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La ciencia y la Biblia¡Despertad! 1983 | 22 de febrero
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Wellhausen consideraba ‘un espejismo glorificado’ procedente del primer milenio. Ahora investigaciones eruditas más recientes han hallado pruebas que han convencido a muchas personas de que, después de todo, los patriarcas fueron personas de la vida real, y que vivieron en el período que se indica en la Biblia, a saber, el segundo milenio a. de J.C.” (Ebla, a Revelation in Archaeology, por Chaim Bermant y Michael Weitzman). Así que, en este caso, los progresos en la ciencia de la arqueología han hecho que las ideas de muchos eruditos se conformen más estrechamente a lo que dice la Biblia.
Tal vez la diferencia más conocida entre la Biblia y la ciencia moderna tenga que ver con la teoría de la evolución. La evolución enseña que todas las cosas vivientes se desarrollaron gradualmente de una sola fuente biológica. Esto difiere de lo que dice la Biblia, a saber, que Dios creó todas las cosas vivientes separadamente, y que cada una se reproduce “según su género” (Génesis 1:11, 12, 21, 24, 25). La ciencia ha demostrado que es posible que exista gran variedad entre los géneros o clases generales de animales. Pero la noción de que, por ejemplo, el rinoceronte, el águila y la caballa al fin y al cabo tengan un mismo antepasado claramente contradice lo que dice la Biblia. ¿Significa esto que la Biblia esté errada?
No. Muchas son las personas que no aceptan la idea de que las pruebas disponibles sean evidencia de que haya ocurrido evolucióna. Y ¿quién sabe lo que encierra el futuro para esa teoría? En primer lugar, la idea de que toda vida haya descendido de una sola forma ancestral está siendo atacada en ciertos sectores. En 1978, el profesor Dr. A. E. Wilder Smith, autor de más de cincuenta libros científicos, escribió: “Varias autoridades, en la mayoría personas jóvenes, se han convencido en los últimos años de que la biogénesis, el origen de la vida, no fue monofilética (mediante una sola célula que sirviera de fuente común a todas las cosas vivientes), sino más bien polifilética (de muchas fuentes). Por lo tanto, hoy hay autoridades que ya no creen que todas las especies se hayan derivado de una sola célula original mediante el transformismo. No creen que todas las especies hayan tenido un árbol ancestral biológico en común con una sola raíz para todas las formas de vida”.
Eso no es exactamente lo que dice la Biblia. Pero se aproxima más a lo que ésta dice que el puro evolucionismo darvinista. Y puede que investigaciones y teorías futuras resulten en que muchos científicos se aproximen aún más, en lo que digan, a lo que dice la Biblia. Pero aun si no sucediera así, ¿deberíamos nosotros suponer por eso que los científicos tienen razón y que la Biblia está errada?
Recuerde que las teorías científicas se basan en las pruebas que están disponibles, según las interpretan personas imperfectas. En el caso de la paleontología (el estudio de los fósiles) —y de la arqueología— muchas de las pruebas están mutiladas, se han extraviado o son difíciles de interpretar. Además, frecuentemente los científicos que las interpretan tienen fuertes opiniones acerca de lo que las pruebas deban apoyar. Por eso, no deberíamos apresurarnos a descartar la Biblia debido a que no concuerde con alguna teoría científica. Esto es especialmente cierto si recordamos que la Biblia revela muchas verdades que están más allá del alcance de la ciencia.
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Más allá del alcance de la ciencia¡Despertad! 1983 | 22 de febrero
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Más allá del alcance de la ciencia
“ES PELIGROSO el intenso énfasis que se da a la ciencia hoy, [...] el negar que haya validez alguna fuera de los hallazgos de la ciencia es absurdo.” Estas palabras de advertencia de Vannevar Bush, a quien a veces se ha calificado de padre del computador moderno, son oportunas. La ciencia no tiene las respuestas a todas las preguntas. Hay verdades esenciales que están más allá del alcance de la ciencia. ¿Cuáles son?
La ciencia y Dios
Erwin Chargaff, por largo tiempo bioquímico de la Universidad de Columbia, de
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