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    La Atalaya 1965 | 1 de mayo
    • Preguntas de los lectores

      ● La Atalaya del 15 de junio de 1964, en la página 362, declara: “Nunca en las Escrituras Griegas Cristianas leemos del fin, conclusión o consumación del kosmos.” ¿Cómo hemos de entender esta declaración en vista del hecho de que 2 Pedro 3:6 dice que un kosmos sufrió destrucción en el día de Noé?

      Las palabras “fin,” “conclusión” y “consumación” se usaron juntas aquí debido a las palabras griegas originales para la traducción de las cuales se han usado. En la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas “fin” se usa para traducir telos, y “conclusión” o “consumación” (1.a edición) para traducir la palabra griega relacionada syntéleia. Estas palabras invariablemente se relacionan con tiempo o con terminación, o con objetivo o con el final, más bien que con la destrucción de una cosa.

      Así, leemos que Jesús amó a sus discípulos hasta el telos o fin; que en el telos o fin de su reinado de mil años devolverá el reino a su Padre; que los cristianos recibirán el telos o fin de su fe, la salvación de su alma. Especialmente digna de atención es la expresión de que Jehová es el principio y el telos o fin. En ninguno de estos casos podríamos sustituir “fin” con “sufrió destrucción,” ¿no es verdad?—Juan 13:1; 1 Cor. 15:24; 1 Ped. 1:9; Rev. 21:6.

      Debido a este significado de telos hallamos que a veces se vierte de varias maneras: como “resultado” en Santiago 5:11; y como “objetivo” en 1 Timoteo 1:5.

      En cuanto a syntéleia, tampoco tiene connotación alguna de una destrucción. Más bien, el Expository Dictionary of New Testament Words de Vine nos dice que esta palabra “significa un hacer que las cosas alcancen lo completo juntas . . . marcando el haber llegado a lo completo o consumado las diversas partes de un plan.” Por eso leemos en Mateo 13:39 que “la siega es una conclusión [o syntéleia] de un sistema de cosas.” Los discípulos de Jesús le preguntaron acerca de la misma “conclusión” o syntéleia, y cuando finalmente los dejó él prometió que estaría con ellos “todos los días hasta la conclusión [o syntéleia] del sistema de cosas.”—Mat. 24:3; 28:20.

      Una palabra griega relacionada es el verbo synteleo, del que se puede decir que el modo en que se vierte en la Traducción del Nuevo Mundo recalca el mismo punto. Lucas la usó al decir que los días del ayuno de Jesús habían concluido, y que con la tercera tentación Satanás había concluido el tentar a Jesús.—Luc. 4:2, 13.

      Puesto que en ninguna parte hallamos estas palabras griegas usadas en conexión con el kosmos, la Traducción del Nuevo Mundo no usa sus equivalentes hispanos al hablar del “mundo,” o kosmos. Es verdad que 2 Pedro 3:6 sí habla de un mundo, una sociedad humana, un kosmos, como habiendo sufrido destrucción, y en ese sentido se pudiera decir que llegó a un fin, pero solo por violencia. Pero Pedro aquí no quiso decir que la raza humana en aquel tiempo había alcanzado su conclusión, su fin, su terminación u objetivo.

      Por lo tanto, vemos que en las Escrituras las palabras griegas telos, syntéleia, y synteleo y sus equivalentes hispanos sí aplican correctamente a un discurso, un reinado, un período de servicio, un sistema de cosas o una era, pero no a la raza humana o kosmos, porque la raza humana no llegará a un fin; Jehová Dios se propuso que ésta dure para siempre así como durará la Tierra sobre la cual vive. Por eso no habrá nuevo kosmos. Aunque un kosmos sí sufrió destrucción en el Diluvio, solo fue el kosmos conforme aplica a la humanidad opuesta a Dios. No se podría decir correctamente que los que sobrevivieron constituyeron un nuevo kosmos o mundo, porque habían existido previamente como parte del kosmos o mundo prediluviano por el cual Cristo murió.

      ● ¿Es correcto que un cristiano tenga una afición de trucos mágicos simplemente para su diversión?

      Puede ser que una persona tenga una afición de ejecutar trucos que no tengan nada que ver con magia verdadera o demonismo. Puede ser que una persona simplemente emplee trucos de prestidigitación o los que envuelven ilusiones. De modo que si una persona simplemente estuviera mostrando cuán diestra puede ser con las manos, sin pretender magia alguna, quizás no haya objeción alguna a tal entretenimiento. Sin embargo, el que el cristiano se envuelva en cosas de esta naturaleza o no, es algo que debe considerarse cuidadosamente. Una persona pudiera comenzar a ejecutar trucos sencillos, pero esto podría conducir a prácticas que, a sabiendas o sin saberlo, imitaran las artes mágicas. Uno pudiera duplicar mediante trucos verdaderas hazañas mágicas que ejecutan los demonios, tales como la levitación, el mover objetos misteriosamente, materializaciones ectoplásmicas, etc. Eso podría conducir a envolverse con inicuas fuerzas espíritus, porque esto es jugar a lo que los demonios realmente hacen.

      La experiencia de una señora en Londres ilustra el peligro de jugar a cualquier cosa que se asemeje a actividad demoníaca. Su experiencia la describe Nandor Fodor en el libro The Haunted Mind. A esta señora la fascinaba la magia y el hipnotismo, y tenía una biblioteca extensa sobre artes mágicas. El informe dice:

      “Tenía un muchacho joven que se hospedaba conmigo y que era buen sujeto para hipnotismo. Tracé un círculo mágico, lo coloqué adentro y lo puse en sueño hipnótico. ¡Luego le mandé que hiciera subir al Diablo! El muchacho se retorcía y gritaba. Tenía miedo. . . . Nada sucedió en las primeras cinco sesiones hipnóticas. Pero a la sexta vez algo sucedió, y esto me aterrorizó muchísimo. El círculo mágico apareció una luz. De una bruma luminosa dos ojos—tan grandes como huevos—me miraron con una mirada terrible, penetrante, una expresión horrible. Pregunté roncamente qué era. El muchacho contestó—con una voz totalmente diferente—‘el Mal que evocaste te habla’. . . . Yo, me asusté tanto que grité: ‘¡Vete, jamás vuelvas! ¡No te permitiré, no te quiero!’ La luz desapareció con un sonido de viento, y las cosas volvieron a la normalidad. Pero yo quedé blanca como tiza y por días después sentía que toda la fuerza había salido de mí. El muchacho se sentía igual. Cuatro o cinco veces sintió que una fuerza había tratado de apoderarse de él.”

      El jugar con las prácticas mágicas, aunque la persona tal vez esté fingiéndolas, es sumamente peligroso, y está invitando a los demonios a aparecerse realmente, como lo hicieron en el caso de un hombre que representaba sesiones fingidas, solo para descubrir que a veces ejecutaba realmente fenómenos mediúmnicos.—Clock Without Hands.

      A veces los que ejecutan trucos tratan de hacer que otros crean que ellos están haciendo algo sobrenatural, mágico. Así, de hecho, pueden exponerse a verdadera dificultad con los demonios. Ciertamente ningún cristiano querría pretender el tener facultades sobrenaturales ni dejar alguna impresión de que es practicante de magia babilónica, lo cual condena Dios. (Deu. 18:10, 14) El cristiano también debe tener presente que las personas que lo conocen y que saben que es ministro de Dios pudieran considerar desfavorablemente los trucos semejantes a magia; esto pudiera causar tropiezo a algunas personas. Por eso, el cristiano bien puede ver que el seguir tras una afición de los llamados trucos “mágicos” no es provechoso.—Fili. 1:10; 1 Cor. 6:12.

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    La Atalaya 1965 | 1 de mayo
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      MINISTERIO DEL CAMPO

      Para los testigos de Jehová es un privilegio llevar el mensaje del reino de Dios a personas de toda clase. Pero antes de que los que escuchan las buenas nuevas lleguen a ser siervos públicos de Dios ellos mismos, tienen que abandonar las falsas prácticas religiosas y los caminos inmorales del mundo. Para ayudarlos a hacer esto, durante mayo los testigos de Jehová ofrecerán el libro “Sea Dios Veraz,” que ayuda a estudiar la Biblia, con un folleto, por la contribución de 50c de dólar.

      ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS

      23 de mayo: Jerusalén—“una piedra pesada para todos los pueblos,” §1-24. Página 264.

      30 de mayo: Jerusalén—“una piedra pesada para todos los pueblos,” §25-47. Página 268.

      6 de junio: Jerusalén—“una piedra pesada para todos los pueblos,” §48-69. Página 273.

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