Nuevo edificio para la obra cultural en México
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en México
EL 19 y el 20 de abril de 1974, fueron días llenos de emoción para los testigos de a Jehová en México. En esos días se celebró la inauguración de un nuevo edificio como su oficina central para la obra cultural de los Testigos en este país. Contiene instalaciones para imprimir y enviar la literatura que se usa en esta obra, y provee alojamiento para un cuerpo de trabajadores voluntarios.
El nuevo edificio, construido en un valle dominado por dos montañas coronadas de nieve, está ubicado a unos dieciocho kilómetros de la Ciudad de México. Se comenzó a trabajar en él el 7 de junio de 1973, con las excavaciones en la propiedad de 6.036 metros cuadrados, y se terminó en 317 días.
El edificio de tres pisos tiene un tamaño de 1.500 metros cuadrados. Se usaron unas 120 toneladas de cemento, fortaleciéndolo grandemente contra los daños durante los movimientos sísmicos. La planta baja incluye una imprenta, un lavadero, espacio para almacenar más de 1.500.000 libros, y un Salón de Reuniones Culturales, hermosamente decorado en el estilo colonial mexicano. En el piso del medio se halla el espacio para la oficina, una cocina, un comedor que puede acomodar a 120 personas, y 16 dormitorios. Hay una biblioteca y otros 36 dormitorios en el piso superior. El edificio puede suministrar vivienda hasta para 104 personas, y hay espacio para la futura expansión de las instalaciones de imprenta. Un calentador solar en la azotea provee agua caliente para todo el edificio.
Había una apremiante necesidad de un nuevo edificio para la oficina central en México. La cantidad de testigos de Jehová allí ha aumentado rápidamente en años recientes. Por ejemplo, en noviembre de 1973 había 61.106 Testigos en México. Para febrero de 1974 esta cantidad había ascendido a 65.553, un aumento de 4.447 tan solo en tres meses. El edificio anterior, adquirido en 1938 y ampliado en 1945 y 1962, no podía satisfacer las demandas actuales para imprimir y enviar la literatura que publican los testigos de Jehová en México. Además, los planes gubernamentales para construir carreteras requerían la demolición de la estructura anterior.
Un rasgo muy extraordinario en el proyecto de este edificio fue la cantidad de personas que se ofrecieron para trabajar voluntariamente en él; más del 90 por ciento del trabajo se hizo sin paga. Los Testigos de todo el país, y hasta algunos visitantes extranjeros, donaron su tiempo, energía y habilidades para levantar el nuevo edificio.
Entre los 3.379 presentes en el programa de dedicación estuvieron el personal de la oficina central de México, más de 250 de los trabajadores voluntarios, varios superintendentes de las congregaciones de la Ciudad de México, y muchos invitados. Para comenzar el programa, el administrador de La Torre del Vigía de México, A.C. (la corporación legal para los testigos de Jehová en México), habló del éxito de la obra cultural que los Testigos han hecho en ese país durante los pasados treinta años. Declaró que desde 1946 ellos habían enseñado a leer y escribir a 46.468 personas, y habían ayudado a miles a abandonar un modo de vivir inmoral.
La parte principal del programa fue una conferencia por N. H. Knorr, presidente de la Watch Tower Bible and Tract Society. Él señaló que el nuevo edificio será usado para ayudar a la gente de México a aprender los arreglos de Dios para bendecir a la humanidad. Él enfatizó la necesidad de que todos cultiven aprecio por las cosas que Dios provee para ayudarles. “Mucha gente,” dijo Knorr, “carece de verdadero aprecio por las cosas que recibe. Para ellos la expresión ‘gracias’ no es nada más que un formalismo. Esto no debería ser así con nosotros. Debemos tener presente que ‘apreciar’ significa tener algo en gran estima, considerarlo de gran valor. Consideremos todo lo que recibimos de Jehová de ese modo.”
El programa del 19 de abril se repitió al día siguiente para permitir que asistiera la mayor parte de los que tuvieron que ver con el proyecto. Cuando concluyó, todos se marcharon refrescados y gozosos por haber participado en una obra verdaderamente provechosa.