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Paz en el Lejano Oriente... ¿cuándo?¡Despertad! 1970 | 8 de mayo
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el camino de regreso a esa relación pacífica con Dios de la que disfrutaron Adán y Eva en un tiempo? Cada persona que esperara hacerlo tendría que dar los pasos que se bosquejan en la Palabra de Dios, la Santa Biblia. Y en la asamblea había algunos que se habían resuelto a hacer exactamente eso, pues 314 personas se ofrecieron para el bautismo como prueba de que se habían dedicado a Dios. Verdaderamente fue una vista memorable el verlas ser sumergidas en las aguas azules del Pacífico.
El sábado por la mañana una sesión especial, con conferencias, experiencias y recuerdos, suministró alguna historia de la obra del Reino en Hawai. Ellis W. Fox, ahora octogenario, dijo que había venido a Honolulú en 1915 y había sembrado algunas de las primeras semillas. Al hablar a un auditorio de 9.671, ¡cuánto se alegró al ver una realización de las palabras que escribió el escritor bíblico Santiago: “En cuanto al fruto de la justicia, su semilla se siembra en condiciones pacíficas para los que están haciendo la paz”!—Sant. 3:18.
Apropiadamente, la asamblea terminó en medio de los matices llenos de colorido de una típica puesta de Sol hawaiana con los suaves vientos alisios que mecían suavemente las palmeras. Profundamente grabada quedó en la mente de los delegados que partieron la convicción de que la era de paz que desde tanto tiempo atrás se prometió está cerca ahora; el magnífico propósito de Jehová tocante a los que son dignos de entre la humanidad pronto se realizará para gozo eterno de ellos. Entonces todo lo que tenga aliento estará haciendo aquello para lo cual fue diseñado... ¡alabando al Dios que concede la paz!
Un futuro pacífico seguro
Sí, las Asambleas “Paz en la Tierra” contestaron la pregunta que tenían en la mente muchas personas: ¿Cuándo vendrá la paz, la libertad del temor y de la inquietud, a las muchas naciones y tribus del Lejano Oriente?
La unidad y cooperación amorosa de los testigos de Jehová de muchos antecedentes raciales, nacionales y tribuales, al vivir y adorar juntos en paz durante estas muchas asambleas, ofrecieron poderoso testimonio de que el espíritu de Dios puede unir a los humanos ahora mismo como ninguna otra cosa puede hacerlo. Los observadores pudieron ver que era posible seguir los principios bíblicos, y que el seguirlos produce resultados excelentes aun en medio de un mundo impío. ¡Qué veraces las palabras del salmista: “Paz abundante pertenece a los que aman tu ley [Jehová], y no hay para ellos tropiezo”!—Sal. 119:165.
Pero, también, hubo el mensaje del entero programa de la asamblea. Infaliblemente Dios eliminará a todos los perturbadores de la paz y establecerá en la Tierra un reinado de paz de mil años, y que eso lo hará en el futuro muy cercano. (Rev. 20:6) Los hombres y las naciones no podrán impedirlo. (Dan. 2:44) Será para bendición de los que genuinamente anhelan la paz y la justicia. Esas personas, sin excepción, tienen que estar en relación pacífica con Dios, conociendo Su voluntad y haciendo cuanto esté de su parte para ponerla en práctica en su vida. Ahora, aunque todavía estamos rodeados de hombres egoístas y condiciones malas, es el tiempo en el cual cada uno puede probar su amor a Dios y su fe en la paz duradera que él traerá a toda la Tierra.
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Cambio importante en diez años¡Despertad! 1970 | 8 de mayo
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Cambio importante en diez años
◆ “En 1957, una encuesta Gallup reveló que el 69 por ciento de los norteamericanos creían que la religión iba adquiriendo incremento. Solo 23 por ciento sustentó esta convicción en 1967; en realidad, el 57 por ciento sostuvo el punto de vista de que a la religión le estaba yendo mal, en contraste con el 14 por ciento en 1957.”—Look, 29 de abril de 1969, pág. 55.
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