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  • La bondad y la prudencia... lo que pueden efectuar
    La Atalaya 1973 | 15 de enero
    • bondad: ‘Odio a Dios y no quiero tener nada que ver con la Biblia.’ Al partir, ella dijo: ‘Si usted necesita algo personal, puede venir a verme.’

      “Poco tiempo después, yo necesité a alguien que supiera tanto alemán como inglés y que me pudiera traducir algo. No pude pensar en ninguna otra persona salvo esta muchacha alemana que había obrado con tanta falta de bondad. Con alguna desconfianza, llamé a su puerta. Abrió la puerta y dijo con frialdad: ‘¿Qué? ¿Ha regresado?’

      “Contesté: ‘Pero usted dijo que podía volver si necesitaba algo.’

      “‘¡Oh!’ dijo y entonces añadió: ‘Bueno, ¡entre!’

      “Después de explicarle el asunto, se mostró muy amigable y me ayudó con ello. Para mostrar cuánto agradecía su ayuda, la invité a que viniera a mi casa al día siguiente para disfrutar de pastel alemán y café. Bueno, vino una y otra vez. Parecía que venía todos los días. Tuve una idea. Si sigue visitándome, tengo una oportunidad excelente para decirle algo acerca de la Biblia y el nuevo orden que Dios ha prometido. De modo que durante sus visitas, mientras bebíamos café y saboreábamos el pastel alemán, le decía un poco acerca de los propósitos de Dios cada día.

      “Por ejemplo, cuando su niñito enfermó de algo, señalé que no se enfermaría de nada en el nuevo orden de Jehová. Cuando habló de su anhelo de ser dueña de una casa nueva, prudentemente le expliqué que podría ser dueña de una en el paraíso terrestre que Dios promete. Seguí este sembrar y regar apacibles por unos cuatro meses. Una mañana vino a mi casa temprano y tocó a la puerta. Abrí la puerta y allí estaba con la misma mirada desprovista de bondad que tenía cuando la conocí por primera vez. Casi me empujó dentro de la casa y me ordenó que me sentara, lo cual hice. Entonces encolerizadamente agitó su brazo contra mí y dijo: ‘Usted, usted me ha embrujado.’

      “Le contesté apaciblemente: ‘¿Yo? ¿Cómo?’

      “Contestó: ‘Anoche soñé con ese nuevo orden del que usted siempre habla. Puesto que usted es la que me dice estas cosas, ¡muéstreme dónde están en la Biblia!’ De modo que tomé mi Biblia y le mostré lo que quería saber. ‘Ahora,’ gritó, ‘venga a mi casa.’ Fuimos a su casa y allí bajó su Biblia de treinta dólares de un anaquel muy alto. Entonces dijo: ‘Ahora, ¡muéstremelo con mi propia Biblia!’ Lo hice.

      “Unos cuantos meses después, cuando ella había adquirido más entendimiento de la Biblia, se puso su Biblia de treinta dólares bajo el brazo y fue de puerta en puerta donde vivía. Mostró a la gente muchas de las cosas maravillosas que había aprendido. Hizo esto porque le parecía que se lo debía a Jehová, que debía dar a saber a todos que ella realmente había cambiado. Algunos reconocieron que ésta tenía que ser la religión verdadera si podía cambiar a una persona como ella.

      “He aprendido de esta experiencia que si uno encuentra a alguien desprovisto de bondad, siempre se le debe mostrar bondad. ¡Quién sabe! Podría ser otra persona semejante a oveja.”

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1973 | 15 de enero
    • Preguntas de los lectores

      ● ¿Es bíblico actuar de padrino o designar padrinos para los hijos de uno?—EE. UU.

      La práctica de designar a alguna persona o personas que no sean los padres como padrinos de un infante o niño al tiempo de su bautismo solemne y, más tarde, en la confirmación del individuo, es un rito de la Iglesia Católica. La práctica también aplica a adultos cuando se bautizan o confirman.

      En el bautismo de los infantes los padrinos (por lo general parientes o amigos que son personas bautizadas) piden “la fe de la Iglesia de Dios en el nombre del niño.” (The Catholic Encyclopedia) También hacen una profesión y declaración de fe y piden el bautismo, en el nombre del niño. En caso de que los padres no cumplan, es decir, no críen al niño en la fe católica, los padrinos están obligados a instruirlo concerniente a fe y moralidad.

      En el rito de la confirmación (como el bautismo, considerado sacramento) por lo general otra persona (o personas), diferente del padrino (o padrinos) designado al tiempo del bautismo del niño, actúa como padrino. Él o ella tiene que estar bien instruido en la fe católica.

      ¿Cuál es la posición bíblica en cuanto a esta práctica? Ante todo, el bautismo de infantes no es bíblico. En vista del hecho de que el ‘recibir la palabra con sus oídos’ y ‘hacer penitencia’ preceden al bautismo de agua, y que el bautismo requiere que el individuo tome una decisión solemne, es evidente que tiene que tener suficiente edad para hacer estas cosas él mismo. (Hech. 2:14, 38, 41, Versión Douay) El apóstol Pablo escribe: “Porque, con el corazón, creemos para alcanzar justicia: pero, con la boca, se hace confesión para salvación.” (Rom. 10:10, Dy) Esto no lo podría hacer un infante o niño muy pequeño. De modo que las Escrituras excluyen el bautismo de infantes.

      Además, ninguna persona realmente puede creer con el corazón o hacer confesión con la boca por otra persona. Es cierto, el apóstol Pablo indicó que los niños menores obedientes son “santos” a causa del padre o la madre fiel. Esto se debe a que Dios considera a los padres, no a ningún individuo de afuera, responsables por los hijos. (1 Cor. 7:14) Dios así hace una provisión bondadosa a favor de sus siervos fieles. Pero cuando los hijos de éstos llegan a la edad de responsabilidad ya no son abarcados por este arreglo. Cada uno tiene que estar de pie o caer de acuerdo con su propia fe personal.—Rom. 14:4; Eze. 18:20.

      Es verdad que el apóstol Pablo dijo a la congregación en Corinto: “Porque si tienen diez mil instructores en Cristo, no obstante no tienen muchos padres. Pues en Cristo Jesús, por el evangelio, yo los he engendrado.” (1 Cor. 4:15, Dy) Sin embargo, Pablo no fue “padrino” de esta congregación. Más bien, había sido el primero que les trajo el evangelio por el cual llegaron a ser creyentes. En un sentido espiritual llegó a serles padre por medio de este mensaje vivificante, aunque más tarde otras personas tuvieron parte en instruirlos. Pablo se vio obligado a recordar a los cristianos corintios este hecho, porque estaban dejándose seducir y apartar de Cristo por apóstoles falsos. Esto no quería decir que él exigía ser llamado “padre,” o que se estaba refiriendo a una posición de padrino designada por la iglesia.—2 Cor. 11:3, 13.

      Hoy en muchos lugares la práctica de tener padrinos solo es una formalidad. El padrino por lo general le da un regalo al niño, y después de eso a menudo tiene poco que ver con el niño, en cuanto a entrenarlo en la fe. Sin embargo, puesto que el principio solo se basa en la tradición católica y es contrario a las Escrituras, los cristianos verdaderos evitarán cualquier cosa que tenga que ver con dicha práctica.

      ● ¿Condonó Dios el que Lot se emborrachara y engendrara hijos con sus propias hijas?—EE. UU.

      La respuesta a esta pregunta tiene que determinarse a la luz de los antecedentes de este incidente y en relación con otros textos.

      Lot y sus dos hijas fueron las únicas personas que sobrevivieron a la destrucción de Sodoma y Gomorra. Después de esta destrucción empezaron a morar en la ciudad de Zoar. Sin embargo, por alguna razón Lot temió seguir morando allí y, con sus hijas, se puso a morar en una cueva. (Gén. 19:30) Después de eso la primogénita le dijo a su hermana más joven: “Nuestro padre es viejo y no hay hombre en el país que tenga relaciones con nosotras según la manera de toda la tierra. Ven, demos a beber vino a nuestro padre y acostémonos con él y conservemos prole de nuestro padre.”—Gén. 19:31, 32.

      El hecho de que se esforzaron por embriagar a su padre sugiere que ellas se daban cuenta de que él jamás habría accedido a tener relaciones sexuales con ellas en una condición sobria. Pero en las circunstancias en que se hallaban, les pareció que era la única manera de evitar la extinción de la familia de Lot. Eran forasteras en la tierra y no había nadie de su parentela con quien podrían entrar en matrimonio y así conservar el linaje. También hemos de recordar que las hijas de Lot habían morado entre los habitantes de Sodoma moralmente envilecidos. En vista de estos factores, no habría sido difícil el que ellas justificaran su proceder en su propia mente. ¿Por qué, entonces, aparece el relato en las Escrituras?

      La narración no se presenta en la Biblia para estimular pensamientos eróticos. Está allí con un propósito, pues revela la relación de los moabitas y los amonitas con los descendientes de Abrahán que llegaron a conocerse como israelitas. Puesto que Lot era sobrino de Abrahán, los israelitas estaban relacionados con los moabitas y amonitas, que descendieron de los dos hijos que Lot produjo por medio de sus hijas. (Gén. 11:27) Más tarde esta relación carnal llegó a gobernar las acciones de Israel al tratar con los moabitas y amonitas. Por ejemplo, al tomar posesión de la tierra al este del río Jordán, los israelitas, bajo órdenes divinas, tuvieron cuidado para no traspasar los límites de los terrenos de los amonitas y moabitas.—Deu. 2:9, 18, 19, 37.

      ¿Queda con duda algún lector sincero de la Biblia en cuanto a la conclusión que se ha de sacar de este relato acerca de Lot y sus hijas? ¿Hay algo que le haga pensar que tal conducta, quizás, sea aprobada por Dios?

      Es verdad que en el capítulo 19 de Génesis los hechos históricos se transmiten sin ningún comentario tocante a la aprobación o desaprobación de Dios de que Lot haya cometido incesto dos veces en una condición de embriaguez. Pero en porciones posteriores del registro bíblico,

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