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¿Cómo debemos hacer frente a las incertidumbres de la vida?¡Despertad! 1977 | 22 de febrero
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como sigue acerca de ellas: “Las decisiones judiciales de Jehová son verídicas; han resultado del todo justas. Más han de desearse que el oro, sí, que mucho oro refinado; y más dulces son que la miel y la miel que fluye de los panales. También, tu propio siervo ha sido advertido por ellas; en guardarlas hay grande galardón.”—Sal. 19:9-11.
La muerte misma no puede destruir los beneficios que le atañen a la persona que ‘teme a Dios y guarda sus mandamientos.’ ¿Por qué no? Porque el propósito de Dios es resucitar a los muertos. La Biblia se refiere a Dios como aquel “que vivifica a los muertos y llama las cosas que no son como si fueran.”—Rom. 4:17.
Se ve, pues, que la persona que usa su tiempo para edificar una buena relación con el Creador realmente está sacando el mejor partido posible de la vida, a pesar de las incertidumbres. ¿Es eso lo que usted se esfuerza por hacer? ¿Está permitiendo que la Biblia le ayude a disfrutar de lo mejor que hay en la vida ahora y en el porvenir?
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La juventud quiere saber¡Despertad! 1977 | 22 de febrero
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La juventud quiere saber
EN CASI todo país, va menguando la práctica formal de la religión. La concurrencia a las iglesias ha disminuido. Cada vez más personas, tanto jóvenes como ancianos, están rechazando los modos tradicionales de adorar. Junto con esto, mayores cantidades de personas están dejando de creer en Dios.
Por supuesto, hace decenios que las sociedades comunistas han estado atacando a la religión, pues la consideran ‘el opio de la gente.’ En esos países se promueve el ateísmo. Pero, también en el centro de la cristiandad están cobrando fuerza las creencias que son de tipo ateístico y agnóstico.
Parte del problema estriba en el hecho de que por siglos las religiones de este mundo, debido a sus creencias irrazonables y acciones dañinas, han inducido a la burla. Por lo tanto no es extraño que a muchas personas pensadoras les parezcan inútiles las ceremonias y modos formalistas de las iglesias y otras religiones no cristianas.
Se notó un ejemplo de esto en la revista Stern que se publica en Hamburgo, Alemania Occidental. Contenía un artículo negativo intitulado “Se vende la Virgen María en el mercado.” El relato tenía que ver con Altötting, la aldea bávara de peregrinaciones. La venta de este número de la revista ascendió a un millón de ejemplares.
El Ministerio Bávaro de Educación y Cultura notó esa oposición a las prácticas religiosas y dijo: “Tienen éxito en presentar la religión bajo un aspecto desfavorable, en desgarrar la piedad, la oración y la adoración, y en caracterizar a los devotos de payasos.”
¿Se interesan los jóvenes?
El Ministerio Bávaro, en su publicación Escuela y nosotros de diciembre de 1975, también declaró: “Diariamente leemos, oímos y vemos que se burlan de la piedad como si fuera estupidez, que mandan los Diez Mandamientos al banco trasero. ¿Ha de extrañar que Dios y el cristianismo hayan llegado a ser palabras sin significado, sílabas faltas de sentido, lugares vacíos en la vida para muchos de la actualidad? Cuando muchas familias concienzudamente evitan considerar el asunto de la religión, ¿no es razonable que, como tema escolar, la religión esté en un aprieto?”
Ciertamente, cuando los adultos abandonan la religión, o solo la observan nominalmente, tiene que afectar a sus jóvenes. Se nota que ellos también actualmente le tienen tan poco respeto a la religión formalista y sus ceremonias como sus padres, o aun menos.
Pero, ¿se debe esto a que los jóvenes no se interesen de modo alguno en asuntos relacionados con la existencia de Dios, el significado de la vida, o lo que sucede después de la muerte? Al contrario, a menudo los jóvenes se hallan más dispuestos a considerar estos temas que los adultos.
Más bien lo que los jóvenes están rechazando en cada vez mayores números es la religión formalista, puesto que les parece que no sirve de nada. También han observado las malas prácticas de las religiones de este mundo. Entre ellas están el entremetimiento de las iglesias en la política, su apoyo de las guerras, su hipocresía y sus doctrinas irrazonables, sin mencionar la inmoralidad y “buena” vida por parte de muchos clérigos y otras personas religiosas. Todo esto ha hecho que los jóvenes no quieran saber nada acerca de la religión formalista.
Una encuesta reveladora
En Munich un científico joven que se llama Werner Prawdzik se decidió a averiguar si los jóvenes se interesaban en asuntos pertenecientes a Dios. Interrogó a 800 de los 2.000 muchachos y muchachas de la clase novena en las escuelas de Munich.
Los resultados han hecho que muchos ajusten sus puntos de vista. ¿Por qué? Bueno, habían juzgado que ya que los adultos no se interesan en asuntos relativos a Dios, los jóvenes mostrarían la misma falta de interés. Pero no resultó precisamente así.
La encuesta estableció el hecho de que la mayoría de estos jóvenes de Munich están rodeados de un ambiente que pasa por alto a Dios. Por ejemplo, solo el 16 por ciento de los estudiantes dijeron que sus padres toman en serio la religión. Solo el 24 por ciento de los estudiantes informaron que sus madres toman en serio la religión. De cada tres estudiantes, dos dijeron que la indiferencia de sus padres era tal que ni siquiera les importaba si sus hijos participaban o no en instrucción religiosa.
También se notó que el 83 por ciento de los padres y el 74 por ciento de las madres rara vez asisten a la iglesia, si acaso asisten alguna vez. Y en esto, los hijos reflejaron los hábitos de sus padres. Pero eso era de esperarse. Por lo general los hijos siguen el ejemplo que les dan sus padres en asuntos de adoración formal.
Pero hubo otro aspecto de la investigación del científico que fue inesperado para muchos. La publicación Escuela y nosotros lo explicó como sigue:
“Un resultado que nadie había considerado: En este ambiente de apatía religiosa, en que sobresale la apostasía de la piedad familiar, crecen jóvenes que en este caso no son la imagen de los adultos. Los jóvenes urbanos declararon:
“‘Frecuentemente me preocupo con la cuestión de la existencia de Dios’ (59 por ciento).
“‘Muchas veces he pensado acerca del significado de la vida’ (64 por ciento).
“‘Me intereso en saber lo que sucede después de la muerte’ (57 por ciento).”
El informe añadió: “Hay muchos jóvenes que viven en este clima antirreligioso, cuyos padres son todo lo contrario de los cristianos fieles, pero que a pesar de eso se ocupan en tales preguntas religiosas de importancia como: De dónde, adónde y el significado de la vida.”
Solo la cuarta parte de los estudiantes dijeron que consideraban los asuntos de religión como temas faltos de importancia o no populares. Otra encuesta que se hizo de niños escolares en la ciudad de Düsseldorf indicó casi los mismos resultados para todas estas preguntas.
Curiosidad natural de la juventud
El Ministerio Bávaro de Educación y Cultura llegó a esta conclusión: “Fútbol, televisión y motocicletas... todos los que piensan que éstas son las cosas importantes en torno de las cuales gira el mundo de los adolescentes de 15 años de edad, no ven todo lo que hay, no miran tan profundamente como deben. La investigación que se realizó con respecto a los niños urbanos de Munich no deja lugar a dudas: Los importantes y permanentes temas de instrucción religiosa, como el temor, la gracia, culpa, esperanza, pena, confianza, aprecio, perdón, todavía están en demanda y los buscan.”
Es errónea la opinión de que los jóvenes no quieren creer en Dios ni en asuntos relacionados. La realidad es que su descreimiento es el resultado de lo que sus padres, y los clérigos, les enseñan o no les enseñan, y el ejemplo que éstos les dan en su vida cotidiana. Eso explica por qué el Ministerio Bávaro recomendó que ‘los padres pongan fin a su cobardía respecto a considerar asuntos de religión con sus familias.’
Claro está, pues, que no está muerto el interés de los jóvenes en cosas que tienen que ver con Dios. Ese interés parece ser inherente a ellos. Es natural que tengan curiosidad acerca de la vida y quieran saber las respuestas a las preguntas serias acerca de ella. Pero cuando no reciben las respuestas, o las reciben de la manera torcida en que a menudo presentan estos asuntos las religiones contradictorias de este mundo, esa inclinación natural de adorar a su Hacedor puede ser ahogada. La conciencia se puede hacer insensible respecto a estos asuntos.
¡Qué grave responsabilidad descansa sobre los padres, y también sobre los que se supone que deben impartir instrucción religiosa! Tampoco pueden los padres tratar de trasladar toda la responsabilidad a los clérigos. Prescindiendo de lo que haga el clero, los padres tienen la responsabilidad principal de instruir a sus hijos acerca de Dios. La Palabra de Dios, la Santa Biblia, dice: “Ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien críenlos con disciplina, dándoles instrucción para que crean en el Señor.”—Efe. 6:4, Versión Popular.
Se ve claramente que en su instrucción los padres habrían de incluir los asuntos vitales acerca de Dios porque la instrucción similar registrada en la Biblia en Deuteronomio 6:5-7 dice: “Y tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y toda tu alma y toda tu fuerza vital. Y estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón; y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.” Así se podrá satisfacer la curiosidad natural de los hijos.
Pero, ¿se puede decir que las iglesias han equipado a los padres para impartir esta instrucción en casa? No. Y a eso se debe principalmente la “cobardía” de los padres, el no querer considerar asuntos religiosos en casa. Por lo común a nadie le gusta considerar asuntos que expongan su incompetencia.
¿A quién se puede culpar por esta falta de habilidad de instruir en casa? Bueno, se puede atribuir la culpa a dos partes. Primero, a los padres mismos, puesto que deben esforzarse por averiguar dónde pueden conseguir dirección de esa clase. También puede atribuirse a los sistemas eclesiásticos y su clero por no instruir debidamente a los padres, adultos y jóvenes.
Enseñanza que tiene éxito
Cuando a los hijos se les enseña apropiadamente las cosas correctas acerca de Dios, el resultado da gusto. La Palabra de Dios nos dice que así sería. Proverbios 22:6 declara: “Entrena al muchacho conforme
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