Ponderando las noticias
Eva... ¿igual, o un complemento?
“Cuando Dios concluyó que crearía otra criatura a fin de que el hombre no estuviera solo, decidió hacer ‘un poder igual a él’, alguien cuya fuerza fuera igual a la del hombre”, afirma el erudito en el lenguaje bíblico R. David Freedman en Biblical Archaeology Review. Esta declaración se basa en su nueva interpretación de dos palabras que se encuentran en Génesis 2:18, que se ha traducido como sigue del texto hebreo: “Le haré una buena compañera que le ayude” (Jerusalem Bible, católica, en inglés); “Haré una ayudante adecuada para él” (New Jewish Publication Society); “Le haré ayuda idónea para él” (Versión Valera, 1977); “Voy a hacerle una ayudante, como complemento de él”. (Traducción del Nuevo Mundo.)
Queda claro que la idea de Freedman de que la mujer fue hecha ‘un poder igual al hombre’ no armoniza con los puntos de vista escolásticos de la mayoría de los traductores de la Biblia. Al comentar sobre un factor que tal vez haya influido en esta versión poco común, el editor y traductor bíblico Birger Pearson dijo, según se informa, que el hacer tal cambio “no se le hubiera ocurrido a nadie sino hasta tiempos recientes”, y solo ha ocurrido en la actualidad debido al movimiento para la liberación de las mujeres.
Declaraciones que se hallan en otras partes de la Palabra inspirada de Dios sostienen el papel de la mujer como ‘ayudante y complemento’. Por ejemplo, el apóstol Pedro no sostuvo la idea de que la mujer hubiera sido hecha ‘un poder igual al hombre’, sino que instó: “Ustedes, esposos, continúen morando con ellas de igual manera de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el femenino” (1 Pedro 3:7). Pero el desempeñar el papel de complemento no hace de la mujer una criatura inferior. En realidad, ella posee cualidades que completan las del hombre dentro del arreglo de Dios. (1 Corintios 11:3, 11, 12; Efesios 5:21-33.)
Las relaciones de familia hoy
Recientemente, en una página del periódico The New York Times, aparecieron dos artículos sobre la familia. Uno de ellos, intitulado “Infanticidio en la China”, hace referencia a “informes periodísticos en los diarios de la China” sobre la matanza de infantes hembras y el maltrato que reciben sus madres. Dice que debido a que se está poniendo en práctica cierta norma gubernamental para el control de la población, “grandes cantidades de infantes hembras han sido degolladas, ahogadas o abandonadas para morir, y muchas mujeres han sufrido grave maltrato”.
El otro artículo, intitulado “Apoyo a los padres”, presenta objeciones respecto al plan gubernamental de los Estados Unidos para disminuir el costo de programas médicos sociales por medio de requerir que, en ciertos casos, “miembros adultos de la familia mantengan a familiares adultos”. Un argumento que se presenta en contra de esto es que “los hijos no escogen a sus padres ni escogen nacer. No se hacen parte de ningún contrato para suministrar ayuda quid pro quo [recíproca]”. Las personas tienen que pensar en su propia jubilación y en su propia vejez, dice el artículo, y no se les debería añadir ‘la carga’ de sus padres envejecidos.
Aunque los periodistas tal vez tengan diversas ideas respecto a las relaciones humanas, ¿hay otras razones para el maltrato de las infantes hembras y de sus madres y para el abandono de los padres envejecidos? Sí, por lo menos hasta cierto grado, estas cosas están sucediendo hoy debido a que las personas se han vuelto ‘amadoras de sí mismas’ y no tienen “cariño natural”, como se predijo en la Biblia. Tales sucesos constituyen evidencia adicional de que los nuestros son verdaderamente “los últimos días”. (2 Timoteo 3:1-3.)
Exhortación de un cardenal
En una carta publicada en la Hoja Diocesana, el cardenal Tarancón, de Madrid, exhorta a los obispos a “recordar a los cristianos sus deberes, no solo para con Dios y la Iglesia, sino también para con la comunidad política”. ¿Por qué? El cardenal dice: “Creo que el momento que estamos viviendo [justamente antes de las elecciones generales] está exigiendo una palabra clarificadora para que nadie olvide su deber. No se puede justificar el abstencionismo [de las elecciones] por razones religiosas o patrióticas”. Luego agrega: “Los obispos queremos lo mejor para nuestra patria [...] y debemos ayudar a conseguirlo”.
¡Qué contraste con las palabras de Jesucristo! A los que habían de ser verdaderos pastores del rebaño cristiano, él dijo: “Porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia”. En vez de exhortar a sus seguidores a que buscaran “lo mejor para nuestra patria”, Jesús instó: “Buscad primero su Reino [de Dios]”. (Juan 15:19; Mateo 6:33, Biblia de Jerusalén, católica.)