Una visita a Guatemala
TERMINADA su visita con los testigos de Jehová en la ciudad de México, R. E. Morgan partió para Guatemala martes, el 6 de diciembre, saliendo del mismo aeropuerto de donde N. H. Knorr, presidente de la Sociedad Wátchtower, saldría el día 19. La ciudad de Guatemala sería la segunda etapa en una gira de servicio realizada por estos dos representantes de la Sociedad a algunas de las oficinas y casas misioneras de la Sociedad en Centro y Sudamérica y en algunas islas de las Antillas Holandesas.
Volando sobre territorio guatemalteco hacia la ciudad de Guatemala, que es la capital, el hermano Morgan podía ver, al lado izquierdo del avión, tres volcanes inmensos, a saber: Agua, Acatenango, y Fuego, siendo éste el único activo de los tres. A las 14 horas y 20 minutos el aeroplano voló sobre el lago Amatitlán a una altura de cien metros o más y entonces aterrizó sobre la pista pavimentada al sur de la capital en uno de los mejores aeropuertos de la América Central. La inspección de inmigración duró poco pero retuvieron el equipaje del hermano Margan en el aeropuerto por cuatro horas para fumigarlo. Las autoridades toman esta precaución contra la propagación de la fiebre aftosa, enfermedad infecciosa de las bestias vacunas. Además cada pasajero tuvo que andar por aserrín químicamente tratado por la misma razón; y el equipaje de todos se manejó así. Pero después de unos veinte minutos el siervo de Sucursal y todos los graduados de Galaad Y publicadores de compañía que habían venido para saludar al huésped de Nueva York estaban en camino al hogar de la Sucursal en 11 Avenida Norte N.º 8, ciudad de Guatemala. En camino pasamos por donde se está construyendo un centro enorme de deportes. Se apuran con esta construcción para tenerla lista para los concursos deportivos latinoamericanos en la primera parte de 1950. Está al día la ciudad de Guatemala con sus muchos ómnibus y nuevos autos finos. A la vez, al lado del modernismo, se ven muchas yuntas de bueyes, carros de caballos, e indios descalzos que llevan cargas pesadas a cuestas y sobre la cabeza. El espléndido hogar misionero consiste de siete dormitorios y un baño moderno, más una cocina y tres patios. El patio más grande está encerrado y forma un salón del reino ideal que acomoda a 200 personas sentadas. De verdad constituye un centro magnífico para la obra del Señor en Guatemala.
El miércoles el hermano Munsterman, siervo de Sucursal, y el hermano Margan tomaron un avión para Quezaltenango, una ciudad al noroeste de la capital, con unos 35,000 habitantes. En ella hay un hogar misionero y los hermanos allí han desempeñado bien el trabajo. Habían arreglado celebrar una reunión pública esa tarde en el Teatro Zarco. Los graduados de Galaad sentían algo de incertidumbre, pues no sabían lo que sucedería ni cuántas personas asistirían a una reunión entresemana. No hay compañía en Quezaltenango todavía, y el máximum que hasta esa fecha había asistido a una reunión pública era nada más que treinta y siete personas. A las quince horas no había más que unas veinte o treinta personas presentes y por lo tanto se resolvió esperar quince minutos. Cuando ya se había empezado a pronunciar el discurso “Libertad a los cautivos” había 145 oyentes. Todos los hermanos estuvieron muy contentos debido a la buena asistencia, y se esperaba que esta reunión diera ímpetu a la obra en Quezaltenango. En la actualidad se está formando allí una compañía. El jueves por la mañana todos los graduados de Galaad regresaron a la capital con los hermanos Morgan y Munsterman para asistir a la convención allí.
Se dice que el aspecto que presentó la ciudad de Guatemala la noche del miércoles era poco usual. Después de las dieciocho horas muchos fuegos iluminaban las calles, dos o tres en cada cuadra. Las campanas de las iglesias sonaban incesantemente, y se oía la explosión de cohetes. Era la víspera de la celebración anual de la concepción inmaculada de la virgen María, y por dondequiera se habían prendido fuegos para espantar a los espíritus malignos. En algunos casos llevan brasas calientes a las casas para que los espíritus malignos no se refugien en ellas. El jueves se notó como llevaron una imagen grande de la virgen de una iglesia a otra. Siguiendo a esta imagen venían ocho más, todas supuestamente representando a ángeles. Se repitió esta función el viernes por la noche cuando la virgen y sus ángeles fueron devueltos a la iglesia de su origen. Es una procesión muy ceremoniosa y tiene aspecto más o menos fantástico en la noche debido a las linternas y velas encendidas que llevan sobre varas largas. La gente llena las aceras para observar la procesión y muchos se adelantan al par con ella, vendiendo varias clases de comestibles y chucherías. Los hombres que llevan la estatua de la virgen sobre sus hombros pagan un tanto por cuadra por el privilegio de cargarla. Y los que por fin la cargan al interior de la iglesia, que se considera como el privilegio mayor de la ceremonia, pagan una suma mayor. Seguro que esto da importancia a la falta que hace la libertad para los cautivos.
El jueves por la noche se celebró una buena reunión de servicio en el salón del reino en la ciudad de Guatemala, y el viernes por la noche 184 hermanos estuvieron presentes al tiempo de abrirse la asamblea. Había jóvenes y mayores, el de más edad siendo un hermano de 80 años. Había viajado unos 200 kilómetros para asistir a la convención y pensaba que tal vez sería su última porque, según dijo él, “Empiezo a ser viejo para viajar”. Pero tiene una visión clara del Reino y es publicador activo. Su deseo sincero es que le ayuden con la predicación en su pueblo. Una hermana que tiene ocho hijos y que dirige varios estudios bíblicos cada semana, también estuvo presente. Muchos revelan gran celo en la predicación de la Palabra.
Se dedicó el sábado al servicio en el campo, principalmente a la distribución de 60,000 sueltos que llegaron de Bróoklyn el jueves. El programa de esa tarde y noche constó de varios discursos. El domingo por la mañana siete hermanos y nueve hermanas simbolizaron su consagración en una alberca pequeña en un parque a la orilla de la ciudad. La asistencia de 425 en la reunión pública el domingo por la tarde alegró los corazones de todos los hermanos. Esto era 173 más concurrentes que el máximo número asistiendo a cualquier otra reunión pública celebrada en este país. Todos convinieron en que ésta era la mejor convención que se había celebrado en Guatemala.
El lunes, 12 de diciembre, todos los hermanos en el hogar de la sucursal abordaron el ómnibus que iba a llevar al hermano Margan al aeropuerto. Pasando por las calles, vimos el hermoso palacio nacional, que constituye un orgullo arquitectural para la ciudad. Pero aun lleva las evidencias de la última revolución porque la superficie hermosa de sus fachadas de piedra verde pálido llevan las huellas de proyectiles de las armas, y algunos de los hoyos son grandes. Empero llegamos pronto al aeropuerto y parecía que la visita había sido demasiado breve. Pero los hermanos tenían motivo para gozar, pues sabían que la visita no se había terminado por completo, puesto que pocos días faltaban para la llegada del hermano Knorr. Él llegó el 20 de diciembre.
El avión que el hermano Knorr tomó para salir de la Ciudad de México partió a tiempo y teniendo buen viento, llegó temprano al aeropuerto guatemalteco. Aterrizó y procedió con las formalidades de costumbre para entrar al país, pero ninguno de los hermanos había llegado para esperarlo. Todos estuvieron muy mortificados cuando por fin llegaron y vieron que ya estaba el hermano Knorr. Sin embargo estuvieron muy alegres y al observar el regocijo que todos manifestaron, se hubiera pensado que estaba en plena celebración una convención. Se habían hecho los arreglos para celebrar una reunión esa noche. Habían invitado a todas las personas de buena voluntad. Luego hubo que arreglar las sillas en el salón del reino; y qué gozo dió ver que 225 personas asistieron. El asunto discutido fué el texto del año, “Predica la palabra,” y se hizo ver lo importante que es que los hermanos se preparen para seguir sin ayuda. No deben trabajar simplemente porque la Sociedad tiene una Sucursal inmediata o un hogar misionero, sino que todas las personas en la verdad deben estar listas para continuar, aun si llegaran a ser dispersadas como o fueron los hermanos en Jerusalén cuando la persecución creció en contra de la iglesia primitiva. Todos deben estar listos para ‘predicar la palabra’ por dondequiera. A pesar de no haberse desarrollado oposición a la predicación en Guatemala hasta ahora, pues se recibe bien el mensaje, hay que recordar que el Diablo está siempre listo para acosarles de algún modo y perturbar la tranquilidad de la organización.
Hubo muchos problemas que discutir relacionados con la Sucursal y la obra que se ha de desempeñar en Guatemala. Hay más de tres millones v medio de habitantes en el país, y en la actualidad hay un promedio de 188 publicadores, habiéndose alcanzado un máximum de 218 durante el año pasado. Sin embargo la expansión es muy notable en Guatemala, pues en la ocasión de la visita anterior sólo hubo un promedio de 25 publicadores en todo el país. Eso fué hace tres años y medio. Ahora se hacen los arreglos para mandar más graduados de Galaad a Guatemala, probablemente diez, para trabajar en otras ciudades. Y los graduados de Galaad que ya están en el país van a trabajar no solamente en las poblaciones donde están, sino que, en determinadas fechas de ciertos meses, se irán a algunas de las aldeas para ver lo que se puede hacer para establecer compañías. El siervo de Sucursal visitará con más frecuencia a las cuatro compañías ya establecidas y a varios hermanos aislados. Hay mucho que hacer en Guatemala y los hermanos tienen ansias de hacerlo. Después de pasar dos días felices en Guatemala el presidente de la Sociedad se encaminó hacia San Salvador, siguiendo la ruta tomada por su secretario.