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Los jóvenes se vuelven hacia la religión... ¿por qué?La Atalaya 1979 | 15 de enero
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Los jóvenes se vuelven hacia la religión... ¿por qué?
“EN REALIDAD es un fenómeno extraño,” dicen muchas personas. Se refieren a la nueva tendencia de volverse a la religión por parte de un número creciente de jóvenes por todo el mundo. En el mundo occidental, miles de jóvenes se han envuelto en lo que se ha llamado “una revolución con Jesús como centro.” Diferentes “gurus” o “guías espirituales” y cultos han atraído conversos de toda condición social. En el Oriente, es muy común el ver a jóvenes con sus Biblias en la mano, de camino a la iglesia el domingo en vez de encaminados a paseos. En Hong Kong, se han formado muchos grupitos independientes de jóvenes con el simple objeto de tener compañerismo, considerar la Biblia y quizás distribuir tratados impresos por sociedades bíblicas.
¿Qué ha generado esta ola de fervor religioso? No pudieran ser las escuelas religiosas, pues, según informes, las lecciones de religión generalmente son aburridas y sin sustancia. Lo responsable, más bien, parece ser el hecho de que, por todo el mundo, los jóvenes pueden ver que el materialismo, los gobiernos y las intrigas del hombre sólo han conducido a avaricia, egoísmo, guerras, miseria y futilidad en general. Muchos han experimentado con drogas, las relaciones sexuales y el alcohol, pero no han encontrado solución a los problemas. Así que, con optimismo, se han vuelto a la religión, pero frecuentemente no a la religión de su familia.
Esta súbita conversión a la religión y el cambio en la forma de vida suele causar gran preocupación a los padres u otros parientes. En ciertos casos esto no ha sido sin causa justificada, pues algunos grupos religiosos inducen a los jóvenes a abandonar la familia y las amistades, entregar todo su dinero al grupo, y entonces aislarse por medio de vivir en vida comunal, alejados del resto del mundo. En el Oriente, los padres prefieren ver a sus hijos en busca de algo que ofrezca beneficios materiales, como una mejor educación y empleos mejor remunerados.
Si eres joven, ¿cómo deberías sentirte y responder cuando súbitamente algunos miembros de tu familia se oponen a tus creencias religiosas? ¿Significan necesariamente las diferencias religiosas, o aun la oposición, que deba existir una seria brecha en las relaciones entre los miembros de una misma familia? No. Pero para contestar estas preguntas apropiadamente, primero debes tener la religión correcta, y tener los hechos que prueben que la tienes. Esto se debe a que solamente la religión correcta, la religión de la Biblia, hace que los hijos sean mejores y muestra cómo hacer más estrechas las relaciones de ellos con los padres y otros parientes. En la Biblia, el originador de las familias, el Creador de la humanidad, Jehová, da instrucciones detalladas en cuanto a cómo lograr familias verdaderamente unidas y felices.
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Lo que la religión verdadera puede hacer para los jóvenesLa Atalaya 1979 | 15 de enero
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Lo que la religión verdadera puede hacer para los jóvenes
SI TODOS los miembros de todas las familias prestaran cuidadosa atención al consejo de la Biblia e intentaran, aunque imperfectamente, el poner en práctica el buen consejo bíblico, todas las familias disfrutarían de unidad interna y felicidad. Además, las peleas y guerras entre familias, tribus y naciones cesarían. Pero en la actualidad eso no es lo que está sucediendo en sentido universal. Algunas veces, de toda una familia, solo uno de los miembros, emprende este buen curso de acción. ¿Qué hay si ésa es la situación que existe... digamos, si solo un hijo o una hija trata diligentemente de aplicar los principios bíblicos? ¿Resulta esto en un ambiente familiar feliz? No siempre. Pero sí resulta en una fuerte influencia hacia mayor unidad. Y ciertamente Dios ayuda al hijo o hija a enfrentarse de manera más satisfactoria a los problemas, a tener mayor paz mental y a ejercer una influencia saludable en la familia.
Al considerar esta declaración acerca del efecto unificador que tiene un cristiano, puede ser que algunos recuerden que Jesús dijo, en los versículos 52 y 53 del capítulo 12 de Lucas, que él vino a causar división... “cinco en una casa divididos, tres contra dos y dos contra tres. Estarán divididos padre contra hijo e hijo contra padre, madre contra hija e hija contra su madre, suegra contra su nuera y nuera contra su suegra.” Al decir estas palabras Jesús no estaba abogando por un rompimiento en las relaciones familiares. Jesús no asumió una posición de estar en contra de sus propios hermanos carnales. Por otro lado, sus hermanos no lo estimularon, sino que tendieron a hablar despectivamente de lo que él decía acerca de sí mismo. Sin embargo, el derrotero de Jesús fue de tal índole que sus hermanos finalmente creyeron las “buenas nuevas” que él enseñó, y se hicieron cristianos.—Juan 7:3-5; Hech. 1:13, 14.
Jesús hizo notar, no solamente por su propia experiencia en la vida, sino también por sus palabras, que en muchos casos sus seguidores recibirían desaires, mofa y hasta persecución de parte de sus propios familiares. Sin embargo, el creyente no había de causar enemistades por manifestar conducta ruda o irrespetuosa. De hecho, eso sería anticristiano, pudiera ser un lazo en el cual el cristiano, particularmente uno que fuera joven, pudiera caer fácilmente. Puede que él o ella hayan sido irrespetuosos antes de haber adquirido conocimiento de la verdad de la Biblia. Pero la verdad bíblica puede efectuar cambios maravillosos en el cristiano, pues él puede ejemplificar por su conducta el excelente valor de ésta, y de esta manera recomendarse a toda conciencia a la vista de Dios.—2 Cor. 4:2.
Respecto a los que realmente manifiestan oposición vigorosa, por no entender o apreciar el cambio que el cristiano ha efectuado en su curso de vida, Jesús dio estas órdenes: “Continúen amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen; para que demuestren ser hijos de su Padre que está en los cielos.” (Mat. 5:44, 45) El cristiano siempre tiene esperanzas de que con el tiempo tales personas se hagan creyentes.
A pesar de oposición a la verdad, el cristiano, semejante a su Amo Jesucristo, se mantendrá firmemente de parte de la verdad. Pero la firmeza no tiene que ser rudeza. El cristiano será bondadoso en toda ocasión. No pensará que ocupa una posición superior a la de otras personas; tampoco será insolente ni “respondón” (rasgos particularmente característicos de muchos jóvenes hoy día). Durante períodos en los cuales sea objeto de mofa o insultos, el cristiano también hace muy bien en recordar las palabras de Pedro a los cristianos acerca de estar “siempre listos para hacer una defensa ante todo el que les exija razón de la esperanza que hay en ustedes, pero haciéndolo junto con un genio apacible y profundo respeto.” (1 Ped. 3:15) Este genio apacible y profundo respeto debe mostrarse especialmente a los miembros de la familia. Se requiere estudio sincero, solícito, diligente, junto con esfuerzo, para responder de esta manera. Toda persona, incluso los jóvenes cristianos, deben poder dar razones sólidas, claras, cabales, de su fe. De otra manera, ¿dónde está su fe?
RESPETO A LA AUTORIDAD DE LOS PADRES
El joven que ha llegado a ser cristiano aprende, como dijo Jesús, que “la verdad los libertará.” (Juan 8:32) Él (o ella) encuentra que de hecho hay libertad de muchas cosas que controlan, sí, que de hecho esclavizan, a los jóvenes hoy día... miedo a sus compañeros, la presión social de ‘seguir a la muchedumbre,’ la adoración de héroes, envidias, rivalidades, deseos incorrectos, frustraciones y los resultados calamitosos de la influencia de las malas compañías o asociaciones. Pero es necesario que los jóvenes reconozcan que no son absolutamente libres. Tienen que reconocer la autoridad debidamente constituida, y una de las principales es la autoridad de los padres. Fue Dios mismo quien dio a los padres la responsabilidad de educar a los hijos de la manera correcta y determinar qué es lo mejor para cada hijo.—Deu. 6:1, 6, 7; 31:12, 13.
La autoridad de los padres incluye la “vara” de la disciplina. Proverbios 23:13, 14 declara: “No retengas del mero muchacho la disciplina. En caso de que le pegues con la vara, no morirá. Con la vara tú mismo debes pegarle, para que libres su mismísima alma del Seol mismo.” A veces, puede que los hijos piensen que la disciplina no se administra apropiadamente, pero deben recordar que es a Dios a quien los padres tienen que rendir cuentas por el ejercicio de su autoridad, y que, si la disciplina se administra de manera incorrecta o impropia, Dios puede, de todos modos, hacer que resulte en el beneficio del hijo obediente.—Rom. 8:28.
El someterse a la autoridad de los padres es mucho más fácil para el joven si piensa en estas palabras del apóstol Pablo: “Es cierto que ninguna disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin embargo después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber justicia.” (Heb. 12:11) El joven que aprecia esto puede estar agradecido por disciplina que recibe de sus padres y de las personas mayores de la congregación, así como en la escuela. Progresará rápidamente y disfrutará de una buena conciencia y franqueza de expresión pues cuando se somete a la autoridad, aunque a veces no sea la experiencia más placentera, el joven está sirviendo al Señor Jehová y a su Hijo Jesucristo. El apóstol dio atención especial a los jóvenes, para consolarlos, cuando escribió: “Hijos sean obedientes a sus padres en todo, porque esto es muy agradable en el Señor.” (Col. 3:20) La única excepción sería en el caso en que al joven se le pidiera que hiciera algo que no agradara al Señor.
EJERCIENDO LA SABIDURÍA DE ARRIBA
Cuando uno adora al Creador, puede que no reciba ayuda de los miembros de su familia o asociados. Para mantener equilibrio en medio de tales circunstancias uno puede orar a Dios por sabiduría y recibirla. El discípulo Santiago, el medio hermano de Jesucristo, escribió a los que estaban sufriendo dificultades: “Considérenlo todo gozo, mis hermanos, cuando se encuentren en diversas pruebas.” “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos y sin reconvenir; y le será dada.”—Sant. 1:2, 5.
Santiago también describe la “sabiduría de arriba” y dice que es “primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser hipócrita.” (Sant. 3:17) Considera cuidadosamente cada una de estas cualidades, joven, y honradamente observa si las estás desplegando, y dónde puedes mejorar. Estas cualidades te ayudarán a entender la situación y sentimientos de otros así como los tuyos mismos.
Debes tener presente que los miembros de tu familia casi siempre desean vivamente lo mejor para ti, a pesar de que puedan tener solamente un conocimiento limitado en cuanto a lo que es el verdadero cristianismo. Quizás tú hayas comenzado a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Puede que tus parientes y amigos no conozcan realmente qué clase de personas son los testigos de Jehová. Por eso, puede ser que piensen que ‘esta religión está tomando mucho de tu tiempo.’ En vista de la hipocresía que han visto en la mayoría de las religiones hoy día, puede entenderse el que las personas mayores muestren temor y desplieguen cautela. Al ver tu celo juvenil hacia la religión, les preocupa el que tus acciones quizás no estén basadas en buen juicio, sino solo en emoción. Si manifiestan oposición, tú quizás puedas probarles, por medio de respuestas respetuosas dadas con un espíritu apacible y razonable, que has hecho una decisión sensata y de fundamento sólido.
Así que, pregúntate: ¿Soy verdaderamente pacífico y razonable? ¿Demuestro esta actitud para con mi familia hasta si ellos, a cierto grado, se oponen a mis creencias? ¿Qué puedo hacer para mejorar la solidaridad familiar y por ello dar al Creador servicio que sea con toda el alma? A este respecto, ¿muestra equilibrio y razonabilidad la manera en que organizo mi tiempo y mis actividades, de modo que pueda atender las obligaciones familiares y participar en proclamar eficazmente las “buenas nuevas”?
Por medio de aplicar la sabiduría de arriba, el cristiano debería mejorar constantemente en su conducta y en comunicarse con los miembros de su familia. Puede que tu familia y amigos no se opongan a ti, joven, pero si lo hacen, las palabras del apóstol Pedro señalan lo que debes hacer. Él consoló a los cristianos con las siguientes palabras: “Tengan una buena conciencia, para que en aquello mismo en que hablen contra ustedes queden avergonzados los que hablan con desprecio de su buena conducta en lo relacionado con Cristo. Porque mejor es sufrir porque están haciendo el bien, si la voluntad de Dios lo desea, que porque están haciendo el mal.”—1 Ped. 3:16, 17.
Con frecuencia resulta que la conducta del cristiano tiene más vigoroso poder de atracción para otras personas que las palabras.
En Hong Kong, cuando una joven de unos 20 años comenzó a asistir con regularidad a las reuniones de los testigos de Jehová para estudiar la Biblia, a la familia de ella no le agradó esto, especialmente a los hermanos mayores. Sin embargo, un hermano notó que, mientras que anteriormente la hermana se envolvía en argumentos en voz alta y griterías con su madre, a medida que continuó su estudio de la Biblia ella comenzó a cambiar y progresivamente demostraba un espíritu más tranquilo y apacible. Él tenía dudas todavía y no estaba seguro de que este progreso hubiera de deberse a la influencia de la nueva religión de su hermana. Pensaba que en realidad habían engañado a su hermana, y que el cambio de actitud de ella era solamente superficial.
Para hacer una prueba en cuanto a este asunto, en una ocasión el hermano asistió con ella a la reunión que se celebraba en el Salón del Reino de los testigos de Jehová de la localidad. Para su sorpresa, no encontró un club social ni una sesión en la cual se pasara el platillo de colectas, sino más bien un grupo de personas afectuosas y amigables que estaban interesadas en estudiar la Biblia y aplicarla en la vida. Pronto, él también estuvo estudiando la Biblia. Ahora, como testigos bautizados, este hermano y su hermana asisten a las reuniones juntos y están comenzando a traer consigo a otros miembros de la familia. Se ha despertado interés en Dios y su Palabra, y la oposición se ha convertido en unidad familiar y felicidad... todo debido a que la hija aplicó el consejo bíblico de desarrollar genio apacible y un espíritu de desear ayudar a otros.
En ocasiones pudiera parecer que los opositores no notaran la buena conducta pero esto no debe desanimar al cristiano.
Una joven que anteriormente había sido propensa a meterse en líos y desplegar su independencia trabajó duro para cambiar de manera de ser y desplegar una personalidad cristiana. Al principio esto no produjo comentarios favorables y aparentemente no tuvo efecto en los padres. Entonces, cierto día, por casualidad escuchó a su madre decir a una vecina: “Yo solía oponerme a mi hija cuando se asoció con esa religión [los testigos de Jehová], pero he notado una mejora tan grande en su conducta que no voy a oponerme más, pues esa religión debe ser buena.”
¡Qué feliz se sintió esta joven por haber perseverado en desplegar una conducta excelente!
EL MÁS ANTIGUO ANTEPASADO, EL “ANCIANO DE DÍAS”
¿Qué hace que los jóvenes entre los testigos de Jehová sigan los caminos de la Biblia con tal tenacidad aun cuando la familia lo desaprueba? ¿Es que se les enseña a mostrar falta de respeto a sus parientes? ¡Definitivamente no! Más bien, los jóvenes están siguiendo una práctica tan antigua como la raza humana, a saber, respeto y obediencia para con el antepasado mayor. Alrededor del mundo en las diversas sociedades, hasta tiempos más recientes se iba al miembro varón más adulto de la familia en busca de consejo, sabiduría y dirección. Su palabra era ley y tenía preferencia sobre la de otros... un hijo, un nieto o un bisnieto. Muchas personas de Oriente hasta adoran a sus antepasados muertos y acuden a ellos por dirección. Pero los cristianos verdaderos en realidad escuchan al mayor ascendiente o antepasado, que no está muerto, sino que es “el Dios vivo,” a saber, el Creador de la humanidad, Jehová Dios.—Jer. 10:10-12.
El libro bíblico de Daniel (7:9) llama a Dios el “Anciano de Días.” Él es de eternidad a eternidad y la fuente de vida para todos los seres humanos. (Sal. 36:7, 9; Hech. 17:24, 25, 28) Correspondientemente, toda persona humana debería ser obediente a él, tal como los jovencitos educados apropiadamente deben estar prontos para escuchar a los padres y abuelos. Es por medio de seguir la sabiduría e instrucciones del “Anciano de Días” que podemos llegar a ser llamados sus hijos. (1 Ped. 1:14; 1 Juan 3:1; 2 Cor. 6:18) Entonces, debería comprenderse el que los siervos juveniles del Creador sientan que es su deber de conciencia el escuchar a este padre superior como la autoridad final en todo caso en que haya un conflicto de mandamientos, mientras a la misma vez mantienen el respeto a sus padres y les muestran amor.
Puesto que Jehová es el originador de las familias y la vida familiar, se desprende que los jóvenes que le sirven hayan de llegar a ser mejores miembros dentro del círculo familiar. Los hijos e hijas no avergonzarán a sus padres terrestres por medio de seguir las manías populares, inmoralidad y mala conducta de este mundo. Estarán prontos a ayudar en el hogar y de otras maneras traer gloria a sus padres por medio de su conducta casta y correcta en todo tiempo. (Tito 2:6-8) Por medio de dar atención a estas cosas, que son mucho más placenteras y satisfacientes que las contiendas y el resistir la autoridad, los jóvenes que son verdaderos cristianos traen alabanza a su Creador. Su Padre celestial también recibe gloria de esto y los bendice por su amor y fe.
En todos los rincones de la Tierra, en medio de toda circunstancia, miles de jóvenes están adoptando el derrotero o curso de acción que agrada a Dios. Quizás algunas de las más grandes atracciones del mundo para los jóvenes, y las más grandes presiones, existan en las naciones llamadas modernizadas, donde reina un espíritu materialista. ¿Puede el cristianismo verdadero suministrar a los jóvenes lo que necesitan para estar contentos y felices, y libertarlos de ser barridos por el mundo materialista al propio destino de éste? Un buen ejemplo se encuentra en la República Federal de Alemania del período de la posguerra.
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En la Alemania de la posguerra... los jóvenes alaban a JehováLa Atalaya 1979 | 15 de enero
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En la Alemania de la posguerra... los jóvenes alaban a Jehová
ALEMANIA, 1978. Las llanas planicies del norte, barridas por el viento y alfombradas por campos de brezos atractivos a la vista; el centro industrial del Ruhr, con su paso apresurado como siempre, medio escondido bajo una capa de humo mezclado con niebla; los majestuosos Alpes bávaros cubiertos de densas capas de nieve recién caída, y enjambres de turistas cubriendo el panorama en busca de pantalones de piel, coloridos vestidos femeninos al estilo bávaro, picheles de cerveza y relojes de cuclillo... ésta es la Alemania que todo el mundo conoce. Parece que poco ha cambiado en ella.
Y sin embargo el mundo, junto con Alemania, ha cambiado, quizás nunca tan rápidamente como desde el fin de la II Guerra Mundial. Se han introducido nuevos peligros, nuevas actitudes y nuevas normas de conducta. Al salir del holocausto de la guerra, ¿qué clase de herencia podría dar la generación anterior a la generación de la posguerra?
No puede haber mejor herencia para equipar a la nueva generación a enfrentarse con éxito a sus problemas que el conocimiento exacto del Dios verdadero, Jehová, y de sus propósitos. Durante el régimen de Hitler hubo cristianos que tuvieron este conocimiento y cuya fidelidad bajo persecución es bien conocida. Teniendo en mente las palabras de David, de que “generación tras generación encomiará tus obras, e informará acerca de tus poderosos actos,” han estado resueltos a pasar esta excelente herencia a la generación de la posguerra. (Sal. 145:4) ¿Han tenido éxito en esto? Investiguemos.
JÓVENES CRIADOS POR PADRES CREYENTES
Muchos de los testigos de Jehová de la generación actual (desde 1945) han tenido la ventaja de haber sido criados o educados por padres y hasta abuelos que eran testigos de Jehová. Por ejemplo, tanto Elke como su hermana Heidi, quienes sirven a Dios de tiempo completo, se alegran de pertenecer a la quinta generación de Testigos en su familia. ¡Qué maravilloso es ver a familias enteras servir a Jehová unidamente!
Considere, también, la experiencia de una familia de Westfalia en la cual hay 15 hijos. Gerhard, que ahora sirve de tiempo completo en la oficina central de la Sociedad Watch Tower en Wiesbaden, recuerda la excelente educación que los hijos recibieron de sus padres cuando todavía todos vivían en el hogar. Era necesario celebrar tres estudios de familia para atender sus necesidades individuales: uno para los hijos mayores, otro para los muy pequeños, y el de los de “edad mediana.” El padre solía dedicar hora y media haciendo viajes de ida y vuelta en automóvil para llevar a su entera familia al Salón del Reino. ¡No se edifican familias cristianas fuertes sin esfuerzo!
EL PROBLEMA DE HOGARES DIVIDIDOS
Otros jóvenes no han tenido la bendición de disfrutar de una familia unida, pues han sido criados en hogares que han estado divididos en cuanto a religión.
Friedhelm recuerda que repetidas veces su padre le quemó la Biblia, libros y revistas. A pesar de los ambiciosos planes que su padre tenía para él, que era hijo único, se mantuvo firme en servir como proclamador de tiempo completo de las buenas nuevas acerca del reino de Dios.
En otro caso similar, Wilfried dice que él y su madre frecuentemente encontraban la puerta del hogar cerrada cuando regresaban de las reuniones cristianas. En una ocasión hasta tuvieron que dormir en el automóvil. En otra ocasión el padre arrastró a Wilfried fuera de la cama y comenzó a golpearlo con una lámpara. Pero por mantenerse fiel Wilfried se ganó, no solo el respeto de su padre, sino, lo que es más importante, la aprobación de Jehová. Él explica que “los hermanos siempre me hacían sentir bienvenido en la congregación, a pesar de que solo tenía 11 ó 12 años en aquel tiempo, y fue este amor lo que me ayudó a continuar.”
Uwe era un adolescente cuando llegó a ser Testigo, y afrontó oposición tanto en el trabajo como en el hogar.
Él recuerda la vez que aprovechó una oportunidad para hablar acerca de la verdad a otras personas durante el tiempo de descanso en el trabajo y fue recompensado, no con oídos que le escucharan, sino con un cubo de agua que le derramaron en la cabeza. Sin embargo, tanto él como su hermano, que ahora es misionero en España, continuaron progresando hacia la madurez cristiana.
Rolf-Dieter tenía solamente cinco o seis años cuando su madre llegó a apreciar la verdad de la Biblia. El padre de él, que se oponía a la verdad, no permitía que él ni su hermano menor asistieran a las reuniones cristianas, aunque su madre les hablaba en el hogar y los llevaba consigo siempre que era posible.
Él relata: “Recuerdo una ocasión en que mi padre me hizo ir a un servicio eclesiástico de una de las organizaciones religiosas de la cristiandad.” “Pero mamá me había explicado todo de antemano. Fui y escuché, pero mi conciencia no me permitió participar en las ceremonias, pues yo entendía que eran antibíblicas, a pesar del hecho de que todos los que estaban sentados a mi alrededor me golpeaban y susurraban lo que debía hacer.” Sin embargo, Rolf ejerció dominio de sí mismo con relación a los concurrentes a los servicios, pues reconocía que las Escrituras ordenan respeto a otras personas.
ENFRENTÁNDOSE A PROBLEMAS GRANDES Y PEQUEÑOS
La situación de los cristianos jóvenes no es fácil. El aguantar el ridículo y la mofa puede ser una verdadera prueba de lealtad. Después de la graduación los estudiantes varones se enfrentan a la cuestión de la neutralidad Y ellos, al igual que las jóvenes que son Testigos, han tenido que contender con todos los problemas que son comunes a los jóvenes hoy día: las drogas, el alcohol, la inmoralidad y muchos, muchos otros problemas.
Sí, hasta el encontrar a un compañero para el matrimonio puede ser un problema. Fue un problema para Ute. Ella explica:
“¿Dónde podía encontrar un cónyuge apropiado? Todos los jóvenes de nuestra congregación ya estaban casados. Quizás no hiciera daño el echar un breve ‘vistazo en el mundo.’ Pero no, simplemente no podía hacer aquello, pues estaba consciente del consejo bíblico de que uno debe casarse ‘solo en el Señor.’ En este asunto, también, puse mi confianza en Jehová. Entonces, durante la obra de construcción de nuestro nuevo salón de asambleas en Trappenkamp, conocí a mi novio. Nos casaremos en junio.”
¿Y qué hay de nuestros pequeñuelos con sus “problemitas”? Escuchemos a Eric:
“Tengo 10 años de edad y estoy en cuarto grado. Mis padres han sido Testigos por mucho tiempo, así que hasta cuando ingresé en la escuela me asociaba solamente con compañeros de creencia. Todo marchó bien hasta el día en que nuestra clase salió de viaje para pasar una semana en el campo en un albergue de la escuela. Yo nunca había estado fuera de casa antes. De repente, nuestro maestro enfermó y un maestro sustituto fue con nosotros. Yo no lo conocía. El domingo por la mañana él dijo: ‘Esta mañana todos iremos a la iglesia.’ Yo sabía que tenía que explicarle que yo no estaba de acuerdo con las enseñanzas que se presentaban allí, y que por esta razón prefería no ir. Durante el desayuno pensé en lo que podría decirle. Después del desayuno, le hablé, pero él dijo: ‘¡Tu irás, así que no argumentemos!’ Me fui a mi habitación y, cuando estuve solo, me acordé de lo que mamá me había dicho la mañana que había salido de viaje: ‘Si tienes problemas, Jehová conoce tu corazón. Puedes hablarle acerca de tus problemas.’ Lloré mientras oraba. ¡No quería tener ninguna relación con la religión falsa! Poco después, cuando salí afuera, me encontré con una maestra que me preguntó qué me pasaba, pues vio que yo había estado llorando. Le expliqué lo que había ocurrido. Ella dijo: ‘Yo me encargaré del asunto por ti.’ Al poco rato ella regresó y me dijo: ‘No tienes que ir. Hablé con tu maestro.’ ¡Qué contento me puse! Le di gracias a Jehová por haber escuchado mi oración. Su mano no fue corta.”
¿Un “problemita”? Puede que algunos piensen así, pero nuestra generación de la posguerra ha descubierto que Jehová no considera ningún problema demasiado pequeño ni insignificante como para que él le preste atención. Tampoco nos abandona cuando nos enfrentamos a problemas grandes. Veamos el caso de Marion:
Ella era un buen ejemplo de joven cristiana, y participaba activamente en la predicación del Reino con regularidad. Marion tenía solamente 17 años de edad y estaba llena de vida. Pero entonces un tumor en su espina dorsal comenzó a paralizarle lentamente el brazo. Se hizo absolutamente necesaria una intervención quirúrgica, pero, porque sería peligrosa, ningún médico estaba dispuesto a efectuarla sin sangre. Marion y sus padres permanecieron firmes. ¡No iban a desobedecer a Jehová, pasara lo que pasara! A pesar del dolor que Marion sufría, su buen espíritu nunca titubeó. Finalmente hallaron un cirujano que estuvo dispuesto a respetar sus convicciones religiosas. ¡La operación se efectuó sin sangre y fue un éxito! Sin embargo, el alivio fue breve; se necesitó una segunda y luego una tercera operación. A medida que la parálisis se fue extendiendo, el dolor se fue haciendo más intenso. Se le paralizó la lengua, pero sus acciones en el hospital continuaron dando testimonio de su fe. Amorosamente, y con gran esfuerzo, ella tejió un suéter de punto para su enfermera. Finalmente, cuando la muerte se hizo inevitable, los padres la llevaron a casa. Aunque su voz se hizo casi inaudible y ella casi no podía levantar la cabeza, sus padres la llevaban en camilla a las reuniones cristianas tan frecuentemente como se les hacia posible. Al igual que Job cuando estaba plagado, ella se mantuvo firme en la convicción de que ella también, algún día, sería bendecida por Dios y estaría tan llena de vida como siempre lo había estado. Murió el 28 de diciembre de 1977, a la edad de 18 años. Al rehusar transigir en su fe en Jehová, fue fortalecida por Él y se unió a la larga lista de cristianos que han sido fieles hasta la muerte, y que incluye a otros de los de la generación de la posguerra, cuyas oraciones por vida serán contestadas en la resurrección.—Hech. 24:15.
LOS QUE NO HAN SIDO CRIADOS POR PADRES CREYENTES
Desde luego, muchos de nuestros Testigos jóvenes no fueron criados por padres creyentes. Ellos, también, han tenido que resolver problemas, y en ocasiones muy serios, antes de que pudieran llegar a ser siervos de Jehová.
Tenemos el ejemplo de Christa, de 22 años de edad, quien se interesó en los testigos de Jehová cuando ellos empezaron un estudio de la Biblia con su hermano. Ella participaba activamente en trabajos de jóvenes católicos, pero también asistía a reuniones bautistas cada semana. Christa explica por qué comenzó a estudiar con los Testigos:
“No tenía la más mínima idea de llegar a ser Testigo. Tenía la meta de ganarme a mi hermano y hacer que volviera al catolicismo. Así que quise aprender tanto como fuera posible acerca de la Biblia y entonces usarlo para luchar contra estos ‘enemigos.’” Pero mientras más fue estudiando, más se fue convenciendo de que los Testigos tenían la verdad, como dice ella, “¡para mi horror!” Ella continúa diciendo: “Estaba dividida entre mis amigos católicos, mis nuevos amigos bautistas y los testigos de Jehová, de quienes realmente sabía muy poco con la excepción de que podían contestar todas mis preguntas bíblicas.”
Otro problema de Christa era el de la música. Desde los 15 años había cantado en público, y soñado con que algún día sería una “estrella.” Había recibido buena crítica en programas que tenían como objeto descubrir talento y había cantado en Inglaterra así como en Alemania. ¿Qué haría ahora? Ella pasa a decir:
“Tomé mi decisión después de visitar a mi amiga Janet, de Inglaterra, con quien mantenía correspondencia. Ella me dijo que la habían obligado a abandonar el hogar por causa de la verdad. Esto me hizo pensar con detenimiento, pues hacia solo cuatro meses que Janet conocía la verdad, desde que mi hermano y yo le habíamos dado testimonio durante su visita a Alemania. Ahora hubo una rápida sucesión de acontecimientos. Antes de partir de Inglaterra dejé de fumar. Tan pronto como llegué a casa terminé con todas mis amistades mundanas y quité de la pared todas las fotos de las ‘estrellas’ mundanas. Ahora me encontré libre para asistir a todas las reuniones cristianas. Pronto llegué a tener muchas nuevas amistades que eran realmente verdaderas. Me bauticé en 1974. Siete meses después volé a Inglaterra para ver bautizarse a mi amiga Janet. Le agradecíamos mucho a Jehová el que nos hubiera librado de la religión falsa y nos hubiera fortalecido para poder sobreponernos a muchos problemas.”
SERVICIO DE TIEMPO COMPLETO
Puesto que son jóvenes y generalmente no tienen obligaciones de familia, muchas personas de esta generación de la posguerra en la República Federal de Alemania han podido dedicar sus energías a predicar y enseñar la Palabra de Dios como trabajadores de tiempo completo. Una vez que han experimentado las bendiciones del servicio de tiempo completo o servicio de “precursor,” la mayoría ha deseado continuar disfrutando de ellas por todo el tiempo que les haya sido posible. De hecho, Karl-Heinz estaba tan determinado que buscó un cónyuge que tuviera el mismo punto de vista que él acerca del servicio. Dice:
“Desde entonces hemos disfrutado juntos de ocho años de servicio de ‘precursor’ y hemos sido grandemente bendecidos. Somos un matrimonio feliz y hemos ayudado a diferentes personas a aceptar la verdad, incluso a una familia entera, cuya cabeza es ahora un anciano de la congregación.”
Otros han estado dispuestos a hacer cambios en su trabajo seglar para poder dedicar más tiempo a la proclamación de las “buenas nuevas.” “No consideraba indigno para mí el trabajar como obrero inexperto para poder servir de ‘precursor,’” es la manera en que lo expresó Wolfgang, un decorador profesional. Carola, de dieciocho años de edad, tiene un trabajo de parte del tiempo en quehaceres domésticos, y lo describe como “¡una profesión maravillosa!” Helmut, quien recibió entrenamiento en una oficina de arquitectura, dedicaba parte de su tiempo al oficio de albañilería y cambió a distribuir periódicos temprano en la mañana, para poder servir de “precursor.”
Antes de aprender la verdad, Ulrich era jefe de cocina y trabajaba en los mejores hoteles y preparaba banquetes a domicilio para políticos prominentes y famosas personalidades del cine. Abandonó todo esto para tener más tiempo disponible para asuntos bíblicos. Dice:
“Mis amigos y colegas me aconsejaban contra ello; decían que me ‘hundiría’ aún más bajo. Mi carrera de llegar a ser un famoso jefe de cocina había terminado, también mis sueños de ‘ricachón.’ Pero yo jamás cambiaría todo eso por lo que tengo actualmente. Como ‘precursor’ soy más feliz que nunca... ciertamente mucho más feliz que antes de ‘hundirme’ tan bajo.”
ALABANDO A JEHOVÁ EN MUCHOS IDIOMAS
La generación de la posguerra también ha hecho un excelente trabajo en Alemania entre personas que hablan idiomas extranjeros. Muchos han aprendido un idioma extranjero para poder servir en una de las 167 congregaciones de habla española, griega, inglesa, italiana, portuguesa, turca, o yugoslava que hay en Alemania. Así que son “misioneros” en un campo extranjero dentro de su propio país. Otros se han mudado a España, Francia, Italia, Luxemburgo y otros países y están sirviendo allí.
Pero, desde luego, la generación posbélica de Alemania tiene sus misioneros que han recibido entrenamiento en la escuela misional de los Testigos, y ahora están sirviendo en países del extranjero. La mayoría de los 124 hombres y mujeres jóvenes que han sido enviados desde Alemania a esta escuela (en los Estados Unidos) durante los pasados 10 años pertenecen, por su edad, a ese grupo Y algunos que han tenido que regresar de sus asignaciones por problemas de salud, u otras razones, continúan a pesar de eso en el servicio de tiempo completo.
EL OTRO ASPECTO
Pero, desde luego, cada historia tiene dos lados y sería engañoso el suponer que todos los jóvenes entre los testigos de Jehová en Alemania son como los que hemos descrito. La indiferencia pública, las influencias mundanas, el materialismo... todas estas cosas han dejado su huella y continúan haciéndolo. Algunos jóvenes se han debilitado espiritualmente por no haber estudiado diligentemente la Biblia ni haber orado a Dios por la “sabiduría de arriba.” Un superintendente de circuito recientemente escribió que había quedado pasmado al ver lo poco que algunos jóvenes están haciendo en la obra de predicar:
“En las últimas tres congregaciones que visité, ellos forman el 23 por ciento de los Testigos, pero, en cuanto al tiempo que dedican a la predicación, son los más débiles. Le duele a uno el ver que algunos de ellos casi no tienen ninguna relación con Jehová ni con la congregación. Son ‘miembros’ de una religión, nada más. Es amargo para los padres el descubrir esto, pero muchas veces resulta que ellos mismos tienen en parte la culpa. En algunos casos esta situación se debe a negligencia de parte de los padres con relación al bienestar espiritual de sus hijos.”
A medida que este sistema inicuo se apresura hacia su destrucción, es tiempo de que todos los jóvenes despierten a lo serio de la situación, y obren en armonía con ello Jehová los bendecirá si hacen esto.—Rom. 13:11; Luc. 21:34-36.
¡Que los de nuestra generación de la posguerra que están sirviendo a Jehová y hablando de sus obras maravillosas CONTINÚEN SU EXCELENTE TRABAJO! (Sal. 145:4, 12) Que su ejemplo estimule a otros de la misma edad a luchar con valentía contra el ser entrampados por el inicuo sistema de Satanás. Habiendo recibido ellos mismos una herencia excelente, que reconozcan su obligación de transmitirla ahora a la generación venidera. Pero hay más motivación para servir fielmente ahora. ¡Si lo hacen, pueden tener el privilegio, debido al venidero milagro de la resurrección, de pasar esta excelente herencia a las generaciones que los han precedido! ¡Qué conmovedora expectativa! ¿A quién no le gustaría estar entre estos privilegiados?
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