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La opresión terminaráLa Atalaya 1982 | 15 de enero
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Los asirios sabían bien lo que había acontecido a No-amón o Tebas. Los ejércitos de los asirios, bajo el mando del rey Asurbanipal, habían arrasado por completo a Tebas. El “muro” de la ciudad —sus defensas, incluso el Nilo y sus canales— no habían sido de ayuda. Ni siquiera el apoyo militar que recibió de los etíopes, libios y hombres de Put había podido librar a Tebas.
Nada podría salvar a Nínive tampoco. Ella se había hecho un registro tan malo mediante sus guerras y alianzas que su caída sería recibida con júbilo. “Todos los que oigan el informe acerca de ti,” escribió Nahúm, “ciertamente batirán las manos a causa de ti; porque ¿sobre quién fue que tu maldad no pasó constantemente?”—Nahúm 3:19.
En cumplimiento de la profecía de Nahúm, Nínive cayó en manos de las fuerzas combinadas del rey babilonio Nabopolasar y Ciaxares el Medo en 632 a. de la E.C. Las Crónicas de Babilonia declaran: “Se llevaron el gran despojo de la ciudad y del templo y [convirtieron] la ciudad en un montón de ruinas.”
Hoy el lugar donde estuvo ubicada la antigua Nínive es todavía una ruina desolada, en vindicación del Dios de profecía veraz, Jehová. Al igual que se redujo a la nada a la opresiva Nínive, así se reducirá a la nada a todos los opresores en la inminente “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” (Revelación 16:14) ¡Qué alivio grandioso traerá esto! Que se nos halle entre los que buscan refugio en el Soberano Supremo.
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Ponderando las noticiasLa Atalaya 1982 | 15 de enero
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Ponderando las noticias
“Los adivinos se equivocan constantemente”
Millones de personas se dejan llevar por las predicciones de mediums, o “adivinos.” No obstante, en el “Tribune” de Chicago, Jack Mabley dice: “Si usted los tomara en serio y comprara acciones o vendiera plata a base de lo que dicen, yo sugeriría hacer lo opuesto de lo que ellos dicen. Los adivinos se equivocan constantemente.” Referente a 62 predicciones que éstos hicieron para 1980 y que fueron publicadas en un periódico, Mabley dijo: “Ninguna de aquellas 62 predicciones fue exacta.”
Por ejemplo, un adivino predijo que en 1980 “los intereses disminuirían a medida que fuera mejorando la economía.” Ocurrió lo opuesto. Siete adivinos predijeron que Ted Kennedy sería elegido presidente. El ni siquiera ganó la nominación de su partido. En cuanto al presidente de aquel entonces, Jimmy Carter, Jeanne Dixon predijo lo siguiente: “En el otoño, debido a un asunto relacionado con una iglesia, se cometerá un atentado contra su vida.” Ella también predijo que a causa de escándalos él perdería a varios funcionarios íntimos y de alto rango. Ninguna de aquellas predicciones se realizó.
No son las predicciones humanas, sino las profecías inspiradas de Dios las que se cumplen con exactitud. (Isaías 46:9-11; 2 Pedro 1:20, 21) Por lo tanto, la Palabra de Dios condena a los falsos pronosticadores de sucesos.—Deuteronomio 18:10-12.
Siete mil insultos
Una concordancia bíblica nueva, “The NIV Complete Concordance,” ha sido publicada para la “New International Version.” El prólogo de esta concordancia dice que en la “NIV,” así como en otras traducciones de la Biblia, “el nombre propio de Dios, ‘Yaweh,’ se traduce ‘SEÑOR,’” con todas las letras mayúsculas, y que la palabra hebrea para señor, “Adonai,” también se traduce “Señor,” pero con la primera letra mayúscula y las demás minúsculas. Se alistan por separado en la concordancia las veces que aparecen estas dos palabras.
Es interesante el hecho de que bajo la palabra “Señor” hay poco menos de 1.000 anotaciones, mientras que bajo “SEÑOR” (”Yaweh”) hay más de 6.800 anotaciones. Si es cierto que “Yaweh” es el “nombre propio de Dios,” el sustituir en Su propio libro este nombre unas 7.000 veces por la palabra impersonal “SEÑOR” constituye realmente una blasfemia monumental, un “insulto a . . . Dios.” (”Webster’s New Collegiate Dictionary”) ¿No se sentiría usted insultado si la mayoría de sus supuestos amigos rehusaran usar el nombre de usted y, en cambio, le llamaran “hombre,” “mujer,” “niño” o “niña”?—Salmos 83:16-18.
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