¡Un nuevo cancionero!
Con 128 páginas y muchas nuevas letras y melodías
EL CANTAR cánticos es parte integrante de la adoración de Jehová Dios, ¡y cuánto nos regocijamos porque esto sea así! A la vez es un deber y un placer. Reconociendo la obligación de los cristianos de cantar cánticos de alabanza a Jehová, la agencia editora de los testigos de Jehová desde su más tierna infancia ha estado produciendo cancioneros, comenzando en el año 1879, el mismísimo año en que comenzó a publicarse The Watchtower (ahora La Atalaya).
En 1896 se publicó un número especial de The Watchtower que consistió enteramente de cánticos cristianos puestos en música. El siguiente número de esa revista, comentando sobre ello, entre otras cosas dijo: “El cantar la verdad es una buena manera de introducirla en la cabeza y corazón del pueblo de Dios. Damos gracias a Dios por el talento musical y poético que le ha concedido a algunos de su” pueblo. Entre otros cancioneros que sirvieron al pueblo de Jehová desde entonces estuvieron Hymns of Millennial Dawn, que se publicó en 1905, y Songs of Praise to Jehovah, publicado en 1928. En este cancionero se hizo un esfuerzo especialmente por apartarse del sentimentalismo y adoración de criaturas babilónicos.
Se logró más progreso con el Kingdom Service Song Book que se publicó en 1944. Singularmente no atribuyó el crédito ni a autores ni a compositores; por cuya razón no incluyó ningunos cánticos para los cuales tenía que obtenerse permiso para usarlos y había que acusar recibo de ellos. De sus sesenta y dos cánticos, más de un tercio se originó con los testigos de Jehová.
Después de publicarse y distribuirse aproximadamente medio millón de estos cancioneros, se reemplazaron en 1950 con Cánticos de alabanza a Jehová, que contiene noventa y un cánticos. Significó progreso adicional, porque tuvo muchos temas al día, había eliminado el idioma arcaico de la Versión King James y comenzó a usar la terminología de la Traducción del Nuevo Mundo, cuyas Escrituras Griegas Cristianas fueron publicadas ese mismo año. El cántico núm. 49, por ejemplo, se basó en Mateo 6:33, ‘Sigan buscando primero el Reino.’ Casi la mitad de las letras y melodías de este libro de cánticos se originó con el pueblo de Dios. Sin embargo, varias gemas del campo de la música seria o “clásica” se incluyeron y se pusieron en temas bíblicos, como los núms. 24 (Von Weber), 46 (Chopin) y 87 (Beethoven). Este cancionero se tradujo en dieciocho idiomas y más de tres millones de ejemplares se imprimieron y se distribuyeron.
Proverbios 4:18 nos dice que “la senda de los justos es como la luz brillante que se está haciendo más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido.” Este principio bíblico ha hecho aconsejable el publicar un nuevo cancionero, porque con la luz que aumenta continuamente hay nuevas verdades, nuevos temas, entendimiento más claro y cambio de énfasis. Y por eso ahora de nuevo, en 1966, después de dieciséis años, la agencia editora del pueblo de Jehová, la Sociedad Watch Tower Bible and Tract, ha producido un nuevo cancionero en inglés intitulado “Cantando y acompañándose con música en su corazón.”
El título del cancionero se toma de las palabras del apóstol Pablo en Efesios 5:18, 19, que dicen: “Sigan llenándose de espíritu, hablándose unos a otros con salmos y alabanzas a Dios y canciones espirituales, cantando y acompañándose con música en su corazón a Jehová.”
SUS TESOROS ESPIRITUALES
Por supuesto, lo que hace a un cancionero adecuado para los cristianos es sus palabras. Y para que éstas sean apropiadas al grado más cabal para los ministros cristianos dedicados, no solo se han basado todas en temas bíblicos y hasta donde ha sido posible en expresiones de la Traducción del Nuevo Mundo, sino que ha sido eliminada toda letra de la cual había alguna duda en cuanto a tener orígenes babilónicos. Cualquier semejanza de alguna de las letras de este nuevo cancionero con palabras que se publican en otros cancioneros será pura coincidencia, tal como a causa de que ambos se basen por casualidad en los mismos textos bíblicos.
El mismísimo hecho de que las palabras de este cancionero se adhieren a la Traducción del Nuevo Mundo hasta donde ha sido posible contribuye a hacerlo distinto, y esto de sí ha resultado en varios cambios, como notará cualquier estudiante bíblico cuidadoso. Así, dando solo un ejemplo, la primera línea del cántico núm. 21 solía decir: “Jehová de gracias, la fuerza y canción”; que se basa en la manera que dice Isaías 12:2 en la Versión Autorizada. Pero ahora esa línea dice: “Jehová de gracias, la fuerza y poder,” porque eso está en armonía con lo que dijo realmente Isaías en primer lugar.
En cuanto a los temas de las más de ochenta letras nuevas que se publican en este cancionero, éstas ciertamente están al día con la luz aumentada y abarcan un campo extenso de temas. Tal como los 150 salmos del libro de Salmos no se limitan a cánticos de alabanza a Jehová sino que también contiene historia exacta, principios divinos y exhortación y profecía inspirada, así también los cánticos de este nuevo cancionero contienen historia sagrada, exhortación y profecía. Entre los nuevos temas o títulos están: “¡Declaren las buenas nuevas eternas!” “De casa en casa,” “¡Sálganse de Babilonia la Grande!” “El amor leal de Dios.” “‘¡Jehová ha llegado a ser rey!’” “¡Mantengan fija la vista en el premio!” “¡‘Sea Dios hallado veraz’!” “No descuidando ‘la casa de nuestro Dios,’” “Derramando las siete últimas plagas” y “¡‘Es imposible que Dios mienta’!”
En armonía con la luz aumentada, hay dos cánticos en este libro sobre el tema de la resurrección, cada uno enteramente diferente del otro tanto en palabras como en modo. Cada uno de los nueve frutos del espíritu que menciona el apóstol Pablo en Gálatas 5:22, 23 se representa por uno o más cánticos, y un cántico tiene algo que decir acerca de cada uno de esos frutos del espíritu. También hay varios cánticos especialmente apropiados para la celebración del Memorial, aun hay uno que lleva el título “La cena del Señor,” las líneas de apertura del cual son:
“Jehová nuestro Padre celestial,
¡Qué noche sacratísima fue!
Vio tu grandeza el catorce
de Nisán,
¡Tu justicia, amor, sabiduría y poder!”
Hay varios cánticos nuevos conmovedores que exhortan a tener valor e intrepidez, como “Guerreros cristianos,” “Exhibiendo lealtad,” “¡‘Jehová nuestro refugio es’!” “¡Prediquen con denuedo!” “¡Vean el ejército de Jehová!” y “Somos testigos de Jehová,” el coro de este último cántico siendo:
“Somos testigos de Jehová;
¡Hablamos sin renuncia!
Nuestro Dios es de profecía leal;
¡Realiza lo que anuncia!”
Otro tema que se hace sobresaliente en este nuevo cancionero es el del amor y la unidad fraternales. El cancionero anterior tenía varios cánticos con este tema, que han sido unos de sus cánticos más populares, y éstos han sido retenidos. Se han agregado otros que tratan más específicamente de las diversas facetas del amor, como: “¡Sean perdonadores!” “¡Tengan gran paciencia!” “Prueba del discipulado,” “El poder de la bondad,” etcétera. Uno que da énfasis a la unidad, y que se basa en el Salmo 133:1 , tiene como primera estrofa:
“¡Qué gozo ver la hermandad
Toda en unicidad,
Que se ama en verdad
Y obra en conformidad!
Jehová le da su bendición;
Cual rocío del Hermón
En las laderas de Sion;
Con frescor y renovación.”
Además, muchos versículos bíblicos favoritos han sido hechos tema de cánticos enteros o incorporados en los cánticos. Así hay un cántico sobre la determinación de Josué: “En cuanto a mí y a mi casa” (Jos. 24:15), uno intitulado “¡Sean resueltos como Rut!” que habla de la resolución de Rut (Rut 1:16, 17), otro que habla sobre qué siente la doncella sulamita en cuanto a su amor por su amado: “El ‘resto’ sulamita” (Cant. de Salomón Can. 8:6), y otro se basa en las palabras consoladoras de Jesús que se encuentran en Mateo 11:28-30, llamado “¡‘Tomen mi yugo’!”
Entre aun más tesoros de este cancionero está el poner de relieve el derrotero fiel de los siervos de Dios. Entre éstos están: “Fe como la de Abrahán,” “¡Sean como Jeremías!” “¡Recuerden a Esdras!” “Cristo nuestro dechado,” y el ejemplo de Nehemías, que aparece en el cántico sobre el texto de este año. ¡Verdaderamente, el cantar tales cánticos será remunerador así como deleitable!
¡NUEVAS MELODÍAS!
Los poetas-músicos inspirados, los hijos de Coré, escribieron hace mucho: “Produzcan melodía para Dios, produzcan melodía. Produzcan melodía para nuestro Rey, produzcan melodía. Porque Dios es Rey de toda la tierra; produzcan melodía, obrando con discreción.” Y el poeta-músico David escribió: “Canten a Dios, produzcan melodía a su nombre; levanten una canción a Aquel que viaja por las llanuras del desierto como Jah, que es su nombre; y alborócense ante él.”—Sal. 47:6, 7; 68:4.
Estas instrucciones por los músicos inspirados de Dios de hace mucho se han llevado a cabo en conexión con el nuevo cancionero en un sentido literal, porque en él hay unas setenta melodías nuevas además de unas diez adaptadas del folio para orquesta: “Música para Asambleas de Distrito.” Por otra parte, toda la música que se sabe que se ha originado con Babilonia la Grande ha sido eliminada, como las pocas melodías que quedaban de fuentes seglares o “clásicas,” a causa de sus asociaciones mundanas. Cualquier similitud de melodía en el nuevo cancionero con melodías mundanas sería contrapesada por diferencias que distraen.
Desde luego, todo esto ha querido decir el eliminar algunas melodías que posiblemente hayan sido favoritas de muchos; pero es bueno recordar que son las palabras que hacen que este cancionero sea uno de alabanza a Jehová y que se prefiere que estas palabras estén libres de toda asociación mundana, religiosa o seglar. Por ejemplo, en el anterior cancionero había melodías que con frecuencia se usan en ciertos círculos religiosos o fraternales. La persona que estuvo asociada con éstos, al hacerse cristiana, recordaría aquella asociación siempre que se cantaran tales melodías. Ahora ya no sucederá esto. ¡Siempre que uno oiga una melodía de “Cántico del Reino” será un Cántico del Reino!
Sin embargo, se cree confiadamente que para el tiempo que se aprendan las nuevas melodías, que tienden hacia el idioma moderno, ellas, por su propio valor, llegarán hasta ser más estimadas de los Testigos que las que han sido eliminadas, y eso se deberá a su preciosidad a causa de la letra que las acompaña. Para ayudar a aprender estos cánticos, se ha grabado el entero cancionero con una excelente orquesta que consiste principalmente de instrumental de cuerdas y viento-madera.
Las melodías fueron suministradas por Testigos de muchas naciones además de las que compusieron los hermanos que trabajaron directamente en el cancionero. Entre tales hay algunas muy características del país del cual provinieron, como el cántico núm. 19 del Hawai, y el cántico núm. 53, que se desarrolló de un tema que se envió del Líbano. Entre las otras tierras y países de los cuales los Testigos han hecho contribuciones de melodías para el cancionero están África del Sur, Alemania, Australia, Canadá, China, Dinamarca, Francia, Grecia, Italia y México, así como muchas de los Estados Unidos. Interesante también es el hecho de que muchas de las melodías fueron compuestas por Tesgios mientras se hallaban en prisión o en un campo de concentración.
EL TRABAJO IMPLICADO
Le ayudará a uno a apreciar más este cancionero si sabe lo concerniente al trabajo que se necesitó para hacerlo. Aunque se recibieron muchas melodías, casi invariablemente éstas necesitaron mucho trabajo antes de ser adecuadas para cantarse en las congregaciones. Después de finalizar las palabras y la música, las palabras se dividieron en sílabas y se compusieron en una linotipia. Al principio un linotipista necesitaba 8 1/2 horas para componer un solo cántico. Después se ideó un sistema mediante el cual podía componer seis cánticos en un día de trabajo de 8 1/2 horas, pero este sistema impuso considerable trabajo extra en otros, como los componedores y los dibujantes. Luego se enviaron pruebas de las palabras con los manuscritos musicales al productor musical, donde la música misma se escribía a máquina para hacer juego con las palabras, de manera muy semejante a como un mecanógrafo escribe cartas con una máquina de escribir.
Luego, las palabras impresas fueron pegadas entre las líneas de la música y luego se fotografió el resultado. De estas fotografías se grabaron al agua fuerte matrices en cinc y de éstas, a su vez, se imprimieron “moldes,” que se usaron para fundir los clisés; después de lo cual se hizo la impresión y la encuadernación. Para suministrar mejor opacidad, haciendo más fácil el leer las notas, se fabricó papel especial.
El nuevo cancionero, en virtud de su gran variedad de poderosas letras y hermosas melodías, proporciona mucha causa para regocijo. Al cantar tales cánticos no solo producimos alabanza a Jehová Dios sino que así también podemos ‘hacer declaración pública de nuestra esperanza e incitarnos unos a otros al amor y a las obras excelentes.’ El cantar estos cánticos grabará en nuestros corazones y mentes verdades vitales y nos fortalecerá en nuestra determinación de servir a Jehová y de ser leales a Él y a los compañeros cristianos.—Heb. 10:23-25.
Para ayudar a los que asisten a las reuniones de congregación a estar mejor familiarizados con estos cánticos, quizás algunos quieran tocarlos, con grabaciones o con un pianista, antes y después de las reuniones de congregación regulares, teniendo cuidado, sin embargo, de no tocarlos muy fuerte. Disfruten de estos cánticos también en ocasiones sociales en la casa o en otras partes. Y a medida que ustedes que son cristianos dedicados se familiarizan con estos cánticos, cántenlos con todo el corazón, “amonestándose los unos a los otros con salmos, alabanzas a Dios, canciones espirituales con gracia, cantando en sus corazones a Jehová.”—Col. 3:16.