Ruanda... donde la paciencia de Jehová no ha sido en vano
CIGÜEÑAS de cresta amarilla están desayunándose entre tallos de papiro a lo largo de las tortuosas cabeceras del poderoso Nilo en Niabarongo. A poca distancia, bananales dan cubierta a unas cuantas tienditas situadas a lo largo de un camino pedregoso. Las laderas empinadas están decoradas de plantaciones de yuca, maíz, café, habichuelas y otras siembras, y entre todo esto se encuentran pequeñas residencias esparcidas a intervalos. Las casitas hechas de ladrillos de barro endurecido y cubiertas de tejados rojos presentan atractiva apariencia con sus paredes de yeso blanco o amarillo.
En las verdes laderas, mujeres vestidas de rojo labran diligentemente los campos, mientras unas cuantas cabras y ganado de cuernos largos pasean en pastos de poca extensión. A una altura de aproximadamente 1.600 metros sobre el nivel del mar, el aire fresco es estimulante. A lo lejos, a una altura de 4.000 metros, las cimas de la cadena volcánica de Virunga, parcialmente envueltas en nubes blancas, coronan esta pacífica escena.
Estamos en Ruanda, donde no ha sido en vano que Jehová Dios haya ejercido su paciencia. En uno de los muchos caminitos, todavía un poco resbaladizo después de las lluvias de la noche, se ve a más de media docena de adultos y jóvenes caminando. Es sábado por la noche, y ellos están haciendo un viaje de 25 kilómetros a Kigali, capital de Ruanda. Allí piensan asistir a reuniones cristianas que se celebran semanalmente y también beneficiarse del estudio personal de la Biblia. Una joven de su región les despertó el interés en las verdades bíblicas después que ella misma recibió el mensaje del Reino en Kigali. Estas son algunas de las personas de Ruanda que están apreciando la paciencia de Jehová en estos “últimos días.”—2 Ped. 3:9; 2 Tim. 3:1.
UN COMIENZO TARDÍO
El cristianismo verdadero llegó a Ruanda a una fecha muy tardía. Ruanda, un país pequeño que abarca solamente 26.338 kilómetros cuadrados, queda en el corazón del África y no tiene salida al mar. Su población de más de 4,5 millones de habitantes utiliza casi todo pedazo de tierra disponible en sus miles de colinas verdes. Hasta recientemente, bajo el fuerte dominio de unas cuantas organizaciones religiosas de la cristiandad, la gente llegó a conocer el hambre espiritual. (Amós 8:11) Sin embargo, en 1971 tres proclamadores extranjeros del Reino empezaron su obra aquí y concentraron sus esfuerzos principalmente en el número limitado de habitantes que hablaban la lengua swahíli. Para 1974 la cantidad de proclamadores había crecido a 14, pero muy pocos de ellos eran nativos de Ruanda. Desde más o menos ese tiempo llegó a haber más libertad religiosa en Ruanda, y varios testigos de Jehová que hablan el idioma popular de Ruanda, llamado kinyaruanda, se han juntado a sus filas.
Entre éstos se hallaba un padre de familia que, como muchos habitantes de Ruanda, estaba trabajando en las minas de cobre de Shaba (antiguamente Katanga) en el sur de Zaire. Este hombre había buscado la verdad y finalmente la había encontrado a fines de los años sesenta. Al mudarse de allí otras personas, él tuvo la oportunidad de participar en responsabilidades dentro de la congregación y así pudo adquirir rápidamente la experiencia necesaria para ser útil como pastor espiritual. Sin embargo, sus pensamientos y oraciones a menudo se dirigían hacia Ruanda, su distante tierra natal donde casi nadie estaba oyendo las “buenas nuevas.” Poco después, el instructor de un curso especial preparado para superintendentes cristianos lo animó a emprender el servicio de tiempo completo en su país natal. La posibilidad de hacer esto le regocijó el corazón, de modo que no se dejó detener ni por el ascenso que había recibido recientemente en su empleo ni por los esfuerzos que hicieron familiares suyos por desanimarlo. A él y a su esposa les parecía evidente que la mano de Jehová estaba envuelta en el asunto, pues los trámites necesarios se completaron en un tiempo sorprendentemente corto y la compañía para la cual él trabajaba proveyó los boletos de avión para Ruanda. La experiencia de este hermano en la obra de hacer discípulos ha llegado a ser una fuente de verdadero estímulo para la actividad aquí, junto con el duro trabajo de otros Testigos celosos.—Mat. 28:19, 20.
LA PACIENCIA DE JEHOVÁ SE APRECIA
Muchos de los nuevos proclamadores del Reino en Ruanda fueron en un tiempo miembros devotos de otras religiones. Ahora muestran gran aprecio por la paciencia de Jehová, progresan rápidamente, proclaman con diligencia las “buenas nuevas,” y sirven a menudo como evangelizadores de tiempo completo. Esto puede ilustrarse con unos cuantos ejemplos.
Un evangelista pentecostés sintió lástima por un joven precursor especial de su pueblo y decidió “hacerle ver la luz.” Pero la discusión que hubo subsiguientemente tuvo un efecto bastante contrario. El evangelista llevó a su sacerdote 18 preguntas doctrinales, pero el clérigo no pudo contestárselas adecuadamente. Cuando el evangelista se puso a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová, se enfrentó a amenazas de muerte, así como a otras formas de oposición. Su esposa quiso divorciarse de él y cooperó con sus enemigos, pero el punto de vista de ella cambió cierto día. Mientras se estaba conduciendo el estudio de la Biblia, ella estaba escuchando desde el “cuarto de oración” de la casa y oyó a los Testigos aconsejando a su esposo que no la golpeara. ¡Imagínese la sorpresa del esposo un día al ver a su esposa testificándole al sacerdote! No solamente se unieron marido y mujer como adoradores verdaderos, sino que también otros cinco miembros de la familia se beneficiaron de la paciencia de Jehová.
Uno de estos familiares era un joven hábil a quien la iglesia envió para que “salvara” a su tío. Sin embargo, después de una conversación de cinco horas con el Testigo que conducía el estudio bíblico con el antiguo evangelista, el sobrino secretamente hizo arreglos para tener un estudio bíblico personal cada día, a condición de que su tío no supiera de esto. Pero el secreto terminó cuando su tío llegó un día durante el estudio. ¡Qué encantado quedó al ver que su sobrino estaba estudiando! Después de su bautismo cristiano, tanto este hombre como su sobrino pronto se hicieron precursores auxiliares y, poco después, precursores regulares (proclamadores del Reino en servicio de tiempo completo). Desde entonces se han mudado a una zona algo aislada, donde algunos de sus parientes y otras personas han dado buena acogida a las “buenas nuevas.” ¡Qué gozo ha sido para ellos ver formarse una nueva congregación allí, con una asistencia de más de 30 personas en las reuniones regularmente!
En otro caso, un profesor de escuela primaria oyó que cierto hombre del pueblo estaba negando la doctrina de la trinidad. Esto le despertó la curiosidad, y el profesor procuró conocer a aquel hombre; la conversación que tuvo con éste resultó en que se estableciera un estudio bíblico. Cuatro meses más tarde, el profesor pudo discernir que él había sido parte de un sistema mundial de religión falsa; prontamente se separó de éste, seguido por otros dos miembros de su familia.—Rev. 18:4.
Cuando este hombre se bautizó como testigo de Jehová, la iglesia a la cual él había pertenecido envió cartas por todo el país advirtiendo a sus “rebaños” en contra de él. Pero el aprecio que tenía este hombre por su relación con Dios lo impulsó a hacerse precursor auxiliar inmediatamente después de su bautismo, y a emprender poco después la obra de precursor regular. Esto envolvió el hacer otro cambio drástico en su vida. Tuvo que abandonar su puesto bien respetado de profesor para regresar a una forma de vida mucho más sencilla como granjero. Puesto que Ruanda es un país muy densamente poblado y casi el 97 por ciento de sus habitantes son granjeros, el empleo seglar es escaso y muy atesorado. Pero este joven halló más felicidad que nunca antes, incluso el gozo de ver bautizarse a varias de las personas con quienes estudió la Biblia.
Otro profesor, que vivía a más de medio día de viaje del pueblo más cercano, oyó el mensaje de la verdad cuando estuvo visitando la ciudad universitaria de Ruanda. Puesto que él vivía en lugar tan aislado y el costo del transporte era tan alto, el estudio bíblico con él tuvo que conducirse por correo, suplementado por solamente dos visitas personales en el transcurso de los meses. Pero esto fue suficiente para impulsarlo a decir las “buenas nuevas” a sus vecinos, amistades y algunos de sus estudiantes. Con el tiempo, su esposa aceptó esta esperanza también.
Pronto este hombre se vio ante un ultimátum: Dejar de predicar o perder su empleo. Su decisión fue clara: continuaría hablando a otros en cuanto al reino de Dios. Algunos le advirtieron que le faltaría el pan. Sin embargo, no solamente ha habido una mejora en su vida familiar y en su salud física, sino que también le está yendo mejor espiritualmente. Otros de entre sus parientes han llegado a ser súbditos del reino de Dios, junto con varios de sus antiguos alumnos. Y con la ayuda de un precursor especial, una nueva congregación ha llegado a existir recientemente en aquella zona. Considerando este ejemplo del pasado, se puede ver el gran valor de llevar a cabo estudios de la Biblia por correspondencia cuando no es posible hacer visitas personales.
VENCIENDO OBSTÁCULOS
Muchos de los que han abrazado el cristianismo verdadero en Ruanda han salido de enredos con organizaciones religiosas, oposición en general, dificultades de empleo y aislamiento. Entre otros problemas que se han vencido están los de inmoralidad y el enviciamiento fuertemente arraigado al tabaco y el beber en exceso. El fuerte apego al sistema de tribus es un obstáculo más que los cristianos han tenido que vencer.
Deben mencionarse también la adoración de antepasados y los ritos relacionados con esta práctica. El tradicional rugo (residencia ovalada rodeada de un seto) contiene una casuchita hecha específicamente para los antepasados muertos. Muchas personas todavía están ofreciendo sacrificios en los cuales se utilizan sangre y cerveza. Se ven manifestaciones más evidentes de adoración espiritista cuando surgen casos de muerte, enfermedad y problemas materiales. Por supuesto, los que adoptan la adoración pura de Jehová abandonan tales prácticas.
Por ejemplo, un joven padre de familia se libró de la hechicería. Puesto que había sido un estudiante fervoroso de la hechicería, él había llegado al punto de casi ser brujo él mismo. Aproximadamente la mitad de su salario mensual se iba en pieles de leopardo, dientes de leones, pelos de elefante, pociones y muchos otros artículos asociados con la hechicería. Aun en el día de sus bodas él devotamente invocó a los espíritus. No obstante, las enfermedades le perseguían a él y luego persiguieron también a su esposa.
Después de un encuentro breve con los testigos de Jehová, la esposa de este hombre quedó muy impresionada al ver el nombre “Jehová” en Jeremías 16:21 en su Biblia escrita en kinyaruanda y por lo tanto invitó a los Testigos a su hogar. Se despertó el interés de esta pareja, y un día los dos asistieron a una reunión cristiana en la cual se pronunció un discurso sobre el espiritismo y la condición de los muertos. Esta información conmovió profundamente al hombre. Regresó a casa, reunió los artículos asociados con la adoración espiritista —un conjunto de objetos por valor de más de $250 (E.U.A.)— y quemó estos artículos, una tarea que le requirió tres horas y media. (Vea Hechos 19:18, 19.) ¡Qué sorprendida quedó esta pareja al ver que desde entonces en adelante su salud fue mejorando rápidamente! Otro día, una mujer les visitó y, después de oír las “buenas nuevas,” se sintió liberada de los espíritus que la habían dominado por años. A su vez, ella empezó a estudiar la Biblia y asistir a las reuniones cristianas junto con su esposo. Mientras tanto, nuestro joven padre de familia ha hecho otros cambios necesarios en su vida y ha simbolizado su dedicación a Jehová, quien le ha mostrado tanta paciencia y misericordia.
UN ESPÍRITU DE SACRIFICIO PERSONAL
Es conmovedor notar el espíritu de diligencia, aprecio y presteza para hacer sacrificios personales que se manifiesta entre los que recientemente han empezado a probar la bondad amorosa de Jehová. Un hombre tenía solamente suficiente dinero para pagar la mitad de un pasaje de ida a una asamblea de circuito. Por lo tanto, se puso a caminar. Después de haber andado unos 65 kilómetros, llegó a la mitad del trayecto y obtuvo transporte para llegar a la asamblea. ¡Qué feliz se sintió de estar allí!
Aun cuando hay medios de transporte disponibles, los vehículos a menudo no son muy cómodos. Uno pudiera verse obligado a viajar en la parte trasera de un camión o encima de carga como carbón, leña, azúcar o botellas de bebidas. Los conductores de los vehículos por lo general se aseguran de utilizar todo el espacio disponible, y embuten hasta 50 personas en la parte trasera de un pequeño camión abierto... ¡pagando, claro está! Agregue a esto las constantes sacudidas causadas por los caminos pedregosos, y las lluvias que se presentan a veces, y usted puede pintarse un cuadro de cómo se viaja en muchas ocasiones. Personas cristianas han hecho tales viajes sin quejarse a fin de poder disfrutar de refrigerio espiritual en sus asambleas de circuito.
El viaje desde Ruanda a la asamblea internacional de 1979 en Nairobi, Kenia, fue extremadamente difícil. En Uganda, país que entonces estaba gobernado por Idi Amín, unos soldados detuvieron a los 29 delegados —tanto adultos como niños— por casi todo un día. No obstante, cuando al fin llegaron a Nairobi estos asambleístas apreciaron grandemente el que se les hubiera hecho posible asistir a una asamblea espiritualmente remuneradora junto con compañeros de creencia de 28 países.
El aprecio por la luz de la verdad y por la bondad inmerecida de Jehová también se manifiesta en el espíritu de “precursor” que despliegan muchos de los publicadores del Reino en Ruanda. Cada publicador que no está participando en la predicación como servicio de tiempo completo está pasando un promedio de 20 a 25 horas al mes diciendo a otros las “buenas nuevas” y conduciendo más de un estudio bíblico por semana con personas que se interesan en el mensaje bíblico. Además, ¡ha sucedido repetidas veces que un nuevo publicador ha informado que ha dedicado más de 50 horas en la obra de evangelizar y ha conducido tres, cuatro o aun cinco estudios bíblicos durante el mes!
Pero todavía queda mucho por hacerse en la obra de predicar el Reino en esta pequeña y bella tierra de África. Cuando se vuela por encima de Ruanda se pueden ver numerosas residencias esparcidas por todas partes. Aparte de las personas que viven en las planicies bien regadas del Parque Nacional de Akagera, situado en el este, muchas personas viven en las partes pantanosas de este país, en las orillas de los ríos, otras en las colinas, otras cerca de plantaciones de té verde, otras cerca del montañoso bosque tropical, otras en las muchas penínsulas de los lagos de belleza pictórica y otras en empinadas laderas, alcanzando hasta el mismo hogar del gorila de las montañas sobre las boscosas faldas de los volcanes Virunga. Se están haciendo esfuerzos por alcanzar a cuantas personas sea posible, tanto por medio de visitarlas si sus hogares son accesibles como por medio de encontrarlas en público en los días de mercado.
Los testigos de Jehová aquí agradecen la paciencia de Dios y la oportunidad que tienen de ayudar a más personas a beneficiarse de esa paciencia. La paciencia divina ciertamente puede ‘considerarse como salvación’ para muchos, como lo manifiestan las multitudes felices de adoradores de Jehová en Ruanda.—2 Ped. 3:15.