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  • Parte 23—“Hágase tu voluntad en la tierra”
    La Atalaya 1959 | 1 de diciembre
    • que fué adoptada por la compañía de los testigos de Jehová de Nueva York el 5 de octubre de 1932. Esta pedía un limpiamiento de la organización de congregación, una restauración de ésta al estado apropiado para la clase del Santuario de Jehová. ¿Cómo? Por medio de limpiar de la organización a los “ancianos electivos,” o ancianos que habían sido elegidos a su puesto de ancianos al extender las manos los miembros de la congregación en una elección popular o democrática, según el estilo político que usaban los antiguos estados griegos y la potencia mundial binaria angloamericana.

      46, 47. (a) ¿Cómo habían estado procediendo las congregaciones en este asunto de colocar ancianos en sus puestos, y en qué había resultado esto? (b) ¿Qué Resolución sometió la revista Watchtower para adopción?

      46 Hacía décadas que las congregaciones de la clase del santuario de Jehová habían estado eligiendo a hombres localmente al puesto de anciano por medio de un voto en que la congregación local extendía las manos. Esto, por supuesto, se debía a que no se entendía correctamente el procedimiento apostólico del primer siglo según se describe en las Escrituras Cristianas Griegas.f Ahora al debido tiempo de Dios el artículo intitulado “La organización de Jehová” salió en The Watchtower, la Parte 1 en el número del 15 de agosto de 1932 y la Parte 2 en el siguiente número del 1 de septiembre. (Vea La Torre del Vigía de diciembre de 1932 y enero de 1933). Este artículo descubrió al sistema de “ancianos electivos” como algo que se conforma a la parte democrática de este mundo y por esto como cosa inmunda y no teocrática, como algo que no está sumiso al gran Teócrata que gobierna su santuario desde arriba hacia abajo. Este método democrático de elegir ancianos había dado por resultado el que a ese puesto fueran nombrados muchos que en realidad no eran maduros o desarrollados espiritualmente, personas que se sentían independientes de todo dominio superior, que se daban importancia a sí mismas en su congregación local como si se les hubiera nombrado para manejar la congregación local, considerándose responsables primariamente a la congregación de la cual habían esperado recibir y recibían los votos. Esto había resultado en que esta clase de “ancianos” causara muchos estorbos a la obra de testimonio mundial que la Sociedad Watch Tówer Bible & Tract estaba recomendando por medio del representante de servicio que tenía en cada congregación. El artículo sobre “La organización de Jehová” concluyó, sometiendo para adopción por todas las congregaciones una Resolución, que decía, en parte:

      47 “Por lo tanto resuélvase que no hay autoridad bíblica para la existencia del puesto electivo de ancianos en la iglesia y que en adelante no elegiremos a persona alguna al puesto de anciano; que todos los ungidos de Dios son ancianos, según definen ese término las Escrituras, y todos son siervos del Altísimo. . . . Un director de servicio que será nombrado por nosotros y confirmado por el ejecutivo o gerente de la Sociedad, y este director de servicio será miembro del comité de servicio de esta compañía.”

      48. ¿Qué, pues, constituyó el anuncio que se hizo en The Watchtower del 15 de octubre de 1932, y cómo armonizó esto con el significado de los “veinticuatro ancianos” y las “siete estrellas”?

      48 Esta Resolución fué adoptada por las congregaciones de los testigos de Jehová por toda la tierra. El anuncio que se hizo en la revista Watchtower del 15 de octubre de 1932, al fin de las 2,300 tardes y mañanas, fué la noticia oficial que Jehová dió por medio de su conducto de comunicación visible de que su santuario de “piedras vivas” ungidas había sido limpiado, vindicado y justificado. Había sido restaurado a su estado apropiado en lo que concernía a la eliminación de los “ancianos” elegidos democráticamente y en lo que concernía al nombramiento teocrático de los superintendentes de las congregaciones. Ciertamente las veinticuatro personas de edad avanzada que el apóstol Juan vió en su visión celestial coronadas y sentadas en tronos alrededor del trono del Dios Altísimo no eran “ancianos” que hubieran sido elegidos democráticamente por las congregaciones abajo en la tierra. Eran “ancianos” a quienes el Soberano del universo había escogido debido a su crecimiento cristiano cabal y su integridad probada. Ciertamente, también, las “siete estrellas” que Juan vió sobre la mano derecha del glorificado Jesucristo y que representaban a los “ángeles” o superintendentes de las congregaciones de la clase ungida del santuario de Jehová eran “ancianos” cabalmente crecidos o desarrollados que habían sido escogidos y que eran gobernados, no por las congregaciones según el proceder democrático de la séptima potencia mundial, sino por la Cabeza Suprema de la organización teocrática por medio de Jesucristo. (Apo. 1:16, 20; 2:1; 4:4, 10, 11) Muy apropiadamente al resto de la clase del santuario sobre la tierra se le hizo estar y funcionar en armonía con esta regla teocrática al debido tiempo de Jehová.

      (Continuará)

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1959 | 1 de diciembre
    • Preguntas de los lectores

      ● En Juan 3:16, 17, ¿a qué “mundo” amó tanto Dios, y a qué “mundo” fué que Dios envió a Jesús, no a juzgar, sino a salvar?

      En el relato de Juan de la vida de Jesús la palabra española “mundo” se traduce de la palabra griega kosmos, que aparece por lo menos setenta y nueve veces en el texto original del relato de Juan. Fundamentalmente, kosmos significa “orden,” es decir, un orden constituido, un arreglo, un orden de cosas según cierto diseño, un arreglo de cosas según cierto modelo.

      Sin embargo, siempre que leemos en el relato de Juan la palabra kosmos, no debemos en cada caso pensar inmediatamente en un mundo formado de cielos y tierra, los cielos estando compuestos de invisibles fuerzas espirituales que gobiernan y la tierra estando compuesta de criaturas humanas sujetas y sumisas al gobierno de aquellas fuerzas espirituales invisibles. Por consiguiente no debemos pensar inmediatamente en las clases de mundo que han estado o todavía estarán asociadas con esta tierra—el mundo edénico de la inocencia de Adán y Eva; el mundo fuera del jardín de Edén o el mundo de los impíos de antes del Diluvio; el presente mundo de los “cielos y la tierra actuales”; y el venidero nuevo mundo de “nuevos cielos y una nueva tierra.” Si siempre pensamos en mundos de esa clase tal vez nos hallemos desorientados y nos preguntemos cuál de esos varios mundos es el que se da a entender.

      Por ejemplo, considere los primeros cuatro usos de Juan de la palabra kosmos o “mundo.” Leemos: “La luz verdadera que da luz a toda clase de hombre estaba para entrar al mundo [1]. Estaba en el mundo [2] y el mundo [3] vino a la existencia por medio de él, pero el mundo [4] no le prestó atención. Vino a su propio hogar, pero su propio pueblo no lo recibió.” (Juan 1:9-11) Ahora bien, ¿a qué mundo vino Jesús como la luz verdadera? Es cierto que esto aconteció durante el tiempo del mundo formado de los “cielos y la tierra actuales.” (2 Ped. 3:7) Pero, ¿es éste el “mundo” que Juan 1:9-11 da a entender? ¿Fué éste el mundo que “vino a la existencia por medio de él”? ¿Fué éste “su propio hogar” al cual vino, pero ninguno del cual lo recibió?

      Tenemos que tener presente que Jesús salió de las regiones invisibles, espirituales y más altas y entró en las regiones visibles, terrestres o carnales y más bajas. Por esto él dijo a los judíos: “Ustedes son de las regiones de abajo; yo soy de las regiones de arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo.” (Juan 8:23) Aquí Jesús estaba identificando un mundo con las “regiones de arriba,” y otro mundo con las “regiones de abajo.” Él dijo que la gente de las regiones de abajo era “de este mundo.” Él mismo, siendo de las regiones de arriba, por lo tanto ‘no era de este mundo.’ ¿Qué, entonces, era este mundo? Sí, era un orden establecido o un arreglo; pero para que hubiese un orden o arreglo, tenía que haber cosas o gente para que fueran establecidas en cierto orden o para que

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