hizo que sus seguidores dieran gran importancia a este asunto vital, y ellos esperaban con gran anhelo este regreso. Poco antes de la muerte de Jesús, imploraron: “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia [griego: parousia] y de la conclusión del sistema de cosas?” (Mat. 24:3; Hech. 1:6) La Biblia termina con estas emocionantes palabras de Jesús: “Sí; vengo pronto,” a las cuales el apóstol Juan respondió fervientemente: “Ven, Señor Jesús.”—Rev. 22:20; 1:7.

      Una enciclopedia luterana menciona lo vital que es esta enseñanza:

      “Todas las expectativas en cuanto al futuro estaban dominadas por la seguridad de que el Señor regresaría y estaría para siempre con su congregación, . . . Esta esperanza daba a los cristianos primitivos confianza absolutamente firme en el hecho de que todos los poderes y todos los cambios de este mundo son solo temporáneos: ¡Cristo viene!”—The Encyclopedia of the Lutheran Church, tomo III, pág. 2149.

      Sin embargo, ¡qué contraste alarmante hay en las influyentes creencias de los teólogos modernos! Por ejemplo, recientemente el Dr. A. C. Thiselton, de la Universidad de Sheffield, Inglaterra, resumió las principales:

      El teólogo católico Teilhard de Chardin “dice poco acerca de la parusía [o presencia].” Paul Tillich suministra “una teología del futuro en la cual la parusía casi no desempeña ningún papel.” Rodolf Bultmann “considera como mito escatológico la parusía.” Y J. A. T. Robinson alega que ‘Jesús mismo no esperaba que hubiera una segunda venida.’—Tyndale Bulletin, 1976, págs. 27-53.

      Debido a que el clero ha restado énfasis a la vuelta de Cristo, esta verdad principal tiene poco significado en la vida de la mayoría de los que asisten a las iglesias. Considere un solo ejemplo de lo serio de esto: El regreso o vuelta de Cristo envuelve el triunfo final de la justicia sobre la iniquidad, por eso ¿qué le sucede al interés de la gente en la justicia cuando los líderes espirituales dan a entender que Jesús quizás nunca regrese?

      Sin embargo, en consistencia con las Escrituras y el patrón o modelo de pensamiento de los cristianos primitivos, desde su primer número en 1879 Zion’s Watch Tower and Herald of Christ’s Presence (La Torre del Vigía de Sión y Heraldo de la Presencia de Cristo, como originalmente se conoció a La Atalaya en inglés) ha anunciado y defendido la enseñanza sobre la vuelta y presencia de Cristo.

      Además, lo que hemos visto durante nuestra vida —guerras, hambres, terremotos, desafuero en escala mundial— es suficiente prueba de que AHORA somos testigos de la ‘señal de la presencia de Cristo’ que Jesús profetizó. (Mat. 24:3-14) Eso significa que se ha acercado el fin del sistema de cosas. Ciertamente estas verdades bíblicas y otras que hemos considerado merecen que se les defienda y proclame. Eso debe hacerse especialmente porque Jesús dijo que los que agradan a Dios “tienen que adorarlo con espíritu y con verdad.”—Juan 4:24.

      [Ilustración de la página 13]

      CIELO

      INFIERNO

      ALMA

      RESURRECCIÓN

      JESÚS

      VUELTA DE CRISTO

      TRINIDAD

      NOMBRE DIVINO

  • El reino de Dios... la única esperanza
    La Atalaya 1979 | 1 de julio
    • El reino de Dios... la única esperanza

      LA HUMANIDAD está plagada por toda suerte de dificultades. Pero hay una solución. Lo que se necesita es un gobierno mundial justo que administre los asuntos de la Tierra de manera amorosa, considerada, para beneficio de todos. ¿No esperaría usted que esa solución fuera el tema de la enseñanza de Jesús?

      Lo fue. “El Reino fue el tema dominante de su enseñanza,” hace notar la publicación religiosa Christiany and Crisis, y añade: “Ningún otro asunto ocupaba tanto su mente ni era tan central con relación a su mensaje. Se menciona más de cien veces en las narraciones de los Evangelios.” Sí, Jesús dijo: “Tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.” (Luc. 4:43) Enseño a sus seguidores a orar por la venida del reino de Dios.—Mat. 6:9, 10.

      ¿Qué es el reino de Dios? ¿Cómo vendrá para resolver los problemas mundiales?

      UNA VITAL VERDAD BÍBLICA

      La mayoría de la gente sabe que un rey es un gobernante, y que el reino de un rey abarca el dominio o región sobre la cual él gobierna. Por eso, no debería ser difícil comprender que el reino de Dios será una gobernación o gobierno sobre toda la Tierra, administrado por su propio Hijo, Jesucristo. Este reino de Dios reemplazará a todos los gobiernos de la Tierra.

      Por 100 años esta verdad bíblica acerca del reino ha recibido énfasis en La Atalaya. De hecho, desde 1939 el nombre oficial de la revista ha sido “La Atalaya... anunciando el reino de Jehová.” El número de diciembre de 1881 dijo: “El establecimiento de este reino envolverá, por supuesto, el derribo de todos los reinos de la Tierra, puesto que todos ellos —hasta el mejor de ellos— están fundados en la injusticia y la desigualdad de derechos y la opresión para muchos y el favor para unos cuantos... como leemos: ‘Romperá en pedazos y consumirá todos estos reinos y él permanecerá para siempre.’”—Dan. 2:44.

      Sin embargo, la mayoría de las personas, incluso cristianos profesos, no conocen esta verdad bíblica. Investigue ese hecho. Según se le presente la ocasión, haga esta pregunta a la gente: ‘¿Qué es el reino de Dios, y cómo vendrá?’ Le sorprenderá la mucha confusión que hay sobre este asunto, y el poco entendimiento. ¿A qué se debe esto?

      LÍDERES RELIGIOSOS CULPABLES

      Esto se debe a que los líderes religiosos mismos están confundidos respecto al Reino. Un artículo de fondo en The Church Quaterly Review (Revista trimestral eclesiástica) confiesa:

      “Por algún tiempo hemos estado en peligro de ser arrollados por la marea creciente de teorías y contrateorías en cuanto a lo que realmente es la idea esencial del reino.”

      Debido en gran medida a la confusión religiosa, las iglesias han dicho poco acerca de este asunto. Francis P. Miller, un prominente presbiteriano, se lamentó en estos términos:

      “El silencio de la mayoría de los cristianos acerca del Reino de Dios es una de las mayores tragedias de nuestro tiempo.” Por eso escribió, en conclusión: “En calidad de lego suplico a nuestros teólogos y a nuestro clero: Dígannos acerca del Reino de Dios; explíquennos qué es y cómo debe ser relacionado con el mundo de nuestro tiempo . . . la necesidad es urgente. Nuestros teólogos y nuestro clero deben hablar en palabras que los legos puedan entender acerca del Reino de Dios que se ha acercado.”—Christianity and Crisis, 13 de junio de 1960.

      Pero ¿han hecho eso? La ignorancia y la confusión que despliega la mayoría de las personas con relación al reino de Dios revela que no. Piense por un momento en las ideas que usted quizás haya oído a la gente expresar acerca del reino. ¿Reflejan los siguientes puntos de vista que las iglesias han enseñado?

      PUNTOS DE VISTA ECLESIÁSTICOS

      Por mucho tiempo se enseñó que la Iglesia Católica Romana era, en realidad, el reino de Dios en la Tierra. Pero para principios de este siglo, The Catholic Encyclopedia (1910) dijo bajo “Reino de Dios”:

      “El ‘reino’ no significa tanto una meta que haya de alcanzarse ni un lugar . . . es más bien una disposición mental (Lucas, xvii, 20-21), representa una influencia que tiene que calar la mente de los hombres para que ellos sean uno con Él y alcancen Sus ideales.”

      ¿Le suena familiar ese punto de vista? Ha sido muy popular y ha sido expresado por muchos líderes eclesiásticos. Por ejemplo, la Conferencia de Bautistas del Sur, de 1925, lo dijo así:

      “El Reino de Dios es el reinado de Dios en el corazón y la vida del individuo en toda relación humana, y en toda forma e institución de la sociedad organizada . . . . El Reino de Dios estará completo cuando todo pensamiento y voluntad del hombre haya sido puesto en cautiverio a la voluntad de Cristo.”

      Sin embargo, hay otro punto de vista popular. Las iglesias también han identificado el reino de Dios con esfuerzos políticos humanos por resolver los problemas mundiales. El sacerdote católico Martin K. Hopkins, al considerar la oración que Jesús enseñó, escribe: “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Esto explica cómo vendrá al fin el reino de Dios. Exige mirar hasta más allá del día actual y trabajar para la restauración de todas las instituciones humanas en Cristo.”

      ¿Qué hay de estas diversas ideas? ¿Depende de algún modo el Reino de los esfuerzos humanos que se hagan por cristianizar a instituciones y pueblos? ¿Es el Reino un “reinado de Dios en el corazón y la vida del individuo”?

      PUNTOS DE VISTA INCORRECTOS

      Los puntos de vista ya mencionados acerca del reino de Dios, que son los de muchas personas, son incorrectos. No están en armonía con la Biblia. Y en los últimos tiempos esto ha sido admitido por líderes eclesiásticos mismos. The Dictionary of the Apostolic Church, publicado por James Hastings, declara:

      “En las epístolas difícilmente hay indicio de la idea medieval de que la Iglesia en la Tierra era el Reino de Dios. Y la idea de algunos escritores teológicos modernos, en el sentido de que este mundo como lo conocemos se desarrollará bajo la influencia cristiana hasta llegar a ser el Reino, está muy alejada del pensamiento que ellas expresan.”

      Aunque comúnmente los líderes eclesiásticos solían referirse al Reino como una ‘disposición mental,’ o ‘dominio en el corazón de uno,’ este punto de vista ahora por lo general se rechaza, como lo hace notar The Church Quarterly Review (Revista trimestral eclesiástica):

      “Algunos de nosotros podemos recordar los días en que esta cuestión no encerraba absolutamente ninguna dificultad. El Reino era simplemente el dominio de Dios en el corazón y la vida del individuo . . . Hoy esa simplicidad ha llegado a ser solamente la nota de una manera de escribir anticuada o de la política de la plataforma pública.”

      Sin embargo, en contraste con los puntos de vista eclesiásticos incorrectos, el mensaje del Reino proclamado a través de las columnas de La Atalaya ha resultado estar en armonía con la Biblia. Sí, las Escrituras muestran con claridad que el reino de Dios es un reinado por Dios ejercido por medio de su Hijo, Jesucristo. Esta gobernación fue predicha en la Biblia en estas palabras: “Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos es dado: y el dominio estará sobre su hombro . . . Del aumento de su dominio y de su paz no habrá fin.” (Isa. 9:6, 7, Versión Moderna) El gobierno del reino celestial de Dios se ha acercado. Pronto derribará y reemplazará todos los gobiernos humanos.—Dan. 2:44.

      LA POSICIÓN CRISTIANA

      Por eso, ¿cuál es la posición cristiana apropiada para con este sistema, que será reemplazado por el reino de Dios? La Biblia explica que el mundo actual está bajo el dominio o gobernación de Satanás. (Mat. 4:9; Juan 12:31; 14:30; 2 Cor. 4:4) Hace mucho tiempo la revista La Atalaya, en su número de diciembre de 1882 en inglés, explicó:

      “Si vemos claramente que los gobiernos actuales son los del ‘príncipe de este mundo’ y todos han de ser desbaratados y reemplazados por el Reino de Dios por el cual oramos: ‘Venga tu reino,’ entonces ya no tendremos más deseo de mezclarnos con ellos de ninguna manera.”

      En contraste con las iglesias de la cristiandad, por los pasados 100 años La Atalaya ha mostrado a sus lectores la posición cristiana apropiada, según la declaró Jesús: “Ustedes no son parte del mundo.” Vez tras vez ha dado énfasis a la enseñanza de Jesús: “Mi reino no es parte de este mundo.” (Juan 15:19; 18:36) Por eso, en vez de mezclarse en los asuntos políticos de este mundo, los cristianos verdaderos han apoyado de todo corazón el gobierno del reino de Dios.—Juan 6:15.

      LO QUE EL REINO DE DIOS TRAERÁ

      ¿Qué esperaría usted de un gobierno por Dios? Ante todo, de seguro que esperaría que el gobernante de éste fuera justo, bondadoso y compasivo. Y Jesucristo ha demostrado que es tal clase de persona. (Mat. 11:28-30) Bajo la dirección de Dios, Cristo ha seleccionado a personas que tienen las mismas cualidades para que gobiernen en el cielo con él. (Luc. 22:28-30; Rev. 5:9, 10; 20:6) Uno de estos hombres escribió a otro que tenía esta misma esperanza: “Si seguimos aguantando, también gobernaremos juntos como reyes.”—2 Tim. 2:12.

      Ciertamente esperaríamos que el reinado de estos reyes fuera un reinado de justicia y paz, que trajera felicidad y salud a toda la humanidad... sus súbditos en la Tierra. Cristo demostró el poder que Dios le había dado para sanar toda forma de enfermedad cuando estuvo en la Tierra; ¡hasta resucitó a muertos! ¡Bajo la gobernación del Reino, él de nuevo ejercerá estos poderes milagrosos para bendecir y beneficiar a toda persona sobre la Tierra! Con el tiempo, toda la Tierra será transformada en un hermoso paraíso.—Luc. 23:43; Rev. 21:4.

      ¡De seguro el reino de Dios es la única esperanza de ver realizadas las bendiciones que con tanta intensidad todos anhelamos!

      [Ilustración y recuadro de la página 17]

      PUNTOS DE VISTA BÍBLICOS

      “Mi reino no es parte de este mundo.”—Jesús, Juan 18:36.

      “Y el dominio estará sobre su hombro . . . Del aumento de su dominio y de su paz no habrá fin.”—Isa. 9:6,7. “Versión Moderna.”

      PUNTOS DE VISTA ECLESIÁSTICOS

      “El reino de Dios vendrá por . . . trabajar por la restauración de todas las instituciones humanas en Cristo.”—Un sacerdote católico

      “El reino de Dios es el reinado de Dios en el corazón y la vida del individuo.”—Conf. de Bautistas del Sur

  • ¿Quiénes, realmente, tienen la verdad?
    La Atalaya 1979 | 1 de julio
    • ¿Quiénes, realmente, tienen la verdad?

      “Hazme andar en tu verdad y enséñame porque tú eres mi Dios de salvación.”—Sal. 25:5

      1. ¿Qué significa la palabra verdad, y por qué se puede decir que Jehová es el fundamento de la verdad?

      LA PALABRA verdad se define como lo que está en armonía con los hechos reales, con la realidad. Significa lo que es correcto y genuino. La fuente, o fundamento, de la verdad es el Creador Todopoderoso del universo, Jehová Dios. Él conoce la verdad acerca de todo aspecto de su creación. Sabe lo que es correcto y lo que es incorrecto, lo que es bueno y lo que es malo. Sabe la verdad acerca de lo que ha sucedido en el pasado y por qué, así como el significado de las condiciones mundiales presentes. También sabe la verdad acerca del futuro, puesto que ya ha determinado lo que será.—Isa. 14:24.

      2. ¿Cómo describe la Biblia la veracidad de Jehová?

      2 Por esas razones el salmista describe al Creador como “Jehová el Dios de verdad.” (Sal. 31:5) Por eso, cuando Dios habla, sus palabras siempre son dignas de confianza: “Tu palabra es la verdad.” (Juan 17:17) Cuando da instrucciones para el comportamiento humano, siempre son correctas: “Todos tus mandamientos son la verdad.” (Sal. 119:151) Cuando promete algo, podemos confiar en ello: “No falló ni una promesa de toda la buena promesa que . . . había hecho Jehová . . . todo se realizó.” (Jos. 21:45) Así, la Biblia declara acerca de Dios: “Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de la eternidad.”—Rev. 15:3.

      ANDANDO EN LA VERDAD

      3, 4. (a) ¿Cómo anda uno en la verdad? (b) ¿Por qué desea Jehová que los humanos anden en la verdad?

      3 Sería lógico esperar que el Dios de la verdad quisiera que su creación humana anduviera en la verdad. ¿Cómo se puede hacer esto? Por medio de adquirir conocimiento exacto de quién es Dios y qué propósitos tiene; entonces por medio de aprender lo que él desea que hagamos, y hacerlo. (Juan 17:3; 1 Juan 2:3, 4) Esto realmente significa que el andar en la verdad llega ser un modo de vivir, un camino que se sigue en la vida, el “Camino,” como dice la Biblia.—Hech. 9:2.

      4 Una razón por la cual Dios desea que los humanos anden en la verdad es que cuando su creación humana refleja las excelentes cualidades de él, ello redunda en gloria y gozo para el Creador. (Compare con Génesis 1:26, 27; Proverbios 23:24, 25.) Otra es que, puesto que Dios hizo a los humanos, él sabe lo que les conviene. Por lo tanto, los que siguen sus instrucciones benefician de la mejor manera a su propia persona y a otros, hasta con beneficios eternos. (Isa. 48:17) Una razón adicional es que por medio de andar en la verdad los humanos pueden tener el privilegio de asociarse con el pueblo que Dios utiliza para informar acerca de sus propósitos a la gente que busca la verdad. Es como sucedió en los tiempos bíblicos de los cuales escribió Amós: “El Señor Soberano Jehová no hará ni una cosa a no ser que haya revelado su asunto confidencial a sus siervos los profetas.”—Amós 3:7.

      5. ¿Qué otra razón vital hay para andar en la verdad?

      5 Hay otra razón vital para andar en la verdad. La persona que lo hace demuestra ante otros que sostiene lo apropiado de la gobernación universal de Jehová. Satanás el Diablo, la criatura de la región espiritual que se convirtió en rebelde, ha presentado un desafío contra ello. (Gén. 3:1-4; Rev. 12:9) Entre su desafío estuvo el dicho retador y escarnecedor de que Dios no podría producir personas que permanecieran leales a Dios y sus verdades. (Job 1:6-12) Por eso el que uno permanezca firmemente a favor de la verdad bajo presión de toda clase muestra que hay personas de integridad que no transigen con relación a lo que es correcto. (Pro. 27:11) Por otra parte, la persona que no anda en la verdad hace mucho más que simplemente andar en el error. Con intención o sin intención, ese individuo se permite llegar a estar alineado con Satanás el “padre de la mentira,” “el dios de este sistema de cosas” que ha “cegado la mente de los incrédulos.”—Juan 8:44; 2 Cor. 4:4.

      6. ¿Cómo llegará a estar firmemente establecida la verdad por toda la Tierra? Lea Proverbios 12:19.

      6 Sin embargo, el Dios de la verdad ha fijado un límite de tiempo al permiso que ha dado a la falsedad con la iniquidad que es el resultado de ella. (Pro. 12:19; Ecl. 3:1) Dios se ha propuesto, para cuando se venza el límite de tiempo, triturar este sistema satánico y eliminarlo de la existencia, junto con los que lo promueven y prefieren. (Dan. 2:44; Rev. 19:17-21) “Toda planta que mi Padre celestial no plantó será desarraigada,” predijo Jesús. (Mat. 15:13) Esto preparará el camino para el nuevo sistema de Dios ‘en el cual morará la justicia.’ (2 Ped. 3:13) ¡Eso significará una sociedad terrestre basada en la verdad, una Tierra que solo será habitada por gente que ame la verdad!

      7. Si amamos la verdad, ¿cuál debería ser nuestra actitud?

      7 En vista de eso, si amamos lo que es correcto y deseamos vivir en el nuevo orden de Dios, es muy necesario que andemos en la verdad. Debemos tener la actitud del salmista que oró: “Hazme conocer tus propios caminos, oh Jehová; enséñame tus propias sendas. Hazme andar en tu verdad y enséñame.” (Sal. 25:4, 5) De manera similar, debemos prestar atención al consejo que dio el profeta Samuel al Israel antiguo: “No deben desviarse para seguir las cosas irreales que no son de provecho alguno y que no libran, . . . Solo que teman a Jehová, y tienen que servirle en verdad con todo su corazón.”—1 Sam. 12:21, 24.

      ‘MODELOS’ PARA NUESTRO TIEMPO

      8, 9. (a) En contraste con las naciones de alrededor, ¿cómo se benefició Israel de andar en la verdad? (b) ¿Qué sucedió cuando Israel no continuó andando en la verdad?

      8 Los tratos que Dios tuvo con personas del pasado suministran ‘modelos’ o ‘patrones,’ o ejemplos, para nosotros. De éstos aprendemos cómo Dios realmente trata con las personas que andan en la verdad y con las que no hacen eso. (1 Cor. 10:11; Rom. 15:4) Un modelo del cual podemos aprender es el de la nación del Israel antiguo. A aquella nación se le mostró favor cuando Dios le dio sus leyes. Mientras los israelitas andaban en Sus verdades, recibían abundantes bendiciones. Por ejemplo, no eran presa de naciones enemigas. (Deu. 28:7) Sus siembras y rebaños eran abundantes. (Deu. 11:8-15) Su sistema social era tan ordenado y altamente desarrollado que no se necesitaban prisiones. (Éxo. 22:1-15) Las epidemias que azotaban a las naciones impías no los herían a ellos. (Deu. 7:15) Y si continuaban andando en la verdad... “el más bendito de todos los pueblos llegarás a ser,” les prometió Jehová. (Deu. 7:14) En contraste, note la condición degradada de las naciones cananeas que rodeaban a Israel, como señala el Bible Handbook (Manual bíblico), por Henry H. Halley:

      “Los cananeos adoraban, por satisfacción inmoral, como rito religioso, en la presencia de sus dioses; y entonces, por asesinar a sus hijos primogénitos, como sacrificio a estos mismos dioses.

      “Parece que, en gran medida, el país de Canaán había llegado a ser cierta clase de Sodoma y Gomorra en escala nacional . . . ¿Tenía derecho alguno a seguir existiendo una civilización de tan aborrecible suciedad y brutalidad? . . .

      “Los arqueólogos que excavan en las ruinas de las ciudades cananeas se maravillan de que Dios no las destruyera antes de lo que lo hizo.”

      9 Sin embargo, Israel no siguió andando en la verdad. Como resultado de ello, Dios retiró su apoyo de aquella nación. Por eso Jesús en el templo dijo a Israel: “¡Miren! Su casa se les deja abandonada a ustedes.” (Mat. 23:38) También declaró: “El reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca sus frutos.” (Mat. 21:43) Ya no serían la nación favorecida de Dios, sus testigos.

      10. ¿Cómo se manifestó una nueva nación espiritual en el primer siglo?

      10 En el primer siglo de nuestra era común, Dios desarrolló una nueva nación espiritual. Esta fue la congregación cristiana, una organización hecha de personas de muchas diferentes nacionalidades. (Hech. 10:34, 35; 13:46) El vocero nombrado de Dios, Jesús, colocó el fundamento para ella, y dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida.” (Juan 14:6) Por lo que enseñó y logró, probó que realmente tenía la verdad, y tenía el apoyo de Dios. (Mat. 3:16, 17; 15:30, 31; Hech. 2:22) Los cristianos del primer siglo probaron lo mismo, pues quedaron claramente identificados como los testigos cristianos de Dios. (Hech. 1:8; 2:1-4, 43) De las verdades que ahora fluían a través de aquellos cristianos, el apóstol Pablo dijo: “Es a nosotros que Dios las ha revelado por medio de su espíritu.” En contraste, hizo notar lo siguiente: “Esta sabiduría ni uno de los gobernantes de este sistema de cosas la llegó a conocer.” (1 Cor. 2:8, 10) Había sucedido precisamente como Jesús dijo: “[Tú, Dios,] has escondido estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos”—Mat. 11:25.

      11, 12. (a) ¿Cómo predijo la Biblia la restauración de la adoración verdadera en nuestro tiempo? (b) ¿Qué propósitos tenía esta restauración?

      11 Para fines de aquel primer siglo, Dios había logrado algo más. Había terminado el registro escrito inspirado que más tarde se usaría como base para determinar la verdad. (2 Tim. 3:16, 17) Entre las Escrituras completadas había muchas profecías, historia escrita de antemano. (2 Ped. 1:21) Aquellas profecías mostraban que después de la muerte de los apóstoles se introduciría un período en que se apostataría de la verdad. (Hech. 20:29) Pero también mostraban que después, durante la “parte final de los días” precisamente antes del fin de este sistema, habría una restauración de la adoración verdadera. (Isa. 2:1-4; Miq. 3:12 a 4:5 inclusive) Jesús señaló que la gente sería recogida en dos grupos: a los que hicieran bien a los hermanos de Cristo que andan en la verdad se les recompensaría con “vida eterna”; los que no hicieran eso irían a “cortamiento eterno.”—Mat. 25:31-46; 2 Juan 4; 3 Juan 3, 4.

      12 El recogimiento y reorganización de la congregación cristiana en tiempos modernos tendría varios propósitos. Entre otras cosas, esta congregación recibiría instrucción unificada de Dios: “Él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas,” dice la profecía de Isaías 2:3 (también, Miq. 4:2). Al andar en la verdad, estos siervos de Dios sostendrían lo apropiado y correcto de Su gobernación universal, lo cual traería gloria y placer a él, y muchos beneficios a ellos. (Pro. 12:22) En cambio, Dios los utilizaría como sus testigos del día moderno, y los equiparía para entregar su mensaje a la generación actual.

      13. ¿Ha usado Jehová alguna vez a más de una organización en la Tierra al mismo tiempo?

      13 ¿Usaría Dios más de una organización para dispensar sus verdades en estos “últimos días”? Bueno, ¿ha usado Dios alguna vez más de una durante cualquier otro período de juicio? En el día de Noé, ¿hubo otras embarcaciones con gente en ellas, aparte del arca de Noé, que tuvieran la protección de Dios y sobrevivieran el diluvio? No, sólo el arca y sus ocupantes sobrevivieron. (1 Ped. 3:20) ¿Hubo dos organizaciones cristianas en el primer siglo? No, Dios trató con la única que había. Así, también, en nuestro día todavía hay “un Señor, una fe, un bautismo.” (Efe. 4:5) El hecho de que solamente podría haber una congregación unida se deriva claramente de las palabras de Pablo en el sentido de que “todos hablen de acuerdo, y . . . no haya divisiones entre ustedes.”—1 Cor. 1:10.

      “POR SUS FRUTOS”

      14. ¿Cómo puede uno determinar quién realmente tiene la verdad hoy?

      14 ¿Cómo podemos determinar quién realmente tiene la verdad hoy día, y quiénes así satisfacen los requisitos para que Dios los utilice como sus testigos en la Tierra? Un principio fundamental que sirve para determinar lo que es verdadero y lo que es falso lo estipuló Jesús cuando dijo: “Por sus frutos los reconocerán. . . . Todo árbol bueno produce fruto excelente, pero todo árbol podrido produce fruto inservible.” (Mat. 7:16, 17) Sí, tendría que haber “fruto,” o evidencia de que el poderoso espíritu santo de Dios estuviera realmente apoyando a este pueblo. ¿Y qué clase de fruto produciría ese poder de Dios en sus siervos? Su Palabra responde: “El fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo.”—Gál. 5:22, 23.

      15. ¿De qué manera está conectado el amor a Dios con su nombre?

      15 Note, especialmente, el “fruto” que se alista primero, el de amor. Una manera en que los verdaderos siervos de Dios tienen que manifestar esto es como Jesús declaró: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.” (Mat. 22:37) El amor a Dios se muestra de varias maneras. Una de estas maneras es amando el nombre de Dios. (Heb. 6:10; Sal. 69:36; 119:132) Ciertamente los cristianos a quienes se saca de este mundo deben llegar a ser “un pueblo para su nombre.” (Hech. 15:14-18) ¿Quiénes son los que ponen en alto el nombre de Dios (Jehová, en español) y lo dan a conocer por toda la Tierra?—Isa. 43:10-12.

      16. ¿Cómo se despliega amor a Dios con relación a los intereses del Reino?

      16 El amor a Dios también significaría creer en su gobierno entrante para toda la Tierra, su Reino celestial, y hablar acerca de él. Jesús nos enseñó a orar: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mat. 6:9, 10) ¿Quiénes entre la humanidad hoy día hacen que el reino de Dios sea la doctrina central de su enseñanza y predicación como lo hizo Jesús? ¿Quiénes visitan a la gente en sus hogares para decirles lo que el reino de Dios logrará en la Tierra? ¿Quiénes cumplen la comisión que Jesús mencionó cuando predijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”?—Mat. 24:14.

      17. ¿De qué otra manera se manifiesta el amor a Dios?

      17 El amor a Dios se manifiesta también de otra manera... por medio de obedecer todas sus leyes. (1 Juan 5:3) Cuando hay un conflicto entre las leyes de Dios y las leyes de los hombres, la regla bíblica para los que verdaderamente tienen la verdad es: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.” (Hech. 5:29) Solo los que hacen esto consiguen el apoyo del “espíritu santo, el cual Dios ha dado a los que le obedecen como gobernante.” (Hech. 5:32) Por ejemplo, al obedecer las leyes de Dios los cristianos de hoy “no son parte del mundo,” pues son neutrales en los asuntos políticos del mundo, como lo fueron Jesús y los cristianos del primer siglo. (Luc. 4:5-8; Juan 6:15; 15:19; 17:14-16) ¿Quiénes son los que en nuestro día se mantienen separados del mundo y su corrupción política, violencia e inmoralidad, y están dispuestos hasta a experimentar aprisionamiento o muerte por seguir en los pasos de Jesús?—1 Ped. 2:21; vea también el capítulo 13 de Hebreos.

      18. Dé otra clara marca de identificación de los que en realidad tienen la verdad.

      18 Hay otro aspecto de este “fruto” del espíritu, el amor. Jesús dijo: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.” (Juan 13:35) Muchos otros textos bíblicos muestran también que ese amor sería una marca que identificaría claramente a los siervos verdaderos de Dios. Por ejemplo:

      “Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no obra justicia no se origina de Dios, tampoco el que no ama a su hermano. . . . debemos tener amor los unos para con los otros; no como Caín, que se originó del inicuo y mató atrozmente a su hermano.”—1 Juan 3:10-12.

      “Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a Dios,’ y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto.”—1 Juan 4:20, 21.

      ¿Qué grupo internacional de personas demuestra esta clase de amor entre sí, no solo por palabras, sino por obras? Durante el siglo pasado, ¿qué grupo se ha abstenido, en tiempos de guerra, de matar atrozmente a compañeros de creencia de otras naciones, y de permitir que los prejuicios raciales, nacionalistas, culturales o económicos los separen?

      ¿QUIÉNES, REALMENTE, TIENEN LA VERDAD HOY?

      19. ¿Quiénes, realmente, tienen la verdad hoy, y por qué diría usted eso?

      19 ¿Qué muestra la evidencia acerca de este fruto vital del espíritu de Dios, el amor? ¿Quiénes cumplen con este requisito? ¿Dónde ve usted una gran muchedumbre de personas de todas las diferentes nacionalidades y razas que esté unida en el nombre de Jehová para servirle lealmente y hablar a otras personas acerca de su reino? Sí, ¿dónde encontramos una verdadera hermandad mundial enlazada por el amor? (Rev. 7:9, 10; Col. 3:14) La publicación religiosa Interpretation, en un capítulo intitulado “La Biblia y las religiones modernas, los testigos de Jehová,” declara lo siguiente:

      “En su organización y obra de testificar, ellos [los testigos de Jehová] se acercan cuanto pudiera acercarse un grupo a lo que era la comunidad cristiana primitiva.

      “Su separación del mundo, urgencia en testificar, e insensibilidad ante los ataques del mundo son como los que les vienen a los que firmemente creen que están entre los elegidos y los que han dado su lealtad sin reservas a Dios.

      “Pocos grupos aparte de ellos usan tan extensamente la Escritura en sus mensajes, tanto orales como escritos. Pocos grupos aparte de ellos consiguen de lo que llamamos los legos la cantidad de servicio que ellos obtienen con relación a promover y ejecutar la obra de la organización.”

      20. ¿Qué deben hacer todas las personas que aman la verdad?

      20 El investigar imparcialmente la Palabra de Dios y compararla con las enseñanzas y prácticas de los testigos de Jehová suministra la prueba de que el espíritu de Dios ciertamente los está apoyando, y de que Dios los está usando como instrumento suyo para proclamar la verdad hoy día. Sin embargo, a toda persona que ama la verdad se le invita a examinar esta alegación de que los testigos de Jehová realmente tienen la verdad. Al hacer eso, esas personas deben imitar lo que hicieron los individuos del primer siglo que prestaron atención a la predicación de los apóstoles: “Recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, examinando con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así.”—Hech. 17:11.

  • Cómo Jehová guía a su pueblo
    La Atalaya 1979 | 1 de julio
    • Cómo Jehová guía a su pueblo

      “Porque este Dios es nuestro Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre. Él mismo nos guiará hasta que muramos.”—Sal. 48:14

      1. ¿Cómo muestra la Biblia que Jehová guía a los que lo aman?

      A TRAVÉS de los siglos, Jehová ha guiado a los que lo aman y desean servirle. El salmista fue una de estas personas, porque pidió a Dios: “Envía tu luz y tu verdad. Que estas mismas me guíen.” (Sal. 43:3) El profeta Daniel sabía que “existe un Dios en los cielos que es un Revelador de secretos,” y predijo que en nuestro tiempo, este “tiempo del fin,” “el verdadero conocimiento se hará abundante.” (Dan. 2:28; 12:4) Isaías también profetizó que en esta “parte final de los días” la adoración verdadera ‘llegaría a estar firmemente establecida’ y que Jehová guiaría a su pueblo: “Él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas.” Así, la invitación que se extiende a la gente hoy día es: “Vengan y andemos en la luz de Jehová.”—Isa. 2:2-5.

      2. ¿Qué toma en consideración Jehová cuando guía a su pueblo en sus verdades?

      2 ¿Cómo, precisamente, guía Jehová a su pueblo en sus verdades? Entre otras cosas, toma en cuenta que él creó a los humanos con libre albedrío. Por eso, el apóstol Pablo tomó en consideración la “propia voluntad” o libre albedrío de Filemón. (File. 14) Puesto que Dios creó este libre albedrío, esta voluntad propia libre, no va en contra de ella por medio de obligar a las personas a creer sus verdades o a obrar de cierta manera, como autómatas. Por eso, durante esta era cristiana él apela amorosamente a las personas de corazón justo para que vengan y se asocien con su organización aprobada, y entonces las guía gentilmente por medio de espíritu santo, su Palabra inspirada y su organización que dispensa la verdad en la Tierra.

      3. ¿Qué es especialmente importante que tengamos presente en cuanto a la manera en que Jehová guía a su pueblo?

      3 Otro punto que merece consideración respecto a la manera en que Dios guía a su pueblo es que Dios da el entendimiento de sus verdades a su propio tiempo y a su propia manera. (Dan. 12:9) Además, Jehová conduce a su pueblo progresivamente en la verdad. Jehová, quien creó la mente humana, sabe que muy poco “alimento” espiritual no la sostiene debidamente, pero que demasiado de ese alimento en un solo tiempo puede ser más de lo que los humanos pueden absorber. En Juan 16:12 Jesús dijo a sus fieles apóstoles: “Tengo muchas cosas que decirles todavía, pero ustedes no las pueden soportar ahora.” Vamos a ilustrarlo: Cuando alguien sale de una habitación oscura después de un largo período de encerramiento, lo mejor es que se le exponga a la luz gradualmente. El recibir demasiada luz muy de repente puede ser una experiencia sacudidora, quizás hasta perjudicial. Es similar la necesidad de que la iluminación con las verdades de Dios sea progresiva. Esto corresponde con lo que dice el sabio: “La senda de los honrados brilla como la aurora, se va esclareciendo hasta que es de día.”—Pro. 4:18, Nueva Biblia Española.

      4. (a) ¿Qué indicó Jesús en cuanto a que se necesite una clarificación progresiva de la verdad? (b) Debido a que las verdades de Jehová se clarifican gradualmente, ¿qué deben estar dispuestos a hacer sus siervos?

      4 Jesús sabía bien que el camino que Jehová seguía era el de aclarar sus verdades progresivamente. Dijo a sus apóstoles que más tarde el espíritu santo de Dios los guiaría a toda la verdad. (Juan 16:12, 13) Y debido a que habría una clarificación gradual de verdades previamente establecidas, habría la necesidad correspondiente de que los siervos de Dios corrigieran y ajustaran su punto de vista sobre varios asuntos bíblicos con el transcurso del tiempo.

      GUÍA EN CUANTO A VERDADES DEL REINO

      5, 6. Respecto al reino de Dios, ¿qué muestra que los discípulos de Jesús tuvieron puntos de vista incorrectos?

      5 Al guiar a los cristianos del primer siglo, Jehová no les aclaró en un solo momento todas las verdades relacionadas con sus propósitos. Como ejemplo de esto, considere la doctrina central de la Biblia, la del reino de Dios. Jesús enseñó a sus seguidores a orar: “Venga tu reino.” (Mat. 6:10) Instó: “Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia.” (Mat. 6:33) Pero durante aquellos años en que estuvo en la Tierra, ¿entendieron sus seguidores todos los detalles acerca de la gobernación del Reino? ¿Podían contestar con exactitud preguntas acerca de ella, como: ¿Qué es el reino de Dios? ¿Quiénes gobernarán en él, y cuántos gobernantes habrá? ¿Cuándo vendrá? ¿Qué hará para la Tierra y para los humanos?

      6 El hecho de que los que hablaron con Jesús no tenían todo este conocimiento se manifiesta por la pregunta que le hicieron después de su resurrección: “Señor, ¿estás restaurando el reino a Israel en este tiempo?” (Hech. 1:6) En vez de contestar por medio de hablarles acerca de todo aspecto de la gobernación del Reino, Jesús declaró: “No les pertenece a ustedes adquirir el conocimiento de los tiempos o sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción.” (Hech. 1:7) ¿Por qué se encargó Jesús de este asunto así? Porque los discípulos tenían puntos de vista bien arraigados, pero erróneos, acerca del Reino. Creían que el Reino sería una gobernación terrestre que derribaría la dominación romana. Pero la verdad era que el Reino sería celestial, y que los que fueran escogidos para gobernar con Cristo serían llevados de la Tierra al cielo. (Rev. 5:9, 10; 14:3; 20:4) Además, la pregunta de ellos muestra que esperaban que el Reino hubiera de establecerse inmediatamente. Pero no sería así, porque, en vez de eso, pasarían muchos siglos.

      7. (a) A pesar de los puntos de vista incorrectos de aquellos discípulos acerca del Reino, ¿cuál fue la actitud de Jesús para con ellos? (b) ¿Entendemos todo cuanto hay que entender acerca de la gobernación del Reino de Dios?

      7 Aunque sus discípulos tenían puntos de vista incorrectos, Jesús no los condenó ni los rechazó. Sabía que irían adquiriendo entendimiento de las verdades de Dios gradualmente, y que espíritu santo guiaría progresivamente a sus seguidores de modo que tuvieran entendimiento claro al tiempo debido. Al cabo tendrían conocimiento completo acerca de la gobernación del Reino. Pero, mientras tanto, Jesús inculcó en aquellos primeros seguidores un interés y celo profundo en buscar el Reino primero, y la disposición de hacer ajustes en sus puntos de vista acerca del Reino. Así, aunque estaban limitados en conocimiento exacto acerca de las verdades del Reino, lo que sí sabían les permitía, mientras esperaban, ‘tener muy presente la presencia del día de Jehová.’ (2 Ped. 3:12) Hoy, nuestro conocimiento de la gobernación del Reino, lo que es y lo que logrará, es mucho más adelantado, pero todavía no está enteramente completo.

      VERDADES ACERCA DE LOS GENTILES

      8. ¿Qué problema hubo con relación a los gentiles? ¿Se presentó siquiera este problema en el Pentecostés?

      8 Otra cuestión que demuestra que el entendimiento de la verdad de Dios es progresivo tiene que ver con cómo, desde 36 E.C. en adelante, algunos judíos que se habían convertido al cristianismo consideraban a los conversos no judíos, o gentiles. Por ejemplo, ¿debería circuncidárseles, como se circuncidaba a los judíos naturales? ¿Fue siquiera presentado este asunto en 33 E.C. cuando el espíritu santo de Dios fue derramado en el Pentecostés? (Hech. 2:1-4) No, porque aunque ese derramamiento estableció que Dios estaba con aquellos discípulos y desde entonces en adelante los guiaría, no les impartió milagrosamente conocimiento acerca de todo detalle de las verdades de Dios. Esto se puede ver por el hecho de que la cuestión de la circuncisión no fue presentada en decretos sobre los cuales hubieran decidido los apóstoles y ancianos que estaban en Jerusalén sino hasta 16 años después del Pentecostés, en el año 49 E.C.—Hech. 16:4.

      9-11. (a) Después de haber seguido la guía de Jehová por años, ¿por qué estuvieron sus siervos mejor capacitados para encargarse de un programa que tuvo que ver con la circuncisión? (b) ¿Cómo contribuyó la visión que se le dio a Pedro a que éste se ajustara al entendimiento apropiado de la verdad?

      9 Durante todos aquellos años Jehová permitió que su pueblo experimentara la manera en que él de hecho estaba tratando con los gentiles. De esta manera, se profundizó en ellos el aprecio y entendimiento del asunto. Así, cuando surgió una cuestión que exigió acción decisiva, sus siervos habían llegado a estar bien equipados para encargarse de ella con sabiduría y perspicacia. Tome, por ejemplo, el ajuste que tuvo que hacer Pedro en su punto de vista. Más de tres años después del Pentecostés, el apóstol Pedro fue guiado por espíritu santo para corregir su punto de vista sobre los gentiles, a quienes había considerado contaminados, inmundos.

      10 En una visión, a Pedro se le dijo que comiera alimentos que se consideraban inmundos bajo la ley mosaica. Cuando, sorprendido, él respondió que no comía aquellos alimentos, una voz del cielo le dijo que lo que Dios llama limpio ya no puede ser considerado inmundo. Y en aquel mismo momento vinieron mensajeros del gentil Cornelio. Cornelio los había enviado para que le pidieran a Pedro que viniera a su hogar para hablarle acerca de los propósitos de Dios. ¡Pero Pedro acababa de expresar horror con relación a comer alimentos inmundos, y ahora se le estaba pidiendo que entrara en el hogar de un gentil, a quien también consideraba inmundo! ¿Qué debería hacer? Espíritu santo dirigió la respuesta: “Levántate, pues, baja y vete con ellos, no dudando nada, porque yo los he despachado.”—Hech. 10:9-20.

      11 Pedro comprendió. La visión acerca de que Jehová limpiara algo que anteriormente se consideraba inmundo no era solo sobre alimento, sino también, y esto era más importante, sobre la actitud de Pedro para con los gentiles. Pedro, evidenciando que había entendido, más tarde dijo a Cornelio y su casa: “Por lo tanto vine, verdaderamente sin oponerme, cuando se me mandó llamar.” Entonces el espíritu santo fue derramado sobre aquella familia gentil, y fueron bautizados. Espíritu santo había mostrado que Dios ahora favorecería a los gentiles sin que estuvieran circuncisos.—Hech. 10:21-48.

      12. (a) ¿Qué otro problema surgió respecto a los gentiles, y cuándo? (b) ¿Con qué como base podía el cuerpo central dar una respuesta decisiva?

      12 Sin embargo, ¿satisfizo esto a todos los judíos cristianizados respecto a los gentiles? No, porque pasaron otros 13 años, y unos judíos circuncisos que vinieron a Antioquía, Siria, presentaron una cuestión en cuanto a si los gentiles tenían que ser circuncidados o no. (Hech. 15:1, 2) Por eso, en el año 49 E.C. se hicieron arreglos para una reunión con el cuerpo central de los apóstoles y otros ancianos en Jerusalén. En aquella reunión, Pedro, Pablo y Bernabé relataron lo que Dios había logrado entre los gentiles incircuncisos a quienes ellos habían predicado. Después de haber examinado la manera en que Jehová de hecho había tratado con estos gentiles por muchos años, ellos confirmaron unánimemente el testimonio de las Santas Escrituras, y fortalecieron la verdad de que no había que circuncidar a los gentiles.

      13. ¿Cómo mostraron algunos falta de aprecio a la manera en que Jehová guía a su pueblo, y probablemente con qué resultado?

      13 No todos los seguidores de Cristo estaban dispuestos a corregir puntos de vista anticuados. Algunos usaban las clarificaciones como excusa para abandonar la verdad, en vez de verlas como evidencia de que Jehová guiaba progresivamente a su pueblo. Por ejemplo, cuando Jesús introdujo la ilustración acerca de comer simbólicamente su carne y beber su sangre, el registro bíblico declara que, “debido a esto muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás y ya no andaban con él.” (Juan 6:53-66) ¡Cuán falto de perspicacia fue hacer aquello! ¡Que falta de aprecio en cuanto a la manera en que Jehová conduce a su pueblo! Es probable que 38 años después esto les costara mucho a algunos de ellos, puesto que no hay duda de que los que no hubieran continuado andando en armonía con el entendimiento progresivo de la verdad probablemente habrían rechazado las instrucciones de Jesús de huir de Jerusalén antes de que fuera destruida. Eso les debe haber costado la vida, mientras que los que continuaron dejando que Jehová los guiara huyeron y se salvaron.—Luc. 21:20-24.

      GUÍA EN NUESTRO DÍA

      14. ¿Hasta qué grado ha sido corregido nuestro punto de vista sobre verdades básicas durante el siglo pasado?

      14 Cuando contemplamos lo que la organización de Jehová ha estado publicando a través de las páginas de La Atalaya y otras publicaciones durante este siglo que acaba de pasar, encontramos una abundancia de alimento espiritual sano. A principios de este período de tiempo, se aclararon verdades bíblicas fundamentales, y permanecen claras hasta este día. Nuestro punto de vista sobre el infierno, la Trinidad, el purgatorio, el alma, dónde están los muertos, el rescate, la resurrección, el destino de la Tierra, el Reino y otras doctrinas claves ha cambiado muy poco durante 100 años. La verdad siempre ha sido la verdad, aunque, a veces, nuestro entendimiento de ella ha exigido ajuste.—Compare con Juan 16:13.

      15. ¿Ha habido necesidad de que los siervos actuales de Jehová hagan ajustes en sus puntos de vista?

      15 Jehová ha seguido guiando a su pueblo paso por paso a un aprecio más pleno de sus verdades, y esto a su propio tiempo y a su propia manera. Debido a esto, los testigos de Jehová desde los tiempos más tempranos en el siglo que acaba de pasar han entendido que deberían estar dispuestos a modificar y corregir sus puntos de vista sobre doctrina, práctica y procedimiento relacionado con organización cuando se hiciera claro que el espíritu de Jehová los dirigía hacia esos ajustes. Como reconoció Bryan Wilson en la revista New Society (Nueva sociedad), los testigos de Jehová “siempre han sostenido que el estudio continuo de la Biblia pudiera llevar a conocimiento más pleno, y en ocasiones anteriores han admitido que han cometido errores en la interpretación de la profecía.”

      16. (a) ¿Por qué es el campo de la profecía bíblica un campo con relación al cual se requiere particularmente tener la disposición de reajustar los puntos de vista? (b) ¿Cómo han respondido los siervos de Jehová a la información acerca de los “últimos días,” y cómo se les ha apoyado?

      16 Quizás el campo en el cual realmente se necesita disposición para el reajuste es el campo de la profecía bíblica. La mayoría de las profecías se dan solamente en bosquejo general. Por lo tanto, se requiere fe para esperar el desenvolvimiento de los detalles. (Heb. 11:1) Un ejemplo de esto tiene que ver con las profecías bíblicas que muestran que el inicuo sistema actual bajo Satanás será destruido y reemplazado por “nuevos cielos y una nueva tierra.” (2 Ped. 3:13) Sin embargo, en la Biblia se dan suficientes aspectos de la “señal” general del fin inminente como para que el tiempo actual quede señalado con claridad como los “últimos días,” “el tiempo del fin.” (2 Tim. 3:1; Dan. 12:4) Esto ha incitado a los siervos de Dios a intensificar la obra de cumplir las palabras de Jesús: “Estas buenas nuevas del Reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14) Han tenido éxito en hacer esto y en sobrevivir como organización, además de prosperar espiritualmente a pesar de enorme persecución, y lo mismo ha sucedido en cuanto a ponerse y desplegar la nueva personalidad en este mundo degradado. Todo esto es testimonio del hecho de que Jehová ciertamente los ha apoyado.—Isa. 54:17.

      17. ¿Significa el que nuestras propias expectativas prematuras no se cumplan que Jehová ha cambiado sus propósitos?

      17 Sin embargo, durante estos “últimos días,” ¿han tenido de antemano puntos de vista erróneos acerca del fin o telos (griego) de este sistema algunos siervos de Jehová? Sí, los han tenido. Algunos de estos puntos de vista tienen que ver con cuánto tiempo pasaría antes de que llegara el fin. Por celo y entusiasmo por la vindicación del nombre, la Palabra y los propósitos de Jehová, y por el deseo de un nuevo sistema, algunos de sus siervos a veces han esperado ver la realización de ciertas cosas antes del debido tiempo para ellas. Esto se asemeja al punto de vista que tenían los discípulos en cuanto a la inminencia del reino de Dios en el día de ellos. (Hech. 1:6) Pero ¿significa el que a veces las expectativas hayan sido prematuras y, por lo tanto, no se hayan cumplido, que Dios de alguna manera ha cambiado de propósito? De ninguna manera. “Mi propio consejo subsistirá, y todo lo que es mi deleite haré,” dice Jehová. (Isa. 46:10) Por eso, tanto los propósitos como el tiempo que Jehová ha determinado para establecer un nuevo orden justo están firmemente fijados.

      18. ¿Por qué es importante no pasar de “las cosas que están escritas”?

      18 Esto ciertamente graba en nosotros el hecho de que es necesario pesar cuidadosamente todos los factores bíblicos y no dar énfasis a algunos hasta el punto de eclipsar otros. Como Jesús mismo lo declaró tan diáfanamente: “Respecto a aquel día y hora nadie sabe.” (Mat. 24:36) Siempre es necesario prestar atención estricta al consejo del apóstol Pablo de “no ir más allá de las cosas que están escritas.”—1 Cor. 4:6.

      19. Aunque ha habido reajuste de puntos de vista, ¿cómo confirma la evidencia que este sistema terminará pronto?

      19 Aunque muchos testigos de Jehová han tenido que ajustar sus puntos de vista con relación a este asunto, ¿podemos negar que estamos en el “tiempo del fin”? Ciertamente la evidencia del fin inminente de este sistema aumenta día tras día, a medida que vemos la desintegración, cada vez más profunda, de instituciones como el matrimonio, la familia, el gobierno y la religión mundana, así como un incremento en el delito y la violencia, y cada vez mayor falta de respeto a Dios.—2 Tim. 3:1-5.

      20, 21. ¿Cómo se recompensará a los que continúen andando a la luz progresiva que da Jehová?

      20 Aunque a estos “últimos días” todavía les queda un tiempo de duración indeterminada, una cosa es cierta. Los que continúan andando bajo la luz que procede de Jehová, una luz que sigue adelantando, y están dispuestos a ser reajustados, serán parte del resto ungido y de la “grande muchedumbre” que ‘sale de la grande tribulación’ y entra en el justo nuevo orden de Dios. “El Cordero que está en medio del trono, los pastoreará [a la grande muchedumbre], y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de sus ojos.”—2 Ped. 3:14, 15; Rev. 7:9-17.

      21 Así, los que acudan a Jehová por guía pueden esperar con confianza el establecimiento de un nuevo sistema en el cual “los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella.” Allí, “el inicuo ya no será.” Pero en su lugar, los mansos y enseñables “hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”—Sal. 37:10, 11, 29.

      22. ¿Qué confianza pueden tener los siervos de Jehová ahora y con relación al futuro?

      22 Por eso, como ha sucedido durante los pasados 100 años en el caso de la organización moderna del pueblo de Jehová, nosotros hoy confiamos en que también durante lo que queda de estos últimos días sucederá que ‘Dios será nuestro Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre. Él mismo nos guiará hasta que muramos.’ (Sal. 48:14) Y entonces, en su nuevo orden, podemos con igual confianza esperar que Jehová continúe guiando a sus siervos durante toda la eternidad, sin que ellos tengan que morir en absoluto, porque “el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”—1 Juan 2:17.

      “[Echen] sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes.”—1 Ped. 5:7.

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