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Cambios sorprendentes en la Iglesia Católica¡Despertad! 1974 | 8 de octubre
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Jesucristo no enseñó a sus seguidores a apoyarse en ayudas materiales para la devoción. En vez de eso él dijo: “Los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorarle en espíritu y verdad.”—Juan 4:23, 24, Biblia de Jerusalén.
La perspectiva
Preguntas serias confrontan a los que han dejado de concurrir a la iglesia. ¿Están solo desilusionados con la Iglesia, o se ha enfriado su corazón hacia Dios?
Si en realidad es el amor a la justicia lo que los ha impulsado a alejarse de la confusión a la que se enfrentaban en la Iglesia, entonces no seguirán sencillamente tras un modo de vivir frío y materialista. Se sentirán impulsados a averiguar cómo Dios quiere que se le adore realmente. Esto los hará dirigirse a la Biblia, donde Dios revela su voluntad para nosotros. Querrán aplicarla en su vida y buscar a otros que hacen lo mismo y asociarse con ellos.
Los que permanecen con la Iglesia, esperando que de algún modo sobreviva la crisis actual, necesitan examinar sus opiniones también. ¿Por qué permanecen? ¿Es porque están convencidos de que las enseñanzas de la Iglesia están apropiadamente fundadas sobre la Palabra de verdad de Dios? ¿La han leído personalmente para averiguarlo? ¿O son mayormente indiferentes estando dispuestos a aceptar cualquier cosa que la Iglesia haga? Jesús dijo: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.”—Mat. 5:6, Biblia de Jerusalén.
Una persona católica sincera que tenía dudas acerca de su adoración comenzó a estudiar la Biblia para aprender lo que Dios requiere. Entonces le escribió a su tío anciano, un sacerdote en Roma, acerca de lo que estaba aprendiendo. Él le respondió en parte:
“Sí, hija mía, JEHOVÁ realmente es el nombre de DIOS. No se usa demasiado, pero cuán equivocados estamos. Debería haberse conocido desde hace mucho tiempo, pero no somos perfectos y tuvimos que obedecer a nuestro Superior incapaz, lo cual es trágico.
“La gente de esta Fe son buena gente, te están enseñando a ti y a otros la Verdad real. Qué maravilloso es ir de casa en casa, y qué duro es ese trabajo, pero, ¿no lo hizo Jesús?
“Ahora sobrina mía, si puedes, apreciaría que me enviaras más libros de los que estás estudiando. Me complace mucho el que puedas obtener conocimiento y conocimiento verdadero de la fuente correcta.”
Sí, muchos católicos sinceros se están aprovechando del ministerio de casa en casa de los testigos de Jehová. Están aceptando el servicio gratuito que ofrecen... un estudio de la Biblia en lo privado de su hogar. Están aprendiendo por sí mismos la clase de adoración que agrada a Dios. Para ellos lo que le ha pasado a la Iglesia Católica ha resultado ser una verdadera bendición. Puede ser que los haya apartado de una organización de adoración ideada por los hombres, pero el hacerlo así los ha ayudado a ‘acercarse a Dios.’—Sant. 4:8, Biblia de Jerusalén.
Pronto todos los que afirman tener creencias religiosas serán traídos a juicio. “Aquel día,” dice Jesús, los aprobados no serán los que gritan “Señor, Señor,” sino los que hagan “la voluntad de mi Padre celestial.” (Mat. 7:21, 22, Biblia de Jerusalén) Actúe prudentemente. ¡Use su oportunidad ahora para aprender la voluntad de Dios y para hacerla!
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Un peligro de la pereza¡Despertad! 1974 | 8 de octubre
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Un peligro de la pereza
● Repetidamente la Palabra de Dios aconseja en contra de la pereza. (Pro. 13:4; 26:14, 15) Una buena razón para esto se refleja en el dicho: ‘La pereza es como el dinero... mientras más se tiene, más se desea.’
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