¿Qué considera usted de más importancia?
¿ES UN puñado de grano de más valor para usted que un puñado de diamantes? ¿Ha de desearse un ropero lleno de ropa más que un ropero lleno de oro? Las circunstancias en que uno esté tienen relación con lo que sea más importante.
Si uno se hallara aislado en alguna parte remota de la Tierra y estuviera sin alimento, el grano significaría más para uno que los diamantes. O, si uno se hallara abandonado en la cima de una montaña glacial, despreciaría el oro por ropa que lo abrigara.
El Creador ha dotado abundantemente esta Tierra para disfrute del hombre. Ciertamente produce placer el tener ciertas cosas materiales en abastecimiento abundante. Pero ¿hay otra cosa que es aun más importante, más valiosa, ahora?
ES PRUDENTE UN ANÁLISIS HONRADO
Muchas personas han estado examinando esta pregunta seriamente. Como cristianos, su respuesta puede ser: “El conseguir posesiones materiales no es la cosa importante en mi vida.” Pero ¿están estas personas viviendo realmente en armonía con lo que dicen?
Eso es lo que un matrimonio acomodado de Kirchberg, Alemania, se preguntó en 1973. Al estar sentados en su casa cómoda considerando su prosperidad material, empezaron a hablar de los tiempos críticos presentes, y de su servicio a Dios. Reflexionaron sobre el ministerio de Jesucristo que se consideró extensamente en el reciente artículo de La Atalaya “Logren asirse firmemente de la vida que lo es realmente.” ¿El resultado?
El hombre informa lo siguiente: “Hicimos dos columnas en una hoja de papel. En una anotamos cuáles serían nuestros gastos si viviésemos más modestamente. En la otra, lo que tendría yo que ganar a fin de sufragar estos gastos reducidos. ¡Descubrimos que realmente podríamos arreglárnoslas con solo la mitad del dinero que estaba yo ganando!”
De modo que se desprendieron de su hogar cómodo, y hallaron un apartamiento pequeño. El hombre ajustó su empleo, trabajando solo cinco horas al día en vez de ocho o nueve. Ahora tanto él como su esposa dedican mucho más de su tiempo compartiendo con otros las buenas nuevas del reino de Dios, que ellos creen que reemplazará pronto a este entero sistema de cosas con un gobierno justo.—Mat. 6:9, 10; Dan. 2:44.
No es cosa fácil hacer ajustes en el estilo de vida de uno a fin de servir a Dios más plenamente. Pero los que lo hacen a menudo reciben una satisfacción gozosa y una conciencia limpia que ninguna cantidad de posesiones materiales puede traer. Esta ha sido la experiencia de un Testigo de treinta y cuatro años de edad de Dortmund, Alemania. Como bombero, su horario de trabajo estaba arreglado de tal manera que por seis semanas consecutivas no podía asistir a ninguna de las reuniones de congregación de los testigos de Jehová; luego por seis semanas estaba libre para asistir.
Esta circunstancia le molestaba. Con el tiempo, hacia principios de 1974, un artículo intitulado “¿Cómo responderá usted a la presión?” se publicó en La Atalaya. Decía:
“Tenga presente que el Diablo alega que usted se interesa más en su propia seguridad económica que en la adoración de Dios, y que si las cosas se ponen difíciles usted abandonará a Jehová. Él alegó eso en conexión con el siervo de Dios Job. Pero, a pesar de ser privado de familia, amigos y posesiones, Job rehusó doblegarse a tal táctica de presión. . . . ¿Responderá usted a la presión económica de la misma manera en que lo hizo Job? Si lo hace está seguro de un galardón comparable.”
El bombero reflexionó sobre esto. Tenía a su esposa y un hijo que sostener, pero sabía que la familia podría arreglárselas con menos materialmente. De modo que renunció a su posición segura y obtuvo otro empleo con menos paga. Él explica:
“Me regocijo por haber tomado esta decisión y porque puedo asistir a todas las reuniones con mi familia. Como anciano, ahora puedo hacer mucho más en la congregación para servir a mis hermanos. Estoy convencido de que Jehová bendice a todos sus siervos cuando ponen la adoración verdadera adelante de los intereses personales.”
NUEVOS HACEN AJUSTES
No solo son las personas con años de experiencia cristiana las que hacen ajustes como éstos para servir a Jehová Dios. Un matrimonio de jóvenes en Hemmoor, Alemania, llegó a un conocimiento de los propósitos de Dios en 1971. Pero tenían una granja que atender, y esto estorbaba el que asistieran a las reuniones de congregación. El hombre explica lo que finalmente hicieron:
“Continuamente presentamos el asunto a Jehová en oración, y decidimos vender nuestra granja. Sin embargo, no había comprador. Pero, puesto que queríamos adherirnos a nuestra decisión, pasamos la granja a mi hermano sin recibir ningún dinero por ella.
“No nos ha pesado. Cierto, no tenemos huevos frescos, leche y aves de corral, pero en la asamblea de los testigos de Jehová en Düsseldorf en 1973 fuimos bautizados. Hemos tenido experiencias animadoras que muestran cómo Jehová puede ayudarle a uno. Por lo tanto esperamos el futuro con confianza.”
En otro caso, un experto de karate de Corea se casó con una muchacha alemana que, en 1971, llegó a ser testigo de Jehová. Sin embargo, el esposo estaba tan envuelto en su carrera atlética que no se interesaba en el estudio de la Biblia. Pero en 1973 se le hizo muy claro que algo en su vida no andaba bien. Se dio cuenta de que debido a sus actividades se había aislado completamente, haciendo imposible el que disfrutara de la vida de familia. Empezó a considerar seriamente su situación.
“Sugerí a mi esposa,” informa él, “que hiciera arreglos para que alguien estudiara la Biblia conmigo. Hoy estoy convencido de que la Biblia es inspirada de Dios y creo que he encontrado la verdad.”
Renunció a su carrera atlética y aceptó trabajo de mecánico por 1.000 DM (400 dólares) menos al mes de lo que estaba ganando antes. Sin embargo él dice: “Me siento mucho más feliz ahora pudiendo servir a Jehová junto con mi esposa e hija.”
DEMOSTRANDO LO QUE ES MÁS IMPORTANTE
Es fácil decir que a uno le parece que el servicio de Dios es más importante, pero la manera en que uno vive indica lo que realmente ocupa la prioridad en la vida de uno. De consiguiente un joven de Ilvesheim, Alemania, tenía el deseo de ser predicador del Reino de tiempo cabal, pero también disfrutaba de un trabajo con buena paga. Al considerar los planes con su esposa en perspectiva, descubrió que ella tenía un deseo similar de predicar de tiempo cabal. De modo que ambos solicitaron este servicio, en el cual querían comenzar el 1 de enero de 1971, poco después de casarse.
Dos semanas antes de comenzar su servicio especial, el joven fue llamado por su patrono que, con una sonrisa, dijo que seguramente no hablaba en serio en cuanto a renunciar. Después de asegurarle que sí, el patrono expresó confianza en que cambiaría de parecer al saber que ¡estaría recibiendo un aumento de salario de 700 DM (280 dólares) al mes y una adehala de 6.000 DM (2.400 dólares)! El joven dijo que consideraría el asunto con su esposa.
“Consideramos con oración la situación,” explicó el joven, “y decidimos que nuestro deseo de ser predicadores de tiempo cabal jamás se materializaría si lo postergábamos. De modo que decidimos poner todo en manos de Jehová. Renuncié a mi trabajo el 1 de enero de 1971 y desde entonces hemos disfrutado de muchas bendiciones espirituales.”
Pero ¿qué hay si uno ha pasado toda su vida alcanzando una posición de prestigio en este sistema? ¿Hay hasta personas en esta situación que están demostrando que consideran la obra de predicación de tiempo cabal de más importancia?
En 1945, después de ocho años en el servicio militar alemán, cierto hombre regresó de un campamento de prisioneros de guerra para empezar de nuevo su vida. Tenía dos hijitos, y dos más habrían de nacer poco después. Se lanzó a un estudio de derecho, y después de varios años alcanzó su meta cuando fue nombrado juez.
Años después, en 1958, su familia se puso en contacto con los testigos de Jehová. Sus hijas mayores dedicaron su vida a servir a Jehová y simbolizaron esto mediante bautismo en agua. Entonces, en 1961, el juez convino en que ocho delegados a la asamblea internacional de los testigos de Jehová en Hamburgo se quedaran en su casa.
“Asistimos a las sesiones,” informa el juez, “y desde ese tiempo en adelante asistimos a todas las reuniones en la congregación local. En octubre mi esposa y yo empezamos en la actividad de predicación de casa en casa, y en enero del año siguiente nos bautizamos.”
Con el tiempo los hijos crecieron. “Ahora no teníamos ninguna razón bíblica que nos impidiera servir a Jehová en la obra de predicación de tiempo cabal,” hizo notar el juez. “De modo que solicitamos ese servicio y fuimos aceptados. Renuncié a mi judicatura sin recibir ningún pago o pensión, después de muchos años de servicio y habiendo alcanzado mucho antes la máxima escala de salario.
“Aquellos de nuestros parientes y amigos que no son testigos de Jehová, así como mis asociados de negocios, pensaron que estaba yo loco. No podían entender cómo una persona podría renunciar a esa posición a una edad tan avanzada. Pero en realidad fue una decisión razonable y objetiva. Pues si la Biblia es la infalible Palabra de Dios —y no hay razón para dudar que lo es— entonces estamos viviendo en la parte última del tiempo del fin de este inicuo sistema de cosas. De modo que en el tiempo que queda uno debe tener fe para conservar viva el alma, y con todo lo que tenemos y somos debemos servir a Jehová.—Heb. 10:38, 39.
“Fue en la primavera de 1969, como abuelos, que emprendimos la obra de predicar de tiempo cabal. Después de un año se me pidió que sirviera de representante viajante de la Sociedad Watch Tower, y todavía sirvo en esta capacidad. Estoy convencido de que no hay ninguna actividad que sea más importante hoy que el predicar el mensaje salvador de vidas acerca del reino de Dios.”
¿Es eso lo que usted opina? ¿Es éste el tiempo para estar preocupado en demasía con el dinero u otras posesiones materiales? La profecía bíblica indica que esas cosas no nos conservarán durante el día venidero de la ira divina. (Pro. 11:4; Sof. 1:18) Pero lo que verdaderamente es importante es demostrar nuestro amor a Jehová por medio de participar de toda alma ahora en la obra que nos ha dado que hacer. Nuestra mismísima vida depende de que lo hagamos.