y su Hijo, a quien él ha nombrado para juzgar al mundo en justicia.—Hech. 17:31; 2 Tim. 4:1.

¿Deberíamos preocuparnos y especular en cuanto a quiénes sobrevivirán a la “tribulación grande,” o quiénes serán resucitados? Si vivimos en armonía con los mandatos de Dios ahora y proclamamos las buenas nuevas al grado máximo de nuestra habilidad, estaremos haciendo la voluntad de Dios.

En cuanto a los juicios de Jehová, si llegamos a conocer a Dios confiaremos en él, y seremos como Abrahán, que, conociendo la justicia y misericordia de Dios, usó éstas como base para una súplica a favor de personas que vivían en las ciudades inicuas de Sodoma y Gomorra, diciendo: “Supongamos que haya cincuenta hombres justos en medio de la ciudad. ¿Los barrerás, pues, y no perdonarás al lugar por causa de los cincuenta justos que están en él? ¡Es inconcebible de ti que estés obrando de esta manera para hacer morir al justo con el inicuo de modo que tenga que ocurrirle al justo lo mismo que le ocurre al inicuo! Es inconcebible de ti. ¿El Juez de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?” La misericordia incomparable de Jehová se mostró al escuchar él la súplica de Abrahán al grado de que si solo se hallaran diez hombres justos en el distrito, Dios absolutamente no destruiría las ciudades.—Gén. 18:22-33.

Por eso, en vez de preocuparse mucho, es mejor esperar en Jehová, y al mismo tiempo continuar haciendo Su voluntad con la confianza que expresó el salmista, que dijo: “Bien sé, oh Jehová, que tus decisiones judiciales son justicia.”—Sal. 119:75.

Encuentro con ESP

“POR muchos años había leído las advertencias de la Sociedad Watch Tower en cuanto a envolverse con ESP,” escribe una joven del estado de Nueva York. “Pero por alguna razón jamás pensé que esas advertencias me aplicaban. Sin embargo, algo sucedió que me hizo cambiar de opinión.

“Siempre había estado interesada en los pueblos primitivos y sus costumbres. Debido a esto, pasaba considerable tiempo leyendo acerca de sus supersticiones, encantamientos, hechizos, etcétera. Hasta probaba de vez en cuando el autohipnotismo. Finalmente descubrí que podía predecir lo que llegaría en la correspondencia matutina. Podía decir lo que cada pieza sería, de quién era y a quién estaba dirigida. Comencé a tener ‘sensaciones’ acerca de acontecimientos que todavía no habían sucedido.

“Por supuesto, esto me hizo sentir inquieta, porque recordaba haber leído experiencias y advertencias en cuanto a cosas parecidas en las revistas La Atalaya y ¡Despertad! Finalmente, me di cuenta de que no podía servir a los demonios y a Jehová al mismo tiempo. (1 Cor. 10:21; Hech. 16:16-18) Oré a Jehová, aumenté mi estudio bíblico personal y dejé de leer libros que tenían que ver con brujería o lo sobrenatural. Era una lucha, pues me sentía oprimida, como si algo tratara desesperadamente de controlar mi mente. Muchas veces me hundía en el abatimiento. No podía hacer la tarea escolar sin luchar.

“Sin embargo, sabía que no podía darme el lujo de perder esta batalla. Sabía que perderla podía significar mi vida. Después de fortalecerme espiritualmente, comencé a sentir un alivio de estos ataques de abatimiento, no obstante continué fortaleciéndome aun más con oración y estudio bíblico. Las palabras de 1 Tesalonicenses 5:17 llegaron a formar parte de mí... ‘Oren incesantemente.’ Gradualmente comencé a sentirme más fuerte; ya no tenía una lucha tan grande para mantener mi mente en las cosas correctas. ¡Se había ganado la batalla!

“Ahora que ha terminado esto, no he vuelto a leer libros como los que iniciaron todo el problema. A menudo ayudo a mis condiscípulos a estar en guardia contra ESP, hipnotismo, tablas Ouija y otras formas de espiritismo. Habiendo pasado por una experiencia sumamente desagradable, puedo ver más que nunca la importancia de prestar atención a las advertencias que se dan en las publicaciones de la Sociedad Watch Tower.”