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  • No se deje entrampar por manías ni diversión
    La Atalaya 1976 | 1 de enero
    • constantemente sobre la senda que tenemos delante. (Rev. 20:1-3; Sal. 119:105) Y es nuestro privilegio ayudar a los que tratan de librarse, declarándoles la verdad que da libertad a los hombres y mostrando que verdaderamente somos amadores de Dios y no simples amadores de placeres.—2 Tim. 3:4, 5; Juan 8:32.

  • No deje que su fe naufrague por desaliento ni personalidades
    La Atalaya 1976 | 1 de enero
    • No deje que su fe naufrague por desaliento ni personalidades

      “[Sigue] guerreando el guerrear excelente; manteniendo la fe y una buena conciencia, la cual algunos han echado a un lado y han experimentado naufragio respecto a su fe.”—1 Tim. 1:18, 19.

      1. ¿Cómo son los cristianos como barcos en el mar?

      LOS cristianos en este injusto mundo de la humanidad son como barcos en mar abierto. Tanto unos como otros se enfrentan constantemente a peligros. Un barco puede ser partido en dos por las tempestades que agitan el mar a la violencia. Arrecifes y témpanos pueden abrir grandes hendeduras en un barco y enviarlo rápidamente al fondo del océano. La mala visibilidad o la pérdida de potencia o dirección pueden causar colisiones con otros barcos o una encalladura. De manera similar, los cristianos pueden experimentar el naufragio de su fe si no están siempre alerta a los peligros de este mundo. Los millones de personas de este mundo que no conocen a Dios son como un mar agitado, y los cristianos están como a flote en este mar de la humanidad. (Isa. 57:20, 21) Jesús reconoció que sus discípulos tendrían que continuar por un tiempo en este mundo, pero que no habrían de ser parte de él. (Juan 17:11, 14-16) Como un barco, pueden estar en el mar, pero, cuando el mar empieza a introducirse en el barco, eso es razón para alarma inmediata.

      2. Aunque así los cristianos pueden estar en el mar de la humanidad, ¿qué peligro existe tocante a las actitudes y prácticas de este mundo?

      2 Así, los cristianos siempre tienen que estar vigilando que las prácticas y actitudes que son comunes en este sistema no se cuelen en la congregación cristiana o causen el naufragio individual de su fe. Dos actitudes y prácticas comunes que descuellan como amenazas envuelven el desaliento y el permitir que las personalidades lo distraigan o lo aparten a uno, y abordaremos estos asuntos en este artículo.

      ENFRENTÁNDOSE AL DESALIENTO

      3, 4. (a) ¿Cómo ha usado Satanás circunstancias desalentadoras para mantener a la humanidad esclavizada a él? (b) ¿Qué factores son causa de desaliento a menudo?

      3 Los efectos del desaliento se pueden ver profundamente grabados en los rostros tristes de las masas de la humanidad. Por siglos Satanás ha usado circunstancias desalentadoras para poner a la gente en esclavitud a él mismo y su sistema, y se deleita en particular al ver que los cristianos, debido a desaliento, aflojan el paso o se apartan de su resolución de servir a Jehová. Por consiguiente hay la necesidad de que los cristianos siempre estén alerta para que no los inunden y hundan las olas del desaliento.

      4 Muchos factores son causa de desaliento. Una causa muy común envuelve la salud. Cuando uno no se siente bien, y especialmente a través de un largo período de tiempo, hay la tendencia natural a hacerse introvertido y a manifestar un compadecerse de uno mismo. No hay la fuerza o incentivo para hacer lo que uno quisiera hacer. O pudiera ser que uno estuviera combatiendo una debilidad en particular o estuviera tratando de enfrentarse a una imperfección perturbadora de la carne. La enfermedad crónica de un miembro de la familia o una muerte en la familia trae pena y aflicción. Cuando en una familia no todos son cristianos, es posible que alguien sufra severa oposición de su propio cónyuge y hasta mofa de parte de los hijos. En la mayor parte del mundo las condiciones de vida son malas, y la pobreza, el crimen y el temor son grandes causas de desaliento.

      5. ¿Qué es de primera importancia para combatir con buen éxito el desaliento?

      5 Para combatir el desaliento con buen éxito, es muy necesario que los cristianos mantengan su mente fija en su relación con Jehová y tengan confianza implícita en que sin falta él dará consuelo y ayuda a su pueblo en todo tiempo de necesidad. Aunque permite que a veces la integridad de sus siervos se vea sometida a severa prueba, ayuda a los que están dedicados a él a aguantar, y suministra socorro y liberación a su tiempo. (Sant. 1:5-8) David, que se enfrentó a muchas pruebas, escribió bajo inspiración para nuestro estímulo: “Sean animosos, y sea fuerte su corazón, todos ustedes los que esperan a Jehová.”—Sal. 31:24.

      6. ¿Por qué pueden los cristianos afrontar la enfermedad y la muerte sin permitir que el desaliento los abrume?

      6 La esperanza segura de la resurrección le quita el aguijón a la enfermedad y remueve el temor de la muerte. El que mantengamos refrescada nuestra mente con las magníficas promesas de Jehová nos alienta el espíritu y tenemos el gozo y consuelo que solo Jehová puede dar. “Por lo tanto no nos rendimos, mas aunque el hombre que somos exteriormente se va desgastando, ciertamente el hombre que somos interiormente va renovándose de día en día. Porque aunque la tribulación es momentánea y liviana, obra para nosotros una gloria que es de más y más sobrepujante peso y es eterna; mientras tenemos los ojos fijos, no en las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”—2 Cor. 4:16-18.

      7. ¿Qué sirve de ancla para suministrar estabilidad ahora y en los tiempos tempestuosos del futuro?

      7 Al considerar las promesas seguras de Dios, Pablo escribió a los cristianos hebreos: “Esta esperanza la tenemos como ancla del alma, tanto segura como firme, y entra hasta dentro de la cortina [es decir, en el cielo mismo], donde un precursor ha entrado a favor nuestro, Jesús.” (Heb. 6:19, 20) Así, la esperanza bien fundada y como ancla en Jehová y en las bendiciones garantizadas de su nuevo sistema suministra estabilidad y consuelo a los cristianos a pesar de sus tribulaciones en la carne y las condiciones tempestuosas que los rodean en este mundo. “Dios es para nosotros refugio y fuerza, una ayuda que puede hallarse prontamente durante angustias. Es por eso que no temeremos, aunque la tierra sufra cambio y aunque las montañas caigan tambaleantes en el corazón del vasto mar; aunque sus aguas se pongan bulliciosas, espumen en exceso, aunque se mezan las montañas a causa de su bramido.”—Sal. 46:1-3.

      8. ¿Por qué no debe ser desalentador el que uno no pueda efectuar tanto como quisiera efectuar en el servicio de Jehová debido a mala salud?

      8 Si alguna enfermedad u otras circunstancias le impiden hacer todo lo que quisiera hacer en el servicio de Jehová, todavía puede regocijarse por lo que puede hacer, recordando estas palabras animadoras y confortantes de Pablo: “Porque Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre, en que han servido a los santos y continúan sirviendo.” (Heb. 6:10) Y no olvide que un excelente ejemplo de integridad y aguante es animador para otros, aunque alguna dolencia física haya hecho que usted afloje algo el paso.—Compare con 2 Corintios 12:7-10.

      9. ¿Por qué son vitales el orar y el asociarse con compañeros cristianos para combatir el desaliento?

      9 Para mantener fuerte su fe y repeler cualesquier sentimientos de desesperación e inquietud, los cristianos conocen el valor de trazarse su rumbo en armonía con la Palabra de Dios y comprobar constantemente su posición para ver dónde se necesitan ajustes. Es necesario que se mantengan en comunicación estrecha con su Padre celestial. “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo por oración y ruego junto con acción de gracias dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales por medio de Cristo Jesús.” (Fili. 4:6, 7) El asociarse con compañeros cristianos también es vital. Pablo escribió a los cristianos de Roma: “Porque anhelo verlos, para impartirles algún don espiritual a fin de que sean hechos firmes; o, más bien, para que haya un intercambio de estímulo entre ustedes, por cada uno mediante la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía.”—Rom. 1:11, 12.

      10. Si a usted le parece que le falta asociación cristiana, ¿qué pudiera hacer?

      10 Si usted anhela asociación y no obstante se siente algo excluido, el mostrarse más amigable quizás le ayude a tener asociación más amigable, a cultivar una relación duradera con otros. Aunque los cristianos tienen la obligación de ser amigables para con todos, y especialmente obrar lo que es bueno “para con los que están relacionados con nosotros en la fe,” para otros es más atractivo el asociarse con nosotros si somos agradables, edificantes y positivos. (Gál. 6:10) Las palabras del que se compadece de sí mismo quizás obtengan conmiseración, pero no siempre respeto verdadero.

      11. ¿De qué manera hay beneficios recíprocos cuando nos esforzamos por oportunidades de ayudar a otros?

      11 Pregúntese, también, lo que puede hacer para ayudar a otros más bien que concentrar la atención en usted mismo. En Hechos 20:35 Pablo llama la atención a un principio que manifestó Jesús: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.” La felicidad aumenta en gran manera a medida que nos gastamos a favor de otros. “Por consiguiente, amados hermanos míos, háganse constantes, inmovibles, siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su labor no es en vano en lo relacionado con el Señor.” (1 Cor. 15:58) Pedro aconseja: “Ante todo, tengan amor intenso los unos para los otros, porque el amor cubre una multitud de pecados. Sean hospitalarios los unos para con los otros sin rezongar. En proporción al don que cada uno haya recibido, úsenlo al servirse los unos a los otros como excelentes mayordomos de la bondad inmerecida de Dios expresada de diversas maneras.” (1 Ped. 4:8-10) Así aumentamos nuestra propia felicidad si utilizamos plenamente nuestras oportunidades de animar a otros.—Luc. 6:38.

      12. ¿Cómo pueden las experiencias de nuestros hermanos y hermanas ayudarnos a derrotar el desaliento?

      12 La prosperidad espiritual de la organización de Jehová da a los cristianos razón para sentirse animados. Cuando leemos u oímos experiencias de nuestros hermanos de alrededor del mundo, vemos cómo Jehová está añadiendo su bendición a medida que fortalece a su pueblo para derrotar la persecución, las penalidades y el desaliento. “Feliz es la nación cuyo Dios es Jehová. El pueblo a quien él ha escogido por herencia suya.” (Sal. 33:12) En sus viajes Pablo y Bernabé relataron a otros “en detalle la conversión de la gente de las naciones.” ¿El resultado? “Ocasionaban gran gozo a todos los hermanos.” (Hech. 15:3) No deje de compartir con otros, para estímulo de ellos, las experiencias que tiene en el servicio de Jehová, y, a su vez, pregunte en cuanto a las experiencias de otros o busque ocasiones de leer acerca de ellas.—Sal. 122:1-9.

      13. ¿Qué provisiones ha hecho Jehová para mantener animado a su pueblo a pesar de las circunstancias desalentadoras que los rodean?

      13 Por tanto, para impedir que nuestra fe sufra naufragio debido al desaliento, hay necesidad tanto de ser animados unos por otros como de animar los unos a los otros. “Por lo tanto sigan consolándose los unos a los otros y edificándose los unos a los otros, así como de hecho lo están haciendo. . . . les exhortamos, hermanos, amonesten a los desordenados, hablen confortadoramente a las almas abatidas, den su apoyo a los débiles, sean sufridos para con todos.” (1 Tes. 5:11, 14) Aunque haya turbulencia alrededor de nosotros y las condiciones amenacen con hacer naufragar nuestra fe, con confianza podemos acudir a Jehová en busca de ayuda para capear la tempestad y no llegar a ser víctimas del desaliento. “Y de los apuros en que se hallan él los saca. Él hace que la tempestad de viento se detenga en calma, de modo que las olas del mar se quedan calladas. Y ellos se regocijan porque éstas se aquietan, y él los guía al puerto de su deleite. Oh, dense gracias a Jehová por su bondad amorosa y por sus maravillosas obras para con los hijos de los hombres.”—Sal. 107:28-31.

      LAS PERSONALIDADES PUEDEN CAUSAR EL NAUFRAGIO DE LA FE DE UNO

      14. ¿Cómo pueden las personalidades causar un naufragio de la fe de uno?

      14 Los cristianos también afrontan el peligro de tener una colisión con compañeros cristianos de tal manera que como resultado naufrague su fe o la fe de otros. Además, las Escrituras advierten que unos cuantos de en medio de la congregación cristiana se desviarían de la fe y tratarían de ejercer influencia en otros para que siguieran tras ellos. Por otra parte, los cristianos confían y respetan a sus hermanos y hermanas probados y fieles y aprecian el acaudillamiento y ejemplo de sus pastores fieles, pero no deben permitir que lo que otras criaturas humanas hagan les resulte en tener “naufragio respecto a su fe.” Por lo tanto, al trazarse su rumbo es muy necesario que los siervos de Dios ejerzan cuidado para no permitir que las personalidades los afecten indebidamente o ejerzan indebida influencia en ellos.—1 Tim. 1:18, 19.

      15. ¿Cómo describe Judas a algunos que podrían existir como amenaza en la congregación antes de ser expulsados?

      15 Judas se refiere a algunos que se deslizaron furtivamente dentro de la congregación cristiana y trataron de tornar “la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para conducta relajada,” y los describe como “rocas escondidas bajo agua en sus fiestas de amor.” “Estos hombres son murmuradores, quejumbrosos respecto de su suerte en la vida, que proceden según sus propios deseos, y su boca habla cosas hinchadas, a la vez que están admirando personalidades en el interés de su propio provecho.” (Jud. 3, 4, 12, 16; compare con 2 Pedro, capítulo 2.) A esas personas, cuando se les descubre, se les despide o expulsa como personas que no merecen estar dentro de la congregación. Pero si alguien rechaza la verdad de la Palabra de Dios, y resulta ser un quejumbroso crónico a la vez que trata de ocultar su apostasía y extraviar a otros por medio de admirar personalidades, ¿deberíamos seguir a éste y salirnos de la verdad junto con él e ir a la destrucción? ¡Qué imprudente sería eso! ¡Cuide que su fe no naufrague por dar contra una de estas “rocas escondidas bajo agua”!

      16. (a) Cuando un anciano nos ayuda a aplicar la Palabra de Dios, ¿qué actitud deberíamos mostrar? (b) ¿Qué actitudes contrastantes mostraron algunos de los discípulos de Jesús?

      16 En contraste, cuando los pastores y maestros que hay dentro de la congregación se esfuerzan por ayudarnos a progresar en la verdad de la Palabra de Dios, ¿nos causan tropiezo las personalidades? A muchos que llegaron a ser discípulos de Jesús les gustaban algunas de sus enseñanzas, y se deleitaron al recibir alimento y curaciones milagrosos, pero, cuando se les dijo que tenían que ‘comer la carne del Hijo del hombre y beber su sangre,’ esto fue ofensivo y el resultado fue que “muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás y ya no andaban con él.” No se quedaron por suficiente tiempo como para recibir entendimiento sobre esta enseñanza vital.—Juan 6:48-69.

      17, 18. (a) ¿Cómo mostraron los apóstoles la actitud correcta con relación a una enseñanza que pudiera ser difícil de aceptar? (b) ¿Por qué no fue razón para que los otros apóstoles titubearan en la fe el que Judas Iscariote fuera infiel? ¿Qué podemos aprender de esto?

      17 Cuando la organización del “esclavo fiel y discreto” de Jehová suministra algún nuevo entendimiento que se basa en la Palabra de Dios, es posible que a veces tengamos alguna dificultad en entender plenamente lo que se ha publicado. Pero, ¿qué se debe hacer? ¿Deberíamos hacernos criticones y quizás concluir que esto es solo lo que creen en cuanto a ello unos cuantos hombres en la oficina central? ¿O reflejaremos la misma actitud de los apóstoles cuando Jesús les preguntó de ello en esta misma ocasión en la cual muchos discípulos se alejaron: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna; y nosotros hemos creído y llegado a conocer que tú eres el Santo de Dios”?

      18 Por su comparación de las enseñanzas y el derrotero de la vida de Jesús con las Escrituras Hebreas los apóstoles estaban convencidos de que él verdaderamente era el Mesías, y no iban a apartarse de seguirlo porque él hubiese introducido una nueva enseñanza que fuera difícil de aceptar al momento. Por supuesto, uno sí se alejó más tarde, y éste fue Judas Iscariote. La codicia le cambió la cabeza y el corazón. Pero, ¿arruinó la infidelidad de uno de los apóstoles escogidos la fe de los otros once? No, aunque su fe titubeó hasta cierto grado con el arresto y muerte de Jesús en el madero de tormento. Se recuperaron espiritualmente, y Jehová, mediante su espíritu santo, los fortaleció desde el Pentecostés de 33 E.C. en adelante.

      19. (a) En cuanto a acaudillamiento dentro de la congregación cristiana, ¿de qué hecho importante debemos estar conscientes a todo tiempo? (b) ¿Qué responsabilidad tienen los ancianos, y, en cuanto a personalidades, qué no deberíamos permitir que aconteciera?

      19 Nunca olvidemos que nosotros, como los apóstoles, estamos siguiendo a Jesucristo y no a ningún hombre o grupo de hombres como caudillos en la Tierra. Sí, se está usando a hombres imperfectos para ayudarnos, desde el cuerpo gobernante hasta los ancianos de nuestras congregaciones, pero éstos tienen la responsabilidad pesada de enseñar estrictamente en armonía con la Palabra de Dios. Han de imitar al apóstol Pablo, quien dijo a los ancianos de Éfeso: “No me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa.” (Hech. 20:20) Solemnemente le encargó a Timoteo como anciano que ‘predicara la palabra’ de Dios al edificar la fe y al preparar a la congregación para el período en el cual algunos ‘no soportarían la enseñanza sana, sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularían para sí mismos maestros para que les regalaran los oídos.’ (2 Tim. 4:1-4) ¿Qué queremos? ¿Alguien que nos regale los oídos y nos diga que todo está bien, cuando quizás no esté bien, o alguien que nos hable con veracidad, y sin embargo bondadosamente, y que nos ayude a andar en un camino que agrade a Dios? (Efe. 4:11-15) ¡No deje que las personalidades se interpongan entre usted y su Padre celestial, Jehová, y el Cabeza de la congregación cristiana, Cristo Jesús!

      LLEVÁNDOSE BIEN UNOS CON OTROS EN AMOR

      20, 21. (a) ¿Qué factores hacen necesario que ejerzamos paciencia y tolerancia al tratar unos con otros? (b) ¿Qué consejo da Pablo, en Colosenses 3:13, 14, para conservar la paz y el vínculo del amor en la congregación?

      20 Puesto que todos nosotros hemos nacido en pecado e imperfección, cuando aprendemos la verdad de la Palabra de Dios se nos hace necesario poner a un lado los rasgos de la vieja personalidad y trabajar diligentemente por ponernos la nueva personalidad. (Efe. 4:23, 24) Jehová continuará plasmándonos mientras nos sometamos a hacer su voluntad. Sin embargo, hay rasgos indeseables de la personalidad que tienden a persistir a pesar de nuestros esfuerzos por vencerlos, y quizás todavía estemos trabajando en uno de estos rasgos muchos años después de haber simbolizado nuestra dedicación para hacer la voluntad de Jehová. De ahí que haya necesidad de que seamos tolerantes unos de otros. Además, la diferencia en los rasgos de la personalidad quizás no refleje necesariamente debilidad, sino simplemente la variedad que Jehová dispuso en las criaturas humanas.

      21 El amor y la tolerancia nos ayudarán a evitar ser demasiado sensitivos. Debido a problemas apremiantes, pudiera ser que un hermano pasara por donde estuviéramos sin dirigirnos la palabra, o a veces quizás hablara con brusquedad. O pudiera ser que un hábito o rasgo de otro tendiera a molestar. Sea cual sea la situación, la Biblia aconseja: “Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó sin reserva a ustedes, así también háganlo ustedes. Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unión.”—Col. 3:13, 14.

      22. (a) El inquietarse por las imperfecciones de un hermano pudiera llevar a uno a hacer ¿qué? (b) Para que Dios perdone nuestras transgresiones, ¿qué se necesita primero?

      22 Por tanto, no deje que las diferencias de personalidad le hagan naufragar en la fe. Dirija su curso de tal manera que evite una colisión con su hermano. Si el Diablo puede hacer que usted se inquiete de tal modo por las imperfecciones de su hermano que falte a algunas reuniones o se retenga de predicar las buenas nuevas del Reino, eso le complace mucho. ¿Quiere usted complacer al Adversario debido a alguna irritación o espíritu de orgullo? ¿Significa tan poco su relación con Jehová que usted cesaría de servirle o aflojaría el paso porque uno de los hermanos cometa un mal? Recuerde: si Jehová requiriera perfección de su hermano en este tiempo, la requeriría de usted también. Si usted quiere que Dios le perdone sus faltas, tiene que estar dispuesto a perdonar las de su hermano. Jesús predicó el perdón de nuestros pecados a condición de que estemos dispuestos a perdonar a otros.—Mat. 6:12, 14, 15.

      EVITE EL CAUSAR TROPIEZO A OTROS

      23, 24. (a) ¿Cómo se asemeja aptamente la lengua al timón de un barco? (b) ¿Qué consejo da la Biblia acerca de hablar la verdad y acerca de lo que es edificante?

      23 La lengua puede causar mucho daño si no se controla apropiadamente. Santiago lo ilustra de esta manera: “¡Miren! Hasta los barcos, aunque son tan grandes y son impelidos por vientos recios, son dirigidos por un timón muy pequeño a donde la inclinación del timonel lo desee. Así, también, la lengua es un miembro pequeño y sin embargo hace grandes alardes.” ¿Por qué deberíamos permitir que nuestra lengua quedara fuera de control como un timón mal dirigido e hiciera que nos estrelláramos contra nuestro compañero alabador de Jehová? “De la misma boca salen bendición y maldición. No es correcto, hermanos míos, que estas cosas sigan ocurriendo de esta manera. La fuente no hace que lo dulce y lo amargo salgan burbujeando por la misma abertura, ¿verdad?”—Sant. 3:4, 5, 10, 11.

      24 Cuando hay la tendencia a expresar una palabra airada, o participar de chismear perjudicial o calumnia, acuérdese de que el capitán del barco es quien controla el rumbo de la nave por medio del timón. Si nosotros en el corazón no pensamos mal de nuestros hermanos, entonces no habrá nada que nos mueva a hablar con la lengua palabras perjudiciales. “Ahora que ustedes han desechado la falsedad, hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo.” “No proceda de la boca de ustedes ningún dicho corrompido, sino todo dicho que sea bueno para la edificación según haya necesidad, para que imparta lo que sea favorable a los oyentes.”—Efe. 4:25, 29.

      25. ¿Qué consejo se da en cuanto a arreglar los desacuerdos personales?

      25 Arregle rápidamente los desacuerdos. Con frecuencia las cosas leves se pueden pasar por alto sin darles gran importancia. Si el problema persiste, diríjase al hermano ofensor y considere privadamente con él el asunto de manera amorosa y bondadosa. Y si un hermano se dirige a usted para considerar una causa de queja, ejerza gobierno de usted mismo y escuche primero lo que se diga para que entienda la situación y no trate rápidamente de defenderse o recurrir a la recriminación.—Efe. 4:26, 32.

      26. ¿Cómo se nos asegura por lo que dice la Palabra de Dios que podemos completar con buen éxito nuestro viaje a través de los tiempos tempestuosos que nos esperan y entrar en el nuevo sistema de cosas de Jehová?

      26 Sabiendo que le queda poco tiempo, el adversario de Dios, Satanás el Diablo, hace que los mares de la humanidad se hagan más violentos de día en día. (Dan. 7:2, 3; Rev. 13:1) A este gran opositor de Dios le gustaría causar el naufragio de nuestra fe por medio de inundarnos con desaliento o de causar una colisión con personalidades. Pero al mantener nuestra fe en buen estado para navegar y al vigilar cuidadosamente que naveguemos de acuerdo con la segura Palabra de Dios, con la ayuda infalible y la bondad inmerecida de Jehová, completaremos nuestro viaje a través de estos tiempos tempestuosos, pasando por la “grande tribulación” misma y entrando en el nuevo sistema de cosas de Jehová, donde el “mar ya no existe.” (Rev. 21:1) ¡Qué agradecidos estaremos a Jehová en ese tiempo, por no haber dejado nosotros que ninguna de las atracciones o dificultades que encontramos ocasionara el naufragio de nuestra fe y nos negara las magníficas bendiciones de las que habrán de disfrutar eternamente los que aman a Dios con devoción completa! “Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.”—Heb. 10:39.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1976 | 1 de enero
    • Preguntas de los lectores

      ● ¿Aplica en realidad a Jesús, el Hijo de Dios, la descripción de la “Sabiduría” que se da en Proverbios 8:22-31?

      Con frecuencia, las personas que solo aceptan las Escrituras Hebreas o que no creen en Jesucristo explican que Proverbios 8:22-31 aplica a la Sabiduría personificada solo de algún modo figurativo. Sin embargo, esa aplicación de los versículos no concuerda con lo que se sabe acerca de Dios. Además, al aceptar el punto de vista sólido de que toda la Biblia, incluso Proverbios, es inspirada, uno puede ver que la descripción de la “Sabiduría” aquí en Proverbios casa con lo que se dice en otras partes de la Biblia acerca del Hijo de Dios. Leemos:

      “Jehová mismo me produjo como el principio de su camino, el más temprano de sus logros de mucho tiempo atrás. . . . Antes que las montañas mismas se hubieran asentado, primero que las colinas, fui producida como con dolores de parto . . . Cuando él preparó los cielos yo estaba allí; . . . entonces vine a estar a su lado como obrero maestro, y vine a ser aquel con quien él estaba especialmente encariñado de día en día, estando yo alegre delante de él todo el tiempo, . . . y las cosas que eran el objeto de mi cariño estaban con los hijos de los hombres.”—Pro. 8:22-31.

      Comentaristas judíos, objetando a toda aplicación de este pasaje a Jesús como el Mesías, por lo general han sostenido que esto es simplemente una personificación literaria de la sabiduría. Así, W. Gunther Plaut, en su obra Book of Proverbs—A Commentary, dice que estos versículos aplican a la Sabiduría “personificada solo de modo figurativo.” Sin embargo, este pasaje no puede estar hablando simplemente acerca de la sabiduría divina o la sabiduría en abstracto. ¿Por qué no? Porque la “Sabiduría” que se representa aquí fue ‘creada’ o ‘producida’ (hebreo, qanah)a como el principio del camino de Jehová. Las Escrituras muestran que Jehová Dios mismo siempre ha existido. (Sal. 90:2; 1 Tim. 1:17) Puesto que él es eterno y siempre ha sido sabio, entonces su sabiduría siempre ha existido; nunca fue creada o producida; no fue “producida como con dolores

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