‘Las censuras son el camino de la vida’
“El mandamiento es una lámpara, y una luz es la ley, y las censuras de la disciplina son el camino de la vida.”—Pro. 6:23.
En La Atalaya del 1 de junio de 1977 se publicó una serie de artículos sobre el tema de la censura. Muchos lectores apreciaron el material y expresaron el deseo de que se publicara información adicional en la cual se trataran en mayor detalle puntos abarcados en dichos artículos. Los artículos de estudio de este número se han preparado con ese deseo presente.
1. ¿En vista de qué condición de la humanidad surge la pregunta en cuanto a cómo podemos obtener y retener una posición sin mancha delante de Jehová? (Rom. 3:23)
NOSOTROS, seres humanos imperfectos, a menudo erramos en palabra, actitud y acción. Escribiendo a compañeros cristianos, el apóstol Juan dijo: “Si hacemos la declaración: ‘No tenemos pecado,’ a nosotros mismos nos estamos extraviando y la verdad no está en nosotros.” (1 Juan 1:8) El discípulo cristiano Santiago reconoció: “Todos tropezamos muchas veces. Si alguno no tropieza en palabra, éste es varón perfecto, capaz de refrenar también el cuerpo entero.” (Sant. 3:2) Considerando estas expresiones, ¿de qué manera se nos puede hacer posible obtener y mantener una excelente posición delante de Dios?
2. (a) ¿Qué tiene que hacer uno para que Jehová lo considere limpio? (1 Rey. 8:46-50; Isa. 1:16-18; 55:6, 7; Col. 1:13, 14; Rev. 7:14) (b) ¿Cómo nos ayuda la censura que tiene fundamento bíblico a mantener una posición sin mancha delante del Todopoderoso? (Pro. 3:12; Rev. 3:19)
2 Es preciso obtener el perdón de nuestros pecados. Esto requiere que confesemos nuestras transgresiones al Altísimo, que mostremos verdadero arrepentimiento o pesar, y oremos por perdón sobre la base del sacrificio expiatorio de Jesús. “Si confesamos nuestros pecados,” dice la Biblia, “él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda injusticia.” (1 Juan 1:9) La censura que se basa en la Palabra de Dios y en sus principios justos puede mostrarnos exactamente cómo estamos pecando y, por lo tanto, nos ayuda a dar los pasos necesarios para obtener perdón de Dios y así mantener una posición sin mancha delante de él. Tal censura nos puede ayudar también a evitar la comisión de más graves males.
3. ¿Qué puede impelernos a censurarnos nosotros mismos, y cómo lo hacemos? (Pro. 1:20-25)
3 Al leer la Biblia o el consejo fundado en la Biblia o cuando oímos una consideración de la Palabra de Dios en una reunión de congregación, es posible que nos demos cuenta de que hemos pecado en algún respecto. Es posible que sinceramente nos pesen nuestras fallas, oremos para obtener perdón y solicitemos la ayuda del espíritu de Dios para seguir progresando en armonizar nuestra vida con Su voluntad. Al tomar a pechos así el consejo bíblico y aplicarlo, nosotros mismos nos censuramos.
CUANDO NOS MOLESTA EL CORAZÓN
4. (a) ¿Por qué pudiera alguien llegar a sentirse indigno con relación a acercarse a Jehová en oración? (b) ¿Qué debería hacer la persona que se encuentra en angustia espiritual, y cómo le puede ayudar esto?
4 Por otra parte, pudiera ser que una persona, por haberse envuelto en mal proceder o debido a su naturaleza pecaminosa, se sintiera indigna de acercarse a Dios en oración. Su angustia espiritual pudiera afectar su bienestar físico. Esto puede suceder aunque el individuo verdaderamente odie el mal y sinceramente quiera hacer lo que es correcto. Cuando alguien se encuentra en tal condición, ¿qué debe hacer? El discípulo Santiago contesta: “Que mande llamar a los ancianos de la congregación, y que ellos oren sobre él.” (Sant. 5:14) Al oír la oración ferviente y sincera de un anciano a favor de ella, la persona angustiada pudiera sentirse fortalecida para acercarse a Jehová en oración. Además, quizás se le ayude a razonar así, correctamente: ‘Si otros confían en que Jehová está dispuesto a contestar oraciones a mi favor, ¿no puedo confiar yo también en que él esté dispuesto a contestar mis oraciones?’
5. (a) ¿Por qué no hay necesidad de administrar censura a la persona que está intensamente angustiada por pecados que haya cometido? (b) ¿Qué pudieran hacer los ancianos para ayudar a esa persona arrepentida?
5 Esa persona arrepentida no necesita censura de otra que le haga darse cuenta de la seriedad de su pecado. Su propio corazón ya la ha censurado, de hecho, la ha condenado. (1 Juan 3:19-22; compare con 2 Samuel 24:10; Salmo 32:3-5.) Por eso, quizás a los ancianos se les haga necesario recordar al que está espiritualmente debilitado la misericordia de Jehová, y que él está dispuesto a oír nuestras oraciones. (Neh. 9:17; Mat. 7:7-11) Es posible que se tengan que hacer arreglos para edificar espiritualmente a tal individuo, lo cual se podría efectuar progresivamente durante un período de semanas o hasta meses. Ciertamente el que tuviera esta necesidad no querría menospreciar la ayuda que se le puede suministrar mediante los ancianos.
ATENCIÓN A LAS TENDENCIAS NOCIVAS
6. ¿Cuáles pudieran ser algunas de las tendencias nocivas que pudieran desarrollarse en una congregación, y qué deben considerar los ancianos?
6 Por supuesto, hay ocasiones en que los ancianos tienen que censurar a individuos o, en sentido general, a la congregación colectivamente tocante a ciertas actitudes o acciones. Pudiera ser que se estuvieran desarrollando tendencias nocivas. Algunos quizás hayan perdido ‘el amor que tenían al principio’ y estén descuidando seriamente sus responsabilidades espirituales. (Rev. 2:4; 3:15-18) Pudiera suceder que la mundanalidad estuviera penetrando subrepticiamente en sus reuniones sociales. (1 Ped. 4:3) Pudiera ser que ciertos individuos estuvieran participando en esparcir chismes perjudiciales, o de otras maneras no estuvieran reprimiendo la lengua. (Efe. 4:29, 31; 5:3, 4) Quizás los padres sean muy laxos en educar a sus hijos. (Efe. 6:4) Es posible que haya quienes sean inmoderados en la ingestión de bebidas alcohólicas o se tomen libertades en su asociación con el sexo opuesto. (Efe. 5:18-20; compare con 1 Timoteo 5:1, 2.) Cuando existen condiciones de esta clase en la congregación, sería bueno que los ancianos consideraran juntos precisamente qué se podría hacer para ayudar a los individuos y a los hermanos en conjunto.
7. ¿Cuál es una manera que pudieran usar los ancianos para administrar censura bíblica en los hogares de sus hermanos?
7 Quizás se pudieran leer y considerar en privado con la persona que tenga graves problemas espirituales unos capítulos apropiados de la Biblia o artículos basados en la Biblia. Los ancianos, al asegurarse de que el individuo que necesita ayuda entiende lo que significan los textos que se consideran y cómo aplican a su situación, estarán corrigiéndolo o censurándolo. A menudo uno o dos ancianos pueden efectuar esto en el ambiente informal del hogar del individuo.—Compare con Hechos 20:18-20, 31.
8. ¿Cómo pueden servir de censura a los oyentes los discursos basados en la Biblia acerca de desenvolvimientos indeseables en la congregación?
8 Por otra parte, a los ancianos pudiera parecerles aconsejable pronunciar discursos bíblicos que hagan frente a los desenvolvimientos indeseables que estuvieran viéndose en la congregación y razonen acerca de éstos. (2 Tim. 4:2; Tito 1:10-14) La clara y enérgica presentación bíblica debiera impeler a los oyentes a examinarse y a efectuar en su vida los cambios que hubiera que efectuar. (Compare con Santiago 1:22-25.) Cuando ellos reconocen que los textos que se están considerando les aplican personalmente, reciben la censura.—Compare con 1 Corintios 14:24, 25, donde se hace referencia a la censura que recibe un incrédulo por lo que escucha en una reunión de congregación.
INCIDENTES DE GRAVE MAL QUE REQUIERE CENSURA
9. (a) ¿Qué clase de pecados pueden acarrear gran vituperio a la congregación? (b) ¿Por qué pudiera ser que una persona que hubiera cometido un pecado craso una sola vez estuviera en posición inmunda delante de Jehová?
9 Como en el primer siglo, así también hoy hay cristianos bautizados que cometen pecados crasos que le acarrean vituperio a la congregación. (Para ejemplos de tales males, vea 1 Corintios 5:11; Gálatas 5:19-21 y 1 Timoteo 1:9, 10.) Quizás yerren gravemente una sola vez o quizás continúen en un proceder de pecado por algún tiempo. El que comete un error craso, aunque sea solo una vez, permanece inmundo a los ojos de Dios hasta cuando se dirige con arrepentimiento a Jehová y busca el perdón divino.
10. ¿Qué responsabilidad tienen los ancianos para con las personas que son culpables de pecado craso?
10 ¿Qué responsabilidad tienen los ancianos para con los que se envuelven en males graves? Tienen que hacer cuanto esfuerzo puedan por ayudar espiritualmente a estas personas, ayudarlas a arrepentirse, si éstas no se han arrepentido ya. Es necesario que los ancianos consideren con cuidado y oración cuál es la mejor manera de efectuar esto.
11. ¿Por qué puede necesitar censura adicional una persona que está arrepentida de su craso mal proceder?
11 A veces el individuo que se envuelve en un craso mal proceder está triste de la manera que correspondería a una inclinación a lo piadoso y expresa una firme resolución de hacer lo que es correcto. Sus palabras revelan que entiende con exactitud lo grave de su pecado. Por eso, no hay que convencerlo de la seriedad de este mal proceder en particular con la mira de hacer que se arrepienta. Pero quizás no comprenda completamente que hubo otros pecados que resultaron en su grave falta. Es posible que el individuo se haya deslizado a un patrón de pensamiento corrupto. Quizás se haya descuidado en su selección de material de lectura y formas de entretenimiento. Al haber permitido que fuertes influencias mundanas hayan obtenido dominio sobre él, quizás haya embotado sus facultades perceptivas de tal manera que se le haga difícil distinguir entre lo que es correcto y lo que es incorrecto. (Heb. 5:11, 14) Por lo tanto, está claro que necesita que se le censure, y quizás requiera una considerable cantidad de tiempo el esfuerzo que hagan los ancianos para ayudarle a ver con exactitud lo que significa ser cristiano en el sentido más pleno de la palabra. Quizás tengan que señalarle que repetidas veces hizo caso omiso de la admonición bíblica. Es posible que también tengan que hacerle ver que no solo es importante arrepentirse del pecado craso, sino también de los pecados menores que resultaron en el pecado craso.
12. ¿Qué factores pudieran impeler a los ancianos a censurar públicamente a un miembro de la congregación?
12 A fin de que la congregación tenga un temor sano que los lleve a no envolverse en un proceder de pecado semejante, puede ser que los ancianos decidan presentar a la congregación una consideración bíblica que aborde el problema del malhechor. Aunque quizás no se mencione el nombre de éste, él mismo sabrá que está siendo censurado delante de todos, y también lo sabrán los que estén al tanto de la situación. (1 Tim. 5:20) Al determinar si debe haber expresión pública de censura tocante a la conducta incorrecta de un individuo, los ancianos deben considerar si verdaderamente eso será lo más provechoso para la congregación, incluso para el malhechor arrepentido. También deben considerar qué restricciones, si acaso algunas, se le deben imponer al individuo que recibe la censura.
MANTENIENDO UNA ACTITUD COMO DE FAMILIA
13. ¿Cómo gobierna el hecho de que una congregación sea semejante a una familia la manera en que se debe tratar a los que yerran?
13 Al censurar a los que yerran, es preciso que los ancianos tengan presente que la congregación es como una familia, una ‘asociación de hermanos.’ (1 Ped. 5:9) A los que componen la congregación se les debe tratar con bondad y respeto como uno trataría a los miembros de su propia familia carnal. (1 Tim. 5:1, 2) Los padres buenos no se encargan del mal proceder de sus hijos como lo hace un juez en un tribunal, simplemente enterándose de los hechos y entonces rindiendo un fallo. Tratan de ayudar a los hijos descarriados a recobrar el juicio y en el futuro comportarse de una manera que traiga encomio a la familia, no vergüenza.
14. ¿Cómo pudieran los padres buenos encargarse de los asuntos en relación con el mal proceder de sus hijos?
14 Con frecuencia los padres tratan en privado los asuntos con el hijo que se mete en dificultades y no exponen a su hijo o hija a vergüenza delante de toda la familia. Pero cuando les parece necesario, pueden dar a saber a todos los demás hijos lo que ha sucedido, y la disciplina que se ha administrado al miembro desobediente de la familia, y esto sirve así de ejemplo amonestador para ellos. Por un tiempo, puede ser que los padres aguanten con paciencia hasta los errores de un hijo o hija que ya sea adulto y que todavía viva en la casa. Luego, después que repetidos esfuerzos disciplinarios no hayan resultado en que se haya corregido la situación mala, pueden exigir que el hijo o hija que es adulto salga de la casa. (Compare esto con lo que hacían los padres israelitas en armonía con el mandato que se dio en Deuteronomio 21:18-21.) Al obrar así, los padres quizás también tengan presente el proteger a sus hijos más jóvenes de una influencia corrupta.
15. Cuando se trata de malhechores, ¿cuál debería ser el primer objetivo de los ancianos, y cuándo únicamente expulsarían?
15 De modo similar, los ancianos, aunque son semejantes a hermanos mayores más bien que a padres de los que componen la congregación, primero deben hacer cuanto puedan por lograr que los que yerran se arrepientan. Esto pudiera requerir tiempo a fin de que se pueda administrar la censura bíblica apropiada. Hasta Jesucristo, con referencia a la mujer Jezabel de la congregación de Tiatira, dijo: “Le di tiempo para que se arrepintiese, pero ella no quiere arrepentirse de su fornicación.” (Rev. 2:21) Cuando, como en el caso de aquella mujer, Jezabel, no hay anuencia a arrepentirse, los ancianos deben tomar la acción de expulsión y remover de la congregación la “levadura” que corrompe.—1 Cor. 5:6, 7.
16. ¿Cuáles son algunas cosas que los ancianos tendrán que hacer a fin de dar la mayor ayuda posible a los que yerran?
16 Para que los ancianos puedan servir de verdadera ayuda a los que yerran, tienen que considerar los asuntos a la luz de toda la Palabra de Dios y no solo de unos pasajes que mencionen males específicos. Superficialmente, un caso específico de mal proceder pudiera parecer idéntico a otro que se hubiera manejado anteriormente. Sin embargo, las circunstancias, actitudes y motivos de los individuos envueltos pueden ser muy diferentes. Todos los factores se deben considerar cuidadosamente a la luz de las Escrituras, para determinar lo que haya de resultar en el mejor provecho para la congregación y para el que haya errado. Cualquier censura bíblica que se dé debe ajustarse a las necesidades del individuo. Después de conseguir un cuadro completo de lo que ha sucedido y de lo que llevó al mal proceder, los ancianos que estén atendiendo el problema quizás tengan que dedicar tiempo a meditar personalmente en las Escrituras y considerarlas con oración antes de reunirse como grupo para considerar lo que se debe hacer. Esto hará que estén en mucho mejor condición para administrar censura sana y la ayuda espiritual necesaria.
17. Como miembros de la congregación, ¿qué debemos estar resueltos a hacer, y qué galardones ofrece esto?
17 La censura bíblica definitivamente desempeña un papel vital en ayudar a toda persona de la congregación cristiana a seguir un derrotero que lleve a la vida eterna. Que nosotros, individualmente, permanezcamos atentos a la censura que se encuentra en la Biblia, y resistamos las tentaciones hacia envolvernos en conducta que habría de resultar en vituperio al Dios Altísimo y a la congregación de su pueblo devoto. Si hacemos esto, podemos estar seguros de la bendición de Jehová ahora y el galardón de vida eterna en su nuevo orden justo que se aproxima.—Juan 17:3.
[Ilustración de la página 18]
Pudiéramos recibir censura de varias maneras, como por la lectura de las Escrituras o de una ayuda para el estudio de la Biblia, por el que alguien nos hablara personalmente y por escuchar un discurso bíblico en una reunión de congregación