“Cúmplase tu voluntad”
“Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad como en el cielo, también sobre la tierra.”—Mat. 6:10.
1. ¿Cómo se ha demostrado en el caso de las poderosas potencias mundiales que nada puede impedir el cumplimiento de la oración: “Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra”?
“CÚMPLASE tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” Nada que los hombres o diablos hagan impedirá que se cumpla esa oración, la cual Jesucristo enseñó hace diecinueve siglos. (Mat. 6:10) Los más poderosos gobernantes de la historia humana todos han tenido que someterse a la voluntad del Padre celestial. Las poderosas potencias mundiales, que imperaron en grandes extensiones de la tierra, una tras otra se han sometido a la voluntad del Creador de la tierra obligadas a confesar que él es la potencia más poderosa del universo. Todavía lo es, y lo que él determina como voluntad suya es supremo y tiene que cumplirse.
2. ¿Cómo se había mostrado Nabucodonosor aparentemente superior a Jehová, y sin embargo cómo humilló Jehová hasta el suelo a aquel adorador de dioses falsos?
2 Hace más de 2,500 años Nabucodonosor, el rey del Imperio Babilónico, tuvo que postrarse delante del Creador del cielo y de la tierra y tuvo que admitir que los dioses falsos de Babilonia eran impotentes delante de nuestro Creador. La historia registra que Nabucodonosor fué el primero a quien se le permitió hacer lo que ningún gobernante pagano previo había hecho; él destruyó a Jerusalén, la ciudad santa de los judíos, y también su templo, que el rey Salomón había construído para el nombre del Altísimo Dios, cuyo nombre es Jehová. Sin embargo este Dios, sobre quien aparentemente Nabucodonosor se había mostrado superior, abatió a ese gobernante mundano orgulloso hasta el suelo y lo obligó a inclinarse cual bestia bruta delante de Jehová. Durante siete períodos de tiempo, o durante siete años, Nabucodonosor se imaginó que era una bestia salvaje. Abandonó su trono de dominación mundial para irse al campo, apoyarse sobre sus cuatro extremidades y masticar hierba como un simple toro. Esta condición de demente le sobrevino, no accidentalmente, sino en cumplimiento de un sueño de parte de Jehová doce meses antes, un sueño que ninguno de los sabios de Babilonia pudo interpretar, sino sólo el profeta de Jehová, Daniel.
3. ¿Qué declaración hecha por el velador desde el cielo tocante al Altísimo requirió que el sueño resultara cierto, y al jactarse Nabucodonosor acerca de Babilonia de qué cosa mostró él que no había hecho caso?
3 En este sueño molesto Nabucodonosor vió que un “Velador y Santo que descendió desde el cielo” dió instrucciones y luego dijo: “Por decreto de los veladores se acuerda esto, y por dicho de los seres santos es la demanda; a fin de que conozcan los vivientes que gobierna el Altísimo en el reino de los hombres, y lo da a quien le parece, y a su arbitrio ensalza sobre él al más bajo de los hombres.” (Dan. 4:13, 17, Mod) El sueño, por lo tanto, tenía que resultar cierto. La historia escrita y preservada prueba que resultó cierto. Prescindiendo de cuán poderoso se le permitió a Nabucodonosor llegar a ser, no obstante él no pudo impedir que se llevara a cabo la voluntad divina. Cuando se sintió en el cenit de su poder, comenzó a jactarse en cuanto a su ciudad imperial y a decir: “¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado para metrópoli del reino, con la fuerza de mi poder, y para la gloria de mi grandeza?” Al jactarse así reveló que no había mostrado suficiente juicio como para hacer caso de la amonestación del sueño y para seguir el consejo de Daniel: “Por tanto, oh rey, séate mi consejo acepto, y rompe con tus pecados, por medio de justicia, y con tus iniquidades, usando de misericordia para con los pobres [oprimidos, NR]; si por acaso pueda haber alguna prolongación de tu tranquilidad.”—Dan. 4:27, Mod.
4. Como una advertencia a todos los gobernantes políticos, ¿qué siguió inmediatamente después de jactarse Nabucodonosor?
4 Tomen nota los gobernantes políticos de la Gran Bretaña y los Estados Unidos y la Rusia comunista y otras naciones poderosas de lo que le sobrevino a Nabucodonosor, que había destruído el reino típico de Jehová Dios sobre los judíos. Sí, leamos todos nosotros el relato: “Aun estaba la palabra en la boca del rey, cuando del cielo cayó una voz, que dijo: ¡A ti se te dice, rey Nabucodonosor, que el reino ha sido traspasado de ti! ¡De entre los hombres te van a expulsar, y con las bestias del campo será tu morada, y te harán comer hierba como los bueyes, y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo gobierna en el reino de los hombres, y lo da a quien le parece! En aquella misma hora se cumplió en Nabucodonosor esta sentencia; pues que de entre los hombres fué expulsado, y como los bueyes comía la hierba, y con el rocío del cielo fué mojado su cuerpo, hasta que los cabellos le crecieron como plumas de águila, y sus uñas como las de aves de rapiña.”—Dan. 4:28-33, Mod.
5. ¿Cómo dependieron enteramente de Jehová Dios el primer dominio imperial de Nabucodonosor y su regreso al dominio?
5 Ninguno de los doctores que trataban casos de salud mental pudo curar al rey de Babilonia de esta licantropía demente. Tenía que transcurrir hasta el tiempo que el Altísimo Dios, Jehová, había señalado para ello, es decir, “siete tiempos,” o siete años. Jehová Dios había humillado a éste que en aquel entonces era el más encumbrado de los gobernantes de la tierra, y sólo Jehová el Altísimo podía volver a colocarlo en el trono de Babilonia. Fué pura misericordia de parte de Jehová el que esta posición de soberanía fuera preservada para él, así como Daniel le había asegurado, diciendo: “Tu reino se te quedará seguro después que conocieres que gobiernan los cielos.” El rey más poderoso y más encumbrado de aquel antiguo día no podía hacer nada salvo lo que sirviera para el propósito del Dios del cielo, y así fué que Dios lo permitió. El edificador de imperios que había conquistado a tantas naciones y aun al reino de Judá no podía tener el trono de la potencia mundial babilónica a menos que Dios le permitiera volver a tener el dominio y le devolviera suficiente sanidad mental para emprender de nuevo su dominio imperial.
6. Para mostrar que había aprendido su lección, ¿qué declaración hizo Nabucodonosor en reconocimiento de la voluntad de Jehová y sus obras y caminos?
6 ¿Aprendió Nabucodonosor la lección que Jehová se había propuesto que él aprendiera y que todos nosotros observáramos hoy día? El mismo rey de Babilonia ha escrito su registro y éste ha sido preservado para nosotros. Dice: “Mas al cabo de los días [los siete ‘tiempos’ o años], yo Nabucodonosor alcé mis ojos hacia el cielo, y mi juicio me fué restituído; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive eternamente, cuyo dominio es dominio sempiterno, y su reino de siglo en siglo. Y todos los moradores de la tierra por una nada le son contados; pues hace conforme a su voluntad en el ejército del cielo, y entre los habitantes de la tierra, y no hay quien pueda detener su mano, ni decirle: ¿Qué haces tú? Al mismo tiempo mi juicio me fué devuelto; y para gloria de mi reino, mi majestad y mi esplendor me fueron restituídos; y mis consejeros y mis grandes me buscaron; y fuí restablecido en mi reino, y grandeza preeminente me fué añadida. Ahora pues yo Nabucodonosor alabo, ensalzo y glorifico al Rey del cielo; porque todas sus obras son verdad, y sus caminos justicia, y a aquellos que andan con soberbia; él los puede abatir.”—Dan. 4:34-37, Mod.
7. ¿Cuál era la única manera apropiada en que Nabucodonosor podía comentar sobre su experiencia, y cuál era la única actitud mental apropiada que tomar?
7 Según el sueño que tuvo de parte de Jehová Dios y en vista de la interpretación de Daniel, la exactitud de lo cual se probó por los acontecimientos posteriores, Nabucodonosor sólo podía comentar sobre su experiencia de esta manera, honrando con ello a Dios. Sólo había esta única actitud mental apropiada que tomar, dando crédito a quien lo merecía, a Jehová el Altísimo Dios, aun cuando éste era el Dios de Daniel.
8. ¿Cómo tuvo que ver la experiencia de Nabucodonosor de aquel entonces con señalar el principio del periodo crítico en el cual se encuentran ahora las naciones mundanas?
8 La pregunta importante delante de nosotros ahora es: ¿Cuál es la actitud de los gobernantes hoy día en los blocs oriental y occidental de naciones y en las naciones neutrales? Desde el año 1914 y el fin de la I Guerra Mundial las naciones han estado viviendo en un período crítico. La razón de ello tiene mucho que ver con Nabucodonosor. ¿Cómo es eso? En aquel entonces, Nabucodonosor personalmente pasó a través de “siete tiempos,” o siete años literales, de bestialidad demente. Pero con él también comenzaron “siete tiempos” de mayor magnitud sobre las naciones del mundo desde su día hasta ahora. Esos tiempos fueron lo que Jesucristo llamó “los tiempos señalados de las naciones.” Él habló de esos “tiempos señalados” en relación con la destrucción de la capital judía, Jerusalén. Jesús profetizó: “Jerusalén será pisoteada por las naciones, hasta que los tiempos señalados de las naciones se cumplan.” (Luc. 21:24) Esos “siete tiempos” de las naciones son muchas veces más largos que los “siete tiempos” de un solo hombre, Nabucodonosor. En conformidad con el horario de Jehová, fueron 360 veces más largos que los siete años de Nabucodonosor, es decir, duraron 2,520 años. Comenzaron en 607 a. de J.C., cuando Nabucodonosor holló a Jerusalén y el templo de Jehová, y la tierra de Judá fué desolada. Esos “siete tiempos” terminaron a principios del otoño del año 1914 (d. de J.C.), poco después que la I Guerra Mundial había comenzado.
9. ¿Qué potencias mundiales dominaron la tierra antes y durante los “tiempos señalados de las naciones”?
9 Antes de Nabucodonosor dos potencias mundiales políticas habían tenido mucho que ver con el pueblo de Jehová, a saber, Egipto la primera potencia mundial de la historia de la Biblia y Asiria la segunda potencia mundial. Así Babilonia llegó a ser la tercera potencia mundial. Otras han seguido. Durante los “tiempos señalados de las naciones” desde 607 a. de J.C. hasta 1914 d. de J.C. las páginas salpicadas de sangre de la historia muestran que cinco potencias mundiales dominaron sucesivamente nuestra tierra, a saber, Babilonia, Medo Persia la cuarta potencia mundial, Grecia la quinta potencia mundial, Roma la sexta potencia mundial, y el Imperio Británico junto con los Estados Unidos de América del Norte la séptima potencia mundial.
10, 11. (a) Desde el fin de los siete tiempos simbólicos en 1914, ahora es el tiempo correcto para que busquemos ¿qué comparaciones? (b) ¿En qué tiene que concordar todo investigador de la historia al hacer una comparación entre Nabucodonosor y todas las naciones mundanas?
10 Puesto que siete tiempos simbólicos habían pasado sobre las naciones y potencias mundiales para 1914, llegó a ser el tiempo correcto para que nosotros buscásemos comparaciones, si existen algunas. Hemos oído la expresión de Nabucodonosor al fin de sus “siete tiempos” a causa de su rehabilitación mental y su retorno al trono de Babilonia. Bueno, ¿hay algo semejante a esto desde 1914? ¿Se comparan las expresiones de los gobernantes de las naciones mundanas, particularmente las de la cristiandad, con la expresión que hizo Nabucodonosor ya restaurado?
11 Todo investigador sincero de la historia del mundo tiene que concordar en una cosa: que durante los 2,520 años desde la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor hasta 1914 d. de J.C. todas las naciones, incluyendo a la cristiandad, actuaron al igual que Nabucodonosor durante sus “siete tiempos” de demencia, es decir, exactamente como bestias brutas, sin reconocer a Jehová Dios ni considerar su voluntad como ésta se encuentra registrada en las Santas Escrituras de la Biblia. Bueno, entonces, ¿habían aprendido algo para el fin de sus “siete tiempos” de 2,520 años?
12. ¿Qué muestra si, para el fin de los “siete tiempos” en 1914, las naciones, al igual que Nabucodonosor, habían llegado a la cordura para con Dios?
12 ¿Volvieron a la cordura las naciones, al igual que Nabucodonosor, y luego reconocieron la verdad del Salmo 83:18: “Que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra”? Los acontecimientos de 1914 nos contestan la pregunta. Al fin de los “siete tiempos,” alrededor del 1 de octubre de 1914, las naciones de la cristiandad se hallaban enfrascadas en la locura y bestialidad de la I Guerra Mundial.
13. (a) Para ese tiempo, ¿qué deberían haber hecho las naciones que dicen ser cristianas? (b) ¿Qué muestra si deberían haber sabido para ese entonces que Dios haría que naciera su reino en 1914?
13 Para ese tiempo las naciones que decían ser cristianas deberían haber estado comportándose en conformidad con lo que afirmaban ser. Deberían haber mostrado que eran mejores que el Nabucodonosor pagano y deberían haber declarado que reconocían a Jehová Dios como el Soberano del universo y el único Gobernante legítimo de la tierra. Ah, pero ¿sería que ellas no sabían que en el otoño de 1914 se habían acabado los tiempos gentiles, o los “tiempos señalados de las naciones”? ¡No! Más bien, deberían haber sabido que al terminar esos “tiempos,” alrededor del 1 de octubre de 1914, Jehová haría que naciera su reino prometido en los cielos por medio de sentar a su Hijo ungido, Jesucristo, en el trono del Reino para dominar en medio de sus enemigos. Deberían haber sabido esto, no sólo porque la Biblia estaba disponible en millones de ejemplares en muchos idiomas y porque había centenares de miles de clérigos a quienes se les pagaba para que explicaran la Biblia; sino porque, desde 1877, el resto ungido de los testigos de Jehová estaba proclamando que esas cosas llegarían en 1914.
14. En vista del número de The Watch Tower del 15 de octubre de 1913 y la exhibición gratis del Foto-Drama de la Creación, ¿por qué debería haber sabido la cristiandad los hechos vitales?
14 En su número del 15 de octubre de 1913, The Watch Tower (La Atalaya) publicó el artículo principal intitulado “Resumen del fin de los tiempos de los gentiles.” En el párrafo 2 de éste se decía: “Sin dogmatizar, esperamos ciertos acontecimientos: (1) La terminación de los tiempos gentiles—supremacía gentil en el mundo—y (2) La inauguración del Reino del Mesías en el mundo. Los reinos de la tierra terminarán, y ‘el Dios del cielo establecerá un reino.’ (Daniel 2:44) Las Escrituras no dicen que la dificultad vendrá en una hora, o en un día, o en un año. Lo que se insinúa es que la catástrofe que le sobrevendrá a nuestra civilización será muy repentina.” Esto se publicó en inglés, francés, alemán, sueco y danés. Además, el famoso Foto-Drama de la Creación que duraba ocho horas, el cual, mediante películas y reproducción de sonido, hablaba de las mismas cosas, comenzó a ser exhibido en la cristiandad en enero de 1914; y para octubre de 1914 estaba siendo exhibido gratis al público en América del Norte, en Gran Bretaña, en Alemania, Suiza, Finlandia, Suecia y Dinamarca, y en Australia y Nueva Zelandia. ¡Sin duda, la cristiandad debería haber sabido!
15. Hasta este mismo día, cuarenta y cinco años desde 1914, ¿cómo muestran las naciones que han o no han aprendido cuerdamente lo que aprendió Nabucodonosor?
15 Hasta este mismísimo día, casi cuarenta y cinco años desde el fin de los tiempos de los gentiles en 1914, las naciones y sus gobernantes no han llegado a la cordura cristiana para aprender lo que aprendió Nabucodonosor, que “gobierna el Altísimo en el reino de los hombres, y lo da a quien le parece, y a su arbitrio ensalza sobre él al más bajo de los hombres.” En cruel contraste, las naciones están preparándose para una matanza internacional con armas cuyo poder para matar a las masas de criaturas humanas en una sola explosión es horrible, además de envenenar el aire, tierra y agua.
16. ¿Por qué son inexcusables los gobernantes mundanos, y por qué no tienen paz las naciones hoy día?
16 A los gobernantes políticos y científicos modernos se debe que la sociedad humana en conjunto, con una civilización desarrollada durante muchos siglos, esté colocada en el más grande peligro de todos los tiempos. Los gobernantes mundanos, particularmente los de la cristiandad, son inexcusables. Tuvieron la oportunidad de aprender de parte de la extensamente publicada Palabra de Dios, la Biblia, y por medio de sus testigos en la tierra lo que el rey Nabucodonosor decretó “a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra,” al fin de sus “siete tiempos.” Él decretó: “¡Paz os sea multiplicada! Las señales y las maravillas que el Dios Altísimo ha hecho conmigo, conviene que yo las publique. ¡Sus señales, cuán grandes son, y cuán estupendas sus maravillas! ¡su reino es un reino eterno, y su señorío de generación en generación!” (Dan. 4:1-3, Mod) Pasando por alto esa verdad, ¡hoy las naciones no tienen paz!
17. ¿De reconocer qué depende la supervivencia eterna de esta raza humana, y, para mostrar nuestra cordura, de qué tenemos que enterarnos acerca de poderío de reino sobre el género humano?
17 Sigan las naciones en su locura. Los hombres que han llegado a cordura como la de Nabucodonosor ahora tienen bastante juicio para discernir esta verdad vital: Que la supervivencia eterna de esta raza humana depende, no de la defensa militar que sea lo bastante fuerte para reprimir al enemigo y reintegrarle con una represalia la misma cantidad de destrucción o una cantidad mayor. Depende de que reconozcamos el reino eterno del Altísimo Dios y la continuación de su dominio de generación en generación. Su reino y dominio no se limitan a sólo los cielos invisibles. Incluyen también a esta tierra visible con todo el espacio exterior alrededor de ella. Toda la gente que quiera permanecer entre los vivos tiene que reconocer que el Altísimo domina también el reino de los hombres y que él es superior al reino de los hombres y que él da este reino sobre la humanidad a quien sea la voluntad de él dárselo, o a quien le parezca, ya que es el Altísimo. Para mostrar nuestra cordura, nosotros también tenemos que averiguar exactamente a quién ha sido la voluntad del Altísimo Dios dar el reino sobre la humanidad, porque ha de ser dado al “más bajo de los hombres.” Entonces cualquier cosa que el mundo enemigo haga o se prepare a hacer equivaldrá a nada, porque nadie en la tierra puede detener la mano de Jehová Dios ni decirle, en desafío: “¿Qué haces tú?”
18. ¿Qué muestra un vistazo a la historia desde el punto de vista de la Biblia tocante al dar la soberanía real sobre el género humano, y cómo ilustró ese hecho el propio caso de Nabucodonosor?
18 Una mirada a la historia del mundo desde el punto de vista de la Biblia revela la veracidad de lo que dijo el “Velador,” el “Santo,” que descendió desde el cielo, que el Altísimo Dios Jehová da el reino a quien le parece o es su voluntad dárselo y no a quien le parezca a la gente o a un dictador. En el caso de Nabucodonosor rey de Babilonia, Dios lo usó como Su ejecutor para traer castigo debido sobre la nación desleal del Israel antiguo. Así que Dios recompensó a Nabucodonosor permitiéndole llegar a ser el gobernante mundial para dar principio a los “tiempos señalados de las naciones.” El profeta Daniel informó de tal cosa a Nabucodonosor cuando interpretó el significado de la imagen de cabeza de oro que Nabucodonosor vió en un sueño pero que olvidó al despertar. Daniel dijo: “Tú, oh rey, eres rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino, el poder, la fortaleza y la gloria; de modo que dondequiera que habitan los hijos de los hombres, las bestias del campo y las aves del cielo, él lo ha dado todo en tu mano, y a ti te ha hecho señorear a todos ellos. Tú eres esa cabeza de oro.”—Dan. 2:36-38, Mod.
19. En armonía con esa declaración, ¿qué dijo Jehová mediante Ezequiel a Sedequías el rey para mostrar que el Altísimo es quien da el reino sobre el género humano?
19 En conformidad con esa declaración, Jehová entregó su propio reino típico en Judá a derrocamiento por Nabucodonosor. Por consiguiente al rey Sedequías, que se sentó en el típico “trono de Jehová” en Jerusalén, Jehová dijo: “Remuévase la mitra, y quítese la corona: esto no siempre será así; ensálcese al [no judío] que está abatido, y abátase al [judío] que está alto. Derrocada, derrocada, derrocada la haré; también ésta no pertenecerá a ninguno, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y se lo daré a él.” (Eze. 21:31, 32, Le; 21:26, 27, Mod) Jehová Dios da en conformidad con su propia voluntad.
CAMBIANDO LOS TIEMPOS Y PLAZOS
20. ¿Cómo cambió Jehová los tiempos y plazos en 607 a. de J.C. así como Daniel lo dijo al comentar sobre el sueño que había olvidado Nabucodonosor?
20 Hubo cambios exactamente como Daniel dijo después que Jehová Dios le había revelado el sueño que Nabucodonosor olvidó y su significado. “Habló Daniel, diciendo: ¡Sea el nombre de Dios bendito desde la eternidad y hasta la eternidad; porque suya es la sabiduría y el poder! Asimismo él muda los tiempos y los plazos; él quita los reyes, y establece los reyes; él da sabiduría a los sabios, y ciencia a los que poseen inteligencia. Él revela las cosas profundas y escondidas; él conoce lo que está en tinieblas; y la luz mora con él.” (Dan. 2:20-22, Mod) En 607 a. de J.C. él mudó los tiempos y plazos. Cambió los tiempos de los del reino típico de Dios sobre la tierra a los tiempos de la supremacía de las potencias mundiales no judías, “los tiempos señalados de las naciones.” Él mudó los “plazos” o los tiempos específicos. En el otoño de 607 a. de J.C. él empezó este cambio. Durante los 2,520 años que siguieron a las potencias mundiales gentiles no se les interrumpió con un reino típico de David en Jerusalén. No hubo sucesor del rey David que se sentara sobre el “trono de Jehová” en Jerusalén para hacerlo así.
21. ¿Cómo mostró Jehová habilidad para efectuar cambios en el propio caso de Nabucodonosor y en el de su dinastía y en el caso de la dominación mundial babilónica?
21 Como otro ejemplo de la habilidad de Jehová para efectuar cambios, él quitó a Nabucodonosor del trono de Babilonia durante “siete tiempos,” o siete años literales. Más tarde, en su tiempo específico, él quitó del trono de Babilonia a la dinastía de gobernantes caldeos de la línea de Nabucodonosor. En ese tiempo, en el año 539 a. de J.C., permitió que el Imperio Babilónico fuera derrocado por el mismísimo hombre a quien él había predicho por nombre con más de 185 años de anticipación, el rey persa Ciro el Grande. Por medio del profeta Isaías él dijo: “Esto es lo que Jehová ha dicho a su ungido, a Ciro, cuya mano derecha he asido, para subyugar naciones delante de él . . . : ‘Por amor de mi siervo Jacob y de Israel mi escogido, hasta procedí a llamarte por tu nombre; procedí a darte un nombre de honor, aunque tú no me conocías.’” (Isa. 45:1, 4) Así los tiempos de dominación babilónica cambiaron a los de dominación persa.
22. ¿Cómo efectuó cambios Jehová exactamente a tiempo tocante a los desterrados judíos y la desolación de Judá, y cómo mostró el decreto de Ciro la responsabilidad de Jehová en el asunto?
22 A fin de que Ciro el Grande sirviera los intereses del pueblo de Daniel y ejecutara venganza divina sobre Babilonia, Jehová lo maniobró para que ocupara el puesto de gobernante del Imperio Persa. Exactamente en el año setenta desde la destrucción de Jerusalén y su templo Jehová hizo que Ciro expidiera el decreto para que los judíos cautivos salieran libres de Babilonia y regresaran a su patria y reedificaran a Jerusalén y el templo. De esa manera los tiempos de la desolación de Jerusalén y del cautiverio de Israel en Babilonia fueron cambiados, en conformidad con la voluntad divina y a su plazo o tiempo específico. (Isa. 44:28; 45:13; Jer. 25:12-14; 2 Cró. 36:22, 23) El decreto del templo reveló la responsabilidad de Jehová en cuanto a esto, puesto que decía: “Esto es lo que Ciro el rey de Persia ha dicho: ‘Todos los reinos de la tierra me los ha dado Jehová el Dios de los cielos y él mismo me ha comisionado para edificarle una casa en Jerusalén, que está en Judá. Quienquiera que se halle entre ustedes de todo su pueblo, resulte su Dios estar con él. Por eso que suba a Jerusalén, que está en Judá, y reedifique la casa de Jehová el Dios de Israel—él es El Dios verdadero.’” (Esd. 1:1-3) De esta manera Ciro fué recompensado por su servicio prestado a Jehová Dios.
23. Los otros cambios de tiempos y plazos que habrían de venir vendrían en conformidad con ¿qué, y por qué?
23 Sin embargo, todavía había otros cambios de tiempos y plazos que habían de acontecer, junto con el quitar reyes y establecer reyes. Estos habían de acontecer, no en conformidad con la voluntad del hombre, sino en conformidad con la voluntad de Dios, porque él permitía estos cambios en los asuntos humanos. De hecho, él los predijo. Por consiguiente su presciencia divina tenía que resultar correcta.
24. ¿Cómo tan sólo en Daniel predijo Jehová los cambios de dominio mundial hasta la sexta potencia mundial, y qué nacimiento notable durante la sexta potencia mundial indica que el cambio fué al tiempo señalado de Jehová?
24 En por lo menos cuatro profecías del libro de Daniel solo, Jehová predijo que la dinastía del Imperio Persa, la cuarta potencia mundial, terminaría y que el Imperio Macedonio o Griego llegaría al poder como la quinta potencia mundial de la historia. Esto habría de ser en los días de un conspicuo rey de habla griega, Alejandro Magno, quien haría una campaña veloz a través de todos los dominios del Imperio Persa y lo anexaría todo. El imperio dividido que habría de seguir a la muerte de este gobernante mundial macedonio habría de ser engullido con el transcurso del tiempo por el Imperio Romano, la sexta potencia mundial. Esto también habría de ser al tiempo señalado de Jehová para los cambios, un cambio de condiciones para su propio pueblo y un cambio para los gobernantes mundiales. Por lo tanto al plazo en que la potencia mundial romana expidiera un decreto que obligase a la madre de Jesús a ir a Belén, la cuna de David, habría de cumplirse allí la profecía tocante al nacimiento humano del Hijo de Dios. (Miq. 5:2, Mod; Mat. 2:1-6; Luc. 2:1-20) Todo esto es maravilloso para magnificar la presciencia inequívoca y la voluntad infalible de Jehová Dios.
25. ¿Qué otro poderoso cambio de dominación mundial predijo el ángel de Jehová a Daniel, y por consiguiente qué importantísima decisión tendría que hacer la potencia mundial?
25 Sin embargo, de manera descriptiva, el ángel de Jehová predijo a Daniel otro poderoso cambio, el del Imperio Romano al más grande de todos los imperios terrestres, el Imperio Británico junto con su entrañable socio los Estados Unidos de América del Norte, formando estas dos potencias políticas juntas la séptima potencia mundial. Esta potencia mundial, una potencia mundial llamada cristiana, habría de ser la que estaría dominando al mundo en el año 1914. Por consiguiente tendría que hacer una importantísima decisión tocante al reino de Dios que fué establecido en los cielos en ese año lleno de acontecimientos.
26. ¿Qué previó la presciencia de Jehová para el “tiempo del fin” en cuanto a sus desenvolvimientos mundiales?
26 La presciencia de Dios penetró todavía más, hasta el mismo “tiempo del fin,” y previó la formación de la organización internacional de paz, la Sociedad de las Naciones, su muerte, sí, también su renacimiento en las Naciones Unidas. El ángel de Jehová predijo a Daniel aun el crecimiento del comunismo mundial a tal grado de fuerza que desafiaría tanto a la séptima potencia mundial como a la octava potencia mundial, las Naciones Unidas del tiempo presente.
27. Prescindiendo de cuán grandes y extensos sean los cambios en el escenario mundial, todos éstos acontecieron en conformidad con ¿qué, como lo muestra el comentario de Daniel sobre el sueño de Nabucodonosor?
27 En verdad, todo este variar del escenario mundial a través de los siglos hasta su presente escena en el teatro de acción mundial requirió cambios grandes, extensos. Pero todos éstos estuvieron en conformidad con la presciencia del Altísimo Dios, a sus propios tiempos y plazos, puesto que él los previó todos. Él no dejó que sucediese nada que obstruyese su propósito. Hace miles de años todas estas cosas estaban envueltas en tinieblas para la mente humana. Aun tocante a las profecías que le fueron dadas a él, con una explicación parcial, Daniel dijo: “Yo oí, pero no comprendí.” (Dan. 12:8, Mod) No obstante, por lo que Jehová Dios le reveló a Daniel mediante la explicación dramática del sueño de Nabucodonosor de la imagen de cabeza de oro, Daniel penetró algo en la profundidad de la presciencia de Dios. Por eso Daniel dijo: “Él conoce lo que está en tinieblas; y la luz [tocante a estas cosas] mora con él”; “él revela las cosas profundas y escondidas” a su pueblo.
28. En apoyo de señorío o poderío de Jehová y su habilidad para dar señorío, ¿qué dijo Daniel para predecir el más grande y más grandioso cambio en la tierra?
28 El más tremendo de todos los cambios eleva a un grandioso clímax la verdad de que el “Altísimo gobierna en el reino de los hombres, y lo da a quien le parece.” Daniel fué inspirado a predecir que Jehová efectuaría el cambio más grande y más grandioso sobre la tierra al tiempo de Dios y a su plazo cuando dijo: “En los días de aquellos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que nunca jamás será destruído, y el reino no será dejado a otro pueblo, sino que desmenuzará y acabará con todos aquellos reinos, en tanto que él mismo permanecerá para todos los siglos.”—Dan. 2:44, Mod.
29-31. ¿Por qué el “más bajo de los hombres” que es ensalzado sobre el reino de los hombres no podría referirse ni a la potencia mundial angloamericana ni al comunismo mundial?
29 Daniel predijo este cambio maravilloso hace más de 2,500 años. Hoy estamos viviendo exactamente en medio de él. En nuestro día Jehová ensalza sobre el reino de los hombres a uno que es llamado el “más bajo de los hombres.” ¿Quién es éste “más bajo de los hombres”?
30 En nuestro día la democracia y el comunismo están compitiendo enardecidamente entre sí. La democracia es de la gente común humilde. Sin embargo éste “más bajo de los hombres” jamás podría ser el poderoso paladín de la democracia, la potencia mundial angloamericana. Esta séptima potencia mundial de la historia queda eliminada de ser el “más bajo de los hombres” por la profecía de Jehová, que dijo de ella: “Hablará palabras contra el Altísimo, e irá acabando con los santos del Altísimo; y pensará mudar los tiempos y la ley . . . hasta contra el príncipe de la milicia celestial se engrandeció [este imperio mundial]; de modo que por él fué quitado el holocausto continuo, y fué echado por tierra el lugar de su Santuario.”—Dan. 7:25; 8:11, Mod.
31 Por otra parte, se afirma que el comunismo ruso es el gobierno del proletariado, la clase que no es propietaria. Sin embargo el “más bajo de los hombres” jamás podría ser el sistema de comunismo mundial impío. Eliminando a ese movimiento político que persistentemente aspira a la dominación mundial, el ángel de Jehová Dios dijo: “Se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios: y contra el Dios de los dioses hablará cosas espantosas. . . . sobre todos ellos se engrandecerá; sino antes, en su lugar honrará al dios de las fortalezas: a un dios, pues, que no conocieron sus padres, honrará con oro y con plata, y con piedras preciosas, y con otras cosas apetecibles. Y se hará dueño de las más inexpugnables fortalezas en unión con un dios extraño. A quien le reconozca, le dará gran honra.” (Dan. 11:36-39, Mod) Esas descripciones proféticas no predijeron ninguna humildad de espíritu ni en la potencia mundial angloamericana ni en el desafiador de ésta del día moderno, el comunismo.
32, 33. ¿Quién verdaderamente es éste “más bajo de los hombres,” y cómo se probó este hecho?
32 El que verdaderamente es el “más bajo de los hombres” es sin igual. No es ningún hombre degradado, a pesar de ser tan bajo. Ninguna otra criatura en el cielo o en la tierra podría humillarse tan profundamente o llegar a hacerse tan baja para la gloria de Dios y para el bien eterno del hombre como esta criatura humilde. ¿Por qué no? Porque, antes de mostrar de cuán humilde espíritu él es, él existía en forma de Dios como criatura espíritu en el cielo. Él fué el Hijo primogénito y unigénito de Dios, por medio de quien fueron hechas todas las otras criaturas en el cielo y en la tierra.
33 A pesar de ser primero entre todas las criaturas de Jehová Dios, él no meditó en usurpar el puesto de Dios y pretender ser igual a Dios. No trató de engrandecerse contra el “príncipe de la milicia celestial,” ni ‘habló cosas espantosas contra el Dios de los dioses,’ Jehová. Al contrario, el Registro sagrado dice, “se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y vino a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, cuando se halló en forma de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento.” (Fili. 2:5-8) Habló con honradez acerca de él mismo cuando invitó a los que se afanan, a los que están cargados, a que fueran a él para obtener alivio. Lejos de ser dominante y opresivo, él dijo: “Soy de genio apacible y humilde de corazón.” (Mat. 11:28, 29) En sumisión humilde a la voluntad de su Dios y Padre celestial él enseñó a sus discípulos a orar: “Nuestro Padre en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.”—Mat. 6:9, 10.