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Mi esfuerzo por servir Jehová desde la niñezLa Atalaya 1971 | 15 de septiembre
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Internacional “Paz en la Tierra.” En cada una de esas asambleas hemos sido edificados y fortalecidos para perseverar en el servicio de nuestro Dios, teniendo siempre delante de nosotros la excelente dirección dada por la clase del “esclavo fiel y discreto” de Jehová de tiempos modernos.—Mat. 24:45-47.
Al mirar atrás a mi niñez temprana no puedo menos que pensar en lo generoso que ha sido Jehová al tratar conmigo. Por su dirección mis padres no solo aceptaron el mensaje de la Biblia, sino que también dedicaron tiempo a entrenarme de acuerdo con sus principios divinos. Me animaron a asirme de los privilegios de precursora, y eso, a su vez, me preparó para las responsabilidades añadidas del campo misional.
También puedo estar muy agradecida por las multitudes de cristianos verdaderos con quienes me he asociado, todos los cuales me han ayudado a lograr madurez en el ministerio de Jehová. En particular he apreciado la camaradería de mi compañera misionera, con quien he pasado tantas horas y años felices. Verdaderamente espero que podamos continuar esta relación preciosa por muchos años en el futuro. Ciertamente parece que a medida que este viejo sistema se acerca a su fin hay mucho que hacer todavía y simplemente no parece que habrá suficiente tiempo. Pero podemos estar seguros de que Jehová coronará con buen éxito su obra.
Si es la voluntad de Jehová, mi deseo sincero es permanecer en esta asignación, que ha llegado a ser como hogar mío, y continuar en su servicio para siempre. ¡Será maravilloso ser una de sus siervas de tiempo cabal en el nuevo orden de cosas ya tan cerca!
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Donde ella halla refrigerioLa Atalaya 1971 | 15 de septiembre
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Donde ella halla refrigerio
✔ En una carta “A los directores” publicada recientemente por la revista Commonweal, una señora dijo: “¿Qué hay de los testigos de Jehová como un ejemplo de iglesia vigorosa y creciente? Se dice que 80 por ciento de sus miembros eran católicos.
“Gran parte del secreto de su buen éxito puede hallarse leyendo sus publicaciones humildes, La Atalaya y ¡Despertad! La primera estudia y considera la Biblia, y la segunda presenta temas de interés general.
“¿A qué se debe pues que, después de leer esas revistas, con sus dibujos algo anticuados y su papel barato, siento refrigerio, me siento estimulada y de nuevo capaz de hacerle frente a la vida (en mi caso, la crianza de siete hijos y dos hijas)?
“¿A qué se debe que después de leer ciertas publicaciones católicas me siento cansada, abatida y un poco aburrida con la religión? Después de desenredar la telaraña de palabras eruditas que algunos escritores tejen en torno de un pensamiento insignificante, solo quisiera haber empleado mi energía en alguna tarea útil de la casa.
“Creo que la respuesta se halla en Mateo, capítulo 18. ‘A menos que cambien y se hagan como niñitos, no entrarán en el reino de los cielos.’
“Los escritores anónimos de las revistas de los Testigos escriben de una manera clara y sencilla. Su objetivo es compartir la buena palabra del Evangelio y estimularlo a uno a recurrir a la fuente de su sabiduría. Esto estimula, instruye y consuela. Está libre de afectación.
“Yo misma no soy testigo de Jehová, pero es de admirar el que los católicos están comenzando a mirar cara a cara a sus compañeros creyentes en Cristo y están viendo unas cuantas virtudes allí.”
Como Jesucristo mismo dijo: ‘Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, . . . y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.”—Mat. 11:28-30.
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